Ligia Acevedo se refirió a Fiestas del Progreso
- MARÍA LIGIA ACEVEDO, "AMALÍ"

- hace 2 días
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Este territorio, fundado en 1844, erigido con el tiempo en municipio próspero y pujante, presenta su historia de progreso y cultura con cambios cada vez más notorios, enraizados no sólo con el paso de los años sino en la evolución y transformación constante del mundo.
En el transcurrir normal de las diferentes épocas pasadas hemos podido apreciar que cada dirigente ha impuesto en su período de mando las estrategias, gustos y distribución de recursos, motivado, -es de suponer- por hacer lo mejor por la región y su gente y que las Fiestas, en su celebración, sean las más vistosas, atrayentes, reconocidas y recordadas.
Hoy, prestos a vivir una versión más, algunos escritores hemos sido convocados a hacer un análisis o reflexión libre, escrita, para compartir en una tertulia previa a las fiestas, y que finalmente no ha podido cumplirse por motivos diversos.
No obstante considero, y es mi personal opinión, que resulta pertinente y bueno poder cuestionar sobre varios aspectos, veamos:
1- ¿Se consigue realmente el objetivo y se cumplen después de tantas décadas de realizadas estas fiestas los propósitos que las inspiraron?, o, por el contrario, darnos cuenta de todo cuanto fue idealizado, soñado y pretendido que se ha perdido, al convertirse esa valiosa exaltación de logros primarios en una fiesta de distracción colectiva, donde la explosión de alegría y ruido llegan para impedir en la gente la racional meditación y pensamiento critico en el análisis de la realidad que vive.
Acaso de lo que ahora se trata es de convertir la celebración en una negociación o en el escape desesperado a la dura realidad cotidiana de sus gentes, quienes pasado el jolgorio continuarán cargando el agobio de carecer de un empleo que les ayude medianamente a superar los problemas económicos y los de otra índole, que inevitablemente van ligados entre si?
2- Preguntemos qué ha sido desplazado o arrasado de un tajo, de aquello que antes fuera orgullo de fundadores, nativos o de inmigrantes atraídos por la fuerza arrolladora con la cual se iba destacando esta tierra: LA INDUSTRIA, renglón económico principal de desarrollo que diera lugar a la creación de las celebraciones poco después del siglo de su fundación. Por su industria poderosa se reconoció y categorizó a Dosquebradas como el Municipio Industrial. Ahora pocas quedan, pues las más importantes, así como las fábricas de mayor prestigio desaparecieron.
Ni que decir del cambio drástico que se va haciendo del uso de los suelos tanto en el campo como en lo urbano y que finalmente terminará por hacer desaparecer de la región la agricultura, para acoger el turismo, la recreación y el cemento.
Sus inigualables y numerosas fuentes hídricas, sus cristalinas vertientes, así como su belleza contaminadas y muchas extinguidas.
EL URBANISMO Y SU CAOS determinado por la CONSTRUCCIÓN DESBORDADA con atropello a su lógica municipal.
EL DESARRAIGO DEL SER HUMANO de su sitio de trabajo y vivienda, quien al verse compelido a vender su tierra o su casa se convierte en un citadino desorientado y, finalmente, sin recursos financieros con qué sostener la familia, observa, sin poder evitarlo, que su prole deja de lado su honra, sus principios, su moral y sus sanas costumbres.
3- El silencio de la voz y la presencia de los campesinos y su menosprecio, al no hacerlos visibles en las grandes vitrinas de los patrocinadores de las Fiestas del Progreso, sin tomar en cuenta que también ellos pusieron su cuota de sudor para el desarrollo del municipio.
Y lo citado es apenas un abrebocas de todo por lo cual bien pudiera concluirse que cuanto ha sido sacrificado en el boom del progreso, en pretensión de acercarse a la modernidad con la creación de ostentosas plataformas de comercio en sus diferentes modos de oferta y diversión, los altos edificios y el canje rural de su economía verdadera, revierten sus objetivos primarios, objeto de exaltación, en una conmemoración de sus propias perdidas, y pone así al descubierto el verdadero rostro del municipio al quitarle su máscara de la alegría.
Y en la resaca moral, cuando el silencio y la basura que dejó la euforia forzada de sus gentes, habitantes y visitantes, se asientan, la dirigencia ni siquiera consigue una meditación clara de la verdadera realidad, que, de llegar a conseguirla, le llevaría a un planteamiento disruptivo de tan afamada efeméride, al evaluar el hastío de unos, la angustia de otros y la frustración de muchos más en el contexto de sus circunstancias de vida.
No obstante, la humanidad precisa de su circo para hacerse actor, así sea secundario o, como mínimo, espectador ilusionado y soñador frente al grandioso escenario que lo abstrae y lo coloca por unos momentos en otra palestra provisional menos dolorosa para el capítulo existencial de su vida.
Dosquebradas, 24 de noviembre 2025.
Título original: Las Fiestas del Progreso de Dosquebradas Risaralda, 2025
Escribe: MARÍA LIGIA ACEVEDO, "AMALÍ"*

*Escritora, poeta y cantante, autora de numerosos poemarios y cuentos infantiles.








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