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YANINA MARÍA CERIANI

Daniela Patrone, joven, madre y escritora



El día de la entrevista, eran las 16 horas y esperaba a Daniela Patrone en un barcito de calle Corrientes, en pleno centro de Buenos Aires, para hacer la nota que saldría este domingo en el suplemento cultural. Puntualmente como habíamos acordado llegó dispuesta a contestar cada pregunta que le hiciera.

Me encontré con un ser humano cálido y generoso, una escritora argentina que llega directo al corazón en cada relato de sus libros. A días de ser mamá por primera vez y con toda la ansiedad que provoca este momento en la vida de cada mujer, accedió de todas maneras, a la entrevista. En otras palabras, su profesionalismo coherente y responsable van de la mano con su personalidad encantadora.

Un lujo y un placer presentarles a nuestra querida artista del Domingo, escritora y flamante mamá, Daniela Patrone.


¡Gracias Dani!


YANINA CERIANI: ¿Daniela, cuántas obras tienes publicadas en la actualidad?


DANIELA PATRONE: Si bien «escribo» desde que tengo memoria –cuando aún no sabía ni leer ni escribir, agarraba los libros con imágenes que había en mi casa e inventaba mis propias historias– fue recién en el año 2012 que decidí dar a conocer lo que hacía y comencé a enviar mis escritos a diversas convocatorias literarias. Muchos de ellos fueron seleccionados y publicados en varias antologías con otros autores.


Actualmente tengo publicados dos libros de mi total autoría, ellos son «Doce campanadas de Navidad» (Año 2019, Editorial Enigma) y «Carpe Diem» (Año 2021, Editorial Autores de Argentina)


El primero consiste en cuentos para niños y el segundo es una recopilación de todos los cuentos, relatos y poemas que fui creando en el transcurso de todos estos años.


YC: ¿Prefieres autopublicación o editorial?


DP: En realidad, hasta el momento, solo tuve experiencia desde el lado de la autopublicación, por lo que me gustaría experimentar el hecho de que una editorial me publique.


YC: ¿Planificas las historias al detalle antes de escribirlas o las dejas surgir sobre la marcha?


DP: No, no las planifico en detalle antes de escribirlas. Lo que sí me sucede es que me surge un tema del cual necesito hablar, porque eso es para mí la escritura, una necesidad de expresar un tema o situación determinada y arranco escribiendo sobre ello. Después, sobre la marcha, son los mismos personajes o historias los que me van guiando, como en un laberinto, para encontrar la salida.


Me ha sucedido varias veces que tenía tal vez una idea del final, pero al sentarme a escribir este se cambió por completo; a eso le llamo yo «la magia de la literatura», nada está dicho de antemano, dos más dos no son cuatro, todo es impredecible.


YC: ¿Cómo promocionas tus obras?


DP: Las promociono generalmente a través de mis Redes Sociales:


Facebook: danielapatrone


Instagram: daniela_patrone_escritora


También distribuyo algunos ejemplares en los kioscos y librerías de mi barrio y en El Librero Online: https://ellibreroonline.mercadoshops.com.ar/carpe-diem


YC: ¿Cómo fue tu experiencia de escribir un cuento para niños, “Doce campanadas de Navidad” y de qué trata el mismo?


DP: «Doce campanadas de Navidad» es un libro que contiene doce historias independientes entre sí y cuya temática central y común es la Navidad.


La magia de ser ayudante de Santa Claus, el ángel de una niña, un pequeño árbol de Navidad, un perrito abandonado, una estrella muy especial, el muñeco de nieve, una visita muy esperada, la mala fama de un hijo por la forma de ser de su padre, una muñeca de trapo, el Reno Rodolfo, el valor de la amistad, entre otros entrañables personajes integran este libro.


Mi propósito al escribirlo fue que cada narración conlleve a una reflexión, un aprendizaje, que la imaginación y la creencia de los niños se fusionen entre la realidad y la fantasía. Desde mi punto de vista, el escribir para niños es mucho más complejo que escribir para adultos. Un cuento infantil tiene que atrapar la atención de su pequeño lector palabra por palabra de forma constante, no podés permitirte el «relajarte» en ningún momento, porque en cuanto lo hacés, el chico pierde el interés y cierra el libro.


YC: ¿Qué escritor o libro te ha influido en tu trabajo como autor?


DP: Considero que a la hora de escribir, más allá del estilo propio que se va desarrollando a través de la práctica, volcamos en la hoja, de forma consciente o no, todo lo que fuimos asimilando de las lecturas que adquirimos. Por eso pienso que para poder ser escritor, previamente hay que ser un gran lector. O como decía Jorge Luis Borges «Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído»


Tengo muchos autores que admiro y me influenciaron, solo por mencionarte algunos están: Gabriel García Márquez, Jane Austen, Galeano, Cortázar, Isabel Allende y Florencia Bonelli en lo que es la novela histórica-romántica, género en el cual me gustaría mucho incursionar.


YC: ¿Prefieres E-book o libro en papel?


DP: Para mí no hay nada como tocar, escuchar el sonido de las páginas pasar, oler y lucir en mi biblioteca un libro en papel.


YC: ¿Cuál fue el primer libro que te impactó y por qué?


DP: Si bien soy una lectora voraz desde mi infancia y tengo muchos autores y libros de referencia fue «Mujercitas» de Louisa May Alcott la obra puntual que me enseñó a amar la lectura y la escritura.


Su narración simple, sus personajes profundos y tan queridos, la historia llena de valores y realismo, me conquistó y lo convirtió en uno de mis libros de cabecera, al que recurro siempre que necesito de una lectura distendida y amena, llena de añoranza.


YC: ¿Cuáles son tus rituales para ponerte a escribir, acaso poner música o necesitas cierta iluminación?


DP: No podría asegurar que tengo un ritual puntual a cumplir.


Sí tengo mi lugar favorito de escritura que es mi casa, en cualquier rincón de ella, siempre y cuando tenga silencio y tranquilidad, no necesito más que eso.

Tampoco sigo horarios específicos, debido a que tengo otras actividades que me impiden ser esquemática con la escritura . Me aboco a ella en los momentos que puedo, pero cuando lo hago, me dedico de lleno, sin ninguna otra distracción.


YC: ¿Qué hace de un libro un “buen libro”, una obra que la gente disfrute y que les deje alguna enseñanza o aprendizaje?


DP: Considerar que un libro es un «buen libro», desde mi punto de vista es muy subjetivo. Existen diferentes géneros y estilos literarios justamente porque hay variedad de gustos. Hay obras que para mí son magníficas y que tal vez otra persona no pudo terminar de leerla porque la aburrió, no la atrapó, no le llegó, no la entendió o simplemente no era lo que necesitaba leer en ese momento; y viceversa, me ha sucedido que no me gustara un libro súper recomendado, con excelentes críticas y best seller.


YC: ¿Será que la literatura puede ayudar a cambiar lo que está mal en el mundo?


DP: Soy una total convencida de que la literatura salva a las personas. Conozco muchos casos de supervivencia gracias a las letras, ya sea por la lectura del libro correcto en el momento indicado o comenzar a escribir y exorcizar el alma a través de un cuento, un poema, una novela o un simple pensamiento. Es un salvavidas infalible.


El mundo está compuesto por todas las personas que lo integramos, que somos infinitas y de diversas características, sería una utopía maravillosa pensar que el arte podría exterminar todo lo malo que hay en él y en la esencia de los que lo habitamos, pero sí creo que puede contribuir y, de hecho lo hace, a cambiar pensamientos, acciones, ideales erróneos de las personas que estén abiertas a ese cambio.


Por este motivo también hago hincapié en la importancia de la literatura con valores y aprendizajes en los niños y niñas. Ellos son una esponja que absorben todo lo que les brindamos. Es nuestra obligación el sembrar en ellos los valores correctos y así formar personas que en un futuro contribuirán a la creación de un mundo mejor.


YC: Cuéntame sobre tu último libro “CARPE DIEM”, ya que tiene un agregado plus, ser reflexivo. Con esto me recuerda una frase de tu libro «La Pandemia del Covid-19 llegó para darnos, de la peor forma, una gran lección. ¿Somos capaces de comprenderla?».


DP: En general, siempre intento que mis escritos tengan ese plus reflexivo, sea del tema que sea. Que al leerme algo quede en el lector, que lo deje pensando o que le haya hecho algún aporte, aunque sea el más mínimo.


En cuanto a mi libro «Carpe Diem» está compuesto por 35 obras y dividido en seis temáticas: «Amor»; «Pasión»; «Libertad»; «Existencia»; «Identidad»; «Pandemia 2020» y un Bonus Track que te encontrarás al finalizar su lectura.


La sección dedicada a la Pandemia que sufrimos en el 2020 y que hasta el día de hoy venimos soportando, como explico en el libro, fue incorporada lógicamente a último momento ya que cuando «Carpe Diem» se había comenzado a gestar en mi mente, aún vivíamos en un mundo libre de este virus siniestro y terrorífico que surgió para poner a la humanidad de cabeza. Igualmente, el mundo en el cual vivíamos hasta el 2019 no era precisamente un lecho de rosas. El odio, la avaricia, la maldad, la falta de empatía, la intolerancia, las guerras, los robos y un sinfín de acciones atroces estaban más que presentes y, desde mi punto de vista, son tan letales como el COVID-19… Entonces me pregunto… ¿y si esta desgracia llegó para darnos, de la peor forma, una gran lección? Para poner un freno a la vida caótica y desmedida que veníamos llevando, para darnos un cachetazo y decirnos «reaccioná, esto no es lo que realmente importa».


Lo simple, lo que creíamos garantizado se vio amenazado. Las mesas familiares, las reuniones con amigos, un simple beso o un abrazo, se vieron prohibidos. Algo totalmente impensado, terminó sucediendo.


Surgieron las dudas, los miedos, la incertidumbre. Comenzamos a extrañar lo que pensábamos que nunca nos faltaría.


Se puso a prueba nuestra capacidad de empatía, de demostrar qué tanto nos importa el otro; también nuestra capacidad de reinventarnos. Es un tiempo de introspección, de descubrir lo que tenemos en nuestro interior y que no le dábamos la oportunidad de que saliera a la luz. Es un tiempo de oscuridad, sin duda alguna, pero también puede ser una nueva oportunidad para renacer y convertirnos en mejores personas.


YC: Y para finalizar nuestra entrevista, ¿algún consejo a los nuevos escritores?


DP: Personalmente tengo mis tres reglas básicas de escritura, que tal vez puedan servirle a las personas que estén iniciando este camino mágico, apasionante, maravilloso e infinito de las letras.


Primero, y aunque suene trillado, leer es fundamental para poder escribir. Así como no podemos correr sin antes tener la práctica de caminar, no podemos escribir si no tenemos la práctica o el hábito de la lectura.


El acto de leer y el acto de escribir deben estar acompañados el uno del otro. Si bien es cierto que un buen lector puede no llegar a ser nunca un escritor, también es cierto que un buen escritor necesita de la lectura para poder desempeñarse como tal.


La lectura proporciona al escritor el enriquecimiento del lenguaje, mejora su expresión narrativa y su ortografía. Le hace conocer nuevos estilos y temáticas, fomenta su creatividad e ingenio. Leer, por lo tanto, es una forma inmejorable de aprender el oficio de la escritura.


En segundo lugar, aconsejo ser honesto con uno mismo y saber por qué y para qué se escribe. ¿Es una necesidad? ¿Es una vocación? ¿O simplemente quiero ser un escritor comercial?


Y como tercera regla considero que el acto de escribir debe ser desarrollado de forma metódica y estricta. Para los que tenemos otras actividades fuera de la literatura, dedicarle a ella ocho o nueve horas por día es algo imposible, impensable (aunque al menos para mí sería glorioso) pero aunque sea debemos “reservar” un ratito de nuestro día para escribir una línea, una idea, lo que sea que surja, con el fin de no perder el entrenamiento.


Y agrego la perseverancia. No es un camino fácil, como casi ninguno en el mundo del arte, pero creo que todo se puede lograr si no nos damos por vencidos.



Entrevista y escribe: YANINA MARÍA CERIANI*















*Nacida en la ciudad de Rosario en 1971, Yanina estuvo ligada al arte desde niña debido a las influencias de un tío abuelo, pintor reconocido de la ciudad de Rosario, Osvaldo Traficante y a su hijo quien también la apadrina, Marcelo Traficante.Yanina es autodidacta y ha dedicado su vida al arte en forma permanente.


Su capacidad de comunicación va pareja a la proyección y variedad de sus obras literarias como la poesía, el género de distopías, soliloquios, microficciones, etc.


Ha dado muestras de su versatilidad y su pasión por el arte desplegándola en varias expresiones artísticas como la pintura y la fotografía.


Actualmente dirige un taller literario para adultos llamado “Ronda de la palabra, los libros nos hacen libres” y difusión del arte por medio de programas radiales.

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