La palabra corre... puntos suspensivos

Cómo enmudece el texto ante el lector o la lectora, 

que espera temas o escrituras tradicionales.

Carson McCullers

Escribe: CARLOS ALBERTO AGUDELO ARCILA*

CASA DE verde vacío. Verde de sangre y luz. Verde de savia y sombra. Refugio del acaecer en el verde mate. Verde genuino de los buenos días. Tiempo verde recubierto de perejil, apio y verdolaga. Verde en jaula construida con aroma de tomillo. Verde de los verdes y más verdes por extramuros de sus matices. Verde más allá del verde hasta alcanzar su infinitud en el crepitar. Verde y verde…         

LA PALABRA corre... puntos suspensivos. Los suspensivos puntos van hacia lo imperecedero mientras se difuminan en la palabra incierta hasta dispersarse en el lenguaje apuntillado por lo efímero de la palabra misma. Puntos suspensivos y…

A LO lejos se observan comas y negrillas pálidas al perder la voz de su designio la palabra. Palabra conceptual. Palabra precisa. Palabra para designar el pan de cada día o un sortilegio en el sudor de la frente o el deceso de la hormiga o la herrumbre en alguna entrada sin puerta. Palabra libre de no nombrar la grieta por donde escapa la vida.

DESDE EL sitio donde cuelga el cuadro de los siete demiurgos viajó hacia la parte oriental del lugar donde sucedió el postrero canto del gallo luego de Judas besar los pies de María Magdalena. Detengo mis pasos sobre el riel del tiempo para mirar hacia atrás. Me veo hace un instante cuando entré a comprar en una fonda el no sé qué de siempre… Al salir de dicho local me divisó polvoriento y de un momento a otro quedó convertido en polvo peregrino listo a venir hacia este yo propenso a bromas de la pareidolia.

ENCUENTRO EN mi caminar polvo estoico. Desempolvo el polvo y me topo con la piedra en el zapato. Piedra blanda y dedo ensangrentado y paso trunco y camino ideal para ser recubierto por mis metas de nada.

DIFÍCIL EL día. Difícil la noche. Difícil el tiempo en su extensión. Algo se diluye en la sangre. Algo transforma las entrañas. Algo semejante a una tarde sin fin decolora el mundo. Algo… siempre algo denso e infinito como daga cinceladora de muerte. Todos se abstiene de abrir el portón del universo paralelo donde se descubre el secreto del narrador testigo de Luc. 

VERBO DE la poesía. Poesía del verbo. A todo instante verbo eres de la poesía. Sin intervalos poesía y verbo acontecen. Verbo mimetizado en el pedrusco cuando el arroyo canta en su piel de lama. Poesía del viento desgaja la arboleda: un sinnúmero de hojas rueda en dirección al vertedero. El crepitar del devenir es constante eco a través del rayo de sol cuando pega en los ojos del ciego. 

En el tejado de la casa donde ellos habitan algo insólito sucede. Ocurrir imposible de esclarecer porque en ningún lugar del mundo existe una escalera por donde puedan subir fantasmas a investigar la causa de este caso extraño en el tejado de la casa donde ellos habitan... algo insólito sucede.

Felices los espectros de la casa por construirse perciben crujidos cuando el día abre ventanales a la penumbra.

Yegua de la noche. Yegua trenzada salta en la noche el jinete del tiempo a cuestas. Shakespeare siempre se asoma a divisar la pesadilla y sus nueve potrillos. 

Ella se ve dentro del féretro como una muerta excepcional. Sus labios pintados de rojo resaltan su última sonrisa. Ella eternamente bella le da otro semblante a la muerte.

Una palabra se ordena a sí misma para decir Silencio.   

(Publicado originalmente en el portal EL QUINDIANO y

transcripto por expresa voluntad del autor)

*Escritor colombiano (Caicedonia, Valle del Cauca, 1956). Ha publicado los libros de aforismos Antidiario (1988) y Desentrañismos (2003) y los poemarios ¿De qué color es el azul? (2007), Perros metafóricos (2008) y Usos de la noche (2017). Textos suyos han sido recogidos en diversas antologías. Ha dirigido varias revistas literarias, como Cascadas de Polvo, Prosa Resoluta, Andarina, Floresía y Kanora. Ganó el Concurso Departamental de Poesía Comfamiliar. Tallerista literario y conferencista en educación superior, básica, media y primaria. Fue integrante del comité organizador del Tercer Encuentro Nacional de Escritores por la Paz, realizado en Caicedonia Valle, y gestor del Encuentro Nacional Luis Vidales, sede Caicedonia.