En su época fue muy valorado y sus servicios,
permanentemente requeridos en la corte
Análisis, estudio y crítica musical: BILLY DÍAZ*
Jean-Baptiste Lully, director musical de Luis XIV, se golpeó el pie con un bastón de ritmo provocándose una herida. La gangrena y la falta de higiene hicieron el resto.
Una batuta podría ser un arma letal, como Mel Gibson, según el uso que se le dé. Si se maneja únicamente para dirigir a la orquesta, obviamente, el riesgo de que se te clave el extremo puntiagudo en un ojo es mínimo, pero nadie ha dicho que esa sea su única función, del mismo modo que unas gafas pueden servir para pelarse a alguien si se hinca una de las patillas con fuerza en la yugular de la víctima, como demostró Francis Ford Coppola en uno de los asesinatos más salvajes de El Padrino III, el del banquero Lucchesi.
Copia de su firma
Todo aquello que pueda hacer presión sobre una parte blanda del cuerpo y desgarrar un vaso sanguíneo principal, o abrirse camino hasta el cerebro, como en el caso célebre de Haroldo II de Inglaterra, fallecido en la cruenta batalla librada en Hasting (1066), según cuentan las crónicas, por una flecha que le atravesó el ojo-, debe ser considerado a todos los efectos, por tanto, comoun arma peligrosa.
Publicación de una de sus tantas misas
Nunca hay que menospreciar la creatividad y las habilidades de un sicario, un psicópata o los actos divinos, y, sin embargo, en los amplios catálogos de muertes absurdas o insólitas no aparece ninguna producida por el uso espurio de una batuta.
Siempre y cuando, lógicamente, entendamos por batuta el bastón que manejaba Jean-Baptiste Lu-lly (1632-1687) para dar instrucciones a los músicos de la corte de Luis XIV, con los que interpretaba ballets, óperas espesas divididas en cinco actos y otras delicias de cámara para regocijo del monarca.
En realidad, lo que portaba Lully no era un bastón, sino una barra de hierro con la que golpeaba el suelo para marcar el tempo exigido a sus músicos.
Esto era una especie de tam tam cromado y con restos de óxido que impactaba marcialmente sobre la madera noble de Versalles al servicio de los placeres cortesanos.
Hoy, lo que sobrevive y nos llama la atención del palacio a las afueras de París.
Son sus jardines, su salón de los espejos, los chapados en oro y los trajes de época, pero la música también era esencial en el ritmo diario de Versalles.
Sus obras se siguen interpretando
en la actualidad, como en
el caso de esta opera
Luis XIV era un gran aficionado a la danza, y en algunas historias de la música se le identifica como el impulsor intelectual de lo que hoy llamaríamos el mañaneo, que consiste en prolongar la fiesta hasta la filtración suave de los primeros rayos del amanecer.
Con 21 años, y recientemente llegado a Francia desde Italia, huyendo del hambre, Lully bailó una vez en compañía del rey y se ganó sus favores.
Luis XIV, apodado el "Rey Sol" y
el más grande de Francia, fue
uno de sus protectores
Los expertos en música del Barroco siempre han tenido cierta animadversión hacia Lully.
Cuando vino a España a presentar su excelente libro sobre la música religiosa de Johann Sebastian Bach, el director John Eliot Gardiner se refirió a Lully como «un mafioso».
Lo hizo, en referencia a los numerosos ardides que, en vida, utilizó para escalar posiciones sociales para así acumular fortuna y hacerse con la propiedad de tierras en París.
Dramatización del accidente fatal y de sus circunstancias
También hay otra razón para tenerle tirria: si la ópera del Barroco ya exige un esfuerzo considerable de atención a los espectadores modernos, por ser generalmente larga y alambicada, la tragedia lírica francesa lo es todavía más.
Overtura de la tragedia "Isis"
Una función no solía bajar casi nunca de cinco horas. Lully, por tanto, estaba obligado a mantener un régimen disciplinario agresivo con sus músicos y sus bailarines, y los ensayos eran algo más cercano a la instrucción del sargento Hartman en "La chaqueta metálica" que a una alborozada reunión de virtuosos para tocar piezas inspiradas en mitos griegos.
El férreo bastón de mando de Lully, que hendía el suelo con furiosos golpes, era un objeto habitual entre los directores musicales de la época.
Varios directores que murieron de agotamiento mientras dirigían, tal como Sinopoli o Mitropoulos.
El suyo, es el único caso documentado de director fallecido directamente por culpa de su herramienta de trabajo.
Monumento funerario
del insigne maestro
Un día, el bastón de hierro no golpeó el suelo, sino el dedo gordo del pie derecho de Lully.
Fue tan fuerte el impacto, que la carne se le hizo pulpa y la uña, algo así como una cáscara de mejillón partida en tres trozos.
La herida resultó ser tan severa -y la higiene de Versalles tan justita- que se infectó a toda velocidad.
El resto, lo hizo de forma rápida la gangrena, arrebatándole la poca vida que le quedaba si así se le podía llamar.
Fuente: DIARIO EL MUNDO (ESPAÑA)
* Musico , Autor , Compositor , Productor Musical , Profesor de Musica * Asistente de Produccion: SIKBOY RECORD 1985 a 1990 KAAY PRODUCIONES 1980 a 2020 * Produccion Musical: 1980 a 1991 Teatro Municipal General San Martin * Trabajo Produccion de: DEE DEE RAMONES / PERCUSIONISTA STING PENADAS POR LA LEY / COMANDO SUICIDA / FLEMA / CARLOS VARELA / * ALEJO SOLIS * Jefe de Prensa: S.U.C - Sindicato Unico de Cantantes * Profesor Musica: I.M.S - Integral Music School * Profesor Musica: Escuelas Municipales * Musico: Estado Mayor Conjunto / 500 Budas / Lampara y Los Culotes Arrested / Papa Rock / Fresco en Lata / Poxipop / Flema / Larry Zavala * Conductor Programa Radio: Navegando en el Nautilus por Radio Fenix 104.1
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