Escribe: HÉCTOR CARLOS REIS*
Ya el tÃtulo apunta hacia dónde me dirijo en la reflexión. El ser humano es complejo y variado en sus formas de pensamiento. La captación de los datos sensibles es distinta en cada persona. Esta enorme variedad hace que el pensamiento que emane luego sea también muy disperso; no todos reciben un dato exterior de la misma manera y no todos piensan y manejan ésos datos de la misma forma. Esto explica cómo en los juicios los testigos se explayan de manera tan diferente ante un mismo dato de la realidad. Vemos, en los juicios, cómo un testigo dice haber visto un automóvil rojo que huÃa luego de un accidente, en cambio otro testigo del mismo hecho manifiesta que el automóvil era de color azul; o un testigo dice que vió a un hombre joven golpear a una mujer y otro testigo manifiesta que era una mujer la que golpeaba a la otra. Esto es muy común y, descartándose los casos de testimonios de mala fe, lo que resta son apreciaciones sinceras y honestas de gente que tuvo captaciones distintas de una misma realidad. Los ejemplos que dà anteriormente son extremos en cuanto a la valoración de los testigos pero hay infinidad de casos intermedios donde las variaciones son más sutiles, más entretejidas, más confusas, más detalladas, más mezcladas, más etéreas y menos especÃficas, menos definitorias, menos contundentes, menos claras, menos concisas, menos delineadas. Esta enorme riqueza en las apreciaciones sobre la realidad hace que las formas de pensamientos subsecuentes sean casi siempre disÃmiles y que cada persona piense de manera distinta. Incluso esto se observa en los casos de grupos homogéneos; indagando en sus fueros Ãntimos las personas de estos grupos especÃficos tienen formas de pensamientos con grandes variaciones y esto se debe en gran medida a la diferente captación de los datos sensibles. Esto sucede por el efecto de lo que yo llamo prenociones. Un primer conocimiento de las cosas que se produce de manera subliminal y que queda impreso en el cerebro afectando luego a las sucesivas captaciones de otros datos sensibles. Este fenómeno incide sobremanera en el aporte posterior y en la captación de la realidad. Para decirlo en una corta frase: no todas las personas captan una misma realidad de la misma manera, lo hacen en función de sus prenociones, luego sus pensamientos y sus razonamientos difieren ante un mismo hecho concreto de la realidad. En el modo de pensamiento de derecha hay una caracterÃstica que es muy especÃfica: el exacerbado egoÃsmo. La intensificación extrema y exagerada de los propios intereses. Esto se manifiesta, por ejemplo, en cómo se defiende la propiedad de las cosas. Generalmente todos cuidamos nuestras cosas, los elementos que nos facilitan el diario vivir; generalmente buscamos poseer aquellos elementos o cosas que nos gustan, que nos satisfacen, que nos complacen, pero cuando este deseo se transforma en una obsesión exagerada de poseer cosas sin ton ni son y si, además, ésas cosas son elementos que afectan a la PRODUCCIÓN de otros bienes y servicios, si se busca el poseer esos elementos en forma lo más exclusiva posible, ya entonces tenemos una exagerada apetencia que daña a otros. Esta exagerada forma de cuidar y acrecentar los propios intereses es tÃpica del pensamiento de derecha. Hay matices y niveles en estas maneras de concebir las cosas. Los intermedios son muy comunes. Incluso esta caracterÃstica se suaviza mucho con apariencias de generosidad. Es tÃpico el comportamiento de las llamadas "sociedades de beneficiencia", donde damas adineradas reparten "generosamente" cosas entre la gente pobre. Sin indagar demasiado en el inconsciente de estas señoras y señores benefactores de los pobres, es probable que influya algún sentimiento de culpa y/o una sobrevaloración del yo que los lleva a las actitudes paternalistas o de protección como exaltación de su ego. En todos los casos se esconde un sutil egoÃsmo. Quizás una caracterÃstica básica del pensamiento de izquierda sea la solidaridad. Adherirse, asociarse a una causa común que es beneficiosa para otros. En esta actitud hay un desprendimiento del interés propio, se piensa en otros y se busca un beneficio común no propio. También en esto los intermedios son muy comunes. Hay niveles de solidaridad. Está quién lo dá todo, hasta su vida, por ayudar a otros y existen los que ayudan sin exponerse ellos mismos con su fÃsico. La solidaridad es una forma de sentirse bien con sus propias concepciones éticas dentro del pensamiento de izquierda. Es tÃpico ver en las luchas obreras por reivindicaciones cómo son los partidos de izquierda quienes se solidarizan con ésas luchas; en cambio es muy raro ver a partidos de derecha o gente con pensamiento de derecha que le preocupen cómo se solucionan ésos problemas. En el pensamiento de derecha lo fundamental es cuidar la propia quinta..., los propios intereses egoÃstas. En el pensamiento de izquierda hay una preocupación por el otro y por un bien común. Hay niveles y mezclas. No todo es tan especÃfico. Por eso existen personas y partidos de izquierda que tienen ACTITUDES de derecha y viceversa. El mundo del pensamiento humano es variado y mezclado; no hay especificaciones, no puede haber definiciones taxativas, sólo hay mezclas, a veces exóticas, a veces colisiones y muchas veces confusiones. La labor del investigador es discernir qué parte de pensamiento de izquierda y qué parte de pensamiento de derecha hay en cada persona o en cada partido polÃtico o en cada sociedad. Quizá los modos de pensamientos netos, definidos, especÃficos, taxativos, no existan y sean sólo meras lucubraciones filosóficas o ideales a concretar. La realidad, salvo excepciones muy raras, es mixtura en el pensamiento humano, un compuesto de varios ingredientes que forman la riqueza cultural humana.
CapÃtulo 2
En los comienzos del siglo XXI podemos observar un desarrollo vertiginoso de las ciencias y de su aplicación: la tecnologÃa. El progreso prácticamente sólo se manifiesta en estos campos, ya que en otros aspectos estamos estancados, por ejemplo en la solución de problemas económico-sociales, en los conflictos violentos de etnias, religiones, nacionalismos vetustos, etc., en atentados con ejecutores suicidas, en formas de degradación como las drogas (psÃquicas y quÃmicas), la agresividad (en las familias y en la sociedad), el ritualismo, la territorialidad, la jerarquÃa, la codicia (de bienes y de poder), la hipocresÃa y en suma la estupidez que dirige los actos de gran parte de la humanidad. Estos problemas hacen al meollo de la condición humana; son válidos para todos los lugares y épocas. Se dan en todas las subculturas, desde las pretecnológicas (incluso las actuales subdesarrolladas) hasta las más sofisticadas. El ser humano en sus caracterÃsticas básicas: agresividad, ritualismo, jerarquÃa, territorialidad, estupidez, hipocresÃa y codicia de poder sobre bienes y personas se mantiene constante. La contradicción entre el avance tecnológico y el estancamiento en facetas que hacen a la esencia misma de la condición humana se debe a diversos factores. Estos condicionamientos son los que impiden un desarrollo homogéneo coadyuvante indispensable para obtener la real (y no ilusoria) felicidad del ser humano. En el siglo XXI y siguientes, la vida humana será muy diferente de como la conocemos actualmente; la adaptación al cambio es fundamental para sobrevivir; es una ley biológica ineludible. Destaco caracterÃsticas básicas que observo desde el inicio y que persisten obstaculizando la apertura de nuevos caminos. Es correcto que existen pueblos y civilizaciones con costumbres diversas; en el pasado y en el presente; hasta leyes diferentes y religiones distintas; pero mis observaciones se dirigen a los rasgos comunes que subsisten inmutables. De allà la exigencia de nuevos caminos acordes con la evolución cientÃfico-tecnológica. Las diferencias de: épocas, etnias, costumbres, sistemas o sociales o polÃticos o económicos, leyes, creencias y en suma todos los aspectos que distinguen a un pueblo de otro o a una época de otra son matices de una subcultura, niveles diversos de una gran cultura integral que es la humana. Esta concepción integradora es lo que nos sucede en la época contemporánea. La tecnologÃa ya nos está integrando a los humanos. La televisión nos muestra lo que sucedió, e inclusive lo que está sucediendo, en todo el planeta por medio de los satélites. Las comunicaciones instantáneas nos permiten observar que en todos los paÃses hay: carreteras, automóviles, edificios grandes, gente vestida más o menos igual (aquà se pueden ver más matices), zonas más carenciadas (la miseria tiene similar rostro en todos los paÃses) y barrios más lujosos (con variaciones arquitectónicas que exultan alegres vanidades), disturbios callejeros, manifestaciones más pacÃficas, reclamos por injusticias o por corrupciones administrativas, parlamentos que cuestionan a otros poderes, etc. La cultura global es ya un hecho hasta en los detalles y por obra de la tecnologÃa. La naturaleza humana tuvo y tiene caracterÃsticas constantes, la globalización que ahora se produce implica unificar niveles de subculturas. Los seres humanos dirimen sus conflictos por la violencia; la codicia de bienes y el poder sobre las personas; hipócritas (significa actor, del griego) actuando de manera distinta a como se piensa; en suma una sociedad regida por la estupidez, es decir, una notable torpeza en comprender las cosas. Algunos dirÃan que éste es el mejor de los mundos posible y quizás otros especulen con un mundo más allá de la muerte y que esta vida es sólo un paso transitorio y puesta a prueba para un eterno devenir pleno de goce y dicha en un ganado (sic) paraÃso. Todo depende del punto de vista y del enfoque de cada uno pero básicamente debemos admitir, en principio, que algo es correcto, verdadero o incorrecto, falso; la única manera de constatar esto es a través de la comprobación; a ésta se llega mediante la observación y la experimentación. Con el razonamiento sólo no basta pues éste puede usar miles de subterfugios y estratagemas para acomodarlo a su arbitrio. Partiendo de estas bases se observa que las caracterÃsticas básicas del ser humano subsisten. La agresividad, el ritualismo, la territorialidad, la jerarquÃa, la codicia (de bienes y de poder), la hipocresÃa y la estupidez dirigen los actos de gran parte de la humanidad. En estas caracterÃsticas estamos unificados los seres humanos. Algunos las tienen más desarrolladas que otros; unos son más codiciosos o ambiciosos que otros, más o menos hipócritas, más o menos ritualistas, más o menos agresivos, más o menos jerárquicos, más o menos territoriales, etc., pero en todos subyace una dosis, pequeña, mediana o grande, de estas caracterÃsticas. Si analizamos en detalles observamos que dentro del pensamiento de derecha todas o algunas de estas caracterÃsticas están exacerbadas. El de derecha nacionalista exalta la nación o la patria como Ãcono (territorialidad). El de derecha neoliberal o capitalista exalta la posesión y la ambición sobre las cosas (codicia) y ambos la agresividad para obtener el poder sobre bienes y personas; el nacionalista por la fuerza o la guerra y el capitalista con la competencia que aniquila al otro. Para obtener sus fines se usa el ritualismo que se manifiesta de múltiples formas: desfiles pomposos, marchas cÃvico-militares, propaganda en los medios, publicidad machacante, etc., etc., rituales estos que se exteriorizan a través de estructuras jerárquicas, ministros, gerentes, técnicos, etc. Entre estos dos extremos está la mayorÃa entremezclada y con deseos de poder o lucro para escalar posiciones en la sociedad. Toda esta estructura está mantenida por la estupidez (una notable torpeza en comprender cómo funcionan las cosas) generalizada que obnubila. Si seguimos analizando observamos que, en lo más remoto del inconsciente, se guardan estas caracterÃsticas y podremos decir que todos los seres humanos tenemos, en lo profundo, un modo de pensamiento de derecha. Todos somos básicamente de derechas. Esta afirmación podrÃa aparecer como aventurada pero sin embargo vemos que explica el porqué muchas personas de izquierdas actúan a veces como si fueran de derechas. Lo mismo sucede en las sociedades que, nominalmente son de izquierdas, pero en la práctica usan el modo y actúan como si fueran de derechas. Esta dicotomÃa está muy difundida y por eso reina la confusión entre los pensadores y los observadores polÃticos. De allà que las definiciones taxativas no son procedentes. No se puede afirmar con certeza que alguien es de derecha o de izquierda pues la mayorÃa de las veces su accionar es confuso, mezclado. Asà como yo sostengo que hay una religiosidad difusa en la mayorÃa, también hay un pensamiento de derecha difuso en la mayorÃa. Esto explica cómo funcionan las sociedades y la tendencia hacia las derechas que existen primariamente. Explica cómo se "ven" diferencias entre partidos que, básicamente, son lo mismo; estas presuntas diferencias entre partidos polÃticos se manejan a través de los referentes que enamoran y obnubilan la crÃtica analÃtica. Se sigue a las personas y no se perciben las ideas o plataformas que, en realidad, dicen lo mismo aunque usen palabras distintas..., el mismo perro con diferente collar. Todo esto avalado por la estupidez que es fomentada a través de los medios de desinformación. Si entonces el pensamiento de derecha es cuasi hegemónico y lo practica, en mayor o menor medida, la enorme mayorÃa de las poblaciones..., ¿qué es el pensamiento de izquierda? Queda para un tercer capÃtulo.
CapÃtulo 3
Antes de entrar al análisis del pensamiento de izquierda polÃtica es conveniente dejar bien en claro que el pensamiento de derecha es hegemónico pues se adapta a cómo es el ser humano esencialmente. Ya describà antes cómo somos los seres humanos y sus caracterÃsticas básicas y vemos que estas caracterÃsticas básicas se acoplan con el modo de pensar de derecha. En rigor el modo de pensar de derecha es lo más humano que podemos hacer; es un modo de pensar acorde con nuestra naturaleza. Si vemos el comportamiento animal en general, observaremos que en todas las especies hay conductas similares de preeminencia del más fuerte y del más apto. En las manadas esto es evidente. El denominado "macho alfa" suele ser el jefe que impone sus conductas al resto. El comportamiento de grupo requiere de un conductor; el resto delega en él y sigue sus pautas. Si observamos en el ser humano cómo esta forma de actuar se impone casi invariablemente esto indica lo primitivo del accionar y cómo nos emparenta con el resto de los animales. Los "machos alfa" humanos son los dirigentes, los conductores, los mandatarios, los jefes, los caudillos, en suma los que asumen la categorÃa de referentes o emisarios. ¿Quiénes les dan ésa categorÃa?, pues simplemente una mayorÃa silenciosa que delega, por comodidad, el mandato de guiar, gerenciar, mandar, ordenar, gobernar, en suma imponer sus modos o formas de pensamiento y de conducta. Estos referentes o emisarios son los que actúan mientras el resto los observa y obedece pero no interfiere en los manejos de los referentes, emisarios. Se produce un statu quo que puede perdurar en el tiempo. Básicamente esta es la estructura social humana. Desde épocas primitivas con homÃnidos predecesores hasta el actual homo sapiens sapiens. Amos y esclavos, señores y siervos, ricos y pobres, dirigentes y dirigidos, sacerdotes y membresÃa, capitalistas y proletarios... Si aceptamos que el modo de pensamiento de derecha es hegemónico, que se adapta a la naturaleza humana, que todos en mayor o menor medida tenemos las caracterÃsticas básicas que señalé anteriormente, entonces comprenderemos el porqué de muchas conductas de personas y partidos que se dicen de izquierda. Pero, ¿qué es la izquierda? ¿Qué es el pensamiento de izquierda? En mi opinión el pensamiento de izquierda es una ruptura con los parámetros normales de conducta humana. Por eso es un modo de pensar revolucionario. Rompe las estructuras y el statu quo. Todo aquello que intenta cambiar, revolucionar, empieza a teñirse con un matiz de izquierda. La base de un pensamiento de izquierda es el cambio. Y aquà empiezan los problemas de la izquierda. El cambio ¿en qué sentido?, ¿en qué dirección?, ¿cómo se hace?, ¿para qué se hace?, ¿con quiénes se hace?, ¿cuáles son los objetivos?, ¿cuáles son los métodos?, ¿cuáles son las formas para llevarlo a cabo?, ¿se debe hacer con el Estado?, ¿se debe extinguir el Estado?, ¿se debe cambiar todo o sólo algo?, ¿con violencia o sin violencia?, en suma hay tantas variantes como pensadores que usan este modo de pensamiento. Otra cuestión fundamental es que se sigue manteniendo el esquema de referentes o emisarios en los diversos modos de pensamiento de izquierda. Aparecen los conductores de estos procesos de cambios y estos emisarios forman cuadros y organizaciones que suelen torcer sus principios de acción a la muerte de los fundadores. Generalmente la evolución de las organizaciones de izquierda pierden sus ideas y métodos originarios y vuelven al comùn denominador del pensamiento hegemónico o modo de pensar de derecha. La derechización de las izquierdas es una comprobación de que el postulado básico de cómo somos los seres humanos y que expliqué ut supra se mantiene constante. Entonces surge la pregunta: ¿es posible que el pensamiento de izquierda pueda desarrollarse?
CapÃtulo 4 Hay una frase muy común: "esconde el enano fascista"; se utiliza para ejemplificar un concepto que es real. Todos los humanos tenemos latente una predisposición hacia el pensamiento de derecha. Ya comenté que esta forma de pensamiento se adapta cómodamente a nuestras caracterÃsticas básicas de agresividad, territorialidad, ritualismo, jerarquÃa, codicia o ambición, hipocresÃa y estupidez. El ser humano forma parte de la naturaleza, es una criatura natural, integra la especie de los mamÃferos y se asemeja en un 98 %, en su genética, a los chimpancés, gorilas, orangutanes y demás primates. Sin embargo hay algo que nos distingue y nos separa del resto de los animales: el desarrollo del cerebro y las manos. Esta dupla, cerebro y manos es la base de un "desvÃo" en la naturaleza y es una verdadera bisagra en la evolución de las especies. Manos y cerebro; la dupla del poder sobre el medio ambiente; millones de años para comprender su relación mutua. Las percepciones, la observación y la manipulación de objetos incentivaron al hombre primitivo a actuar cada vez con mayor precisión. Esto nos distingue del resto de los animales. Conservamos nuestras caracterÃsticas primitivas, lo estrictamente natural, pero nos separamos de la naturaleza y actuamos sobre ella transformándola. Sólo el ser humano logra transformar de manera significativa su entorno, su ambiente. Sólo el ser humano logró cultivar y desarrollar cultura; sólo el ser humano logró experiencias y conocimientos que le permiten desarrollar su pensamiento abstracto y su juicio crÃtico. Es en este sentido que se aparta, el ser humano, de la naturaleza y corre por un camino inexplorado y que puede llevar a metas insospechadas. Sin embargo los gritos de la naturaleza están latentes en su inconsciente, atrapan y jalan, muchas veces produciendo regresiones, hacia nuestro sustrato más primitivo y natural. ParecerÃa que es una lucha constante entre nuestro pasado primigenio y nuestro presente y futuro más racional, cientÃfico y tecnológico. Esta dicotomÃa nos produce un profundo malestar y genera contradicciones que afloran constantemente en nuestra vida cotidiana. Volvemos al enano fascista... La cultura humana se aparta de la naturaleza y genera caminos propios pero llevando siempre el lastre, el cordón umbilical que nos une al resto de los animales y a la naturaleza; se produce un remedo de la naturaleza en nuestro cerebro por un lado y por el otro se genera una fuerte corriente imaginativa que nos lleva a superar y cambiar los elementos ancestrales por otros, en una sucesión impredecible de acontecimientos creadores. Surgen el Arte y la Ciencia como elementos nuevos en el quehacer humano. El pensamiento analÃtico crÃtico supera al modo de pensamiento mágico (más primitivo y natural) y crea condiciones nuevas que permiten observar, experimentar y pensar de manera diametralmente opuesta a nuestros impulsos naturales, ancestrales, inconscientes e instintivos. Que quede claro entonces que existe aún un cordón umbilical que nos une a la naturaleza a pesar de nuestro desarrollo cultural motivado en gran medida por la dupla manos y cerebro. Aclarado bien este punto empezamos a dilucidar cómo actuamos sobre, y muchas veces en contra, de la naturaleza. Tenemos un conflicto y contradicción permanente entre nuestro nuevo cerebro (la corteza cerebral) y el primitivo (el complejo reptÃlico y el sistema lÃmbico) que nos tironea constantemente. Al comportamiento de derecha, que es lo natural, frente a una nueva forma de entender y percibir la realidad a través del pensamiento analÃtico crÃtico le sucede un nuevo pensamiento que está acorde con la noción de cambiar, transformar la realidad de la naturaleza. Esta nueva forma de pensamiento es la que permite al ser humano organizarse socialmente y crecer como comunidad. ¿Cómo se dio este proceso? Las percepciones, la observación y la manipulación de objetos incentivaron al hombre primitivo a actuar cada vez con mayor precisión. La primera piedra arrojada probablemente no hubiese dado en el blanco pero con la experimentación afinó su punterÃa. Algunos dirán que esto es un supuesto elemental pero es necesario recalcar que el aprendizaje fue extremadamente lento. La comprensión del hombre primitivo no puede compararse con la actual. Ahora aprendemos más aceleradamente gracias al bagaje de conocimientos que se fueron acumulando a través del tiempo. La información almacenada en el cerebro del hombre primitivo se debÃa fundamentalmente a sus propias percepciones. La cultura era elemental y la trasmisión de datos se hacÃa oralmente de padres a hijos. Antes del invento de la escritura el universo de conocimientos tenÃa una base estrictamente funcional y aplicada a lo inmediato: sobrevivir. Cuando lo prioritario es sobrevivir, no queda espacio para pensamientos más desarrollados. Destaco esto sobremanera. El auge actual del pensamiento mágico es la evidencia de una gran parálisis de nuestra cultura. No hay un correlato entre el avance cientÃfico-tecnológico y el pensamiento de la mayorÃa de la población humana. Alguien podrÃa argüir que también en medios sociales que superaron la etapa de la sobrevivencia y gozan de abundancia de bienes sin embargo participan en gran escala del referido pensamiento mágico. Lo cual significarÃa que la forma de pensar mágica y primitiva tiene adeptos en todos los niveles por otras causas además de la pobreza. Las necesidades materiales enrarecen la percepción del mundo que nos rodea pero el lujo también obnubila pues conduce, en la mayorÃa de los casos, al aburrimiento. El tedio es la principal causal de conductas dañinas (para otros y para sà mismos); lo podemos observar actualmente en los jóvenes. Y aquà entramos en una cuestión básica. Este pensamiento mágico, primitivo que sintoniza bien con el pensamiento de derecha se desarrolla dentro de una cultura cientÃfico tecnológica avanzada que fue desarrollada por una forma de pensamiento distinta: el pensamiento analÃtico crÃtico. Hay una confrontación entre la naturaleza, es decir el hombre con pensamiento mágico, de derecha y el nuevo hombre con pensamiento de cambio que intenta usar el modo de pensamiento analÃtico crÃtico. ParecerÃa que si el modo de pensamiento analÃtico crÃtico es usado para cambiar y desarrollar una cultura cientÃfico tecnológica este modo de pensamiento serÃa el pensamiento de izquierda. ¿Esto es asÃ?
CapÃtulo 5 ¿Es entonces el pensamiento analÃtico crÃtico el propio pensamiento de izquierda? Según mis observaciones sobre el comportamiento humano, no, no lo es. El modo de pensamiento analÃtico crÃtico puede o no constituir y desarrollar un pensamiento de izquierda. Corren por carriles separados. Hay mucha gente con pensamiento de derecha y, sin embargo, utilizan el modo de pensamiento analÃtico crÃtico; han pasado del estado primitivo de exacerbación de las caracterÃsticas básicas humanas que mencioné antes (agresividad, jerarquÃa, ritualismo, territorialidad, codicia o ambición de poder sobre personas y/o cosas, estupidez e hipocresÃa) al estado más evolucionado del modo de pensamiento analÃtico crÃtico y conservan, sin embargo, latentes sus improntas primordiales. Este hecho notorio que se evidencia claramente, por ejemplo, en el campo cientÃfico, tecnológico, donde observamos a eminentes cientÃficos que profesan ideas reaccionarias y de derecha ya sea conservadora, liberal, neoliberal, nacionalista o fascista, dá por tierra con la idea de la confluencia entre el modo analÃtico crÃtico y los pensamientos de izquierda. A contrario sensu muchas personas con pensamiento de izquierda que, a priori, parecerÃan utilizar el modo de pensamiento analÃtico crÃtico usan, sin ambages, una clara forma primitiva de comportamientos acorde con las caracterÃsticas básicas primitivas reiteradas ut supra. Esta contradicción sólo puede explicarse con una extensión de las caracterÃsticas básicas, es decir, el añadido de otras dos que son tan fundamentales como las estudiadas hasta ahora. Me refiero concretamente a los miedos y a los deseos. Antes de entrar al análisis de los miedos y los deseos quiero hacer una acotación importante con respecto al comportamiento de las personas de derecha. Observo que en muchos casos, ya sea de forma consciente o inconsciente, son proclives a sacar de contexto las palabras y las ideas de otras personas. Es común esta conducta en los medios de desinformación que pululan en los paÃses capitalistas; también la tienen personas que se dicen de izquierda y sin embargo usan esta forma de comunicación. Esta metodologÃa la ejecutan a menudo en los mismos foros o sitios de debates de izquierda. Una variante muy común es leer o analizar sólo párrafos aislados, sacándolos de la idea general, y también se nota claramente cuando se analiza una parte o capÃtulo de un todo sacándolo del contexto general de la obra o del trabajo. Sabemos que los autores tenemos una lÃnea general o continuada de desarrollo y analizar sólo una parte, de manera independiente del total, hace que las ideas puedan aparecer contradictorias o incorrectas o falsas. Esta malicia es tÃpica del pensamiento de derecha. Una temática que adquiere ribetes en los medios de desinformación es actualmente la denominada inseguridad. Se toma, por ejemplo, los delitos graves de homicidios, sin distinguir entre culposos y dolosos, y se llevan a la palestra de manera obsesiva, machacando constantemente, originando niveles de alta psicosis paranoica en los crédulos que reciben el impacto de la noticia sin discriminarla como corresponderÃa. Además se alude a los delitos hechos por civiles delincuentes y se omiten los delitos hechos por la policÃa como la enorme cantidad de casos de gatillo fácil y concomitancias entre policÃa y delincuencia en materia de tráfico de drogas, por ejemplo. Las estadÃsticas reales se ocultan en los medios de desinformación. En la Argentina hay un promedio de 26 muertes, en general de adolescentes, efectuadas por el gatillo fácil de la policÃa al mes, mientras que hay 6 o 7 muertes dolosas hechas por delincuentes civiles en el mismo lapso promedio. Si agregamos a ello los casos de accidentes de trabajo que ocasionan gran cantidad de muertes en la población proletaria (casi los mismos que el gatillo fácil), los accidentes de tránsito en enorme promedio ascendente, la mortalidad infantil con niños que mueren antes del año de nacidos y la desnutrición que ocasiona muertes, vemos que la inseguridad no es cuestión de aumentar la vigilancia policial como pretenden los derechistas sino que el problema y la solución son otros. Sin embargo, la noticia en los medios de desinformación son los delitos hechos por civiles (sin distinguir entre dolosos y culposos), del resto (gatillo fácil de la policÃa, accidentes de trabajo, accidentes de tránsito, mortalidad infantil, etc.) casi no hay información, a veces algo suelto, aislado y en pequeños fragmentos discontinuos que pronto dejan de ser noticia. La derecha busca mayor represión para obtener orden y seguridad, usando como pretexto la delincuencia civil. Omite o diluye en los medios de desinformación sistemáticamente los datos de otros tipos de muertes, gatillo fácil, accidentes de trabajo (enorme responsabilidad del capitalismo empresario derechista), accidentes de tránsito generados por un estado psicológico alterado de la población y por efecto del alcohol y las drogas promocionados directa o indirectamente por el sistema capitalista, la gran cantidad de mortalidad infantil por desnutrición y los casos de niños desnutridos que crecen con notorias falencias cerebrales. Esta técnica cuando es consciente, como en el caso de los medios de desinformación capitalistas, genera psicosis colectivas y/o paranoias generalizadas que son usadas por los poderes para mantener asustada a la población y por ende controlada. Esto genera en las personas la idea de orden y seguridad y el reclamo de aumentar la represión lo cual facilita el control deseado por el poder y aquà entramos directamente al tema de los miedos. El miedo es una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario; es un recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea. De aquà la relación de los miedos con los deseos; pero comencemos con los miedos. El hombre primitivo tenÃa miedo de casi todo. No comprendÃa como funcionan las fenómenos naturales y le daba miedo un rayo, una tormenta, un viento huracanado, un terremoto, etc. Aún hoy en dÃa hay muchas personas que ante una tormenta con relámpagos, truenos, centellas y rayos, se asusta y busca algún cobijo incluso estando en su propia casa a cubierto de la tempestad. Este terror psicológico es producto de las reminiscencias del pasado primitivo que se conservan en el cerebro y se relacionan directamente con las caracterÃsticas básicas que venimos estudiando. Por eso dije antes que se convendrÃa añadir los miedos a dichas caracterÃsticas. Los miedos están latentes en los seres humanos y en las personas predispuestas al pensamiento de derecha estos miedos se exacerban notoriamente, anulando cualquier atisbo de modo de pensamiento analÃtico crÃtico o de racionalidad. Surge la respuesta vindicativa. La pena de muerte, la mano dura, disminución de la edad para la punibilidad de los delitos, el gatillo fácil de los policÃas, la vigilancia obsesiva; "nos están matando en las calles" vociferan los energúmenos de derecha y los funcionales a la derecha, "más seguridad y más policÃa" trinan las viejas comunicadoras de la televisión, "al que a hierro mate a hierro muera" espetan las locutoras y animadoras de los medios. El paroxismo, la exaltación extrema de los afectos y las pasiones, es el estado permanente de una población sometida machaconamente a estos dislates discursivos. ¿Por qué se extiende tan fácilmente esta paranoia? Sólo se explica si en la población existe una predisposición, generada por las caracterÃsticas básicas, a reproducir miedos ancestrales. El pensamiento de derecha se nutre de estos miedos primigenios enclavados en el cerebro humano.
CapÃtulo 6 A esta altura del análisis conviene recapitular y ejemplificar, para su mayor entendimiento, qué y cómo son lo que yo denomino caracteristicas básicas de la naturaleza humana. El trauma del nacimiento es el año cero en la historia del individuo pero éste también tiene una prehistoria: la vida intrauterina. El feto flotando en el lÃquido amniótico está amortiguado, alimentado a través del cordón umbilical, con temperatura constante, oxÃgeno, expulsión de restos, todas sus necesidades cubiertas por el cuerpo de la madre, vive, en sÃntesis, en un estado de total satisfacción dentro de su "universo amniótico". De pronto es interrumpido su placentero letargo sin su intervención; comienza un cataclismo terrorÃfico, es movido violentamente, maltratado, comprimido y luego de horas intermitentes de tortura por las contracciones uterinas finalmente es expulsado, apretando su cabeza a través del canal vaginal. Todo esto y su contacto con la realidad exterior, sobre todo comenzar a respirar, marca en su cerebro una huella perpetua hasta su muerte. Este proceso traumático induce a un determinado comportamiento ulterior. ¿PodrÃa ser la génesis de la agresividad, el ritualismo, la jerarquÃa y la territorialidad? Quizá más que génesis es la reactivación de los resabios de nuestros remotÃsimos orÃgenes prehomÃnidos. El trauma del nacimiento junto con el caudal genético, el ADN depositario de la información hereditaria y el posterior aprendizaje cultural y social configuran la triada de hechos fundamentales que constituirán al futuro adulto. Durante el perÃodo de gestación el feto va adoptando una postura que es tÃpica, recogidas las piernas y tocando con las rodillas la cabeza, y que se denomina genéricamente como "posición fetal". De esta forma cierra el feto un cÃrculo que se adapta a las dimensiones y a la forma del vientre materno. Muchos meses flota el feto dentro del lÃquido amniótico en esta postura. En un estado letárgico y placentero; protegido y satisfechas todas sus necesidades de calor y alimento. Hay que remarcar estos conceptos pues es un estado "paradisÃaco". Los adultos añoramos ese paraÃso perdido, origen de este mito tan difundido. En la vida adulta la mayorÃa de las creencias religiosas identifican el pedido de dones a las respectivas deidades con rituales donde arrodillarse y adoptar posiciones fetales es caracterÃstico. Las plegarias a los dioses fue acompañada siempre de ritualismos donde la postura fetal es determinante. Sabemos de restos fósiles y de momias que se enterraron en esta posición. Es evidente que en el adulto hay una regresión a su época fetal cuando solicita protección y busca el amparo mágico. Enterrar a los muertos en esta posición vuelve a los dioses más proclives a recoger el "alma" de los difuntos. El motivo de los rituales en todas las religiones es obtener el favor de la deidad. El ritualismo se manifiesta en todos los órdenes de la vida y no solamente en los mitos y religiones. Las burocracias modernas y antiguas están llenas de rituales determinados que si no se satisfacen queda incumplimentada la gestión. Los desfiles en determinadas fechas y con formas expresas o cuando un paÃs se prepara para la guerra. Hasta en espectáculos deportivos se manifiesta el rito, por ejemplo la vuelta olÃmpica al ganar un torneo. Y cosa "curiosa" generalmente estas vueltas tienen forma de cÃrculo. Esta forma de cÃrculo es común a muchas manifestaciones humanas como si quisiéramos "cerrar" todo proceso. La idea de sistema cerrado, donde todo esté servido para ser aceptado sin análisis crÃtico está latente siempre. La moda en la vestimenta es también ritual y lo mismo puede decirse de los protocolos en los ámbitos gubernamentales y en la diplomacia. Hay infinidad de ritos cotidianos en donde si no se cumplimentan determinados requisitos creemos que los hechos no serán como lo planeamos. Estas ideas fijas, neurosis obsesivas, todos en alguna medida y forma las realizamos cotidianamente. Cuando estos actos se hacen compulsivos el problema se agrava. Muchas veces tales actos rituales son simbólicos de ideas reprimidas. A través de los rituales buscamos la realización de los anhelos y fantasÃas que nos lleven a la tan ansiada felicidad. Las ideas de "paraÃsos" o lugares de eterna dicha surgen como una regresión al seno materno donde estábamos protegidos de los peligros de la realidad exterior. Casi todos los mitos, leyendas y religiones tienen implÃcita o explÃcitamente esa idea de "paraÃso" y se llega a él a través de alguna forma o rito a cumplimentar. Los requisitos son variados y en ellos aparecen ya, ideas culturales. El paraÃso musulmán que fue creado por Mahoma para "premiar" a los guerreros con las jóvenes hurÃes y que posibilitó la conquista árabe a partir del siglo VIII de nuestra era es un ejemplo. Ese dato es importante pues exacerbó el Ãmpetu belicista. Las guerras "santas" tuvieron lugar en múltiples perÃodos históricos, participando en histerias bélicas muchas creencias y muriendo infinidad de seres humanos. La agresividad y el ritualismo muchas veces se trasladan de las ideas religiosas al ámbito de las ideas polÃticas. Hay una Ãntima conexión entre la religión y la polÃtica pues ambas generan creencias o sistemas cerrados en lugar de métodos, como sà se hace en la ciencia. Si volvemos al análisis del trauma del nacimiento, vemos como el feto es agredido repentinamente en el momento del parto. Dicha violencia deja una huella y la agresividad queda impresa en su cerebro. Si a esto se añade la transmisión genética a través del ADN de millones de años de evolución y de selección natural comprenderemos mejor el porqué de muchas conductas. En la relación madre-feto para éste la madre es un ser superior pues depende totalmente de ella, ya comienza a generarse la caracteristica básica de la jerarquÃa. Incluso al nacer subsiste la dependencia al succionar el pecho materno; en realidad el recién nacido y su madre constituyen una sola entidad biológica en los primeros tiempos, la jerarquÃa en su grado extremo. El niño necesita las caricias, la mirada y el calor materno en forma imprescindible para poder superar sin más secuelas traumáticas los primeros meses de vida. Esta etapa es crucial para el desenvolvimiento del futuro adulto. Los pechos maternos son de forma esférica. La imagen de una figura circular, que es una sÃntesis gráfica de sistema y de cosa cerrada, aparece en momentos álgidos que van a producir fijaciones en el inconsciente del recién nacido. Yo ato este cabo suelto con el anterior, durante la gestación la postura fetal cerrada dentro de la forma también esférica del vientre materno. La imagen circular y la esfera están siempre presentes a la apreciación y a la percepción del hombre. Una expresión común dice: "le salió redondo" como sinónimo de cosa bien hecha. La luna llena y el sol al amanecer o al atardecer presentan también formas redondeadas y están en muchos mitos y leyendas primitivos, siendo su culto el origen de religiones posteriores. Los conceptos cerrados, dogmáticos son más fácilmente captados, en vez de los abiertos, relativos, produciendo esto serias consecuencias por la intolerancia que implica. La mente humana funciona tomando una idea y haciéndola propia, como si en realidad dicha idea fuera el mismo ser humano. Nos identificamos con la idea. Defendemos los conceptos en lugar de debatirlos y ejercer el análisis crÃtico. Aceptamos cómodamente las ideas mágicas, fuera de toda realidad, pues tenemos la tendencia a la regresión fetal, situación placentera guardada en el inconsciente. En realidad no hubiéramos querido nacer. En el "universo amniótico" los lÃmites son el espacio o territorio que el feto tiene para sÃ. Al ser expulsado se rompe su equilibrio territorial, siendo la relación con el hecho violento y traumático, de causa a efecto. Esto quizás explique un concepto muy posible, la celosa territorialidad del hombre social que enmarcado en la noción de nación, patria-madre, defiende sus lÃmites con vehemencia y compulsión. El nacionalismo con vehemencia y con demencia. Valga el retruécano. Un ejemplo palpable es "el espacio vital" teorÃa de Hitler para Alemania. El cÃrculo, bidimensional y la esfera, tridimensional, son imágenes cotidianas desde el momento de la concepción; ambas cierran y pueden ser quizá sÃmbolos femeninos, estando la idea maternal implÃcita en ellos. Pero también el triángulo, bidimensional, y la pirámide, tridimensional, son sÃmbolos que cierran pero tienen una punta o vértice; forman esquemas cerrados pero agresivos, con reminiscencias fálicas, estando en ellos implÃcita la idea masculina. Hoy en dÃa vemos un resurgimiento de las pirámides como "amuleto". Incluso pseudocientÃficos señalan que "atrae energÃa cósmica". Sin embargo la geometrÃa como abstracción de cosas reales fue útil en la historia humana al ser una forma de sÃntesis para cálculos astronómicos, matemáticos y filosóficos. En cambio la supuesta atracción de energÃa cósmica por las pirámides ignora la ciencia fÃsica y la astronomÃa. Considero que no podremos mejorar el comportamiento humano a través de las ideologÃas polÃticas, ni tampoco de las modificaciones económicas. Cambiar la estructura de la propiedad y hacerla colectiva no varió el egoÃsmo, los conflictos regionales o raciales o territoriales, las jerarquÃas, la agresividad, el ritualismo, en sÃntesis la estupidez humana. Seguimos siendo adolescentes. Madurar cuesta esfuerzos inconmensurables. Y si alguno llega, nadie responde a su discurso racional. De hecho somos controlados y gobernados por la parte menos sana de la población. Los investigadores, los cientÃficos, los artistas lúcidos, los trabajadores manuales esclarecidos no gobiernan ni pueden incidir en el grueso de las poblaciones mundiales. Más aún, ante la inutilidad de cualquier prédica, se aÃslan cometiendo un grave error, pero se sienten impotentes. En realidad es altamente improbable que toda la población mundial o al menos la inmensa mayorÃa pueda llegar a madurar lo suficiente antes de autodestruirse y extinguirse como especie. La mente humana está predispuesta a formar ideas cerradas o sistemas en detrimento de los métodos. Esto genera intolerancias estériles. La lucha y los enfrentamientos generados por las contradicciones se hacen inevitables, acrecentado por la atribución de omnipotencia que el hombre da a las ideas. Sólo produciremos un cambio real en nosotros los humanos si concedemos primacÃa a los métodos por sobre los sistemas. La esfera llamada planeta Tierra es nuestra madre y cuna, quizás algún dÃa en el futuro nosotros los humanos, todavÃa infantiles, demos el gran salto hacia el espacio exterior y como en un segundo trauma de nacimiento pero hacia la madurez abandonemos la "cuna ecológica" y rompiendo el cordón umbilical nos lancemos a la extraordinaria experiencia de vivir como adultos.
CapÃtulo 7 Si imaginamos un teatro, en una representación teatral, toda la evolución de la humanidad desde los primitivos homÃnidos hasta el ser humano actual, observarÃamos por momentos una comedia y en la mayorÃa de los instantes una tragedia. El gran teatro de la humanidad. Las escenas serÃan siempre con el mismo argumento: agresividades, rituales, jerarquÃas, luchas territoriales, ambición y codicia con poder sobre cosas y personas, hipocresÃas, miedos, deseos y como telón de fondo la estupidez, esa torpeza notable en comprender las cosas. Sólo variarÃa la puesta en escena, el decorado y el vestuario. El homÃnido primitivo en un decorado de selvas, praderas, rÃos, lugares donde la naturaleza surge suelta, pletórica y vestido con cueros de animales, descalzo, con un lenguaje breve y conciso; lo importante era sólo sobrevivir, casi como el resto de los animales. Con luchas por espacios territoriales, con rituales e imprecaciones al enemigo, con codicia sobre el fuego y herramientas útiles, con jefes de manada, los machos alfa, jerarquizando el clan, con miedos ancestrales a las tormentas, truenos, rayos y centellas, con estupideces domésticas coronando el ámbito de un mundo rudimentario, elemental, tosco. El segundo acto de la representación teatral de una obra universal, continúa con el mismo argumento anterior pero varÃa el decorado. Siguen las luchas, las agresividades, los rituales aumentan, las jerarquÃas se consolidad con la fuerza y se desarrolla el poder y la codicia de manera sutil y más refinada; aparecen las ciudades, los miedos continúan y se aprovechan por los pillos y astutos para robustecer la estupidez de la gran manada humana restante. SÃ, para esos pÃcaros el resto de los humanos son sólo eso, una manada, incluso los hipócritas, hasta usando el lenguaje coloquial, lo denominan grey. [grey. (Del lat. grex, gregis, rebaño). f. Rebaño de ganado menor. || 2. Ganado mayor. || 3. Congregación de los fieles cristianos bajo sus legÃtimos pastores. || 4. Conjunto de individuos que tienen algún carácter común, como los de una misma raza, región o nación.] Es el tercer acto de la gran comedia religiosa. El mayor fraude de los pÃcaros jefes de manada. Aquà el vestuario se hace más sofisticado, surgen las sotanas, los hábitos (vestidos o trajes que cada persona usa según su estado, ministerio o nación, y especialmente el que usan los religiosos y religiosas. Esta parte de la representación teatral es tragicómica. Las escenas de escarceos, tanteos, vueltas y más vueltas para dominar, para tener más poder de los SICARios (Santa Iglesia Católica Apostólica Romana), los delincuentes más sofisticados y menos publicitados, los que abusan de la estupidez generalizada, son las escenas de las torturas inquisitoriales para sojuzgar, para dominar, para satisfacer la infinita ambición de poder. Las ropas, el vestuario va cambiando con las escenas; el decorado también oscila entre bambalinas y observaciones encubiertas. Rituales exacerbados que exasperan a las grandes masas de humanos de una grey dominada por los miedos. Luchas sin fin, toda la agresividad, la jerarquÃa, la territorialidad, el ritualismo, la codicia y la ambición, la hipocresÃa, la estupidez y los miedos llevados al paroxismo. Toda la exaltación frenética de los fanatismos. El cuarto acto continúa con mucho más de lo mismo pero con un decorado de grandes ciudades, puentes, obras de ingenierÃa, el ingenio humano desarrollando tecnologÃa de avanzada y con vestuario más simple y adecuado a las estaciones del año y sin modas sofocantes, con una "libertad" para vestir antes desconocida. Una aparente liberación de las costumbres engaña con disfraces de libertad, pero la verdadera libertad está lejana. La representación teatral podrÃa consistir en muchos actos, uno por cada época histórica, donde variarÃan las puestas en escena, los decorados y los vestuarios pero siempre con el mismo argumento. La naturaleza humana en su faz biológica, quÃmica, anatómica, no cambia. Seguimos siendo siempre los mismos agresivos, ritualistas, jerárquicos, territoriales, codiciosos y ambiciosos, hipócritas, con miedos, con deseos y como telón de fondo seguimos siendo estúpidos manejados por pillos, pÃcaros, astutos representantes o intermediarios o mejor aún emisarios, entre supuestos dioses y nosotros, o machos alfa y la manada, o polÃticos y pueblo, o capitalistas y proletarios, o un sinfin de relaciones de enamoramientos y desilusiones. Cambian los exteriores, los decorados, los vestuarios, es decir, los hábitats, las costumbres, las morales, las sociedades y sus diversas formas de organización, las formas de educación, las diversas ideologias, los sistemas legales, todo tipo de forma en que se organice la manada humana denominada civilización. Cambia todo el decorado, todo el vestuario, toda la puesta en escena, pero todos estos cambios son de forma, en esencia, de fondo, seguimos siendo los mismos y representando la misma obra teatral. Cambian las formas pero no cambia el fondo. Esta es una sÃntesis de la realidad humana. Por supuesto que entender toda esta realidad es muy dificil. Los astutos y los pÃcaros emisarios, usando el enamoramiento como herramienta sutil, se encargan de presentar la misma obra con puestas en escena distintas y variando el vestuario y el decorado de tal manera que obnubilan, encandilan e impiden detectar las esencias de la naturaleza humana, el cómo somos los seres humanos y nos disfrazan con atuendos hermosos y glamorosos. ¡El mismo perro con diferente collar!
CapÃtulo 8 Analizo al ser humano tal cual es y observo que, conforme a las caracterÃsticas que yo resalto (agresividad, ritualismo, jerarquÃa, territorialidad, codicia sobre bienes y poder sobre personas, hipocresÃa, estupidez, miedos, deseos), se produce, socialmente, el fenómeno del enamoramiento y esto determina que algunos pillos, astutos y pÃcaros lleven a las masas a su redil o aprisco. Esto se dá en todos los campos: polÃtica, economÃa, filosofÃa, arte, ciencia, tecnologÃa, etc., etc.. Pienso que una manera de evitar este fenómeno del enamoramiento es el desarrollo de la inteligencia y la superación, o mejor la canalización, de las referidas caracterÃsticas con gran esfuerzo y voluntad. Esta es la verdadera revolución y el comienzo de la construcción de una nueva sociedad con personas más inteligentes y éticas. No digo con certeza que el ser humano construirá una nueva sociedad sólo propugno el cambio de mentalidad individual, para que luego unidos podamos comenzar la construcción de una nueva sociedad sin los fracasos que produce el enamoramiento. Siempre hay un lÃder que acaudilla las reivindicaciones y luego este lÃder carismático se aburguesa y al morir todo vuelve a fojas cero. La historia está llena de estos intentos y fracasos permanentes. No funciona este método. El enamoramiento es ilusorio y luego viene la desilusión. Las condiciones económicas no determinan al ser humano; éste es básicamente igual y con las mismas caracterÃsticas en todo tiempo y lugar. En cambio sÃ, observamos personas que usan la astucia para transformarse en lÃderes que enamoran e impulsan cambios en general para su propio beneficio ya sea orgullo personal (afán, anhelo vehemente, de poder) o satisfacción de veleidades de lujo y placer egoÃstas. La mayoria de la población (proletarios, clases medias, etc.) es básicamente silenciosa y conformista. Algunos de vanguardias son revoltosos de viejo cuño pero nunca alcanzan a conmover el sistema de equilibrio: vivos, pillos, astutos, pÃcaros por un lado y que manejan los sutiles hilos del poder mafioso capitalista y por el otro lado la mayorÃa silenciosa que consume y, satisfecha, se conforma con vivir sobre las pautas preestablecidas. Algunos pocos de vanguardia iluminada por ideales quieren cambiar las cosas. La inmensa mayorÃa no quiere cambiar nada. El pensamiento de derecha está construÃdo sobre la base o los cimientos de nuestra biologÃa. Biológicamente tenemos predisposiciones hacia la formación de un pensamiento de derecha. Algunos tienen deseos o ganas de cambiar este estado de estancamiento y surgen las especulaciones acerca de cómo se podrÃa construir una sociedad distinta. De inmediato aparecen las contradicciones. Por un lado el ser humano tal como es y por el otro lado sus deseos o ganas de cambio. Estos cambios de abandono de la estructura de la manada sobre la base del macho alfa y la formación de una "manada" distinta cimentada en los deseos o ganas de algunos pensadores es lo que introduce el pensamiento de izquierda. El pensamiento de izquierda rompe, revoluciona, la naturaleza del homo sapiens sapiens al introducir un nuevo elemento que intenta cambiar nuestra predisposición biológica. Por eso el pensamiento de izquierda es revolucionario, excepcional y no se mantiene en el tiempo. Mi tesis explica muchos fenómenos que se dan en la realidad social como por ejemplo el fracaso de los intentos revolucionarios y su decantación gregaria. [gregario, ria. (Del lat. gregari(us). adj. Dicho de un animal: Que vive en rebaño o manada. || 2. Dicho de una persona: Que está en compañÃa de otros sin distinción, como el soldado raso. || 3. Dicho de una persona: Que, junto con otras, sigue ciegamente las ideas o iniciativas ajenas. U. m. c. s. m. || 4. m. Dep. Corredor encargado de ayudar al cabeza de equipo o a otro ciclista de categorÃa superior a la suya.] El pensamiento de izquierda esta lucubrado en los deseos o ganas de cambio social. La sociedad basada en ricos y pobres, en propietarios y no propietarios, en capitalistas y proletarios, en dirigentes y dirigidos, en pastores y grey o feligreses, en productores y consumidores, deberÃa cambiar. Estos deseos de cambios son los que inician el pensamiento de izquierda. Surgen infinidad de pensadores que van estructurando una maraña de ideas de cambios. Unos más rápidos, otros piensan que los cambios deberÃan ser paulatinos; otros piensan que los cambios surgen de las contradicciones del sistema capitalista basado en explotadores y explotados; unos piensan que las subestructuras de organización económica determinan a la sociedad, otros piensan que se deberÃa establecer la dictadura del proletariado previamente al cambio definitivo; otros dicen que ninguna dictadura sirve y preconizan la libertad sin amos, sin dioses y sin patrias; algunos enfatizan que todo es una ilusión, que el problema subsistirá siempre y que el cambio real está en el cerebro de la gente. En sÃntesis existe toda una enorme variante de cambios sociales. En la práctica de algunos de estos cambios propuestos han surgido regresiones que llevan todo a fojas cero, vuelven al pasado capitalista y la sociedad regresa al consumismo desenfrenado. Este fracaso en la práctica de la izquierda real sugiere que los caminos intentados no han sido correctos. También indica que han estado en conflicto con la naturaleza biológica del ser humano. Cambiar el comportamiento biológico a través del pensamiento parece una utopÃa. El pensamiento de izquierda está en retirada, pero.... ¿podrÃa resurgir? En el caso de que asà sucediera, ¿se deberÃan intentar los mismos caminos del pasado? El pensamiento de derecha está básicamente cimentado en los miedos, el pensamiento de izquierda está básicamente formado sobre los deseos, el pensamiento de una nueva izquierda podrÃa estar construÃdo usando la inteligencia. Pero esto genera elites ya que desarrollar la inteligencia en todos los seres humanos es altamente improbable, ¿que queda entonces para la nueva izquierda? ¿Se abren nuevos caminos en los cambios que plantea el pensamiento de izquierda? En concreto, ¿puede haber una nueva izquierda? Este es el gran dilema que se plantea. La nueva izquierda no deberÃa desconocer la biologÃa humana. La nueva izquierda deberÃa comprender el cómo somos los seres humanos y no intentar cambiar a los humanos en sus caracterÃsticas básicas mediante deseos sino canalizar estas caracterÃsticas utilizando algún método adecuado. Hasta hace un tiempo yo pensaba que el método adecuado era el desarrollo de la inteligencia pero esto produce una contradicción. De afuera pueden verme como idealista cuando en realidad soy un total materialista. Un contradictor podrÃa decir que idealizo a los inteligentes y los transformo en una elite. De esta forma se harÃa una sociedad minoritaria: la sociedad de los inteligentes. Este error es cometido por muchos pseudoizquierdistas que presumen de materialistas y que idealizan el concepto o categorÃa de "sociedad" como otros idealizan el concepto de "vida" o de "amor". Esta idealización es muy común: se habla de la "sociedad" como si fuera un ser biológico, ignorando que no se trata de una entidad real sino de una categorÃa del pensamiento. Lo real y material es que la sociedad está formada por seres humanos y que estos humanos son los que tienen entidad biológica, son los que tienen las caracterÃsticas que señalo en mis textos. En cambio la inteligencia es una "rara avis" difÃcil de desarrollar, parecerÃa; se corre el riesgo de transformarse en una elite. Estas caracterÃsticas básicas determinan el comportamiento humano y lo llevan al pensamiento de derecha que se manifiesta individualmente y que se aplica luego en el conjunto social. Solamente los deseos o ganas de cambios introducen el pensamiento de izquierda y que está en pugna con el estatismo tÃpico de nuestra especie. Individualmente actuamos con el pensamiento de derecha con nuestros parientes, con nuestros amigos, con nuestros compañeros; asumimos el rol de dirigente o dirigido, el de emisario referente o grey, el de patrón o de obrero, el de empleador o empleado, el de enamorado dominante o dominado. Todo un mecanismo estructurado a través del enamoramiento o transferencia. Transferimos a otros, por comodidad o por abandono, la realización de nuestros anhelos y deseos. No tenemos ganas de PENSAR Y/O HACER. El pensamiento de izquierda rompe, revoluciona, la naturaleza del homo sapiens sapiens al introducir un nuevo elemento que intenta cambiar nuestra predisposición biológica. Por eso el pensamiento de izquierda es revolucionario, excepcional y no se mantiene en el tiempo. Mi tesis explica muchos fenómenos que se dan en la realidad social como por ejemplo el fracaso de los intentos revolucionarios y su decantación gregaria. En suma somos los unos y los otros, Una sociedad nueva basada en un nuevo pensamiento de izquierda deberÃa estar cimentada en el NOSOTROS y quizá el método más adecuado no sea a través de la inteligencia (que genera elites) sino a través de un mecanismo humano más biológico: la intuición. Pero esta..., esta es otra historia.
TÃtulo original: "El pensamiento de derecha y el pensamiento de izquierda".
*Realizó los estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires, Argentina, donde obtuvo el tÃtulo de Bachiller Nacional.
Más adelante en la Universidad Nacional de Buenos Aires, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales se gradúa como Procurador y Abogado.
Publicó colaboraciones en la Revista "Todo es Historia" que dirigÃa el Dr. Félix Luna (1925 - 2009) en los Nos. de diciembre de 1986, en enero, febrero, abril de 1987.
Es autor de novelas, de ensayos, de libros cinematográficos y de relatos cortos, de enorme sensibilidad.
Como mejor sÃntesis, el doctor Félix Luna en su revista "Todo es Historia" Nº 235 de diciembre de 1986 al presentarme utilizó las siguientes palabras para definir su método:
"El doctor Héctor Carlos Reis es abogado, pero sus inquietudes exceden en mucho el marco de su profesión. Ha incursionado en diversos campos de la ciencia y demuestra una notable capacidad para relacionar circunstancias que, siendo aparentemente inconexas, definen procesos de una neta significación. TODO ES HISTORIA ha encargado al doctor Reis la sección que se inicia en esta edición".
Además de estudiar dibujo y pintura, sus intereses apuntan al arte, la pintura, la literatura, las ciencias, la filosofÃa y desde luego, el comportamiento humano, una de sus grandes pasiones. Entre las pelÃculas que más le agradan, se encuentran las del geéro de suspenso, con la infaltable investigación detectivesca.
De allà la preferencia por personajes de ficción como Sherlock Holmes, el detective británico creado por Sir Arthur Conan Doayle; Hércules Poirot, Miss Marple o Arsenio Lupin, sólo por citar algunos.
Otra de sus preferencias a pesar de ser reacio al cine de terror, son las obras basadas en historias del poeta y escritor norteamericano, Edgar Allan Poe, las relacionadas con la investigación, la historia y los personajes históricos
La música tampoco le es indiferente, siendo un amante del género clásico: Mozart, Beethoven, Wagner, Verdi, Rossini, Donizetti, Bellini, Richard Strauss en particular, son sus autores predilectos. También es adepto a las composiciones sinfónicas, la ópera y como no podÃa ser de otro modo, del tango.
En cuanto a las lecturas, se siente atraido por todo lo referente al arte: Pintura, filosofÃa, polÃtica, literatura, historia, psicologÃa y la nutrición.
En la actualidad, es asiduo colaborador del suplemento ARCÓN CULTURAL.