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Arcón Cultural

Cuando se van los poetas e intelectuales


La temprana partida de dos personalidades de la cultura de la talla de Giovanny Gómez Gil y Carlos Alberto Castrillón Ramírez, dejan un sentimiento de profunda horfandad para quienes tuvieron el privilegio de compartir sus cruzadas literarias.


Este sábado falleció el poeta y gestor cultural Giovanny Gómez Gil, fundador y director de la revista de poesía Luna de Locos y del Festival Internacional de Poesía de Pereira.


Gómez Gil, quien nació en Bogotá, pero vivió y creció desde temprana edad en Pereira, luchó durante varios días contra el covid-19, pero no ganó la batalla.


El licenciado en Español y Literatura y magíster en Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira, era un amante de la poesía y las letras a las que siempre honró a través de su revista y del Festival que lideró cada año, sin falta, desde el 2007.


Era un amante de fomentar la poesía, pero también de escribirla. Quienes lo conocieron, lo describen como una de las nuevas voces de la poesía en Colombia, que había logrado importantes méritos.


Su libro ‘Casa de humo’ recibió el Premio Nacional de Poesía María Mercedes Carranza en el 2006 y el Premio Letras del Mundo 2012 de la editorial mexicana Ediciones Sin Nombre. Con su segundo libro, ‘Lo Invisible’, ganó la convocatoria en poesía de la Colección Escritores Pereiranos 2014, del Instituto Municipal de Cultura y Fomento al Turismo.


Algunos de sus poemas tienen versiones al inglés, francés, italiano, griego y portugués. También fue gestor y promotor de la Feria Paisaje Café y Libro, de Pereira.


El sector cultural, empresarial, social y político de todo el país, lamentó la pérdida de este promotor de la cultura.


Obra


Su primer libro, Casa de Humo, recibió el Premio Nacional de Poesía María Mercedes Carranza en 2006, y el Premio Letras del Mundo 2012 de Ediciones Sin Nombre (México). Con su segundo libro, Lo invisible, publicado en 2014, ganó la convocatoria de poesía de la Colección Escritores Pereiranos. Ambos han sido reeditados en México, Italia y España.


En 2016 Valparaíso Ediciones publicó su libro Palabras que saben morder en los sueños, antología que reúne textos de los dos anteriores, y que al año siguiente aparecería en Italia con el sello Rafaelli Editores y traducción de Emilio Coco, bajo el título Parole chi sanno mordere nei sogni.


Algunos de sus poemas fueron traducidos al inglés, al francés, al italiano y al portugués. El autor participó asimismo en congresos y festivales literarios en su país y en Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, España, Francia, Grecia, México, República Dominicana y Venezuela.


“La poesía no es sólo un género literario, es una actitud y una lectura de mundo a la que algunos pueden llegar escribiendo con locura”, le dijo Gómez al periodista Jorge Morla, del diario El País, de España, en una entrevista publicada en 2018.


LUTO EN EL QUINDÍO


El pasado 18 de agosto murió en Armenia el escritor y académico Carlos Alberto Castrillón Ramírez, uno de los más destacados intelectuales del departamento del Quindío.


Profesor de la Universidad del Quindío y catedrático permanente en la Universidad Tecnológica de Pereira, Castrillón realizó varias investigaciones sobre diferentes autores del Eje Cafetero, entre los que se destacan en el Quindío, Noel Estrada Roldán y Carmelina Soto.


Castrillón Ramírez era también poeta y cuentista, y pertenecía a la Academia de Historia del Quindío. Durante los últimos tres meses estuvo postrado en su cama, afectado por un tumor cerebral. La noticia de su muerte fue confirmada por sus familiares.


Según Umberto Senegal


Si mediante recapitulada imbricación diegético sociosemiótica de sus tres recientes libros, Dionisio Aymará: El asombro y la agonía (2014); Palabras reincidentes (2014); Obra poética: Julio Alfonso Cáceres (2014), yo aprovechara para esta glosa vocablos de la Tabla de conceptualización literaria diseñada por Castrillón, a partir de la tabla de conceptualización creativa de Broughton, Carlos Alberto sería el copartícipe primero de mi sardónico juego; el segundo, otro Carlos Alberto: el narrador y caricatógrafo Villegas Uribe; y el tercero, un Carlos Alberto más: el poeta Agudelo Arcila.


Tales libros denotan su eminente categoría de estudioso y crítico con ilustrada visión para valuar el devenir literario de nuestra región y otros territorios de Colombia y del mundo. Los enfoques lingüísticos de sus juicios, sustentados en el estudio sincrónico de la literatura; su raciocinio literario, como ocurre con el ensayo previo a la compilación de los cuatro poemarios de Cáceres; la metódica ecuanimidad para examinar un texto en prosa o verso desde autorizados puntos de vista de la pragmática, convalidando sus dictámenes en marcos referenciales concretos, según se observa en su estudio sobre el poeta venezolano Dionisio Aymará, con quien Castrillón cruzó correspondencia, apuntalado en teorías propias del sistema metafórico de Lakoff y Johnson, le dan valía literaria.


“El aislamiento del poeta y su desdén por las expresiones nuevas, han hecho difícil que se reconozca su labor dentro de la tradición a la que por estética y tiempo pertenecería”, aclara Castrillón, expandiendo el ensayo que sobre dicho poeta incluye en Palabrasreincidentes, al lado de metódicos estudios sobre los haikus de David Lanoue; la fractalidad en los microrrelatos de Daniil Harms; Ortega y Gasset proponiéndose leer a España desde el Quijote; la metáfora del viaje en la poesía de Alba Lucía Ángel; el ensayo sobre la obra y vida de Reinaldo Arenas, fundamental para quienes investiguen las novelas y cuentos del narrador cubano; y Domitila Barrios, una de las cinco mujeres que abatieron la dictadura del general Hugo Banzer.


En el Quindío, lo evidencian estos tres libros junto con otros de investigaciones preliminares, las indagaciones críticas de Carlos Alberto son referentes inexcusables para conocer, entender y juzgar tanto la producción individual de escritores regionales, como la evolución socioliteraria de aquellos mecanismos lingüísticos configuradores del mapa literario regional. Aymará, Cáceres y el heterogéneo conjunto de escritores relacionados en sus libros, no son piezas sueltas de la perspectiva de Castrillón sobre la literatura y sus compromisos con la sociedad, la palabra y la belleza.


Por el contrario, tal quehacer intelectual es constante búsqueda, desde la academia o a partir de su introspectiva experiencia lectora, de la configuración cronotópica desacralizante, proteica y receptiva, testimonial o teorética, del trabajo que cumplen los escritores actuales y que realizaron cuantos nos precedieron con sus libros.


Fuente: DIARIO EL TIEMPO / LETRALIA / EL QUINDIANO / BLOG DE UMBERTO SENEGAL

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