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Benedito Caravelas, liberador de esclavos


Su nombre original era Benedito Caravelas y vivió hasta 1885, líder nato y muy viajado, sabía mucho del noreste de su país natal Brasil.


Sus andanzas le habían valido el apodo de "Media Legua".


Siempre llevaba consigo una pequeña imagen de San Benito, que más tarde adquirió un significado "mágico"


Reunió grupos de insurgentes negros y aterrorizó a los granjeros de la región, invadiendo los barrios de esclavos, liberando a otros negros, saqueando y causando daños reales.


Se dice que era un estratega atrevido y creativo, creando pequeños grupos para evitar grandes capturas y atacando diferentes fincas simultáneamente.


La genialidad del plan era que el líder de cada grupo se vistiera exactamente igual que él.


Siempre que uno tenía la desgracia de ser apresado, Benedito reaparecía en otras rebeliones. Los granjeros llegaron a creer que era Inmortal.



Y siempre que había noticias de rebelión de esclavos, se hacía la pregunta "¿Pero es Benedito?"


Además del tratamiento infrahumano, los esclavos eran sometidos

a condiciones de explotación despiadadas incluso para los parámetros de la época.


El mito ganó fuerza después de una captura dramática.


Benedito llegó a São Mateus Provincia de El estado de El Salvador, en el mismo Brasil, fue atado por el cuello y arrastrado por la selva, por un capitán del ejército, quien montaba a caballo.


Fue dado por muerto y llevado al cementerio de los esclavos, en la iglesia de San Benito.


Al otro día, cuando fueron a cuidar el cuerpo, ya no estaba y solo había huellas ensangrentadas en el piso.


Surgió la leyenda de que estaba protegido por el mismo San Benito. Durante más de 40 años él y su grupo, más que resistir, derribaron el sistema esclavista.

Estatua de la leyenda.


Benedito solo fue asesinado en su vejez, cojo y enfermo. Dormía en el tronco de un árbol hueco. Escondite que fue denunciado por un cazador.


Sus perseguidores estaban al acecho, esperando a que Benedito se retirara. Taparon el tronco y le prendieron fuego, la leyenda dice que ahí murió.


Su legado es una estela de valentía, fe, audacia y fuerza de lucha por su pueblo, que aún se representa en las puestas en escena de Congada y Ticumbi en todo Brasil.


En medio de las cenizas encontraron su pequeña imagen de San Benito.


Cada 1 de enero, la procesión de Ticumbi recoge la pequeña imagen de San Benito de Córrego das Piabas y la lleva a la iglesia en una escenificación dramática para celebrar la memoria de Meia-Légua.



Fuente: MITOS & LEYENDAS

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