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HÉCTOR CARLOS REIS

La ciencia también es historia


Escribe: HÉCTOR CARLOS REIS*


Comenzamos una sección donde haremos la historia, el análisis, la interrelación y la comparación de los últimos datos que nos aportan ciencias que se vinculan directa o indirectamente con la condición humana. Como en un relato detectivesco iremos desgranando, teniendo siempre como telón de fondo LA HISTORIA, la forma y el contenido de variadas ciencias. La propuesta es usar un método de exposición global de los datos. Ver el bosque, ver luego el árbol, con sus ramas, hojas, flores, frutos y raíces y luego ver nuevamente el bosque; todo en forma dinámica utilizando nuestra inteligencia con agilidad para interrelacionar y comparar la información en forma permanente.


Amigo lector, es un ejercicio no fácil, pero muy útil para comprender mejor toda la realidad con ayuda de las ciencias. Si esta comprensión sirve, depende de cada uno y del interés que se tenga en ser más y mejor. En sucesivas publicaciones haré el análisis en profundidad. Ahora, como en un vuelo de pájaro, hago una síntesis de esta propuesta a manera de Introducción: "Historia magister vitae" (la historia es la maestra de la vida) decían los antiguos romanos. Si queremos mejorar la calidad de la condición humana debemos vernos tal como somos, con objetividad e integralidad, pero también como fuimos para no repetir situaciones. Como telón de fondo siempre LA HISTORIA.


El avance hacia el siglo XXI presenta un desarrollo vertiginoso de la industria, las ciencias y con una tecnología siempre cambiante, pero con un estancamiento y a veces regresión de comportamientos y conductas humanos. Veremos en profundidad (y con datos históricos - concretos) como la agresividad, el ritualismo, la jerarquía y la territorialidad son caracteres básicos que tienen consecuencias trágicas para la humanidad lo cual hace necesario el análisis de la realidad, no sólo de la nuestra como seres humanos sino también de toda la realidad. La Historia nos demuestra que el paso del hombre por el planeta está permanentemente unido a estas cuatro características.


Violencia, guerras, poder, explotación, esclavitud, dominio, rituales obsesivos que preparan la agresión o que impiden el uso de la inteligencia (todos los países tienen Ministerio de Guerra pero muy pocos Ministerio de la Inteligencia), miseria, hambre, países marginados, injusticias, etc., etc. También el hombre ha producido cultura, arte, tecnología; la Historia nos dice que estas facetas no llegan a la generalidad de la población mundial; en los países desarrollados hay una resistencia muy notoria en la gente al discurso racional (lo probaré y analizaré en publicaciones posteriores) y en los no desarrollados simplemente estas facetas culturales y tecnológicas no llegan o si lo hacen, llegan con atraso; en los primeros tecnología para alguna forma de agresión y en los segundos ignorancia o retardo.


Siempre la Historia nos va a ayudar en nuestras conclusiones para no repetir situaciones. Quizás las utopías no existan; todo en algún momento de la historia puede ser realidad. ¿Cómo? Tenemos una sola herramienta: el método científico y las ciencias. Con divulgación científica actualizada e integral a través de la escuela secundaria obligatoria. ¿Por qué? Hasta el momento sólo las ciencias se autocorrigen. No constituyen un sistema cerrado de creencias irrefutables sino simplemente un método de análisis de la realidad. Se requiere: objetividad (las cosas como son y no como queremos que sean); escepticismo (la duda siempre latente); comprobación (pruebas, datos concretos); experimentación (repetir las condiciones y los hechos con resultados análogos); crítica permanente, aceptando pruebas en contrario; fijando leyes a través del método inductivo (de lo particular a lo general); cambiándolas, cuando dichas leyes dejan de tener vigencia, por nuevos datos (por un punto exterior a una línea recta sólo puede pasar una y sólo una recta que no corte a la anterior decía la geometría pero en el espacio tridimensional pueden hacerlo infinitas). Las características del método científico, permiten la autocorrección, así la dinámica, el movimiento, las contradicciones de la realidad se nos hacen perceptibles.


La Historia es el relato cronológico de los hechos humanos a partir de la escritura. La consulta de documentos, actas, publicaciones, cartas, todos los datos escritos en el pasado son la fuente del historiador. Pero, ¿qué pasaba antes de la escritura? Para esto también hay datos de la realidad: ruinas arqueológicas, dibujos, pinturas, utensilios, herramientas, etc., todo lo hecho por el hombre primitivo. Es la Prehistoria. Pero también hay datos de la realidad anteriores, muy anteriores a que el hombre (ahora empezamos a llamarlo "homo sapiens sapiens" [hombre que sabe sabe]) hiciera herramientas. Esos datos son sus huesos calcificados (fósiles) y enterrados bajo tierra en capas geológicas de antigüedad cada vez mayor. Entramos en la ciencia moderna llamada Paleoantropología (paleo = antiguo; antropos = hombre; logía = estudio; estudio del hombre antiguo). El homo sapiens sapiens irá tomando otros nombres hacia el pasado: cro-magnon (hombre arcaico u homo sapiens), neanderthal, pitecantropus erectus (hombre mono erecto); australopithecus africanus y robustus; ramapithecus, etc., etc.


El estudio de los restos fósiles, cráneos, dientes (de una importancia fundamental) nos dará datos de cómo eran, qué comían, cómo andaban, cómo fueron evolucionando sus cerebros, qué hacían nuestros antepasados remotos. Seguimos hurgando en el pasado a través de ciencias como la Geología (estudio de la Tierra); Paleoantropología (estudio de los animales antiguos); Biología (estudio de la vida) y su evolución desde el virus y las bacterias hacia los peces y plantas acuáticas (la vida propiamente dicha comenzó en el mar), los anfibios, los reptiles y a partir de ellos las aves por un lado y los mamíferos por el otro, desembocando en el hombre, siempre sujeto de nuestro análisis central. Para saber cómo somos debemos saber cómo fuimos.


Antes de que el planeta Tierra (nuestra "casa" y aquí aparecerá la Ecología) fuera un gigantesco caldo de cultivo para virus y bacterias (hace 3.000 millones de años), la Tierra era una bola incandescente que giraba en órbita alrededor del sol, lentamente se fue condensando y formando la corteza terrestre (por dentro sigue la combustión origen de volcanes y terremotos). Pero entramos de lleno en otra ciencia fascinante: La Astronomía, que también tiene su historia pues nos lleva a través del sistema planetario con nuestra estrella Sol en el centro, a su ubicación en un extremo dentro de nuestra galaxia la Vía Láctea con 100.000 años-luz de diámetro (un año-luz es la distancia que recorre la luz en un año y si sabemos que su velocidad es aproximadamente de 300.000 kilómetros por segundo vemos que las distancias en el espacio exterior son gigantescas) y 3.000 años-luz en su espesor máximo que está en el centro galáctico (la Vía Láctea tiene una forma aproximada a un plato sopero y en espiral).


Galaxias "cercanas" que forman cúmulos galácticos separados a su vez de otras galaxias y cúmulos por enormes distancias, y todo en expansión a partir de una gigantesca explosión nuclear hace 15.000 millones de años y cuyos ecos aún escuchamos a través de los radiotelescopios. Nos introducimos en la Cosmología (estudio del Cosmos) y en las concepciones antiguas y modernas de origen del universo. Pero aquí estamos los humanos como producto consciente. La historia nos dice que nosotros pensábamos que la Tierra era plana, que el Sol, las demás estrellas y la Luna giraban sobre nosotros, que salían de un lado y se ponían del otro. El universo era antropocéntrico (el hombre como centro). Que todo era estático y siempre igual. Que habíamos sido creados como somos. El mecanismo que funcionaba entonces en nuestra especie era el sistema de la creencia cerrada y dogmática (que aún subsiste en la mayoría de nosotros).


Leyes inmutables, naturales y hasta sociales. Todo siempre igual. En la cima: la omnipotencia del hombre que a veces la transfería a los dioses, pero éstos eran lo que los hombres decían que eran. El primer golpe a este universo antropocéntrico lo dio Copérnico, un astrónomo, al descubrir que la Tierra era redonda y giraba alrededor del Sol junto con su satélite la Luna y los otros planetas. Éramos (la Tierra) un pequeño trozo de roca y metal que giraba alrededor de un astro mucho mayor, el Sol. La omnipotencia del hombre recibió un sacudón. Cuando Galileo Galilei, otro astrónomo, señaló que la Tierra se movía tambaleó toda la estructura y el sistema medieval. Giordano Bruno, otro astrónomo, fue torturado y quemado vivo en la hoguera en el año 1600 por la Inquisición: decía que podría haber vida en otros planetas... y el mismo Galileo tuvo un proceso, obligado a retractarse, dicen que también dijo: "y sin embargo se mueve".


El segundo golpe a lo inmutable, a lo estático, a lo siempre igual, a la omnipotencia del hombre, lo dio Charles Darwin con sus estudios sobre el origen de las especies y la, hacia 1850, teoría de la evolución y selección natural. No siempre fuimos, los hombres y las demás especies vivientes, así como somos ahora. Somos producto de cambios, de evolución (los restos fósiles lo prueban) y Darwin fue atacado, combatido ferozmente por el "delito" de sacar conclusiones que conmovían el sistema. Volvemos a lo mismo. Se repite la historia. Los sistemas cerrados, no aceptan críticas ni cambios a pesar de las evidencias: todo debe ser siempre igual; ellos dicen "la realidad es lo que yo digo que es". No se autocorrigen. Pero ¿quiénes son los que hacen esto? Solamente hombres, seres como nosotros de carne y hueso, de cerebro igual que el nuestro; que piensan, razonan y actúan igual que como todos nosotros.


Aparece el tercer golpe a la omnipotencia del hombre: Sigmund Freud "descubre" la vida psíquica inconsciente: los instintos, los recuerdos reprimidos. ¿Qué es el Psicoanálisis sino la historia individual narrada en el voluminoso libro del inconsciente? Descubrir esa historia a través de actos fallidos, gestos, recuerdos que afloran a la conciencia por asociación libre de ideas, sueños, olvidos, chistes, etc. En las ocurrencias espontáneas generalmente no tomadas en cuenta, Freud ve ideas o impulsos reprimidos y deformaciones impuestas a los mismos por la resistencia que se opone a su reproducción. A mayor intensidad en la resistencia mayor deformación. Como vemos, otra ciencia: La Psicología moderna a partir del Psicoanálisis.


El hombre primitivo al soñar creía que había otro ser dentro de sí mismo, "inventó" entonces para solucionar el conflicto, la idea del "alma". Cuerpo y alma, dos entes distintos; los animales, como no hablaban (?), no tenían alma. Pero el hombre sí, porque era superior; hablaba, hacía cosas, pensaba. Tenía un "alma inmortal" que volvería con los dioses. Siempre la omnipotencia se las arreglaba para salir triunfante.


Pero con el tercer golpe (el Psicoanálisis), las emociones, los instintos, todo lo reprimido en síntesis, el inconsciente, gobierna y domina al hombre. La neurosis (todos nosotros en mayor o menor medida somos neuróticos) se manifiesta. Los casos agudos de demencia, esquizofrenia, alucinación, alienación (siempre división de la personalidad y nulo contacto con la realidad exterior), con la más suave depresión, angustia, dependencia (escaso o esporádico contacto con la realidad exterior, motivado por carencias, predisposiciones, etc.) se relacionan y muchas veces toda una sociedad se hace psicótica, por ejemplo, en casos de guerra.


Esto nos lleva a la Sociología (estudio de la sociedad humana) para comprender cómo los comportamientos individuales se aglutinan socialmente y adoptan actitudes distintas a las que tendrían por separado cada individuo. Existe una manifiesta hipocresía; se actúa socialmente de distinta manera a como se lo haría en privado. Se "piensa" social y públicamente distinto a lo que se razona individual y privadamente. El sistema actúa dominando a los métodos. El conocimiento se abre paso muy lentamente y en saltos con regresiones periódicas que coartan la evolución de la condición humana. Aparecen históricamente hombres excepcionales que marcan hitos de cambio pero su asimilación por la sociedad se hace muy dificultosa.


Las ideas nuevas, en especial cuando son racionales, son resistidas. Hay como una satisfacción general en la ignorancia; los mitos, las leyendas, las supersticiones (aún cuando son importantes para desentrañar el fondo por su simbolismo) se enseñorean y forman pseudociencias (como la astrología por ejemplo). ¿Por qué hay tanta resistencia al discurso racional? Intentaré una explicación aplicando el método de inter-relacionar y comparar que propongo, en publicaciones posteriores.


Siguen apareciendo nuevas ciencias que nos ayudan a comprender estas cuestiones. La Neurología (estudio del cerebro y más propiamente de la célula cerebral; las neuronas y su funcionamiento) y la Neuroquímica (estudio de los compuestos químicos que actúan en el cerebro) junto con la Genética y la Ingeniería Molecular nos van dando la información sobre los ácidos nucleicos, material genético de todos los seres vivos del planeta, el ADN (depositario de la información hereditaria) y el ARN (lleva las instrucciones originadas en el ADN al resto de la célula). A través de recientes investigaciones neurológicas sabemos que el cerebro humano está constituido por un cerebro primitivo llamado complejo reptílico. Su desarrollo fue hace varios centenares de millones de años y a partir de los reptiles, también lo tienen los demás mamíferos y nosotros los humanos. Es la base de la agresividad, de los actos rituales, de las jerarquías y de la territorialidad.


Más adelante veremos cómo estos rasgos subsisten en el hombre actual y determinan conductas y comportamientos. Rodeando a éste se encuentra el sistema límbico (se llama así porque en inglés se denominan limbs -miembros- los brazos y piernas, órganos periféricos del cuerpo). Se originó hace más de ciento cincuenta millones de años. Lo tienen los restantes mamíferos y menos evolucionado los reptiles, además de nosotros. La evolución más moderna está formada por la corteza cerebral. Se formó hace varias decenas de millones de años. La más perfeccionada es la del hombre pero también la tienen los mamíferos superiores y los primates. Todo lo relatado constituye un proceso de cerebración que culmina con el hombre actual.


Demás está decir que toda esta masa cerebral fue creciendo desde unos 500 centímetros cúbicos (100 más que el cerebro de un chimpancé actual) del australopithecus hasta alrededor de 1200 centímetros cúbicos del hombre moderno. Este desarrollo cuantitativo fue también cualitativo pues se manifestó principalmente en los lóbulos frontales (aumento de la frente en sentido vertical), relacionados con la reflexión y la regulación de la acción; intervienen también en el nexo entre visión y postura erecta y bípeda. De este hecho fundamental para el desarrollo humano (caminar en dos pies) deriva la posibilidad de liberar nuestras manos para usarlas en la confección de útiles y herramientas, lo cual desemboca en la civilización. Quizás debemos toda la cultura al desarrollo de los lóbulos frontales de la corteza cerebral.


Veremos también cómo la Nutrición influye en nuestra vida a través de una alimentación equilibrada en proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas y minerales. Cómo los pueblos no desarrollados, con desnutrición especialmente infantil, son lentos, quedados, abúlicos, dominados y dependientes. La desnutrición en la infancia es terrorífica pues las células cerebrales, por carecer de alimento proteico, se atrofian y no se regeneran como otras células del cuerpo (las de la piel por ejemplo); esto genera taras mentales y alteraciones como neurosis y psicosis hasta esquizofrenia por no producir el cerebro sustancias químicas (serotonina, acetilcolina, dopamina, etc.)


Este propuesto vuelo de pájaro a manera de prefacio sólo quiere despertar el interés por las ciencias. Quizás el camino del conocimiento ayude a mejorar comportamientos y conductas. Inter-relacionando y comparando datos en forma dinámica veremos una historia distinta. Este trabajo lo haremos en publicaciones futuras donde al inter-relacionar y comparar información llegaremos a conclusiones que inciden en el devenir del hombre hacia el siglo XXI. Será una indagación por un camino difícil, rechazado por un consenso general. Aparecerán personas (algunas ya nombradas en el prefacio) que dieron saltos a la evolución histórica; sus vidas y sus obras; su pensamiento y sus descubrimientos. El marco de esta investigación es siempre la Historia. Ella nos ayudará a comprender las épocas de este viaje a través de las ciencias.


*Nacido en el barrio de Parque Patricios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Concluida su educación básica, realizó los estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde obtuvo el título de Bachiller Nacionar.


Más adelante, en la Universidad Nacional de Buenos Aires, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, se recibió tanto de procurador y de Abogado.


No conforme con sus logros académicos, publicó colaboraciones en la Revista "Todo es Historia" que dirigía el Doctor Félix Luna (1925 - 2009), en los números de diciembre de 1986, además de enero, febrero y abril de 1987.


Como mejor síntesis el doctor Félix Luna en su revista "Todo es Historia" Nº 235 de diciembre de 1986 para presentarlo, utilizó las siguientes palabras para definir mi método:


"El doctor Héctor Carlos Reis es abogado, pero sus inquietudes exceden en mucho el marco de su profesión.


Ha incursionado en diversos campos de la ciencia y demuestra una notable capacidad para relacionar circunstancias que, siendo aparentemente inconexas, definen procesos de una neta significación. TODO ES HISTORIA ha encargado al doctor Reis la seccción que se inicia en esta edición."


Es autor de novelas, de ensayos, de libros cinematográficos, de relatos cortos sin contar un esmerado estudio del dibujo o la pintura, a las que hasta la fecha se dedica con enorme intensidad.


No obstante, resulta casi imposible resumir la basta obra de un ser humano enamorado del saber, quizás algo introducido dentro de sí mismo pero de vocación o práctica solidaria, cuyos trabajos de manera increíble permanecen en su inmensa mayoría inéditos.

Seguramente la causa resida en esa vieja obstinación de celebrar el arte en privado, pero sin perder jamás la pasión por el debate, la incorporación permanente del saber ni de inculcar la solidaridad, los valores éticos del bien, a forma de una suerte de "método científico" a la hora de concebir y vivir la vida.


En la actualidad, entre otras tareas, Héctor Carlos Reis brinda colaboraciones en este suplemento.


Nota de editor: El director de Diario EL POLITICÓN DE RISARALDA y del suplemento ARCÓN CULTURAL, Carlos Alberto Ricchetti, quiere agradecer y hacer pública la participación tanto voluntaria como gratuita de tan prestigioso intelectual, celebrando poder contar con su enorme amistad).

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