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Con un escritor como Schiller, ¿para qué más?



Johann Christoph Friedrich von Schiller nació el 10 de noviembre de 1759 en Marbach, Württemberg.Hijo de Elisabetha Dorothea Kodwei y de Johann Caspar Schiller, un oficial del ejército y administrador de las posesiones del duque de Württemberg.


Cursó estudios en la escuela militar del duque y más adelante estudió Derecho y Medicina.


En el año 1780 fue médico en un regimiento militar en Stuttgart. Siendo estudiante terminó su primera obra de teatro, Los bandidos (1781), estrenada con éxito en el Teatro Nacional de Mannheim.



Arrestado por haber abandonado Württemberg sin permiso para asistir a dicho estreno, se le prohibió publicar obras dramáticas, aunque se escapó de la prisión.


Producción literaria


Monumento del prolífico autor en
la ciudad de Munich (Alemania).

Escribió, con distintos seudónimos con el fin de no ser descubierto. Completó la tragedia Intrigas y amor (1783) y trabajó en el drama de Don Carlos (1787) en 1783 en Mannheim, donde fue dramaturgo oficial del teatro de la localidad. Después, se dedicó a obras históricas y filosóficas.


Por su Historia de la insurrección de los Países Bajos (1788) y con la recomendación de Johann Wolfgang von Goethe, fue nombrado profesor de Historia de la Universidad de Jena en 1790. En el año 1799 finaliza Wallenstein, una trilogía en verso que incluye un prólogo narrativo, El campamento de Wallenstein (1798), y dos extensos dramas, Los Piccolomini (1799) y La muerte de Wallenstein (1800).



Ilustración de la casa donde vivió durante sus primeros años.

A últimos de 1799, se radicó en Weimar, donde terminó los dramas históricos en verso María Estuardo (1800), La doncella de Orleans (1801), La novia de Messina (1803) y Guillermo Tell (1804). Además tradujo obras al alemán, como Macbeth de Shakespeare y Fedra del dramaturgo francés Jean Baptiste Racine.


Sus obras históricas incluyen la Historia de la guerra de los Treinta Años (1791-1793). Entre sus obras filosóficas están las Cartas sobre la educación estética del hombre (1795) y De la poesía ingenua y sentimental (1795-1796). Sus obras poéticas incluyen el poema filosófico 'El ideal y la vida' (1796); el famoso 'La canción de la campana' (1800); y la 'Oda a la alegría', a la que puso música el compositor Ludwig van Beethoven en su Novena Sinfonía.



Casamiento, título y muerte


Primera edición de su obra,
"Pequeños escritos prosaicos" (1792).

El 22 de febrero de 1790, contrajo matrimonio con Charlotte von Lengefeld. Tuvieron dos hijos, Karl Friedrich Ludwig y Ernst Friedrich Wilhelm, y dos hijas Karoline Luise Henriette y Luise Henriette Emilie.


En el momento de su muerte en Weimar, el 9 de mayo de 1805, estaba trabajando en la tragedia Demetrius. Tenía apenas 46 años.


En 1802, fue ennoblecido por el duque de Weimar, otorgandole el título de "von", que se agregó a su nombre.



Obras Dramas


Monumento a Goethe y Schiller frente al Teatro Nacional Alemán de Weimar elaborado por Ernst Rietschel
(1804 - 1861).

  • Die Räuber (1781), Los bandidos

  • Die Verschwörung des Fiesco zu Genua (1784)

  • Kabale und Liebe (1783), Intriga y amor

  • Dom Karlos, Infant von Spanien (1787/88), Don Carlos

  • Wallenstein (1799)

  • Die Piccolomini

  • Maria Stuart (1800), María Stuardo

  • Die Jungfrau von Orléans (1801), La doncella de Orleans

  • Die Braut von Messina (1803), La novia de Messina

  • Wilhelm Tell (1803/04), Guillermo Tell

  • Turandot

  • Demetrius (1805)


Otras obras


Su firma
  • Das Lied von der Glocke (1799)

  • Die Schaubühne als eine moralische Anstalt betrachtet (1784)

  • Ode an die Freude (1786)

  • Resignation (1786)

  • Die Huldigung der Künste (1804)

  • Der Verbrecher aus verlorener Ehre (El delincuente por culpa del honor perdido) (1786)

  • Der Handschuh (1797)

  • Der Taucher (1797)

  • Die Kraniche des Ibykus (1797)

  • Der Ring des Polykrates (1798)

  • Die Bürgschaft (1798)

  • Das Siegesfest (1803)

  • Die Teilung der Erde (1795)



Filosofía


Charlotte Schiller (1766 - 1826), con quien contrajo matrimonio.
  • Über den Grund des Vergnügens an tragischen Gegenständen (1792)

  • Augustenburger Briefe (1793)

  • Anmut und Würde (1793)

  • Kallias-Briefe (1793)

  • Kallias oder Über die Schönheit

  • Die Horen (1795)

  • Über die ästhetische Erziehung des Menschen (1795)

  • Über naive und sentimentalische Dichtung (1795)

  • Kleinere prosaische Schriften (1801)



Obras históricas



Ataúdes con los restos de Johann Wolfgang von Goethe (1749 - 1832) y de Johann Christoph Friedrich Schiller (1759 - 1805), considerados las mayores plumas alemanas de todos los tiempos.
  • Geschichte des Abfalls der Vereinigten Niederlande von der spanischen Regierung (1788)

  • Was heißt und zu welchem Ende studiert man Universalgeschichte? (Primera lección magistral del 26 de mayo y 27 de mayo de 1789, 1790)

  • Geschichte des dreißigjährigen Krieges (1790)



SELECCIÓN POÉTICA


Máscara mortuoría: Una costumbre hasta bien entrado el S. XX,
era tomar la impresión del rostro
de los recién fallecidos y Schiller,
no fue la excepción.

Reminiscencia

Dime amiga, la causa de este ardiente,

puro, inmortal anhelo que hay en mí:

suspenderme a tu labio eternamente,

y abismarme en tu ser, y el grato ambiente

de tu alma inmaculada recibir.


En tiempo que pasó, tiempo distinto,

¿no era de un solo ser nuestro existir?

¿acaso el foco de un planeta extinto

dio nido a nuestro amor en su recinto

en días que vimos para siempre huir?


...Tú también como yo? Sí, tú has sentido

en el pecho el dulcísimo latido

con que anuncia su fuego la pasión:

amémonos los dos, y pronto el vuelo

alzaremos felices a ese cielo

en que otra vez seremos como Dios.




Amor y apetito


Muy bien dicho, Schlosser: se ama

lo propio; y si no se tiene

se apetece. El alma rica

ama, la pobre apetece.


Guillermo Tell por Johann Christoph Friedrich von Schiller
(1759-1805) de estudiantes en el año 1804.

Éxtasis por Laura


Laura, si tu mirada enternecida

hunde en la mía el fulgurante rayo

mi espíritu feliz, con nueva vida,

en ráfaga encendida

resbala con la luz del sol de mayo.

Y si en tus ojos plácidos me miro

sin sombras y sin velos,

extasiado respiro

las auras de los cielos.


Si el acento sonoro

tu labio al aire da con un suspiro

y la dulce armonía

de las estrellas de oro;

escucho de los ángeles el coro,

y absorta el alma mía

en transparente amoroso se extasía.


Si en la danza armoniosa

tu pie, como ola tímida resbala,

a la tropa de amores misteriosa

miro agitar el ala;

el árbol mueve, tras de ti, sus ramas

cual si de Orfeo oyérase la lira,

y a mis plantas la tierra que pisamos

vertiginosa gira.


Si de tus ojos el destello puro

fuego amoroso inflama,

latido al mármol duro da y al árido tronco vital llama.

Cuanto goce soñó la fantasía

ya presente contémplolo y seguro,

cuando en tus ojos leo, ¡Laura mía!



La partición de la tierra


-¡Tomad la tierra! -desde su alto asiento

dijo a los hombres quien pobló el vacío-.

-Para cumplir mi soberano intento

habedla en fraternal compartimiento,

que os la doy como herencia y señorío.


Ya más correr, por acudir primero,

cada mortal al llamamiento vino,

y cuanto pudo sometió a su fuero:

los frutos de la tierra, el campesino;

la selva, do cazara el caballero.


Colma la troj el mercader y el arca;

se adueña el monje del viñedo umbrío:

¡y, ya fuerte sintiéndose el monarca sendas

y puentes con barreras marca diciendo;

-¡El diezmo! porque el diezmo es mío.


Años después, cuando por fin completa

la irrevocable partición quedaba,

de remoto confín llegó el poeta.

¡Ay! Todo campo deslindado estaba,

y toda cosa a su señor sujeta.


-¡Tarde y en vano mi poción exijo!

¡¿Y así, el más fiel en mísero abandono dejando,

¡oh Dios! desheredaste al hijo?

Tal del señor postrándose ante el trono,

el pobre vate entre sollozos dijo.


-Si absorto en la región de las quimeras,

-contesta Dios- te retardaste, iluso,

no en balde llores ni acusarme quieras:

¿dónde estabas tú, que confundirme esperas?

-¿Dónde? ¡A tu lado! -el soñador repuso.


Mi vista apacentaba en tu hermosura;

del cielo en los acentos, mis oídos;

si lo terreno desdeñé en la altura,

fue que tu gloria, que sin par fulgura,

¡me embargaba la mente y los sentidos!


Y Dios: -¿Qué hacer ?

Sobre la tierra nada me resta

ya con qué colmar tu anhelo;

ajeno el bosque, la heredad cercana…

Vente conmigo, si te place, al cielo,

¡que desde hoy libre te daré la entrada!


Museo del genial literato en Weimar (Alemania).

Tres palabras de fortaleza


I


Hay tres lecciones que yo trazara

con pluma ardiente que hondo quemara,

dejando un rastro de luz bendita

doquiera un pecho mortal palpita.


II


Ten Esperanza. Si hay nubarrones,

si hay desengaños y no ilusiones,

descoge el ceño, su sombra es vana,

que a toda noche sigue un mañana.


III


Ten Fe. Doquiera tu barca

empujen brisas que braman u ondas que rugen,

Dios (no lo olvides) gobierna el cielo,

y tierra, y brisas, y barquichuelo.


IV


Ten Amor, y ama no a un ser tan sólo,

que hermanos somos de polo a polo,

y en bien de todos tu amor prodiga,

como el sol vierte su lumbre amiga.


V


¡Crece, ama, espera! Graba en tu seno las tres,

y aguarda firme y sereno fuerzas,

donde otros tal vez naufraguen,

luz, cuando muchos a oscuras vaguen.



Fuente: BUSCABIOGRAFÍAS

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