AZUL
por JHONNY OSORIO, "JHOAN OSAG"
Azul el cielo
y tu pensamiento
de locos devaneos,
azul tus manos,
azul tu pecho,
azul el techo de tu cuarto
que nunca mengua,
azul como el Edén;
azul mi pobre cuerpo a su lado,
azul y luz y arcoiris de espejismo azul,
azul tus ojos fulgurantes
cual quimera,
azul tu color favorito,
azules lágrimas saladas
como el mar
al ver cómo me has dejado
en la inmensa oscura negrura de mis penas.
NOS HABLA
por: EMMANUEL ATHEMAY STERLING ACOSTA
Isla Volcán es élla y él Belleza incandescente Su nife habla y purifica Momentos sin luces Hoy alza conciencias Atraviesa simas y mar Crea cimas con fuego Feliz alumbra caminos Para andarlos viendo Prende brasas Celebran Y juntitas se alzan.
MI VECINO
por ANDRÉS GALEANO
Este deseo homicida de acabar con mi vecino me consume. No sé hasta cuándo podré soportar su casa frente a mi casa Es espantoso… Levantarse en las mañanas y verlo podar su jardín Sin camisa y en bermudas ¡Por Krishna! ¡Cómo odio esas bermudas! No sé cuánto más podré soportar sus parrandas vallenatas. Sus comentarios sobre el clima Sus invitaciones a ver fútbol No soporto más verlo correr al autobús Con su camisa medio afuera y un bosquejo derisa atravesando su quijada
O verlo llegar con sus amigas Sus amigas orgía, sus amigas baratas. (En mis noches… soñadas) …Luego sufro ¡Cómo sufro! Cuando lo veo llegar de la iglesia Con un Cristo-hostia triturado en su interior…y una fe nueva, Renovada. Yo lo miro, detrás de mi ventana. Invita a todos a pasar. Algunos se sientan en su mesa Otros de pie, sólo ríen. Él canta. Baila. Bromea. Y una gran fiesta se cimenta Justo frente a mi casa Yo no voy, Nunca he ido Salvo esa noche… En que muy borracho toqué su puerta, una, dos, tres veces. “Pase, vecino. ¡Entre! ¡Siga! ¡Siga!” – Me dijo el desgraciado, entre dormido. Entonces yo lloré y no dejé de llorar. Maldito vecino mío Cómo hará para ser tan feliz.
POEMA III
por CAROLINA HIDALGO
Es propicia la casa del lenguaje y en ella la cámara nupcial despojo del deseo La cocina de los antojos que practican los ancestros sagrados lugares de la palabra En el baño se piensa sobre los hijos y el secreto de la eternidad Sentarse con estilo y paciencia con el olor y lo que se es En la sala nacen las creaciones se observa a los transeúntes y se inventan sus historias Penetra el mundo en la casa del lenguaje se desvanecen las civilizaciones Nacen otro hombre otra mujer
EN CELO
por HELENA RESTREPO
Una tonelada de hormonas
de repente son liberadas a mi torrente sanguíneo
cambian mi humor y mis líquidos.
Algunos machos lo detectan
se acercan entre hechizados y guiados por el instinto.
Nos observo, como lo hago con otros animales,
y sobre mi animal
mantengo el control.
SIN TU AMOR NO EXISTE SUEÑO
por CARLOS ALBERTO RICCHETTI
Sin tu amor no existe sueño, ni el ansia de los días por venir… Se apagarán
las fragancias, callarán los dulces versos, arderá el mismo bosquejo de la senda
a concluir… Es que sin tu amor, se estrellarán las mañanas en la más negra tormenta; ya no existirá
la afrenta ni el viento ardiendo
en los ojos, ni siquiera el estigma malicioso si clavándome su daga
me sorprende. Sin tu amor, será culminar el viaje al desolado paraje donde se anhela morir, regar la tierra con sangre si así te hiciera sentir…. Porque sin tu amor; ¿cómo concebir la vida?... Sin tu amor, no existe sueño ni el arte de volver a amar… Jamás… Jamás… Jamás…
Cuentos y ensayos
ESAS PALABRAS PALABRAS ESAS
Por: CARLOS ALBERTO AGUDELO ARCILA*
1. a. DESTINO
Debes volver a la casa del mundo Estás obligado a regresar a tu destino la realidad te llama Ven siéntate a mi lado come una porción de trigo aléjate del agua contaminada por el humo de tu cigarrillo posa tus ojos sobre la luz que vertebra la rendija dialoguemos sobre la vid de otros horizontes respecto a la sonrisa inconclusa de la muchacha en tu memoria charlemos de la hierba muerta y sombras de pasos sobre el sendero de los extremos del tiempo deja tu cara melancólica junto a la puerta de entrada muéstrame tus manos crucificadas sobre el papel en blanco ¿Llueve? Sí es la tormenta de los siglos de los siglos abatiendo la mañana junto al espectro de la bombilla donde podemos mirar las horas perdidas del pensamiento Debes volver a la casa del mundo Estás obligado a regresar poeta maldito
1. b. REALIDAD
Mientras el frío de esta noche mide centenares de laberintos dentro de mis vísceras observo cómo cierta casa se ilumina de noviembre de viento casero de sábado sin techo donde jamás cae la lluvia interminable El resto de viviendas frente al frío de esta noche son sombras a imagen y semejanza de hombres y mujeres de hormigas sin sombras bajo un sol donde el pueblo es hendedura favorable para el desagüe de la pesadumbre humana El frío de esta noche tiene nombre propio se llama el frío de esta noche inscrito en algún poema con el fin de vislumbrar la casa sin par que se ilumina de noviembre de viento casero de sábado sin techo donde nunca cae la lluvia interminable.
1. a. DETERMINACIÓN
Cola de caballo Diente de león Anamú Caléndula Zarza parrilla Albahaca Tomillo Malva Romero Manzanilla Boldo Hierba buena Llantén Valeriana Salvia Ruda Marrubio Apio Poleo Picar cada una de estas plantas medicinales no sin antes mirar de arriba abajo la textura de sus hojas de su raíz del tallo advertir sus partes con un microscopio detallar gusanos y bacterias e inventarles un camino aparte para verlos soslayarse como se lo merecen de inmediato en once gotas de baba de tigre cocinar a fuego rápido los arbustos curativos noventa y nueve años más tarde cinco segundos antes de terminar el siglo recostarse mirando el horizonte a través de un portillo diminuto reflexionar la alegría de haber nacido apreciar el entorno vacío sin rencor alguno En un cedazo colar el negro hasta ver derramar un agujero universal en el pocillo donde los poetas consumen cicuta Por último no dejarse llevar por entropías ni malsanos humores Sin demora alguna ingerir de un solo sorbo el extracto antes de escribir un poema.
1. b. ACONTECER
Palabra aguda Palabra grave Palabra palabra Palabra vana Palabra concéntrica Palabra afelpada Palabra periférica Palabra interna Palabra desnuda Palabra divertida Palabra corazón Palabra copular Palabra lagartija copulando con amor Palabra entrar Palabra salir Palabra auricular Palabra comed Palabra bebed Palabra pan Palabra vino Palabra atestada de sí misma Palabra en la hondonada de la tempestad Reposa la tarde en el silencio.
1. a. VACÍO
Sentado en una banca del parque con un libro cerrado en mis manos leo el paso de las multitudes salidas desde los cuatro costados de la luz del sol Cantidad de palomas picoteando un punto invisible al ojo humano El paso del viento con el sombrero bajo su brazo El transitar del sombrero con el viento al pecho El lagrimeo de la gota de lluvia sobre la piedra donde se recrea la hormiga ciega El polvo sobre la palmera y el verde de la palmera
extraviado en algún lugar de sí misma El aquí y el ahora del perro orinando con su mirada perdida en la chuspa corriendo tras el ladrido juguetón La fiesta por ser domingo en lo recóndito del helado El regocijo del pastizal por el rojo color rosa acechando el pétalo por nacer El observar atento del búho posado sobre el chamizo del guayacán Las flores amarillas revoloteando entre el cúmulo del aire perdido en el basurero La tarde desorientada por el aleteo sin horizonte El muro por levantarse junto al último paso dado en tiempos lejanos por el paralítico Los senos en la cuenca de las manos mutiladas El anciano firmamento en el lozano azul Sentado en una banca del parque abro el libro donde leo páginas en blanco inmortales.
1. b. CONOCIMIENTO
Anhelo el poema agradable Escribo la fruta podrida en la terminal de buses Los ancianos enfermos en sus andenes El grito peculiar en los alrededores El aire putrefacto en cada una de sus esquinas Voy al baño dejo la página en blanco como homenaje al poema imposible de escribir.
1. a. INCERTIDUMBRE
Sombra es decir silencio Silencio sombra de la palabra Sombra del silencio de cuanto se abstiene a decir la palabra Palabra bifurcada en la palabra misma como sombra sin a dónde ir Palabra silencio sombra de sombra.
1. a. CERTEZA
El agua es incolora el poema es azul Bebo el agua escribo el poema Bebo el poema escribo el agua en azul se diluye el agua como la lejanía del mar
Incoloro se torna el poema como algo no escrito
*Poeta, escritor y ensayista
LECCIONES DE LA MINGA
Por: JOSÉ NODIER SOLÓRZANO CASTAÑO
Pocos académicos y escritores se han interesado de verdad por penetrar en la conciencia colectiva de los mundos indígenas. Casi siempre se acude a esos universos a través de sus objetos y de múltiples generalizaciones sobre sus culturas.
En el Quindío, por ejemplo, ni siquiera sabemos bien qué tribus nos habitaron. Ahora, cuando existen varios pueblos asentados en este territorio, poca atención les prestamos. Los indígenas viven apartados en sus resguardos como si fueran propios de naciones bárbaras.
Alguna vez le oí decir a un dirigente cafetero, de esos arribistas prevalentes, que esos indios no deberían ocupar nuestras tierras porque no eran nativos del Quindío.
La máxima curiosidad nuestra por la cosmogonía aborigen, además del pedido de devolución del Tesoro Quimbaya al gobierno español por la Academia de Historia, reside en una muestra en el Banco de la República y en unos guacales olvidados, de más de mil piezas, incluidos unos vestigios de oro, pertenecientes a la antigua colección del Banco Popular, ahora en manos de la Universidad del Quindío.
Excepto por el genuino interés de algunos antropólogos, liderados por Roberto Restrepo, ese excepcional gestor de nuestra historia y cultura, aquí nos ha interesado muy poco el pensamiento aborigen, sus hábitos y culturas múltiples.
El racismo que evidenciamos frente a los indígenas, expresión patética de una supuesta superioridad, brota ahora con la convocatoria y marcha de la minga hacia Bogotá. Salieron los mestizos de toda laya a decir barrabasadas: que los indios son terratenientes insaciables, cuando solo han sido vigías y custodios de la naturaleza. Sus territorios, en parte inservibles para el cultivo productivo, se extienden hacia baldíos o tierras paramunas donde se originan las fuentes de agua para las ciudades.
Dijeron también que tenían una motivación política, como si eso fuera una falencia. Y peor aún: con el aval del poder central, con sus envenenados propagandistas, se echó a andar la información mentirosa de que la minga había sido estimulada a trasladarse a Bogotá, como una maniobra maestra del gobierno para poder quemar cerca de 63 laboratorios de pasta de coca ubicados en el Cauca.
La infamia de este gobierno, y de sus representados, ha llegado demasiado lejos: a términos ridículos sí, pero también crueles para con esos pueblos.
La minga deja lecciones. Enseña que hay pueblos dignos, que no se arredran ante las armas y la vanagloria banal utilizadas por los gobiernos. Deja como testimonio la solidaridad y la disciplina de un concierto de pueblos, distintos, que resisten la andanada consumista promovida por la competencia radical y el egocentrismo puro. Dice que las naciones, a pesar de sus líos, pueden ser autosuficientes en la búsqueda de la paz como hábito cotidiano. Muestra cómo, desde sus ancestrales costumbres, se cuidan los nativos entre sí de la enfermedad y promueven reglas de higiene colectiva.
La minga, como el virus, nos despojó de atavíos superfluos a los demás habitantes de Colombia. El problema es que no vemos la precariedad de esa desnudez.
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