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Letras: VALENTINA ROJAS y otros

ERES COLOR AZUL

por ALAN GONZÁLEZ SALAZAR




















yo rojo y negro

a veces amarillo

de hambre.

Ven blanca mía

hemos de fundirnos

en violeta.


SUEÑOS DE PAZ

por RUTH MARGARITA CASTILLO TORRES















Con blondo anhelo por la patria herida,

viaja mi voz al cielo en esperanza,

mece a mi verso el viento de la vida

en busca de una paz que no se alcanza.

Llora la tierra al recibir en vuelo

sangre de pueblo que, en luctuoso canto,

gimen las madres al romper el velo y…

Mueren sus hijos que quisieron tanto.


Porque el absurdo de la cruda guerra,

mata ilusiones y destruye sueños

porque manchamos de terror la tierra.

¿Herencia santa de nuestros ancestros?

Si es nuestra estancia fugaz y pasajera,

tracemos huellas del amor encanto.

No hagáis alarde de alma lisonjera

que al dulce Edén le cubre en negro manto.


No disperséis tan nobles corazones,

total al fin, la parca nos iguala.

No deneguéis del gran creador los dones;

dejad que libre el amor, eleve

sobre las nubes sus preciadas galas.


¡Ven pues!

Alcemos un himno a la armonía,

juntemos manos en firme oración.

Tan solo el cielo pincela la justicia que, a ruegos,

clama toda la nación.

Si enarbolado el tricolor un día

en libertad batió sus claros pliegues,

dejad que lo haga en tu alma todavía,

une tu voz, hermano, no te niegues.

Ven y limpiemos esta estrecha vía,

a bien de un buen futuro pa´ quien sueña,

que tiene patria y madre todavía

y solo en ser feliz, su vida empeña.


Ya basta de maldad;

¿no haz comprendido que todo acaba,

que es tan corta la vida?

¿O gozas cuando ves vació el nido,

sus hijos muertos y su madre herida?


LOS DADOS DE LA MUERTE

(Inspirado en la película el Séptimo Sello de Ingmar Bergman,1957)

por MIGUEL ÁNGEL RUBIO OSPÍNA



















Afuera la muerte baila en el aire,

una cumbia, un son, un aquelarre.

Sacar a bailar a los hombres, es su arte,

desdentada, desata su enjambre.


Afuera la muerte nos seduce,

con su figura esbelta y rutilante.

Nos lleva con la fuerza de su lumbre,

a la oscura caverna de su hambre.


El errante la desafía una tarde de noviembre,

camina con ella, juega a los dados,

apuestan todo cuanto tienen, cuanto les ha sido dado.


El errante y la muerte desde entonces,

juegan su suerte a los dados,

unas veces es la suerte, otras veces es el dado.


MIRADAS DESPIADADAS

por OMAIRA BASTIDAS PATIÑO












Arriba de las rodillas

siempre mostraba las piernas

tierna, esbelta y coqueta

lucía su falda moderna

y era el alma de toda la fiesta.


Asumió costumbres nuevas

orgullosa, perversa, presumida

hizo caso omiso a los consejos

y se perdió en el vicio y la impureza.


Entusiasmada hablaba de la moda

en su mente no cabía otra cosa

que ser elegante y melindrosa

parecía una bella dama

vestida como una maga.


Ya llegada a los cincuenta

fueron cambiado las cosas…

No había pretendientes,

ni lujos, ni faldas cortas

el alcohol la fue consumiendo

y la convirtió en una mendiga.


Así pasó muchos años,

flaca, arrugada, enferma

murió debajo de un puente,

con la falda bien arriba.


¿NIÑOS DE QUIÉN?

por JHON JAIRO SALINAS


















Un trueno de guerra

pasó por los montes,

cargado de muerte,

dolor y silencio.

Lágrimas estampadas de angustia,

entre mejillas de mujeres invisibles.

Su llanto, música de tormento,

ni un grito, ni un eco.

En oscuro bosque, sus hijos van

como alma en pena.

Su patria, desgarrada

por los alquimistas de la guerra,

en alto trono suspendida la vida,

acabada la verdad.

Sobre vuelo de tambor, en místicos ritmos,

vibran las sonoras voces de niños inocentes,

de dulce y melancólico grito de vida.

Avanzan con sosegadas risillas,

en luctuoso jardín,

perdiéndose a lo lejos;

llanto, mostrando el sentimiento

de rostros sensibles,

sus cantos se estremecen

en lírica antífona de muerte...


¡Dejen que los niños imaginen el cielo!,

¡que contemplen las aves!,

¡que corran por los montes,

valles y praderas,

llevando rosas y alegrías a sus madres!

Sin infierno bajo el peso de la muerte,

que imaginen el mundo viviendo el día a día,

dónde tengan una vida en paz

bajo el brillo del sol.

Permitan que muerdan el pan,

naden en el río,

jueguen con la cometa,

traveseen a las escondidas,

pero no escondidos

por siempre...

Gocen la fiesta infantil,

haciendo rayuelas,

soñando con lunas y soles,

con paz que renueve la esperanza.


¿Son niños de quién?

¿De la negra?

¿De la blanca?

¿De la india?

¿De la mestiza?

¿De la obrera?

Los niños preguntan a los gendarmes del mal:

¿En dónde tejemos la ronda?

¿La haremos a orilla del mar?

¿Al pie de los montes o quizás

en la fosa de un triste final?

¿El monte les va a contestar?


LA RIQUEZA

por ALEXÁNDER GRANADA RESTREPO, "MATU SALEM"













La riqueza se genera con el rebrote de la grama que trae la hierba fresca del campo, en la tundra y la sabana. Se genera también, con el saludo alegre y vital de la naciente mañana.

Los animales comen la hierba y la ayudan a germinar. Comen de toda la abundancia que el generoso suelo regala. Los hombres comen frutos y comen y venden de los animales: La carne y los huesos, la grasa, su leche, sus plumas, sus conchas, sus huevos y sus escamas. Con la piel se enriquecen quienes con esto se afanan.

En el ser humano la riqueza de la carne está en la carne que la retiene, En cambio, para el alma, todo lo que tiene lluvia y sol, frío y calor, se debe tener por bendecido. Esta bendición se cuenta como una riqueza, si se pesa como se pesa el conocimiento alcanzado, que es la riqueza del alma.

Además, hemos de sumar la riqueza incandescente del espíritu, que se puede medir y contar por la cantidad de gozo obtenido con las buenas decisiones que toma, el escudo discreto de la sabiduría; pues, reconoce en el horizonte, al buen tiempo y a la ocasión, la gran dádiva del amor, que habita en el corazón, y que nos fue propicia a todos.

El gozo es una luz divina -continua y singular-, que en inefable efusión -y sin sufrir distorsión- alegra al cuerpo y alumbra al alma. El gozo mueve a las almas solas, a las almas tristes y a las fatigadas, hacia la penumbra infinita de los serenos pies del Padre. Lo hace, con sustancial alegría al entrar en comunión, con el envolvente y radiante amor con el que se constituyó aquel día -desde que se constituyó asimismo- como Padre nuestro, como Dios de amor.

A desazón, la pobreza de los hombres llega con los saltamontes gregarios que barren la hierba en una sola pasada. También llega con la oscuridad de la noche que trae escondido -bajo un manto ciego, sin borlas-, el más hermoso y mejor tallado arcón de las tentaciones.

La riqueza de los seres con vida se genera también con el andariego plancton que deambula por los ríos y los mares, y que es la grama del agua.

Oculta bajo las rocas de la tierra, se halla una gran riqueza. De allí brotan -como un rebrote bendito- el agua y los minerales. Ellos esperan en profundo sueño, el llamado ansioso del hombre; pero cuando el hombre descubre la magnitud de tal riqueza, pierde la virtud de la saciedad, y con ella llegan en fila los grandes males.

La pobreza de los hombres se oculta en el corazón de los injustos, y en las cuerdas trenzadas del mal que atan las almas esclavas.

Rico no es quien más tiene, sino, el hombre generoso que en la carrera de la vida -dejando atrás el mal-, logre amar más a los seres y respete lo dispuesto. Pues, la riqueza en la vida, es una sumatoria de obediencias y recompensas que nutren con igual vigor al cuerpo y al espíritu, y en los hombres -así creados- colocan delante del alma -como en pectoral de oro-, el galardón de la paz.


RESACA INTERIOR

por CARLOS ALBERTO RICCHETTI













La huella

de los ancestros

me inunda y destroza,

quiere pasarle la cuenta

a mi tormentosa esencia,

como una maldición perpetua

de alcanzar lo inhallable,

pretendiendo cuanto

nunca podré ser.


Las marcas invisibles

se acumulan en la espalda,

duelen, aunque el tiempo

las parezca enfriar,

al latir desde la mente

que prefiere callar

-por no decir olvidar-

porque al contrario perdía

cuando debía ganar.


Tener conciencia de Dios,

del crisol de la bondad,

de nada sirve al hablar

si cambiar es imposible;

mejorar, una utopía,

y saberse

haciendo el mal

a veces por algo de amor,

a veces por no soportar.


¿El sueño reparador?

Para mí la pesadilla

de la resaca interior,

donde vuelvo

a vivir lo sufrido,

víctima o agresor,

cansado de sospechar

si en vez del bien, lo vulgar,

complace tal necesidad.


POEMA III

por CAROLINA HIDALGO



















Es propicia la casa del lenguaje

y en ella la cámara nupcial

despojo del deseo

La cocina de los antojos

que practican los ancestros

sagrados lugares de la palabra

En el baño se piensa

sobre los hijos y el secreto de

la eternidad

Sentarse con estilo y paciencia

con el olor y lo que se es

En la sala nacen las creaciones

se observa a los transeúntes

y se inventan sus historias

Penetra el mundo

en la casa del lenguaje

se desvanecen las civilizaciones

Nacen otro hombre

otra mujer


ME TRATAN DE LOCO (Jotabé tridecasílabo)

por GERARDO MARÍA GIRALDO PÉREZ

















Por escribir jotabés me tratan de loco que ya de viejo me está patinando el coco.

Doy gracias a “Dios” por darme este buen talento de colorear versos en todo momento, ahogando este corazón de sentimiento viviendo en paz siempre alegre y super contento.

Soy poeta desde el tierno vientre materno que me abrigó y protegió del helado invierno.

Por esta razón al Dios de la vida invoco que oriente cada segundo mi pensamiento cuando pinto versos al hermano paterno.


ALEJANDRA PIZARNIK

por VALENTINA ROJAS*
















Recordar un pájaro que va de rama en rama,

Mientras cada letra comienza a incrustarse en la garganta

Solo tú, Alejandra entendías esa fatiga

entre lo onírico de cada palabra

y la marca del lenguaje

El exilio de lo humano

la atadura y lo amargo

Alejandra, donde los ramajes letrados atraviesan al otro lado de la noche

y esperan los faros en las orillas con sus luces encendidas

El misterio de un ángel que mira hacia el vacío

estallido de la boca cuando se nombra,

la belleza que duele

Te hiciste camino descalza entre el seno de la muerte

ahora la blanca arena se tiñe y se guarda

durante el vuelo del pájaro que sangra.


*Envigado 1998. Ha sido publicada en las antologías: Mujeres poetas "La Jaula se ha vuelto pájaro" (Medellín 2019), 100 mujeres poetas (Bogotá 2019), El vuelo más largo (Perú 2020), Cosechando Sueños y Memorias (Bogotá 2021); así mismo revistas como: Poetry Quarteely (USA), Kikah Magazine, Al Kitaba(El Cairo Egipto), Ærea Revista Hispanoamericana (Chile), Revista Innombrable (Medellín), Ablucionistas, Centro Cultural Tina Modotti (Italia) y en algunos sitios WEB. Sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano y árabe. Fue pre-jurado del Premio Nacional de Libro de Cuentos R.H. Moreno Duran Sub-35 y del Primer Premio Nacional de libro de cuento Infantil Yolanda Reyes; además de participar en diversos eventos de poesía de carácter local, nacional e internacional, como el "Festival Internacional de Poesía Ignacio Rodríguez Galván" celebrado en Pachuca (México) recital de poesía "Quiero decir muchísimo" por la Academia Peruana de la Lengua Española y el 30° Festival Internacional de Poesía de Medellín.



VIDEOS



ENTREVISTA EN TELEMEDELLIN

de JOHANNA CARVAJAL


DESENTRAÑISMOS

de CARLOS ALBERTO AGUDELO ARCILA


QUIERO HACER CONTIGO TODO

LO QUE LA POESÍA AÚN NO HA ESCRITO

de ELVIRA SASTRE (ESPAÑA)


ENTREVISTA EN RADIO ARCO IRIS

A XIMENA GAUTIER GREVE

ROBANDO VIDAS

MCTIAN




CUENTOS Y ENSAYOS




SEIS NANOCUENTOS PARA DES-ESPERAR EN CUARENTENA

por CARLOS ALBERTO VILLEGAS URIBE


Presentamos seis cuentos breves donde el autor juego con la progresividad del número de palabras de cada frase. Un ejercicio de lúdica inteligencia verbal.


NANOCUENTO PARA UNA CEGUERA FAMILIAR

– ¡Famiillliiiaaa!

– ¿Qué quieres?

– Que me atiendan

– Creo que exageras Humberto.

– No exagero, tengo los síntomas.

– Pero estás siendo egoísta en demasía

– Cómo no exagerar si me estoy muriendo

– Egoísta. Silvia, Carlos y yo también los sentimos.

– Y me dices que exagero… llama ya a salubridad.


NANOCUENTO DERROTADO

Soledad. Sentimiento domeñable. Así lo creía. Fernando Grisales se entrenó. Él sería capaz de domeñarlo. Lo montó con intrepidez de cowboy. Lo espoleó hasta el límite del cansancio. Lo obligó a responder a sus múltiples demandas. Pero definitivamente lo derrotaron las recurrentes ausencias de ella.


NANOCUENTO DESESPERANTE

Hambre. Tengo hambre. Así lo declaro. Lo grito muy fuerte. Mis lamentos desesperan a todos. Lo grito una y otra vez. Mis vecinos tampoco soportan mis recurrentes alaridos. Hasta que por fin traen al señor párroco. Me entrega la Biblia, la leo y quedo saciado.


NANOCUENTO LIBERTARIO

Encierro. Condena ominosa. Ahora lo comprendo. Mientras cumplo la cuarentena. Y mientras escucho a Silverio. El jilguero regalado por mi hija. Ahora comprendo la tristeza de su canto. Ahora comprendo que ambos somos seres de libertad. Abro la puerta de la jaula y volamos libres.


NANOCUENTO AGORAFÓBICO

Claustro. Su significado. ¿Sabes qué significa? Tomarás una importante decisión. Dedicarás tu voluntad al Señor. Abandonarás tus íntimos deseos y placeres. No podrás contar qué sucede aquí dentro. Pero antes de pasar te cortarán el pelo. Ahora, firma aquí, desnúdate y pasa a tu celda.


NANOCUENTO CUARENTENA

Cuarentena. Extraña experiencia. Jota lo sabía. No era la única. Se había preparado para ello. Desde su formación como médico cirujano. En la prestigiosa Universidad Nacional de Colombia. Luego con su especialización en los Estados Unidos. Y desde allí colaboraba ahora para atender esta cuarentena.


* Todos los Derechos Reservados Colombia, 2022. Escritor y artista colombiano (Calarcá, Quindío, 1961). Ph.D. en lengua, literatura y medios de comunicación por la Universidad Complutense de Madrid, UCM (España). Tiene estudios de Maestría en Escritura Creativa en University of Texas at El Paso, Utep (Estados Unidos).


BORRACHERA

por YANINA MARÍA CERIANI


Qué lapidaria pregunta. ¿Esto ha sido todo?. Tanto revuelo por tan poco. Solo una flor y un cuadro en este hastío. Son las cinco y todavía estoy en pijamas en esta habitación. Entre vasos de whisky y morfina. Me da náuseas pensar en mañana. Pero vomito cuando me acuerdo de ayer. La gente pasa y me mira a través de la ventana. Estúpidamente se asombran al verme. Sí, estoy en pijamas, con un vaso de whisky en la mano. Qué perversos son al creer que están ajenos. ¿No usan calcetines como yo, algo sucios y rotos?. Mientras me embriago con mi segunda botella a medio terminar, me río irónico, escupiendo al suelo esta borrachera de madre mía. He puesto mi ventana tan cerca de la calle, a propósito, para que los chismosos pasen, me vean en pijamas y comenten sobre el loco de la esquina. Creo que la carne se pudrió en la heladera, llevo días sin comer ni dormir. Las cuentas acumuladas se amontonaron en la mesa. Me propuse hacer nada, un “no día” tirado a la basura, pero qué más da si todos vamos a morir. Aquella cucaracha en el rincón creo que está muerta, al menos ayer movía las patitas, pero casi ni quiero pararme para sacarla. Hoy es mi compañera, aunque esté muerta, al menos finjo que alguien me escucha. Y suelto una carcajada cuando espían por la ventana y me ven algo alocado. Aquellas viejas de ayer, salieron espantadas cuando les grité “¿ustedes también usan calzones?”, creo que se asustaron, aún me río cuando recuerdo la situación. Pensar que fui un hombre recto alguna vez, pero mira en lo que me convertí, dónde está el dios que decían en la iglesia, bah, palabras y más palabras, soy un blasfemo. Me quiero acostar pero no alcanzo la cama, la siento a kilómetros de donde caí. Parece que hace tiempo estoy así. Tendría que preguntarle a algún transeúnte que pase por la vereda que me diga qué día es hoy, pero estoy muy ebrio para levantarme del piso. Que miseria de vida. Creo que acabo de recordar que acá se ha terminado. Pasen y miren gente, que estoy en pijamas, llorando, con un solo calcetín, mi vaso de whisky y todavía me pregunto, ¿esto ha sido todo?


CALLE

por JUSTO WALBERTO ORTÍZ SEVILLANO


El drama de aquél desencantado que se arrojó a la calle de la Avenida del Ferrocarril, desde el cuarto piso, era muy extraño; a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el adoquín de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.


ELLA ES GYANAMATA

por UMBERTO SENEGAL

“El mundo parecía un lugar en el que no era posible que alguien deseara vivir”, confesó en su primera carta a Yogananda, quien fuera una de las discípulas norteamericanas más afines al corazón, afectos, enseñanzas y al milenario kriya yoga del magnánimo místico Paramahansa Yogananda. Solo Dios, vida y cartas de una santa, es el espiritual libro donde podemos familiarizarnos con la ideología, experiencias, alegrías y fluctuaciones de esta sincera devota (1869-1951). En el prefacio, Sri Dayamata la describe como mujer de “callada humildad, su penetrante sabiduría tanto en los asuntos espirituales como en las prácticas, su estoica imperturbabilidad y el material interés en cualquier persona que entrara en contacto con ella, iluminando todas esas cualidades, estaba su completa y exclusiva dedicación a Dios”. Este libro con sus conmovedores testimonios de vida religiosa y amor al gurú, con la diáfana fe de Gyanamata, comprueba tal afirmación. Capaz de transmitirse a quienes la escuchaban o recibían sus cartas. Dios fue su única razón existencial desde niña. El total convencimiento de lo divino, manifestado en la presencia física de su maestro Yogananda, hace de este sereno libro una guía práctica y teórica para quienes perseveran en el sendero del kriya yoga. Las trascendentes enseñanzas y técnicas expuestas por Paramahansa, arraigaron en esta madre de sabiduría a pesar de sus prolongadas enfermedades, prueba de la validez y efectos físicos, mentales, emocionales y espirituales de la ancestral práctica divulgada por Mahavatar Babaji y traída a occidente, en un principio, por el citado monje y poeta. Dichas técnicas son accesibles, hoy por hoy, mediante múltiples ramas y maestros autorizados. Hariharananda. Sadhanananda. Yogacharya Ashoke. Y otros menos conocidos. Gyanamata describe cierta categoría de vibraciones que experimentaba: “Estoy segura que se están operando cambios en todo mi ser físico, mental y espiritual. Y mientras escribo esto, vibro por dentro como si una presencia interior me lo confirmara”. En el capítulo 2, durante el funeral de la santa, Yogananda afirma que tenía desacuerdos con el Padre Celestial sobre “por qué el dolor ha de ser una prueba para que los seres humanos hechos a su imagen vuelvan a Él. Yo le digo al Padre que en el dolor existe coacción, mientras que la persuasión y el amor son medios más eficaces para lograr el regreso de los seres humanos al cielo”. Virtuosa vida de una mujer cuyos dolores físicos y emocionales aumentaban cuando su maestro estaba ausente. Su sed de Dios, era parte de las responsabilidades cotidianas en el monasterio donde se desempeñaba con amor y entrega al servicio. Es interesante ahondar en el sentido de las vibraciones, expansiones prácticas del enérgico kriya yoga, que la conectaban no solo con Yogananda sino con ella misma y cuanto la rodeaba.


(Publicado originalmente en el portal

LA CRÓNICA DEL QUINDÍO y transcripto por expresa voluntad del autor)

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