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Donde todo persiste como un grito

Actualizado: 5 jun 2022


Escribe: CARLOS ALBERTO AGUDELO ARCILA


Persiste como un grito. Grito huérfano. Grito sin eco. Grito sin el resplandor de la palabra. Grito experto en sortear su magnitud entre la última agua crepuscular. Grito a la orilla de la sombra de una tarde silenciosa. Persiste como un grito incubándose en los labios la angustia del desahuciado. El grito se agrieta por su abertura caben mundos legendarios donde se escribe el póstumo susurro de Cristo antes de sentarse a la diestra de las tres en punto de la tormenta del tiempo sin fin. Grito punzante. Se levantan murallas polvorientas en la mirada de un bebé sin madre sin padre sin quién le propicie una sonrisa para empezar su aventura humana en este rincón de la existencia donde todo persiste como un grito.


DONDE ESCRIBO


Sentado en un paraje de heliconias guayacanes y pastizal de diversos verdes escucho música solfeada por la savia del arbusto más antiguo. Anoche soñé este panorama. Hoy en mi vigilia observo a través del ventanal de vidrio un lugar semejante solo varía por el paso de doce hormigas y una música vulgar invadiendo la sala donde escribo.


VIERNES APRISIONADO EN EL MUTISMO


Viernes aprisionado en el mutismo. La página en blanco capta el eco del ventilador encendido. Viernes aún más viernes renaciendo desde los escombros del último sábado.


TRES POETAS


La luciérnaga canta soles flores y silencios. Neruda canta cebollas barcos y ausencias. Borges viene con su ayuda de sombras diamantinas con sus animales esféricos con la armonía del centauro a vertebrar el paraíso de la luz.


EN BUSCA DE…


Se abre al viento el viento en la bisagra por abrirse. Detrás de la puerta el hombre desconocido. Más allá del portón la palabra peregrina en busca de albergue en el idioma del mutismo.


COMO VOZ GENUINA EN EL POEMA


La sombra del pájaro atravesada por entreluces de la palmera mientras la sombra de la mano escribe el céfiro urdido de vuelo sin rumbo el peregrinaje de la guayaba entre el reptar de los gusanos el azul del leño encendido enlazando el aire el verde más verde cuando al levantar sus manos el caballo reverencia el horizonte el grifo abierto por donde se desbocan los ahogados de cada día y el silencio de la amada como voz genuina en el poema.


ESTA TARDE NO SE LLAMA MARTES LA NOMBRO SILENCIO


Esta tarde no se llama martes la nombro silencio. Tiene la lentitud de un hombre triste pronto a morir. Quizá yo sea la tarde en horas de carne y hueso ¿Seré martes y no Carlos? ¿Por qué me llaman poeta? Camino y soy viejo para el miércoles. Saboreo un helado mientras recuerdo el lunes de mi vida. Esta tarde no tiene nombre o se llama domingo es decir un día cualquiera. Es silencio de mariposa. Silencio de un hombre listo a perfeccionar una mirada al transcurrir sus centurias. Esta tarde es agua con sabor a la sed cuando nadie me quería es celebración del hueso con la carne del olvido con la muerte del marfil en el aro y del marfil pregón de luminiscencia al barritar el elefante. Esta tarde danza a la luz del camino es vejez desde antes de haber visto la piedra en el ojo de la piedra. Esta tarde es delirio por dejarme develar el misterio de un canario en las fauces del trino.


TODA CIUDAD ES UNA ILUSIÓN TRANSVERSAL A LA PESADUMBRE


Toda ciudad es una ilusión transversal a la pesadumbre. Pesadumbre transversal a la ilusión de toda ciudad.


EN LA CAVERNA DEL VIENTO


Saltos originales dentro del tornado instan a repensar el rumbo de la marioneta.


AL FINAL…


Al final de la sombra la sombra la sombra la sombra la sombra la sombra sombra sombra sombra…


(Publicado originalmente en el portal EL QUINDIANO

y reproducido por expresa voluntad de su autor)


*Escritor y poeta oriundo del departamento del Quindío. Autor prolífico.

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