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Cimabue; ¿maestro renacentista o qué?

Grabado con la imagen del artista.


Cuando pensamos en la primera etapa del Renacimiento es el artista italiano Giotto el que nos viene primero a la cabeza como pionero del movimiento. Sin embargo, una figura clave que a menudo es subestimada en esta etapa de la historia del arte es el maestro de Giotto y su compatriota, Cimabue.

El pintor y mosaiquista conocido como Cimabue, verdadero nombre Cenni (Benciviene) di Pepe, nació en una familia noble de Florencia, en 1240. Durante el período medieval tardío, el arte estaba fuertemente influenciado por el estilo bizantino - el arte del imperio cristiano oriental - se centraba en la iconografía religiosa que solía ser plana, representaciones bidimensionales de escenas bíblicas.


Pero en el curso de su vida profesional, Cimabue pondrá en marcha los comienzos de un cambio estilístico que transformará el mundo del arte y mucho más. Cimabue, ilustración de Giorgio Vasari, ‘The Lives of the Most Excellent Painters, Sculptors, and Architects’, 1550No se sabe mucho sobre los años de formación de Cimabue y prácticamente no hay documentación oficial de su trabajo.



Los detalles biográficos varían, pero la mayoría se pueden rastrear en el libro de Giorgio Vasari: ( artista y escritor considerado como el primer historiador de arte del mundo) Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos publicado en 1550.

Según Vasari, el joven Cimabue demostró su talento para el dibujo cuando era alumno del colegio del convento de Santa María Novella. En lugar de leer sus libros de texto, parece que Cimabue prefería dibujar figuras y animales en sus páginas; tanto es así que cuando los artistas griegos llegaron a Florencia para decorar la iglesia del convento, sus padres le concedieron tiempo fuera de la escuela para estudiar sus trabajos, experiencia que podría haber moldeado su sensibilidad artística.

Nave de la Basílica de Santa Croce en Florencia, Italia, Crocifisso Cimabue, crucifijo pintado por Cimabue en 1287.


Vasari era un gran admirador de la obra de Cimabue, decía que "superó con creces a los pintores griegos".

En una clara ruptura con los métodos esquemáticos de sus contemporáneos, las pinturas de Cimabue retrataban formas humanas naturalistas, por ejemplo, rasgos faciales más realistas y la musculatura.

Estas características se pueden ver muy claramente en el Crucifijo de la Basílica de Santa Croce, Florencia (c.1287-88). El desplome realista del cuerpo de Cristo, junto con la tensión de sus brazos extendidos, representa de forma gráfica el sufrimiento humano, muy alejado de la iconografía estilizada y sin expresión de la época.



Además, los pliegues de la tela y la forma en que las manos y los pies sobresalen más allá de la cruz proporcionan un efecto tridimensional, aunque básico.

Cimabue ofrece al espectador una abundante tela ondulante para crear profundidad, y una ilusión de perspectiva que funciona particularmente bien en el centro de la imagen.

Cimabue, Santa Trinità Madonna (c. 1290).


A lo largo de su carrera, la obra de Cimabue lo llevó tan lejos como al norte de Bolonia, al oeste de Pisa, al este de Asís y al sur de Roma, pero fue en su ciudad natal, Florencia, donde descubrió a su discípulo, Giotto di Bondone.

Según Vasari, Giotto era un joven pastor cuyos dibujos de ovejas en una roca fueron vistos por Cimabue. Impresionado por la destreza artística del joven, contrató a Giotto como su aprendiz. Otra historia cuenta que un día cuando Cimabue salió de su taller, el joven Giotto pintó una mosca en el cuadro de su maestro. La mosca era tan realista que cuando Cimabue regresó, trató de quitarla del cuadro.

Muchas de las historias de Vasari son anecdóticas y sus fechas son contradictorias: por ejemplo, afirma que Cimabue murió en 1300, pero registros posteriores muestran que en 1302, todavía estaba vivo y trabajando en Pisa.

Aparte de las contradicciones, una cosa que Vasari tenía clara era su admiración por el arte del Renacimiento. Vasari también era de Florencia y, como tal, era un defensor incondicional de los artistas florentinos en particular - de ahí que los historiadores hayan sugerido que su firme apoyo al arte florentino contribuyó al reconocimiento de artistas como Miguel Ángel y Leonardo da Vinci.

En lo que respecta al carácter de Cimabue, se dice que tenía un temperamento algo irritable y orgulloso: si alguien criticaba su trabajo, o si él mismo encontraba algún defecto en él, destruía la pieza. Esto encaja con su apodo, ya que "Cimabue" viene del italiano, "cimare" o "blunt", y puede ser traducido como "cabeza de buey", o quizás incluso "cabeza de toro".


En términos de legado, es una pena que Cimabue se recuerde más por ser el maestro de Giotto que por su propio arte. A pesar de la afirmación de Vasari de que Cimabue dio "la primera luz al arte de la pintura", más tarde concluyó que Giotto "realmente eclipsó la fama de Cimabue al igual que una gran luz eclipsa a una mucho más pequeña". Estos versos son del poeta Dante que, en el Canto XI de su Purgatorio, escribió: En la pintura, Cimabue creía que lideraba

el terreno, y ahora es a Giotto a quien aclaman... el primero sólo mantiene una fama sombría

Cimabue, Christ Mocked (1280), obra recientemente descubierta.


Por otro lado, el crítico de arte victoriano John Ruskin creía que Cimabue era el mejor pintor de Florencia, con un talento igual al de Tintoretto y Miguel Ángel.


Sugirió que por ser el primero de una serie de artistas que sentaron las bases del Renacimiento, su contribución e impacto fueron eclipsados por los que le siguieron.


Ruskin añadió, "Es así con todos los grandes hombres: se elevan a la grandeza sobre peldaños desconocidos".

El nombre de Cimabue llegó a los titulares en octubre de 2019 cuando una obra atribuida a él se vendió por un precio récord de 20,7 millones de libras esterlinas en una subasta.

Famosa pintura de San Francisco de Asís (1182 - 1226), la cual se adjudica al pintor.


Christ Mocked, una pintura sin firmar que representa las etapas finales de la vida de Jesús se vendió cuatro veces más de lo esperado, siendo su estimación original de 4 a 6 millones de euros (3,55 a 5,32 millones de libras)

Se cree que el pequeño tablero de madera forma parte de un políptico - una colección de escenas pintadas en varios paneles - que data de 1280 y que representa la pasión y la crucifixión de Cristo.

El tablero estaba en excelentes condiciones, a pesar de haber estado colgado en la pared de una cocina, sobre una placa.


Fue descubierto por casualidad, gracias a un subastador que se encontraba en una casa de Compiègne, Francia, para tasar los muebles.


Otras dos escenas de la misma serie de Cimabue están en colecciones públicas - Virgen y Niño en la National Gallery de Londres, y La Flagelación de Cristo forma parte de la Frick Collection de Nueva York.


Escribe: KAY CARLSON


Fuente: BARNEBYS.ES

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