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Pinheiro, aislacionismo y pintura


Autorretrato, realizado hacia 1926.

Nacido en 1857, en Lisboa, en el seno de una familia de artistas, Columbano Bordalo Pinheiro vivió, desde sus primeros años, en la convivencia con pinceles y pinturas, telas y paletas, que formaban parte natural de su vida, y así aprendió las primeras nociones de pintar del mismo modo que se aprende a hablar o a manejar los cubiertos.


Su padre fue el pintor, escultor y grabador Manuel María Bordalo Pinheiro (1815-1880) y, en todas las ramas de la familia, hubo talentos precoces que, en mayor o menor medida, se desarrollaron en el panorama artístico portugués.


Así, cuando, a los catorce años, Columbano se matriculó en la Real Academia de Bellas Artes, ya traía consigo una cantidad considerable de conocimientos, para desesperación de sus maestros, que no supieron fijarle un rumbo, teniendo muchas veces dejarlo elegir sus propios caminos.


El grupo del León (1885)

Esta característica, que acompañó al artista a lo largo de su vida, por un lado, le ayudó a desarrollarse más rápidamente y adquirir una personalidad propia, pero, por otro lado, le hizo acumular una buena dosis de desafección.


Entre los maestros, sólo Miguel Ângelo Lupi (1827-1883) logró comprenderlo a fondo, ayudándolo a continuar sus estudios, que completó en cuatro años, en un plan de estudios que preveía siete años de escolaridad.



Y ganó su primer premio, una medalla de plata.


Desarrollo

La taza de te (1898)

Pero a partir de entonces, las cosas no fueron tan bien.


Se postuló dos veces seguidas para un premio de viaje a Francia y, en ambas ocasiones, fue pasado por alto a favor de otros candidatos.


Recién en 1881 logró llevar a cabo su proyecto y, aun así, los gastos fueron pagados personalmente por el rey Fernando (el artista), hijo de D. María II de Portugal y nieto de D. Pedro I de Brasil.

Comida Interrumpida (1883)

A pesar de tener 24 años, prefería viajar en compañía de su hermana mayor, María Augusta, su segunda madre, de quien ese mismo año retrataría con el nombre A Mulher de Glova.


En París, el mismo desastre: no era pintor, era un reportero que investigaba todo y cuestionaba todo, incluso la autoridad de los maestros.


Por su cuenta, visitó estudios de destacados artistas, fue a exposiciones, frecuentó museos, hizo muchas preguntas, cuestionó las respuestas, a menudo creó un ambiente hostil contra sí mismo, pero un hombre consciente de su oficio regresó a Portugal, un maestro de la pintura, dueño de sus convicciones y de su saber.

El hombre viejo de Restelho (1904)

En Lisboa, se unió a los artistas del Grupo do Leão, formado por artistas prometedores, que más tarde llegarían a estar entre los grandes nombres de la pintura portuguesa, que se reunían en la Cervejaria do Leão.


A pesar de su temperamento irascible, que lo oponía a quienes podían ayudarlo, Columbano abrió un camino sólido por delante, debido a su talento insuperable, su voluntad de ganar y su innegable superioridad técnica.


Personalidad y fin


El será (1880)

Incluso fue nombrado profesor de pintura en la Escola de Belas-Artes de Lisboa, en 1900, pero, años más tarde, abandonó el cargo, por incompatibilidad con los alumnos, que no estaban sujetos a su proceso docente.


Según Fernando de Pamplona, ​​la fama no eliminó “el carácter misántropo, desconfiado, egoísta y seco de la personalidad de Columbano.


Su genialidad no rimaba con su simpatía humana. El amo había creado un mundo estrecho y cerrado, del cual él era el único y terrible amo.


Naturaleza muerta (1899)

O, como define Diogo de Macedo: «misántropo, encerrado en sí mismo, dado a análisis exhaustivos, a disecciones crueles, sólo tenía un gran amor: la pintura».


Estos rasgos de pura esquizofrenia no anularon y, por el contrario, acentuaron su valor artístico, pero, debido a la falta de sociabilidad, fue incapaz de transmitir a los demás un poco de lo que sabía. Dejó una obra para la posteridad, pero no dejó discípulos que pudieran continuar su obra.


Fue así, en esta búsqueda de aislamiento, encerrándose en su propio mundo, que murió Columbano Bordalo Pinheiro, en la misma ciudad de Lisboa, en 1929.



Fuente: ESCRITORIO DE ARTE (TRADUCIDO DEL PORTUGUÉS)

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