Causa terror el abandono del arte público en Pereira, el mural en mosaico “Siembra de maíz” del artista Hernando Tejada Sáenz se cae a pedazos en la esquina de la calle 19 entre carreras 7ª y 8ª, en el edificio Santiago Londoño, donde se tiende esta obra plena de gracia y alegría, que recuerda el trabajo de los campesinos cuando levantan la tierra a pleno sol, un paisaje colorido de casas humildes, es decir, un mundo para visitar con los ojos en esta esquina emblemática, junto la Alcaldía, donde el maestro Tejada, con 33 años recién cumplidos, dejó como huella de un movimiento artístico, el testimonio de los trabajadores y de los mártires de la historia, recuérdese el mural de la Telefónica de Palmira (1956), influido quizá por Rivera y Siqueiros, en fin, la tragedia que representa el artista en múltiples obras en esta década de los años 50 y que trascienden hoy el aspecto meramente decorativo.
Si bien la función de la pintura mural ha sido siempre la de comunicar, apoyar el lenguaje más allá de la palabra escrita, Hernando Tejada buscó siempre teatralizar las situaciones cotidianas, para reforzar la memoria social; en este caso la comprensión del devenir de la ciudad de Pereira a través de los ojos de sus habitantes, quienes podían olvidar su origen campesino, así que muchos no comprenden cómo no hay, a la fecha, un plan de restauración y mantenimiento para la obra de Hernando Tejada, para evitar el uso del arte público como baño y dormitorio.
Por ello quiero consignar en estas líneas la opinión del artista Ronald Holguín: “Es triste ver cómo desaparece poco a poco el patrimonio artístico e histórico de la ciudad, no solo por factores naturales (terremotos, incendios, inundaciones), sino por efectos del vandalismo, por descuido institucional y falta de pertenencia, obras de grandes artistas de la cultura nacional e internacional.
En Pereira tenemos obras de Rodrigo Arenas Betancourt, Omar Rayo, Lucy Tejada, Santiago Cárdenas, Francisco Antonio Cano, Antonio Seguí, solo por nombrar algunos. Ahora bien, esta obra de Hernando Tejada, junto a la alcaldía y atrás del Bolívar desnudo, está en un estado lamentable… además de las grietas y la pérdida de piezas, también le falta a la obra un pedazo de muro… Tiene una placa de identificación mal restaurada la cual eliminó parte de su diseño inicial. No tiene iluminación y es orinal de habitantes de calle. Resulta paradójico que hoy se realicen convocatorias y se hable de apoyo a la cultura”.
Fotografías: RONALD HOLGUÍN
Escribe: ALAN GONZÁLEZ SALAZAR*
Pereira, Risaralda, 1987. Actor y dramaturgo. Cofundador de la revista Polifonía y del Premio Nacional de Poesía Universitaria El Quijote de Acero. Actualmente culmina sus estudios universitarios en la Universidad Tecnológica de Pereira. Ha publicado poemas en la antología Tocando el viento (Corporación Cultural Luna de Locos, 2012); Poetas del Gran Caldas (Revista Santo y Seña, Musa Levis, 2013) cuentos y ensayos en las revistas Agenda Cultural; Las Artes, suplemento literario del Diario del Otún, Polifonía y Luna de Locos. Premio Nacional de Novela Ciudad Pereira 2012, con la obra Anónimos.
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