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Arcón Cultural

¿Servicio militar o educación obligatoria?

Actualizado: 14 abr 2023


Escribe: CARLOS ALBERTO RICCHETTI*


Durante muchos años, la propaganda oficial hizo hincapié en que uno de los rasgos que denotaban el aspecto “terrorista” de la insurgencia armada en Colombia, llámese FARC o ELN, era el reclutamiento forzoso de ciudadanos en sus filas. Las mismísimas palabras de un conocido comercial, advertían por televisión a la audiencia: “Tienes derecho a no ser parte de esta guerra”.

Dejando de lado si lo dicho estaba en lo cierto –el Estado Colombiano jamás reconoció la existencia de una guerra civil de más de sesenta años de antigüedad- se puede añadir con absoluta veracidad que objetar el ingreso tanto en la guerrilla, los grupos paramilitares, como a pagar el servicio militar obligatorio, constituye una prerrogativa que puede y debería hacerse valer hasta sus últimas consecuencias.

No hace falta siquiera mencionar uno de los artículos de la Declaración de Derechos Humanos, el cual indica que el hombre nace libre, con obligaciones también, pero sujeto inexorablemente al poder de obrar o determinar por voluntad propia. Para algunos, Dios le otorga la facultad del “libre albedrío”; otros, como Juan Jacobo Rousseau, en cambio, hallaron los basamentos de esta autonomía irrenunciable en la naturaleza. Sin importar los fundamentos de la mencionada argumentación, la juventud debería estar exenta, de manera automática, de pagar el servicio militar.

Perder uno o dos años en la dura vida de los regimientos, no aplica para infundir el sentimiento de defender a la Patria, la libertad, la justicia, los valores ético-morales, la subsistencia de un Estado benefactor y celoso de las garantías populares, como pretende hacerse ver. Mientras nuevos y sofisticados métodos de alienación muestran un ejército equivalente al de Bolívar, luchando por la independencia contra la opresión, los hechos de público conocimiento –excepto en Colombia, donde la verdad esta vedada e importa tan poco- demuestran exactamente lo contrario.

Queda en evidencia la pretensión solapada de confundir, de manera alevosa, los derechos individuales, con el deber de cumplir las obligaciones igual de cualitativas hacia el Estado. Aunque Colombia, con gobiernos de un autoritarismo paternalista rozando los parámetros de una dictadura civil, por omitir que los emula, parece una especialidad innata ahogar todo lo referente a los derechos de las personas, en función de los beneficios del poder, de un establecimiento político, económico y social, sosteniéndose sobre la sumisión de las personas, como si fueran un número más de la extensa lista destinada al sacrificio.

¿Qué funciones cumplen en realidad de las Fuerzas Armadas?

Estos conceptos no buscan exaltar las bajas pasiones, encender el odio o concebir proclamas incendiarias, carentes de todo sentido razonable. Para determinar una verdad, bastan las comprobaciones y entre todas ellas, se vislumbre claramente que el Ejército Nacional –que de “ejército” y de “nacional” no tiene nada- no cumple los requisitos de una fuerza militar regular,no cumple los requisitos de una fuerza militar regular, al menos en lo respectivo a su denominación.

Sus líderes actuales, relacionados con delitos de corrupción, tráfico de drogas y crímenes de lesa humanidad, dan la sensación de ser más una banda armada de mercenarios a sueldo, encargada de eliminar focos de inconformismo social, que auténticos soldados, dirigidos bajo una estrategia para combatir enemigos reales. La coordinación de operaciones y el establecimiento de campamentos conjuntos con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), ordenadas desde el Palacio de Nariño, son una parte de los extensos testimonios al respecto que excede el espacio de este artículo. Omitiendo las distintas misiones internacionales en apoyo de aliados estratégicos –en especial de los Estados Unidos, con quien Colombia mantiene una dependencia parasitaria- su desempeño fundamental es de “puertas hacia adentro”. A nivel académico, formados en la mentalidad colonial de la “Escuela de las Américas” de los tiempos de la “guerra fría” (1945-1990), están anacrónicamente convencidos del deber de ejercer un control de “fronteras hacia adentro”. Bajo el rótulo de la defensa “de los valores democráticos, occidentales y cristianos” y la “amenaza comunista”, el verdadero objetivo consiste en preservar el hemisferio, asegurar la supremacía de Estados Unidos dentro de la región, por sobre los intereses, la autodeterminación de los pueblos o países de la periferia.

La “Seguridad Democrática”, formulada por el ex funcionario de gobierno José Obdulio Gaviria, primo del abatido narcotraficante Pablo Escobar e implementada como “columna vertebral” del régimen “uribista”, tuvo su indudable inspiración en esta “Doctrina de Seguridad Nacional” norteamericana. Al decir de los italianos, se pretendió “aggiornar” aquella vieja doctrina de dependencia, al contexto del tiempo presente, actualizando los motivos para justificar que se implemente.

Esto explicaría porqué, desde hace años, las Fuerzas Armadas son el brazo “visible” y el cuerpo de ocupación territorial, para asegurar por la fuerza los lineamientos de una sucesión de gobiernos entregados por completo a intereses foráneos, cuando no, perjudiciales para el país. Maneja y formula conceptos válidos en teoría –patriotismo, sentido de pertenencia, familia; etc.- pero su verdadera finalidad dista de “defender a la Patria”, como pretende hacérsele creer a la mayoría. El Ejército Nacional es orientado a servir a un conglomerado de poderosos individuos e intereses diversos, desempeñando tareas logísticas y materiales, tendientes a garantizar el mantenimiento de un orden social por demás injusto.

La “Película” de la Guerra en Colombia

De allí, el deseo del Estado Colombiano en contar con el pueblo como “convidado de piedra” y a la vez, “protagonista” de una guerra civil no declarada. El conflicto propiamente dicho, satisface la demanda del mercado de armas, de drogas; lo financian dineros “calientes”, el usufructo de las redes de locales e internacionales de prostitución, los capitales que arriban desde el exterior en forma de préstamos, para dar continuidad a la “novela diaria”. El país se va endeudando sin remedio, ni sentido.

Érase una Vez Dentro del Regimiento…

En el marco de una sociedad de talante clasista, impuesta desde el Estado, quienes provienen del núcleo de familias adineradas y desean pagar una importante suma, quedan libres de “pagar servicio” y obtienen la denominada “libreta militar”, sin la cual en Colombia resulta imposible acceder a toda clase de empleo formal.

A este grupo de privilegiados, pertenecen los adolescentes hijos de la poderosa burguesía empresarial e industrial, la clase terrateniente, los políticos, la suma de los sectores asociados al poder, quienes observan ven con buenos ojos que los menos pudientes queden a cargo de la defensa de sus intereses.

Los menos afortunados, en cambio, deberán dejar de lado el estudio, la posibilidad de capacitarse, la búsqueda de nuevos horizontes y las oportunidades de desarrollo, que de por sí no se ofrecen en demasía, para soportar un acuartelamiento involuntario, maldecido por la inmensa mayoría de la juventud. Dicha violación del derecho humano fundamental de la libertad, pregona una cultura del sometimiento –por cierto, bastante efectiva en Colombia- que persigue vencer la resistencia y destruir de plano cualquier conato de oposición, instinto, deseo, aspiración e inquietud positiva de cambio, para imponer un tipo de orden enajenante e inapelable, evitando de plano su cuestionamiento, en vistas de hacer acatar, de forma obligatoria, una autoridad sin importar de la clase que sea.


Las constantes denuncias sobre malos tratos y brutales castigos, recibidos por conscriptos, de los que existen evidencias filmadas y difundidas en los medios de comunicación, motivaron a que en represalia, frente a cualquier indicio de mal comportamiento, inconformidad, desacato o exigencia de respeto a la dignidad, éstos sean dados de baja sin recibir la consabida libreta, con todas las dificultades que esto supone.

Soldados de Juguete Al Ritmo de las Balas

Contra su voluntad, los jóvenes conscriptos se ven obligados a avanzar hacia un destino desconocido, adentrándose en la inhóspita y cruda topografía nacional. Con unas pocas semanas de instrucción, se transforman en blancos militares. Arriesgan sus vidas por combatir en una guerra que no es la suya y a cuál tienen el total derecho de oponerse, porque esta dada más en función del crimen organizado, del delito, de intereses extranjeros, que los de la defensa de la Patria.

En todo caso, el servicio militar debería dejar de ser una práctica vergonzosa, un atropello a la libertad, para transformarse en voluntario, donde las acciones se encuentren a cargo de soldados profesionales, que cuenten con la preparación adecuada y reciban un salario a cambio.

Si el Estado Colombiano precisa de una fuerza eficaz de combate, debe comenzar primero por poner a la totalidad de sus ciudadanos en condiciones prácticas de igualdad y en lo referente a la guerra civil, pagándole a quienes supone a la altura de cumplir con la responsabilidad.

¡El Estado, de manera institucionalizada, también practica el reclutamiento forzado y eso también es terrorismo!


*Nació a los siete días del mes de octubre de mil novecientos sesenta y nueve en la ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina. Desde temprana edad sintió una profunda vocación por la literatura y el dibujo, destacándose en ambos. En 1979, cuando apenas contaba con nueve años de edad, ya escribía sus primeras redacciones dedicadas a sus compañeros del cuarto grado de la escuela primaria. Tres años después, al concluir la Guerra de las islas Malvinas (1982), una redacción suya en homenaje al Gral. Don José Francisco de San Martín se convierte en la mejor de la Escuela Evaristo J. Badía, donde se gradúa.

Con el transcurso del tiempo, a pesar de tener condiciones, va dejando lentamente el dibujo para avocarse más hacia la literatura y se despierta en él un incipiente interés por la música. Su dedicación al arte dilatan un tanto la continuidad de sus estudios, pero en dicho período es cuando su obra va incrementándose. Escribe numerosos compilados de poemas que dedica alegremente a novias, amigos y amigas, según algunos, con una “facilidad casi instantánea”.

Cursa en la Escuela de Periodismo de los Dos Congresos, teniendo como profesores a los renombrados periodistas Alicia Barrios, Horacio Viola, Mario Caputo, Tabaré Arias, y María Laura Anselmi, entre otros calificados profesionales.

Con el título obtenido de Periodista Integral (1995), comienza a desempeñarse en distintos medios radiales y gráficos. Trabaja en el diario “La Nueva 5ta.”, dirigido por Lázaro Ottonello y en FM. Antena 2, por ese entonces propiedad del periodista y actor Baby Etchecopar, como conductor de “Madura el Knock- Out”, un breve pero exitoso ciclo humorístico de actualidad que las dificultades en la economía Argentina impidieron se afianzamiento definitivamente.

Tras una participación en el programa “La Tarde de Mitre” en la renombrada emisora del mismo nombre, ingresa en calidad de humorista en el noticiero radial “El Electrón”, conducido por el periodista Glenn Miller que se transmitía por FM. Fénix, una extinta emisora de la localidad de Martínez, en la zona norte de la provincia de Buenos Aires.

Al volver a formar una nueva versión de Gólgota, más volcada al metal argentino, abandona de forma transitoria el periodismo para dedicarse de lleno grupo, cantando y componiendo las letras de lo que sería su primera producción independiente, “Monte de las Calaveras” (1997). La música le permitió conocer o vincularse con personajes de la talla de Gustavo Bazterrica (La Máquina de Hacer Pájaros, Los Abuelos de la Nada), Osvaldo Civile (V8, Horcas), Javier Martínez (Manal), Olaff Mangialavore (El Dragón), Juan Carlos Chiapín (Búfalo, Hechizo, Sueño Púrpura, Viento Divino), los integrantes del grupo Rosa Mística, Jorge Pinchevsky (Billy Bond) y Lorenzo Sandoval (miembro original de Los Playeros, trío acompañante del bolerista Rosamel Araya y cesionista de guitarra del cantante Pepito Perez), por citar algunos nombres conocidos.

Hacia comienzos de 2001, ya sin el grupo de música, ingresa en el periódico Alcaldía Norte, que dirige el concejal (m.c.), Raúl Padró (Movimiento Nacional Justicialista), en carácter de subdirector.

Al año siguiente, recibe una mención de honor durante el VIIº Concurso Capitalino y Provincial de Poesía y Cuento Urbano y Suburbano 2002, organizado por Ediciones Baobab y auspiciado por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires y declarado

de interés provincial por la Dirección General de Cultura y Educación de la República Argentina. Sus poemas “Hombre Medieval”, “La Celeste Inmensidad”, “Una Mujer Alucinante” y “Sonidos del Corazón”, en virtud del evento, pasan a formar parte de la 7º Antología de Poetas Urbanos y Suburbanos, publicada tanto en la ciudad como en la provincia de Buenos Aires.

En 2002 conoce en Buenos Aires a quien sería su esposa, viajando a Colombia el 24 de diciembre de 2003, donde se radica, intercalando su estadía con esporádicos viajes a su tierra natal. Se casa a comienzos de 2004 y comienza una búsqueda de trabajo que lo llevará a montar varios proyectos propios con suerte dispar.

Hacia 2006, es convocado y se lo nombra jefe de medios de una campaña política en el municipio de de Calarcá (departamento del Quindío), permitiendole también conocer a las distintas personalidades relevantes de otros partidos políticos.

En los últimos días de campaña, conoce al acordeonista Libaniel Marulanda Velázquez y este, a raíz de un episodio fortuito, descubre la capacidad de Carlos para interpretar tangos, contratándolo de inmediato para actuar el 24 de noviembre en el espectáculo tanguero "Calarcá en el Corazón" y lo invita a formar parte de su conjunto estable: "Los Muchachos de Antes", donde intercala el escenario con figuras de la escena local e internacional como Álvaro León, Ana Patricia Collazos, el bajista Jairez y el desaparecido cantante argentino Roberto Lamas. Si bien nunca se termina por desvincular de Calarcá una vez concluida la campaña, tampoco lo hace con el tango, que también representa para él una salida laboral.

Con una situación económica más holgada y resuelta, por intermedio de un conocido en común, conoce al maestro Jaime Duque López, acompañante de Pepe Aguirre, Armando Moreno, El Caballero Gaucho y Raphael, por citar algunas figuras de renombre, formando el grupo "La Gran Orquesta Típica de Sebastián y Los Muchachos del Cantón", al que luego se agrega ocasionalmente Carlos Alberto "Tito" Moreno en el bajo y hacia mediados de 2.010, el pianista Serafín Nieto León.

Con el tiempo, traba contacto con los artistas locales "Don Tango", "Candelo", Alberto Giraldo, el prestigioso acordeonista Alberto Laverde y a su hijo Juan Diego, tenor, conocido como "La Voz Mayor de Colombia", de quien en forma paulatina también se hace amigo.

Por azar, en una de sus actuaciones musicales al interior de una sede política, donde funcionaba un centro de adultos mayores, conoce a la secretaria del mismo, quien termina por vincularlo de manera definitiva. Tras un corto período, se separan de la dirección principal para constituir el suyo propio.

El "Club Nuestros Queridos Abuelitos", nombre con el que sale a la luz la entidad, el 9 de julio de 2.010, se transformará luego en fundación por sugerencia de Jhon Jairo Salinas, el 22 de noviembre de ese año.

Durante todo el año 2.010, enseñó computación en lo referente al manejo de programas como Draw, Power Point, Word, Internet y su especialidad: Audio y Video, en el Centro Tecnológico Arquitectónico, donde por la calidad de su ejercicio docente, el centro de enseñanza decidió renovarle el contrato, destinándole una nueva cátedra, en provecho de sus altos conocimientos en materia de ciencias sociales: Historia de la Comunicación. Sus recientes conocimientos adquiridos en materia de marketing político, asociados a su formación, lo llevan a asesorar a varios aspirantes a distintos cargos

A mediados del 2013, graba su primer disco solista, “Tango Argentino”, con el acompañamiento musical del prestigioso pianista Carlos Edward Ríos Sánchez, haciendo un registro visual de la confección general del mismo.

Tras ser invitado a presentarse en La Virginia, Risaralda, una semana después, el 8 de diciembre de 2013, fallece su progenitor, motivo que lo lleva a trasladarse a su país natal donde permanecerá durante un lapso de cuarenta días, acompañando a la familia en ese momento de profundo pesar.

Una vez en Buenos Aires, consolida una sólida amistad con el actor, director y productor de cine, Mariano González, haciendo parte del staff actoral de su película inédita de terror “Shembo, EL Esclavo del Mal” donde se vincula con importantes figuras del cine, la televisión, del espectáculo y el deporte argentino.

Aunque comienza a laborar brevemente en el Diario del Otún, renuncia para concentrarse en la creación de un medio virtual independiente, donde prime la pluralidad más allá de lo ideológico para dar cabida a todas las opiniones. Decide llamarlo “Diario El Politicón de Risaralda”, el cual después de numerosas idas y venidas ve la luz por primera vez de manera oficial el 2 de abril de 2014.

Así, logra capturar con el tiempo la preferencia de los referentes políticos del departamento, junto a la de los amantes de la actividad política en general, al recrear una forma de periodismo diferente donde se alternan la cultura, el arte, la opinión, el deporte y la suma del quehacer municipal, regional y nacional.

A su vez, trabaja en calidad de bibliotecario en la Institución Educativa “Manuel Elkin Patarroyo” durante seis meses.

Para 2015, el actor y director teatral, Alonso Marulanda Álvarez, lo invita a hacer parte de la Asociación Teatral “Blanco y Negro”, donde alterna la actuación con la promoción del colectivo en el área de prensa. Durante el “Cuarto Encuentro de Directores de Puesta en Escena”, realizado los primeros días de octubre de 2015, modera casi la totalidad del evento, siendo uno de los autores y el diseñador de la compilación del evento.

Durante el verano, conoce por accidente al periodista deportivo, Rubén Darío Llano Londoño, que lo convoca a hacer parte del staff de su creación radial, “Escenario Deportivo”, siendo su mentor e introductor en esa compleja especialidad de la comunicación, abriéndole a la vez las puertas de entrada a AM 1520 “Antena de los Andes”, emisora donde durante casi un año más se vinculara también al programa de información general “Hablando de Todo un Poco”, moderado por el reconocido locutor e ingeniero de sonido, Armando Serna Suárez.

En 2019 publica su poemario “Mujer de Cal”, el cual presente en la sede del Servicio Nacional de Aprendizaje de Pereira hacia fines de ese año, aunque todavía la mayor parte de su obra, constituida por cuentos, novelas, redacciones, artículos periodísticos y crónicas permanecen todavía inéditas.

En la actualidad, complementa sus múltiples ocupaciones, entregado a sus escritos y actividades periodistas. Junto a elpoliticon.com, desde febrero hasta julio de 2020 fue editor del suplemento cultural Magazín Cultural, escribiendo para otros medios virtuales como El Imparcial o Noticia 5 de Bogotá, dejando atrás estas labores para fundar el suplemento ARCÓN LITERARIO de su propio medio de comunicación. Al mismo tiempo, permanece entregado por completo a la literatura.

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