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Gaitán, el hombre que pudo cambiar Colombia

Escribe: JHON JAIRO SALINAS*


La memoria de llamado "caudillo del pueblo", perdurará para siempre en nuestra historia.


Tres años después de ocurrido el mayor holocausto de la humanidad, la segunda guerra mundial, el 9 de Abril de 1948, la historia política de Colombia se partió en dos con el vil asesinato del prominente político Jorge Eliécer Gaitán. Las llamas que ardían en esos momentos en una calle céntrica de Bogotá, fue el vaticinio del horrible infierno que le esperaría a Colombia.


Documental



Los ociosos de la rancia oligarquía colombiana, en contubernio con la CIA, en plena cumbre panamericana, gestan el magnicidio del gigante de la oratoria y la política nacional, bajo el gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez.


Setenta y tres años después, su pensamiento retumba en los oídos de quienes aun se resisten al cambio; sus manos todavía golpetean la tiranía, la opresión y la mezquindad de quienes han ostentado el poder bajo la pérfida democracia más asesina y mezquina de América Latina.


Es hora de levantar los ideales de quien fuera uno de los máximos exponentes de las ideas revolucionarias de la mitad del siglo XX en Colombia.


Es así como desde el año 1948 nace la violencia política colombiana que se le extiende hasta 1957, caracterizada por la despiadada y brutal ofensiva desatada por la burguesía a través del Estado en contra el pueblo. Se despertaron y esgrimieron entonces los odios partidistas tradicionales para lanzar a “rojos” contra “azules” (liberales y conservadores). Diversos fenómenos históricos quedan ligados al gamonalismo y a los métodos de predominio político utilizados por la oligarquía ubicada en ambos partidos facilitando la maniobra fratricida.


La “violencia” invadió con sevicia y salvajismo campos y ciudades, causando unos doscientos mil muertos en su primera etapa, y otros cien mil en etapas posteriores. Deja como resultado el arrasamiento de pueblos, despojo y persecución de miles de campesinos hasta el punto de utilizar los métodos más sanguinarios, entre ellos el famoso "corte franela", que consistía en cortarle la lengua a los opositores (liberales); abrir el vientre de las mujeres campesinas en condición de embarazo, introduciendo un gato para que este a su vez devorara el feto y, cercenando pies, manos y cabezas de quienes no promulgaban las ideas ultraconservadoras.


Refiriéndose al nacionalismo



Cualquier parecido con la actual barbarie paramilitar es mera coincidencia. El desplazamiento del sector rural hacia las ciudades en donde muchos de estos campesinos no tenían techo, trabajo ni comida; la destrucción del movimiento sindical y popular y la persecución anticomunista de la mano con la persecución a los líderes de organizaciones sindicales y populares, son el común denominador en adelante. El despojo por parte de terratenientes facilitó el desplazamiento forzado y los latifundistas con sus intermediarios, se enriquecieron con esta desgracia a la par con industriales y comerciantes (pájaros y bandoleros eran la constante por esos días en nuestra aciaga política colombiana).


Célebre fotografía coloreada a través de las nuevas técnicas de tratamiento de fotos o películas.


Laureano Gómez, principal artífice de esta violencia junto con el presidente títere Urdaneta Arbeláez llevaron al poder en el año 1953 al General Gustavo Rojas Pinilla, logrando engañar al pueblo que anhelaba la paz y el cese de los crímenes en campos y ciudades.


De un total de 20 mil guerrilleros desmovilizados, el 90% entregaron sus armas, en cabeza de Guadalupe Salcedo y Manuel Marulanda Vélez más conocido como “Tirofijo”, a cambio de linternas, cajas de fósforos, machetes, azadones, cerdos y gallinas.


Con estos breves antecedentes históricos debemos recordar también que el genocidio al movimiento gaitanista sigue siendo tergiversado por la historia, y la investigación del crimen contra Jorge Eliécer Gaitán ha sido sistemáticamente manipulada, al punto de declarar a un lustrabotas como único responsable.


Entrevista a su hija, Gloria Gaitán



Se desconocieron las declaraciones del ex agente de la CIA John Meckpless, quien confesó que fue contratado por la CIA para ejecutar “la eliminación física de Gaitán”.


Las razones que condujeron al execrable crimen del caudillo liberal a causa de su lenguaje y conceptos se radicalizaban claramente señalando a la oligarquía como la causante del atraso del país, de la miseria popular, del saqueo de las riquezas nacionales, obteniendo aún más el asentado odio de estas fuerzas, que además lo rechazaban por su origen popular y su condición de mestizo. “El negro”, así lo llamaban despectivamente.


La autoridad popular ganada por Gaitán, su denuncia de violencia estatal, lo estaban conduciendo al destino de la muerte, y así despejar la incertidumbre de que sería electo presidente en 1949. Ya Gaitán lo presentía cuando una vez dijo “si a mí me matan, Colombia durará 50 años más derramando la sangre en nuestros campos y ciudades.”


Como contraposición al genocidio hacia el movimiento gaitanista, iniciado desde 1945 y tras tomar esta organización del pueblo dimensiones peligrosas para la oligarquía liberal – conservadora que optó por la violencia, Jorge Eliécer Gaitán convoca la fuerza de la presencia popular en las calles y se realiza el 7 de febrero de 1948 una manifestación pública y nacional llamada “La Marcha del Silencio”, hecho sin antecedentes en la historia del país, donde expresa su posición en el discurso conocido como la “Oración por la Paz”, frente a las masacres oficiales propiciadas por las autoridades bajo el gobierno bipartidista de Mariano Ospina Pérez, quien actuaba en clara complicidad con la CIA.


Así quedó destruido por la turba el cuerpo del autor material del magnicidio, José Roa Serra, aunque hubo otros perpetradores y autores materiales, de acuerdo a las investigaciones realizadas, sin contar la complicidad del gobierno conservador y de uno de sus líderes, Laureano Gómez (1895 - 1965).


Citamos dos fragmentos de la oración de la paz:


“Señor presidente Mariano Ospina Pérez”


"(…)bajo el peso de una honda emoción me dirijo a vuestra excelencia, interpretando el querer y la voluntad de esta inmensa multitud que esconde su ardiente corazón, lacerado por tanta injusticia, bajo un silencio clamoroso, para pedir que haya paz y piedad para la patria (…)"


"(…) os decimos finalmente, excelentísimo señor: Bienaventurados los que entienden que las palabras de concordia y de paz no deben servir para ocultar sentimientos de rencor y de exterminio.


¡Malaventurados los que en el gobierno ocultan tras la bondad de las palabras la impiedad para los hombres de su pueblo, porque ellos serán señalados con el dedo de la ignominia en las páginas de la historia! (…)".


"El jefe" (Documental venezolana)



Desde entonces y hasta nuestros días la violencia se mantiene en campos y ciudades, como jinetes apocalípticos de la guerra. En nuestros campos se sigue sembrando metralla, entrando en acción diversos movimientos guerrilleros. La violencia abierta desde la muerte de Gaitán por sí misma significa el estado capitalista con todas sus instituciones represivas, judiciales, carcelarias, etc.

El cuerpo del hombre de la esperanza de todo un país, minutos después de fallecer a causa de sus graves heridas.


Gaitán había denunciado durante años la violencia oficial contra los gaitanistas. Con su muerte se profundizó el genocidio de dicho movimiento mediante el frente nacional, cuyo pacto diabólico entre la oligarquía liberal y conservadora selló el perdón y olvido, con la intención de sepultar la memoria de Gaitán.


El posterior genocidio de la Unión Patriótica, y el actual horror del exterminio paramilitar, son claros ejemplos de la combinación de las formas de lucha utilizadas desde el poder con la bendición de la impunidad en la farsa y mentirosa democracia colombiana.


El Bogotazo (Reviviendo la historia)



Con esta conmemoración queremos rendir tributo a hombres y mujeres que han luchado por la reivindicación de la verdad, la justicia y la reparación integral de las víctimas de la violencia política en Colombia.


“Por la restauración moral y democrática de la república”. Es el deber que nos concita a luchar por la verdadera patria libre, soberana, con justicia social y de paso extirpando un Estado miserable de cosas.


El pueblo bogotano se armó al conocer la tragedia de quien sería a la postre el próximo presidente de la República, así como en todos los municipios del país.


Como escribió Carlos Restrepo en 1997 “cuando una cultura empieza a convertirse en campo de difuntos insepultos –que nos asechan con su hedor para que derramemos de nuevo sangre y saciemos sus anhelos de venganza– se hace imprescindible aclimatar la profesión de enterradores”. Y así lo siguen buscando. (Qué mala memoria la del ex Alto Comisionado para la Paz “Doctor Ternura”, hoy prófugo de la Justicia).


Como homenaje resaltaremos algunas frases célebres de este gran líder inmolado por las fieras y carroñeros de este sistema pérfido y asesino.


“Por la restauración moral de la república, pueblo: ¡a la carga!”


Roa (2013) de Andrés Baiz



“El pueblo es superior a sus dirigentes.”


“Hay que procurar que los ricos sean menos ricos y los pobres sean menos pobres.”


“Esta avalancha humana: libra una batalla, librará una batalla; vencerá a la oligarquía liberal y aplastará a la oligarquía conservadora.”


El hombre que fue Colombia



“Ninguna mano del pueblo se levantará contra mí y la oligarquía no me mata, porque sabe que si lo hace el país se vuelca y las aguas demorarán cincuenta años en regresar a su nivel normal.”


“Yo no soy un hombre, soy un pueblo.”


“La democracia y la política tienen que ir llevadas de la mano, el pueblo es parte de él así que se tiene que hacer valer”


Su participación en la historia del país



“El pueblo unido jamás será vencido”


Título original: "Nueve de abril, magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán"


Agradecimientos bibliográficos:


Fundación cultura Rayuela / Archivos familia Gaitán / María Valencia Gaitán / Diccionario sociopolítico elemental Francisco J. Trujillo, Segunda edición. Pag. 168, 234.























*Dirigente social y defensor de derechos humanos. Periodista. Corresponsal de Diario EL POLITICÓN DE RISARALDA y de su suplemento, ARCÓN CULTURAL.

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