Eduardo, hijo primogénito del rey Eduardo III de Inglaterra, príncipe de Gales, uno de los últimos grandes caballeros, se pasó la vida luchando con los franceses primero y más tarde se vio enfrascado en la guerra civil castellana, demostrando ser un gran estratega militar y un ejemplo del ideal de la caballería.
Eduardo de Woodstock nació en 1330, siendo investido ya con numerosos títulos, desde muy pequeño estuvo ligado al trono y participó en sus decisiones. Fue nombrado Príncipe de Aquitania, pasando grandes períodos de tiempo en suelo francés (estamos en el contexto de la Guerra de los Cien años). En 1348 fue uno de los primeros caballeros de la Orden de la Jarretera, creada por su padre, la más importante y más antigua orden de caballería inglesa. El apodo del Príncipe Negro es muy posterior a su vida, hasta un par de siglos después, aunque no queda muy claro el origen, la teoría más popular alude a que usaba una armadura negra en combate, aunque también podría venir de su escudo de armas, negro también. También existe la posibilidad que sea un apodo por lo especialmente cruel con fue con los franceses en alguna ocasión.
Así fue una de las grandes batallas en las cuales participó
El escudo de armas El escudo de armas «para la paz», de Eduardo En 1346, con solo 16 años, participó junto a su padre, en la Batalla de Crécy, una de las grandes victorias inglesas en la Guerra de los Cien años, y una de las más decisivas, que dejó al ejército francés mermado por mucho tiempo y la zona de Normandía bajo control inglés.
Durante la decisiva batalla de Crécy el 26 de agosto de 1346, en la Guerra de los Cien Años.
También estuvo presente ese mismo año en el Sitio de Calais, fortaleza que una vez en manos inglesas, fue uno de los baluartes en Francia durante años. A partir de 1355 realizaría grandes cabalgadas por territorio francés desde su base en Aquitania, mermando económicamente a Francia y provocando gran inestabilidad social.
Estas cabalgadas demostraron ser muy eficaces a lo largo de los años, siendo Eduardo, a pesar de sus ideales caballerescos, especialmente cruel.
Batalla de Poitiers (Parte 1°)
En la Batalla de Poitiers en 1356, la tercera gran victoria de Inglaterra, la victoria fue tan grande que incluso fue capturado el rey francés, Juan el Bueno, junto a su hijo pequeño, Felipe el Atrevido, junto a un montón de nobles, Eduardo, como líder de los ingleses en la batalla, los trató con gran respeto, llegando a rezar junto al rey y más tarde lo dejó marchar sin mayores consecuencias.
Cuando aceptó la rendición de Juan II El Bueno de Francia y de su hijo.
Tanto está batalla como la de Crécy descabezaron al ejército francés, dejándolo sin mandos durante muchísimo tiempo, teniendo los franceses que buscar la paz con el Tratado de Brétigny, una tregua que duró 9 años y dónde los franceses perdieron bastante territorio.
En 1361 consigue permiso papal para casarse con su prima, con la que tenía una gran relación desde hace años, Juana de Kent, considerada una de la mujeres más guapas de su época.
Muchos hombres e historias se asociaron a su leyenda, pero el verdadero fue príncipe de Gales y duque de Aquitania.
Mientras disfrutaba de la paz en Aquitania recibió la visita del destronado rey de Castilla, Pedro I, derrocado por su hermanastro Enrique de Trastámara, Eduardo decidió ayudarlo a recuperar su trono.
Bajo la promesa de convertirse en Señor de Vizcaya, en 1367 marchó a Castilla a luchar al frente de un ejército de los mejores mercenarios europeos, derrotando a los ejércitos combinados de castellanos y franceses en la Batalla de Nájera.
Su escudo de armas.
El resultado fue un aplastante triunfo sobre las tropas enemigas, pero no pudieron capturar a Enrique.
Esta gran victoria, sin embargo, fue un desastre a la larga, Pedro, o bien no quiso o no pudo satisfacer el compromiso adquirido con Eduardo, ni señor de Vizcaya ni dinero para compensar el enorme gasto que tuvo que asumir el inglés.
Este, evidentemente enfadado, cortó sus relaciones con el rey castellano y se volvió a sus dominios.
Tras el asesinato de Pedro I cualquier posibilidad de compensación de esfumó, dejando a Eduardo al borde de la bancarrota.
¿Quién fue?
En 1370, junto a su padre, intentaron romper el Sitio de Limoges, donde las tropas francesas bloquearon la ciudad. Fue un desastre para los ingleses, además Eduardo, muy enfermo, tuvo que abandonar la contienda, dejando así al territorio inglés en Francia sin su mejor general.
Todo apunta a que Eduardo no sólo se trajo ruina económica de Castilla, sino también una enfermedad, se cree que disentería amébica.
Esta enfermedad lo fue mermando a lo largo de los años, hasta que me fue imposible seguir luchando, moriría el 8 de junio de 1376, a los 45 años de edad, siendo enterrado en la Catedral de Canterbury.
Su mayor triunfo
En el marco de la Guerra de los Cien Años, se enfrenaron el rey de Inglaterra Eduardo III contra el rey de Francia Velipe VI. Finalizó con victoria inglesa, los arqueros ingleses acabaron con la caballería francesa. Eduardo III decidió construir una escuadra para seguir la guerra en Gascuña y al mismo tiempo incrementar el reclutamiento. La población de Inglaterra era muy reducida con respecto a Francia, la nación más populosa de Europa, pero ello no fue óbice para que el monarca inglés levantara un ejército, que empezaba a parecerse a los ejércitos modernos, divididos en unidades más o menos homogéneas y uniformadas.
Historia de los caballeros medievales
Ordenó que todos los hombres de su reino, entre los 16 y los 60 años, se instruyeran en el uso del arco largo, los yeomen o aquellos que tenían propiedades superior es a 40 chelines debían de poseer un arco. De esta forma se aseguraba el disponer siempre de soldados para su ejército.
Antigua representación de uno de sus éxitos militares.
Estaba empezando a atardecer cuando los ballesteros, cansados y ateridos de frío, a causa de la pertinaz lluvia, con las pesadas ballestas a sus espaldas, fueron desplegados en primera línea, formando una intrincada barrera humana. Detrás la primera división, las otras aún no habían llegado.
Tras avanzar penosamente por el terreno enfangado, cuando se encontraban a unos 300 m los arqueros ingleses lanzaron una lluvia ininterrumpida de flechas (eran capaces de disparar 10 en un minuto), pareciendo inagotables los carcajs o aljabas de los arqueros.
Los caballeros más famosos
Sin embargo y gracias a la perfecta sincronización entre la primera línea y los aprovisionadores de flechas que las transportaban desde la retaguardia, se produjo el milagro.
Los franceses realizaron un total de 15 cargas, cada una de las cuales dejando más muertos sobre el campo de batalla.
Tumba de Eduardo, en la Catedral de Canterbury.
El estado del terreno que no permitía coger velocidad a los caballos y les hacía fatigarse mucho antes, los cuerpos de los muertos diseminados por el campo de batalla, así como la zanja y las estacas clavadas, frenaron los ataques, los últimos de los cuales se realizaron de noche ciega. Eduardo mantuvo a sus hombres en sus posiciones toda la noche, y al amanecer del día siguiente, las levas de Bauvais y Ruén acudieron al campo de batalla fueron fácilmente derrotadas.
¿Cómo vivían los caballeros medievales?
Felipe que había sido herido en el cuello por una flecha y su caballo muerto, fue persuadido para abandonar el campo de batalla. En consecuencia, se dirigió al castillo de Broye para descansar esa noche y volver, dirigiéndose primero a Amiens.
Fuente: NARCOLÉPTICOS
Comments