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Atril literiario. Invitada: KARLA ARANGO

PRISIONEROS POLÍTICOS

por XIMENA GAUTIER GREVE (CHILE)

Cómo quisiera recibir palabras tuyas

oir el toque tuyo sobre la mesa del patio

escuchar tus pisadas cuando llegas

pensar que solo fuiste al camino

que ya te encuentro en la quebrada

estoy mirando las matas ya llegas

y los perros bailan de contento.


Espejismos de la noche vacía

No resuenan tus cantos ni tus notas

melopeas intuitivas que murmuraban

las abuelas los veteranos sabios

como secretos que tú anotabas

aprendiendo palabras anudadas

lengua ancestral y prohibida

retener la memoria, también la historia.


A la aurora partiré caminando

a buscar los gendarmes y al gobierno.

Te secuestraron cuando protestabas

quemando ramas secas en medio del camino.

Lo poco que tu y yo traíamos

para sustentar los niños

se hizo mucho menos escaseando

mucho menos, vino el hambre.


Atravieso campos y potreros

¡cuántos kilómetros tendrán

que caminar los pies desnudos

para llegar hasta la cárcel!


Me miran, se burlan, no podemos regresar

allanaron la choza, destruyen todo

nos expulsan quitándonos la vida

te juzgaran por terrorismo

mapuche padre marido hijo amante.


Colibrí ligero del aire y la kantuta

encadenado en calabozo hediondo.


POEMA

por MARCOS ROGELIO RUBIO LÓPEZ (MÉXICO)



La Divinidad está en el corazón,

En un buen corazón

todo es glorioso.

La gente noble y buena,

se glorifica en el Amor

de Dios.


En nuestro corazón

tiene cabida la gloria de Dios.



AFRIN

por MÓNICA PATRICIA OSSA GRAIN

De allí llegan noticias,

como tantas noticias que endurecen la piel.

Anuncios que dan cuenta


de la expulsión de la tierra,

de ancianos en su temor arrinconados,

de hombres anclados ante la hilera de niños

que se apilan en túnicas blanca

y de madres que lloran sin lágrimas

con los pechos secos en la rotonda

que cruza el camino de la muerte y el volver a vivir.

Algunos piensan que esas cosas

solo pasan de ese lado del planeta

y que los muertos y el dolor de este lado,

son suficientes para preocuparnos

por algo que está tan lejos de nuestro andar

Pero si pasamos ese puente

de tablas muy delgadas,

podremos sentir los gemidos que nacen

en el filo de la miseria

y mirar los cuerpos que se vacían

en un tapete teñido con la sangre

que es tan roja como la nuestra

Al nacer el día,

principia a morir la esperanza y entonces empieza a doler la retina

ya ahumada de tanto silencio

y las manos caen sin fuerza

y las palabras se vuelven esquivas

al no poder explicar,

todas esas preguntas que empiezan

por los porqués y paraqués

de tanto dolor encausado a la penumbra.

Mañana serán estadísticas,

ya no estrujaran el pecho

y poco a poco se olvidarán,

como se olvida todo.

Salvo el desear que lo que pasa allá

no suceda de este lado del planeta.


EL LENGUAJE

por ALEXÁNDER GRANADA RESTREPO, "MATU SALEM"






Telar con hilos de plata que sujeta las palabras cernidas.

Manto Sagrado que cobija la voz de las almas cercanas, dando identidad y calor a los pueblos hermanos.


POEMA

por VALERIA MENDOZA MURILLO
















Mis palabras han residido siempre en la luz de la noche .


Pero hoy, la luna me ha anunciado su partida.


Y yo ya me torno temerosa.

Y yo, ya empiezo a callar...


INFANCIA

por MERARDO ARISTIZÁBAL


Hoy mi amigo del alma pasó por mi cuadra;

por un instante me devolvió a mi infancia.

el olor a mango y las grosellas,

las orejas del perro

mi cobija y mi cama.


Hoy la infancia me atacó de frente

y me recordó que el camino es corto

y la angustia es larga


Hoy la infancia me dice que nada se olvida,

que todo se guarda.


Hoy la infancia hizo surcos en mi alma.


DICTADURA DISFRAZADA

por MERCEDES VIVAS BENÍTEZ

¿Dime que se siente cuando los apátridas apagan la vida cuando las balas fisuran el trigo cuando colocan precio a tus sueños? ¿Dime a qué horas las estancias de sevicia cocinaron el engendro: levantamiento y dolor? ¿Dime con qué derecho ferian la vida para entonces designar culpables, terroristas, a los sufrientes de su aberración? Terroristas ellos Delictivos ellos Oprobiosos ellos Ofrendores de la muerte ellos Serviles por la nada ellos. Ellos por la muerte nosotros por la vida hasta en las cenizas una ofrenda de rebelión. En los aleros gritos de resistencia: Destierro a los genocidas ¡Justicia Liberación!


SÓLO SOLO

por EMMANUEL ATHEMAY STERLING ACOSTA











Sólo mi conciencia florecida Nunca podría hacerlo diferente


Pues en este tema enneblinado Mi blindaje con amapolas cuida


Sólo permite eso sí comnigo Expresarla en flores y mieles


Evitar crápulas y esquiroles Que zambullen en capillas.


DIZQUE POETA EL HIJO DE PUTA

por IBÁN DE JESÚS ALARCÓN MARÍN, "GATO 777"

Ahí va el satánico, peludo, marihuano, animal, quizás un no deseado ¿será que no ha madurado? Ahí va todo raro, parece hijo del diablo; ahí va flaco, descachalandrado, dicen que hizo un pactó en un sótano, que su alma es oscura y duerme parado, que tiene más de setecientos setenta y siete años.

Ahí va el loco, todito tatuajiado, jamás quiero que lo saludes, gas esas personas dan asco, mire no más como se trata, parece mamarracho, esos no se quieren, mire como se hacen daño, a mí me da miedo de gente así, parece que no progresan, no tienen trabajo, pues así quien los recibe, yo mejor me voy parado; no lo toque o quiere vivir salado, échale la policía si lo ves por ahí cruzado escuchando música todo endemoniado.

Son despreciables de estrato bárbaro, la fortuna no la tienen (es verdad), dicen que mata niños, habla con los gatos, que la mamá es bruja, que andan vestidos de negro como gallinazos, que están rayados hasta el Currículo tiene antecedentes, seguramente de malo.

Mira como camina, tiene la cara como un cuaderno argollado, ¿será que no le duele? ¿será que tiene chuzos clavados hasta en el palo? ¿será que mata gente? Demás que el culo le rompieron y le pica, mire que tiene pelo largo, por Jesús que es marica ¿será que me esta escuchado? ¡Ay Dios! no lo permita, yo aquí me bajo, no lo mire.

-Que pena hermano, no vaya a la casa que a mi abuela le da un infarto, mi padre me deshereda ¡Y mi mamá! jum, la cucha me va es desalojando, después de que me obligaron hacer la primera comunión, quedaron todos en la cuadra traumados. Yo más bien por su casa después paso, saludes a su mamá, ojalá la mía fuera así. La buena Ibancho-.

¿Y quién fue? Seguro fue ese peludo tatuado, el que es como marica picado a loco de lo más raro, con vecinos así para que paracos… Hace pactos hasta con el de abajo, si fuera hijo mío correa le voy es dando carajo, por Dios que le falto fue chancla, puño, patadas y puñaladas en ese estómago; que terror, horror de ser humano, si es que así puede uno llamarlo, animales es lo que son, no quiero mirarlo, no quiero sentirlo, no quiero escucharlo.

Sí, señoras y señores, yo soy el hijo de puta animal, quizás poeta, pero no tanto.


JAZMINES

por KARLA JAZMÍN ARANGO*


La noche despereza mis perfumes

mi vocación de flor queda a la vista

confío en que tu ser no se resista,

en que tu incierta magia no se esfume.

El deseo de ti que me consume

susurra cada noche que te insista,

que sin pudores vanos me desvista

y me líe en papel para que fumes.

Mi idea es combatir las tantas muertes,

que vibres, pienses, sientas, alucines.

Tentar con mis fragancias a la suerte

con oníricos besos sin carmines,

y que después del sueño te despiertes con la piel impregnada de jazmines.


*Karla Jazmín Arango nació en Medellín en 1986.


Estudiante de Letras: Filología Hispánica de la Universidad de Antioquia, e investigadora en el Semillero de Estudios Literarios de la misma universidad. Madre de Florencia y Sabrina, enamorada de la poesía y el lenguaje en sus múltiples dimensiones.



VIDEOS



TRASNOCHE INUSITADA (POEMA EDICIÓN Y DIRECCIÓN)

por CARLOS ALBERTO RICCHETTI


PARTICIPACIÓN EN "LA TERTULIA DE LOS MIÉRCOLES"

por FABIÁN GIRALDO BERMÚDEZ


UN DÍA, UN POEMA (CORTOMETRAJE)

por HÉCTOR CARLOS REIS


MINIRECITAL

por PSYCHOS CREW (MÚSICA URBANA)


EMBRUJO

por LOS OCHO DE COLOMBIA (Música: GERMÁN RUIZ / Letra: JORGE SANTACRUZ)



ESCRITOS, ENSAYOS Y PROSA POÉTICA



ECUACIÓN DE DIOS Y UDUMBURA

por UMBERTO SENEGAL


No busques la ecuación de Dios entre los números. Ni siquiera entre octoniones, el sistema de números de ocho dimensiones. No lo verás a él ni lo comprenderás entre enmarañadas fórmulas matemáticas. Gödel, con sus razonamientos matemáticos y sus cinco axiomas como argumento formal para comprobar la existencia de Dios, puede ser un sendero. Dios, que conoce la infinitud de los números desplazándose por entre laberintos de todas las ecuaciones conocidas y aquellas que están sin formular, prefiere manifestarse, por amor al limitado ser humano, con las formas, tonalidades y fragancias de las flores. Cualquier flor.


La ecuación de Dios, esa categórica teoría unificada que Einstein nunca pudo formular y sigue sin ser enunciada por matemáticos, físicos o geómetras, es la flor. Y entre ellas, la flor udumbara. Millones de flores frente a los sentidos y la conciencia del ser humano. No es necesario resolverlas. Cada flor es proposición, proceso y solución instantánea de ecuaciones sin números. Abejas, mariposas, tzintzuncitos, todo insecto, ave y animal que se posa en la flor, hace más sencilla su solución. Caminando con Carlos y Marcela por la carretera que de Santo Domingo alto asciende hacia la apartada y tranquila vereda Planadas, logré planteármela y resolverla aquella dominical mañana al descubrir, en la orilla del camino y entre la fisura de una piedra, una flor udumbara. Casi imperceptible.


Como para distinguirla con ojos de pequeña mariposa. O sentirla con patitas de hormiga. ¡Una udumbara en Calarcá! Y en mi camino. Y en esta exuberante etapa de mis espirituales vivencias con las enseñanzas de Anandamayi Ma. Con mi celular de baja gama, tomé cinco fotos, siguiendo mi rito de caminante, para subirlas a mi blog Deslumbres, donde archivo desde hace 10 años tal trabajo minimalista. Cinco fotos de la traslúcida udumbara. En la noche, cuando llegué a subirlas a tal sitio web, no había ninguna flor, dolo la piedra desde cinco aristas diferentes. Tal hecho, poco frecuente, era parte de haber resuelto la ecuación al contemplar la flor, y verificar con mis ojos la tangible existencia de la mítica udumbara. Benigno espejismo poético.


Tal vez. Prodigioso obsequio evanescente, de un paisaje calarqueño significativo para mí. Haiku de luz que no soportó el aislamiento dentro del celular y se desvaneció, para evitarle ególatras actitudes místicas al desconcertado caminante. Prueba de la existencia de Dios, cuando toma cuerpo sin fusionarse en ecuaciones que dificulten contemplarlo. Se transfigura de la cifra al pétalo y de abstractas formulaciones matemáticas, a iluminados surcos de la corola, los estambres y el pistilo. Cualquier flor, modesta o atractiva, es para mí manifestación de la presencia divina. La respiración consciente al caminar, práctica zen recomendada por el monje vietnamita Tich Nhat Hanh, puede ayudarte mucho.


(Publicado originalmente en el portal LA CRÓNICA DEL QUINDÍO

y reproducido por expresa voluntad del autor)



YO

por CARLOS ALBERTO AGUDELO ARCILA


I

YO equivalente a 79 kilos, 1.74 centímetros, un gramaje del alma con el mismo peso de la luz en el zaguán de mi casa o del universo. YO sin rumbo, sin nunca haber hecho algo importante, me hace desternillar de la risa. YO deleznable, incoherente, torpe, irreflexivo. Yo absorto, atraído por el mutismo. Yo precario, vacío, vigilante a cuanto impulso me subyuga. Yo alerta del acontecer de mi propia sangre. YO en mi constante preguntar sobre la nada de... YO lascivo en presencia de mi ser atónito. YO sujeto a gotas del océano existencial. YO con derecho a no ser nadie. YO y mi sombra danzarina en la herrumbre de la materia. YO extraviado en el libertino del azul. YO sonriente al ver el salto por la ventana del trino indomable. YO sereno al verme cavar mi propia tumba al otro lado de la tarde gris. YO en consonancia con el dolor ajeno. YO cárcel de cada uno de mis huesos, de mi carnalidad unida al deseo. YO de los pronombres innombrables. Alejado de mi silueta me investigo cómo dejar de ser mi otro YO. YO urgido de no decir nada. YO y las nueve esferas concéntricas de Borges giramos sobre un mismo punto. YO y las máscaras de mí mismo frente al espejo hecho trizas. YO frenético en la mirada del búho solitario. YO aturdido con la oración insubstancial. YO apresurado en llegar a verme con nadie. YO con mi “polvo eres…” contribuiré a la extinción de la especie humana. YO de tormentas y gotas de rocío en el vaivén de la hoja seca. YO de aquí, de allá, de otra parte, de algún lugar, de ningún sitio exacto.

II

Sangre de tu sangre YO.

Sangre de mi sangre tu YO.

YO en el altar de aves agonizantes.

YO en la calle de los desahuciados.

Ave María el YO alejado y mi YO en la línea del destino.

YO en el siglo de la lobreguez.

Briznas de mi YO se afianzan en el jardín de las flores parlantes.

III

Hoy es el día de la sugerencia, del tallo de cristal, de la penumbra en el YO de cada quien.

Ayer fue el tercer canto del gallo en la pradera, antes de YO testificar sobre Jesús como hijo unigénito de don Juan de Dios el carnicero.

YO de Dios. Dios del YO.

Ese YO a todo momento dispuesto a confrontar el amanecer del ciego.

IV

YO para el lunes sin descanso, a la orilla de los ciento veinte verdes.

YO para días sin gloria.

YO sumergido en la hondura blanca, donde penetra la luz de los cocuyos.

YO maravillado ante la página imposible de escribir.

Días imposibles de llegar escarban mi YO.

La prosa de mi YO cae en el abismo de la página. Ningún vocablo sugiere nada, solo YO se atreve a lanzar la palabra retórica por el conducto del lenguaje.

YO dispuesto a escribir la quimera, el movimiento absurdo, el apogeo del fantasma. YO observo, a través del ojo de una aguja en el pajar, el paso veloz del camello hacia el espejismo del lago. YO y el índigo sin rumbo. YO y el castaño claro a la deriva del efluvio. YO y qué…

Lanzan la mañana al hocico de las hienas mientras río arriba llevo sobre mis hombros mi YO deseoso de encontrarse consigo mismo.

V

Margarita y YO no perdemos de vista el día, le abrimos sus vísceras de tiempo arduo, le desintegramos su lógica existencial, jolgorio de mi amada, me preocupo, Margarita ríe de nuevo y ríe y ríe y ríe y ríe y ríe y ríe hasta YO quedar ovillado en risotadas infrecuentes.


(Publicado originalmente en el portal EL QUINDIANO

y reproducido por expresa voluntad del autor)



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