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Sigifredo, el "Hidalgo" de "capa y pincel"


SIGIFREDO HIDALGO ECHEVERRI (artista plástico) nació en Anserma caldas (Colombia), el 15 de julio de 1955. Hijo de Carlos Hidalgo y de María Elvira Echeverri. Fue criado por sus padres que influyeron en la honradez, la humildad y el trabajo para bienestar de él y de los demás seres humanos.


Desde niño se destacó con sus dibujos artísticos en la Institución Educativa de Occidente en Anserma, Caldas. A los 9 años empezó a pintar en tela al lado de su padre Carlos hidalgo, artista plástico. A los 11 años ganó su primer concurso de dibujo artístico en la escuela y se fue destacando en la Casa de la Cultura de su pueblo.


Cascada Los Cuervos San Rafael (Antioquia) Colombia.


Cursó sus estudios de primaria y secundaria hasta el grado 6º de bachillerato en la Institución educativa de Occidente en el año 1967.


Ahí dejó de estudiar y se dedicó al trabajo artístico porque encontró su fuente de ingresos en él, además, su actual profesión que es ser profesor de artes plásticas en los municipios de San Vicente, San Carlos, Granada y Marinilla Antioquia, y sigue creciendo en el mundo artístico.


El suroccidente antioqueño lo acogió como un hijo propio. Y en él ha dejado su obra muralista como su técnica.


La sensibilidad artística de Sigifredo Hidalgo se desarrolló de una manera autodidacta, su padre Carlos Hidalgo artista colomboecuatoriano le dejó la vena artística, aunque le abandonó junto a su madre y tres hermanos más, a la edad de 13 años.


Por tal razón, Sigifredo buscó con su arte llenar el vacío que deja el abandono y la orfandad, pues su madre murió cuando él tenía 16 años por un asma, producto de su trabajo.


De esta, manera la vida ha sido la obra más preciada para el artista, por la cual la enaltece desde lo individual y lo colectivo, buscando recuperar valores de otredad y solidaridad frente a la tragedia humana.


Mural de la educación, de Sigifredo Hidalgo.


Ninguna memoria es neutral, “creo que el arte nos hace sujetos políticos porque desde nuestra expresión y sensibilidad, participamos de lo que a nuestras comunidades aquejan o necesitan; en muchos casos, dimensionar su dolor o su pérdida como transformación de la vida, nos hace tomar decisiones cómo iniciar el camino de reparación, sanación y reconocimiento”. Y esto es lo que significa mi obra plástica durante los últimos 40 años, entendí el conocimiento del arte que dialoga con la memoria personal y la memoria cultural de nuestro país.


La teórica cultural Nelly Richard sugiere que el testimonio de una sola persona es diciente de una sociedad. Esta historia teje la vida de un artista plástico que exorciza su pena de amor por la humanidad, como ciudadano del mundo que puede dar un mensaje a su diversidad.


Más allá de buscar reconocimientos, es un sincero altruismo que lo ha acercado a cientos de familiares en Latinoamérica que han tenido pérdidas por tragedias naturales, errores humanos y guerras en el siglo XX y principios del XXI. Estas obras más que por su maestría, significan también un performance de la vida espiritual de un artista que se acerca a su pueblo con la generosidad de su alma y su pintura que le permite entregar; sorteando todos los inconvenientes en el camino, depositando su tiempo, mente y corazón en llegar hasta el corazón de otros.

Frente a la tragedia humana el arte es el único que nos permite la resiliencia, de alguna manera, recomenzar en un país como Colombia donde “A veces la naturaleza nos arrebata lo que más amamos y esos seres nos dejan semillas para que de nuevo vuelva a florecer la vida”, dice Sigifredo Hidalgo.


Semillero de Arte son cinco obras que han sido semillas de vida:


Auto retrato 2011. Obra ganadora del concurso Arte Calle de Marinilla Antioquia:


El bien y el mal, 2015. (2.50cmx1.20cm). En el año 201 6 hizo un homenaje del aniversario de la tragedia de los 33 niños que se quemaron en el bus escolar de Fundación Magdalena donando una obra: El bien y el mal 2015 (2.50cmx1.20cm) en óleo sobre lienzo, sobre su contenido el artista expresa en Caracol noticias su conmoción:


Esta obra fue donada a las víctimas de este municipio, quedó en la Capilla.


El renacimiento 2016 (2.20cmx1.20cm) El artista no es ajeno a la realidad porque de ella viene. Por esta razón, Sigifredo Hidalgo tocado por la tragedia natural de Salgar donde la Quebrada Liboriana perteneciente al departamento de Antioquia arrasó con casas y familias, dejando a la luz la notoria precariedad del ser humano frente a la naturaleza. El 30 de mayo del 2016 en conmemoración del hecho, el artista donó desde Marinilla, Antioquia una obra conmemorativa a los sobrevivientes. Sigifredo creé en el altruismo que el arte por sí mismo connota, así como, su carga semántica y simbólica para expresar lo que más dificultad a un pueblo, y es, lo que le afecta orgánica y culturalmente. Su obra fue bendecida el 18 de mayo del 2016 en la eucaristía que se llevó a cabo en La Margarita durante la conmemoración de 1 año de la tragedia.


En el año 2017 donó una obra que titula El árbol de la esperanza 2017 (2.70cm x 1.20cm) En su obra plasma un estadio de futbol para hacerle un homenaje a las víctimas de la tragedia de los chapecoenses por la tragedia del avión que cayó con la delegación de fútbol en el cerro Gordo de la Unión Antioquia, del cual brotan dos manos que sostiene un árbol, cuyo tallo representa las almas de las personas fallecidas, y en la cúspide los rostros de los jugadores que perdieron la vida.


Se fue caminando hasta la ciudad de Chapeco en Brasil, en su aniversario, allí le hicieron un homenaje en el Estadio de Chapeco a sus jóvenes, y Sigifredo Hidalgo recibió una placa de agradecimiento para el pueblo de Colombia, por su actitud valerosa y amorosa hacia ellos. Todo esto sucedió porque el artista soñó con este acontecimiento como una premonición, lo cual ocurrió cerca a Marinilla en el municipio de la Unión. Sigifredo hace realidad sus sueños porque su arte se conduce por la intuición que su corazón le habla.


El 15 de abril de 2018 pintó la obra ‘Homenaje a los periodistas caídos por la guerra evocando la paz’ 2018 (2.70cmx1.20), Un homenaje a los tres periodistas asesinados en territorio colombiano. “En la obra hay manos de niños, adultos, jóvenes porque todos han vivido la guerra, clamando por la paz. “Con la pintura quiero dar un mensaje evocando la paz del mundo, que nosotros somos hermanos, en el mundo no hay color ni raza. Soy colombiano y me nace hacerlo y quise venir a donar esa obra. Me demoré seis meses elaborarla, está en la Casa de la Cultura Benjamín Carrión de Quito. Me demoré ochos días en llegar porque me vine por carretera, tirando dedo y pagando uno que otro pasaje”.


Fuente: HIDALGO´S ARTE*


*Asociación de artista y gestores culturales nacionales.

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