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"Barba negra", la pesadilla de los mares


Ilustración a color en forma de grabado, que lo representa con tizones encendidos en el cabello, los cuales utilizaba para intimidar a los tripulantes de los navíos antes de abordarlos.


Entregado a un auténtico frenesí de ataques, Barbanegra asaltó posesiones tanto francesas como británicas y españolas. Sus incursiones en la península del Yucatán, en México, le valieron el mote de "El gran diablo".


Barbanegra asaltó posesiones tanto francesas como británicas y españolas y sus incursiones en la península del Yucatán le valieron el mote de "El gran diablo"


La situación económica en Carolina del Norte no pasaba entonces por su mejor momento y el gobernador de la colonia, Charles Eden, llegó a un acuerdo con Barbanegra por el cual el pirata y su tripulación serían perdonados acogiéndose al Acta de Gracia. A cambio, parece ser que el gobernador acordó dejarle actuar con total impunidad y a cambio recibir una parte del botín que Barbanegra obtuviera de sus fechorías. En esa época, el pirata se casó con una jovencita de dieciséis años y se estableció como si fuera una persona honrada en la isla de Ocracoke.


Historia de la piratería en el Mar Caribe



Pero la farsa duró poco. En mayo de 1718, Barbanegra sitió la ciudad de Charleston y mantuvo secuestrada a toda la población.


Su nave insignia, el

"Queen Anne Revenge".


Tan sólo levantó el bloqueo cuando le entregaron un rescate de mil quinientas libras.


La leyenda cuenta que Barbanegra llevó a cabo esta acción para hacerse con un lote de medicamentos para curar a su tripulación, que sufría de sífilis.


Para el pirata la salud de sus hombres era fundamental, hasta el punto de que cuando capturo la nave francesa Concorde, Barbanegra se deshizo de toda la tripulación excepto de los cirujanos del barco.


Vida en un barco pirata



A partir de su conquista por los ingleses en 1655, Jamaica se convirtió en un nido de corsarios dispuestos a atacar navíos y ciudades españolas.


El más célebre de ellos fue el galés Henry Morgan, que saqueó Portobelo, Maracaibo y Panamá.


Persecución


Pabellón personal del famoso forajido.


Ante el avance imparable de la piratería, y conocedor de que Barbanegra tenía su base en la isla de Ocracoke, el gobernador de Virginia, Alexander Spotswood, ante la posibilidad de que la economía de la colonia pudiera verse afectada, se puso en contacto con el teniente de la Marina Real Robert Maynard para que se hiciera cargo de la situación y acabara con el pirata.


El 21 de noviembre, al mando de las balandras Ranger y Jane, el militar inglés llegó al extremo sur de la isla de Ocracoke. Una noche, mientras Barbanegra estuvo bebiendo ron con el patrón de una balandra con la que mantenía algunos "negocios", Maynard aprovechó para preparar el ataque del día siguiente.


Cuando apresó a la nave Great Allen, que transportaba un valioso cargamento, Barbanegra se hizo famoso.


Biografía con imágenes de archivo



Al apresar la Great Allen, que transportaba un valioso cargamento, Barbanegra se hizo famoso.


El 22 de noviembre de 1718, Barbanegra, que ya estaba avisado de la llegada del teniente inglés, puso rumbo hacía el interior de los canales de la isla a bordo del Adventure.



Espada del tipo "tritón", modelo empleado por los piratas y que le perteneció.


Maynard ordenó que una chalupa se hiciera a la mar para observar los movimientos de la nave de Barbanegra quien, al darse cuenta, la cañoneó a placer.


Tras izar la enseña real, Maynard ordenó a sus naves que se dirigieran tan rápido como pudieran para interceptar a Barbanegra.


Éste, al ver a las naves inglesas dirigirse hacia su posición, ordenó la retirada mientras sus cañones disparaban una y otra vez contra los ingleses.


Según algunas versiones, todas las naves quedaron varadas por falta de viento, por lo que Maynard se vio obligado a perseguir al pirata a golpe de remo.


Tradiciones de los "foragidos del mar"



Pero las naves inglesas no iban armadas con cañones y el teniente ordenó a sus hombres que disparasen sin cesar con sus armas cortas.


Mientras Maynard se iba deshaciendo del lastre, Barbanegra empezó a increparle: "¡Malditos villanos! ¿Quiénes sois? ¿Y de dónde venís?", a lo que Maynard le respondió que no era pirata y que él mismo subiría a su barco en cuanto pudiera.


Portaba numerosas pistolas en su uniforme, porque apenas cargaban un sólo tiro y ello, le facilitaba realizar al menos media docena de descargas a la vez.


En respuesta a su desafío, Barbanegra, con un vaso de ron en la mano, le contestó: "Así se condene mi alma si os doy cuartel u os pido alguno".


Tras una noche llena de ron y celebraciones, Barbanegra se escabulló por los canales de la isla Ocracoke y el teniente Maynard empezó a perseguirle


Las dos naves inglesas embarrancaron y, para evitar mas muertes, Maynard ordenó a sus hombres que se escondieran en las bodegas con sus armas preparadas.


Una vez muerto, la cabeza fue cortada y expuesta para desalentar a quienes quisieran seguir sus pasos.


Los únicos que se mantuvieron en el puente fueron él mismo y el timonel, al cual también ordenó que se tumbara.


Cuando Barbanegra vio que no había nadie en cubierta, ordenó a sus hombres que abordaran las naves inglesas:


El célebre actor Robert Newton (1905 - 1956), dio vida al pirata en una producción del director cinematrográfico, Raoul Walsh (1887 - 1980).


"¡Saltemos y hagámoslos pedazos!", ordenó. Sediento de sangre, Barbanegra abordó la balandra inglesa con la mitad de su tripulación, dispuesto a pasar a cuchillo a todo el que quedase, pero nada más subir abordo se dio cuenta de que había caído en una trampa cuando escuchó a Maynard ordenar a sus hombres que subieran rápidamente a cubierta.


Al cabo de varias horas, ambas tripulaciones se enzarzaron en una lucha a muerte en la que Maynard y Barbanegra acabaron enfrentándose cara a cara.


Durante 200 años los piratas intentaron apoderarse de las riquezas americanas que los galeones de la Flota del Tesoro llevaban hasta España. La leyenda de Barbanegra estaba a punto de nacer.


"El pírata Barba Negra" (1952) de Raoul Walsh



El pirata fue finalmente abatido tras recibir veinticinco heridas, cinco de ellas de pistola. Cuando la otra balandra de Maynard pudo desembarrancar, atacó por un costado disparando hasta que la tripulación hasta que la tripulación pirata finalmente se rindió.


Tras ser abatido, la piratería nunca más volvió a ser la misma.


Maynard no mostró compasión alguna con el cadáver de Barbanegra.


Ordenó que le cortaran la cabeza y que ésta fuera expuesta durante varias semanas en el bauprés, el mástil que sale casi horizontalmente de la proa.


A su regreso a Virgina, trece de los quince prisioneros fueron ahorcados.


Tras caer en una emboscada al abordar el barco inglés, Barbanegra entabló un duelo a muerte con Maynard, que acabo con el cuerpo del pirata decapitado después de recibir veinticinco heridas.


Pintura que inmortaliza el duelo personal entre Maynard y Barbanegra.


Sobre la figura de Barbanegra circulan varias leyendas, como la que cuenta que una vez decapitado su cuerpo flotó alrededor de la nave varias veces.


Otra, en cambio, dice que su fantasma vaga por la zona de Teach's Hole, un lugar en la isla de Ocracoke llamado así en su honor, buscando su cabeza perdida.


Uso de armas históricas: Pistolas utilizadas contra y en favor de los piratas



Quizás haya sido no sólo uno de los más evocados y de seguro, uno de los más representados por su legendaria bravura y valentía.


Lo que sí está claro es que, dejando a un lado el folclore, la espada de Robert Maynard acabó con la vida de Edward Teach, el temible pirata Barbanegra, del cual la sola mención de su nombre provocaba auténtico pavor entre los habitantes del Nuevo Mundo.


Resumen de artillería y armas utilizadas en batallas navales de la época



Fuente: NATIONAL GEOGRAFIC

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