top of page

Soñar aún en el otoño de la vida


La libertad es un don que algunos ejercen y otros, en cambio, son imcapaces hasta de concebir (Proyecto Mares).

Escribe: CARLOS ALBERTO RICCHETTI*

Desde muy corta edad, le llamó la atención la gente pobre. Le dolía verlos por doquier, mendigando una mísera pitanza, apretujados a la hora de prestar un favor para obtener el mendrugo que no siempre llegaba, del mismo modo que al momento de recogerse y evitar los rigores del frío en un cambuche. Pudo estudiar en Salamanca, La Sorbona, Harvard, Oxford o cualquier otro antro de neoliberales históricos. No pudo ser. Lo suyo era defender a sus hermanos.

Aunque distaba de ser pudiente, nunca le faltó nada. Ni la comida, ni mucho menos los zapatos. En una mezcla de creciente interés por los menos favorecidos de atracción adolescente hacia los arquetipos de avería y hacia el fascinante mundo de lo marginal, quiso acercarse a verlos.

Al inmiscuirse en las desigualdades, la simpatía trocó en fervor, mientras los discursos apasionados, las publicaciones explosivas de revistas como “Moscú”, junto a un inmenso retrato de Ernesto “El Che” Guevara, remarcaron el “proyecto de hombre nuevo revolucionario, forjado en el socialismo”.

La pasión, el deseo de experimentar una vida todavía en pañales, lo llevaron a hacerse varón entre los suaves muslos de una atractiva fémina de raigambre burguesa. Ese placer sensual, lo envolvió con algo más que el hedor enmarigüanado de una larga cabellera negra, fresca, vuelta pétalos sobre las blancas almohadas de un albergue estudiantil barato.

Fantasía, lujuria, comunismo cósmico, salpicados de apuntes sueltos, libros de Hesse o Boudelaire. La música de Pink Floyd, The Doors, Jimmi Hendrix, a veces las baladitas de Bob Dylan, le besaron el semblante con la asiduidad de aquella delgada nereida paisa de piel color nieve.

Cuando la creía suya, su etérea “Dama del Lago”, le infringió el primer desengaño con una previsible jugarreta cruel. Le quedó el dolor, el sabor amargo, el gusto por la yerba. Nunca la olvido. Estuvo guardado algún tiempo, pero el gusto por las mujeres volvió a recuperarlo enseguida. 

La lucha social hizo fluir al dirigente nato, que haciendo barricadas desde los libros de derecho, hasta las calles manizaleñas, ganadas a fuerza de panfletos, marchas constantes, avisos de rebelión, adquirió un lugar preferencial en la lucha de los estudiantes y trabajadores.

No se hallaba con los de su casa. Discutía con los padres, preocupados por el “rumbo de una juventud perdida” a la cual tampoco parecía escapar su joven retoño.

Su ideología se batía con la contradicción lógica de los orígenes de clase, aunque hacía de lado esos planteos como si no existiesen.

La revolución estaba a la vuelta de la esquina. No había tiempo que perder.

Al obtener el grado, espero a que antiguos compañeros, algunos amigos, le ofrecieran a participar en la consulta interna de su partido, tan radical y revolucionario como él.

La improvisación, la informalidad, lo llevaron al estrepitoso fracaso. Sin dejarse amilanar, siguió adelante. La situación social debía cambiar; el futuro tenía que ser distinto a la pesadilla del hoy. Comprobó que los círculos del poder en Colombia nunca permitirían que el pueblo gobierno, elegido mediante elecciones democráticas. Pronto vio caer a muchos compañeros, algunos demasiado cercanos, a punta de bombas o metrallas, para sostener, perpetuar el latifundio, a los insensibles dueños de la tierra con el costo de la sangre y la bestialidad del fuego. 

Entonces decidió internarse en la jungla, cargar el fusil hasta ser distinguido por sus superiores con el cargo de comandante. Participó de operativos, ataques, atentados.

Mató hombres; ordenó ejecuciones hasta de algunos de sus subordinados. Se coronó desde suboficiales hasta coroneles. Pisaba los treinta años, veía como el país de sus sueños se marchaba. Acostumbraba a discutir el tema de su desesperanza, sólo con la tranquilidad del monte, tal vez con el consuelo de una sucesión de cigarrillos inagotables, que alumbraban la oscuridad como una cadena de sirios ficticios.

El hastío de los días, lo acercaron a la botella. Ron, aguardiente, le fueron lijando el semblante, lo ablandaron a los pocos tragos. Tuvo relaciones con demasiadas mujeres, aunque a ninguna volvió a ofrendarle el corazón.

Al sentirse involucrado, percibir interés de la eventual pareja, se volvía un llanero solitario, perdiéndose por el mismo lugar donde había venido.

Pese a todo, su palabra era respetada. Al contemplar la descomposición del grupo insurgente al cual pertenecía, decidió el retorno. Sin desmovilizarse, dejó de lado el alias y el deseo de acompañar las nuevas elecciones, promovieron su retorno a la vida civil.

Durante su ausencia, el partido político al que pertenecía, sus militantes, habían caído masacrados como moscas. Asomaba en el horizonte el proyecto de un nuevo movimiento político, del cual fue cofundador, con todo el esfuerzo que representa limar asperezas entre los diversos partidos que se postulaban a integrarlo.

Antes, harto de un extremismo obtuso, al cual ya consideraba incapaz de solucionarle a Colombia cualquier clase de problemas, de ver chorrear a mares la sangre de compatriotas propios y extraños, adhirió a la tendencia moderada, lanzándose al ruedo.

Su rostro se iluminó cuando los ideales que acompañó toda la vida, alcanzaron un meritorio segundo lugar en las elecciones presidenciales, prometiendo mediante formas democráticas, disputarle en un futuro no muy lejano al establecido, el reemplazo de un orden social tan retrasado como caduco.

Aquello contra lo que había luchado desde que tenía conciencia de los hechos, de repente, podía ser derrotado; empezar a modificarse para siempre, el rumbo agotado de un país rico, propiedad de una minoría vil.

Al poco tiempo, comprobó como aquella carga tan pesada, al igual que una roca llevada hasta la cima, volvía a despeñarse por enésima vez a causa de la piara de torpes políticos que sólo en teoría, daban la impresión de ser capaces de promover el bienestar de una mayoría abrumada por la

ruina, el hambre, el asesinato, lguerra.

Y el hombre volvió a llorar con los ojos desolados, la boca tosca, abierta de par en par, como suelen quejarse los de su sexo porque nunca dejan de ser niños. El motivo era el hallazgo de sus sueños, hechos pedazos contra pisos de orgullo, plagados de ineptitud u obstinación inexplicable, salvo por la mala intención disfrazada de inoperancia.

Presa del llanto, el viejo guerrero pensó en cuanto imaginaba en los brazos de esa lejana adolescente, mientras desnudo, le hacía el juego rutinario de enroscarle la melena con la punta de sus dedos. Revivió el dolor por sus viejos amigos y compañeros muertos en la lucha; se tomó el pecho, al comprobar que debajo de sus ojos, otrora seductores, las bolsas corrugadas, los espolones, comenzaban a colgársele, aunque éste fuese un peso que se negaba a llevar.

El color castaño claro de su pelo, se había tornado gris ceniza, sin volverse una imperiosa necesidad ponerse a sacar cuentas, para advertir que se le había ido más de la mitad de su vida en un esfuerzo supremo, sumamente tenaz, pero cuyo fracaso no le correspondió nunca. 

Tuvo la ocurrencia de que el firmamento sobre las montañas, las ciudades, dejando entrever las estrellas a través de los recovecos de los árboles, parecían conformar una parte del extenso trapo con los colores estadounidenses, bajo los cuales, sea a causa de la torpeza, de la falta de voluntad política, de la mala fe de una burocracia retardataria, todos parecen querer vivir.

En cambio, el tramo donde debían estar las rojas barras encima del campo blanco, lo vislumbró en el sacrificio de los cientos de miles de inmolados por la noble causa de una Colombia más digna y justa.

Sin embargo, ese hombre ya de vuelta, con su cigarrillo encorvado sobre los labios, a veces ebrio, repeliendo las calumnias de quienes lo tachan de blando por tener una excelente lectura política que presume mantener la calma, no vacilará en seguir discutiendo estrategias, planificar objetivos inmediatos, armarse contra todo cuanto amenace la libertad, el derecho, el pan de los suyos.

Cambiará de colores partidarios sin vender sus convicciones, como tantos otros. Apostará una y mil veces por la cordura, bogando para hacer posible la ansiada unión. No tendrá la inexperiencia de la primavera; llevará consigo los nodos del dolor, del sufrimiento, pero con la sabiduría del otoño y a las puertas del invierno, sin la yerba, aunque con Pink Floyd, The Doors, Jimmi Hendrix o una jovencita ocasional que se le recuerdan sus mejores épocas, puede encontrarse mucho más cerca de lo cual muchos suponen, de gestar una revolución.

*Carlos Alberto Ricchetti nació a los siete días del mes de octubre de mil novecientos sesenta y nueve en la ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina. Desde temprana edad sintió una profunda vocación por la literatura y el dibujo, destacándose en ambos. En 1979, cuando apenas contaba con nueve años de edad, ya escribía sus primeras redacciones dedicadas a sus compañeros del cuarto grado de la escuela primaria. Tres años después, al concluir la Guerra de las islas Malvinas (1982), una redacción suya en homenaje al Gral. Don José Francisco de San Martín se convierte en la mejor de la Escuela Evaristo J. Badía, donde se gradúa.

Con el transcurso del tiempo, a pesar de tener condiciones, va dejando lentamente el dibujo para avocarse más hacia la literatura y se despierta en él un incipiente interés por la música. Su dedicación al arte dilatan un tanto la continuidad de sus estudios, pero en dicho período es cuando su obra va incrementándose. Escribe numerosos compilados de poemas que dedica alegremente a novias, amigos y amigas, según algunos, con una “facilidad casi instantánea”.

Cursa en la Escuela de Periodismo de los Dos Congresos, teniendo como profesores a los renombrados periodistas Alicia Barrios, Horacio Viola, Mario Caputo, Tabaré Arias, y María Laura Anselmi, entre otros calificados profesionales.

Con el título obtenido de Periodista Integral (1995), comienza a desempeñarse en distintos medios radiales y gráficos. Trabaja en el diario “La Nueva 5ta.”, dirigido por Lázaro Ottonello y en FM. Antena 2, por ese entonces propiedad del periodista y actor Baby Etchecopar, como conductor de “Madura el Knock- Out”, un breve pero exitoso ciclo humorístico de actualidad que las dificultades en la economía Argentina impidieron se afianzamiento definitivamente.

Tras una participación en el programa “La Tarde de Mitre” en la renombrada emisora del mismo nombre, ingresa en calidad de humorista en el noticiero radial “El Electrón”, conducido por el periodista Glenn Miller que se transmitía por FM. Fénix, una extinta emisora de la localidad de Martínez, en la zona norte de la provincia de Buenos Aires.

Al volver a formar una nueva versión de Gólgota, más volcada al metal argentino, abandona de forma transitoria el periodismo para dedicarse de lleno grupo, cantando y componiendo las letras de lo que sería su primera producción independiente, “Monte de las Calaveras” (1997). La música le permitió conocer o vincularse con personajes de la talla de Gustavo Bazterrica (La Máquina de Hacer Pájaros, Los Abuelos de la Nada), Osvaldo Civile (V8, Horcas), Javier Martínez (Manal), Olaff Mangialavore (El Dragón), Juan Carlos Chiapín (Búfalo, Hechizo, Sueño Púrpura, Viento Divino), los integrantes del grupo Rosa Mística, Jorge Pinchevsky (Billy Bond) y Lorenzo Sandoval (miembro original de Los Playeros, trío acompañante del bolerista Rosamel Araya y cesionista de guitarra del cantante Pepito Perez), por citar algunos nombres conocidos.

Hacia comienzos de 2001, ya sin el grupo de música, ingresa en el periódico Alcaldía Norte, que dirige el concejal (m.c.), Raúl Padró (Movimiento Nacional Justicialista), en carácter de subdirector.

Al año siguiente, recibe una mención de honor durante el VIIº Concurso Capitalino y Provincial de Poesía y Cuento Urbano y Suburbano 2002, organizado por Ediciones Baobab y auspiciado por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires y declarado

de interés provincial por la Dirección General de Cultura y Educación de la República Argentina. Sus poemas “Hombre Medieval”, “La Celeste Inmensidad”, “Una Mujer Alucinante” y “Sonidos del Corazón”, en virtud del evento, pasan a formar parte de la 7º Antología de Poetas Urbanos y Suburbanos, publicada tanto en la ciudad como en la provincia de Buenos Aires.

En 2002 conoce en Buenos Aires a quien sería su esposa, viajando a Colombia el 24 de diciembre de 2003, donde se radica, intercalando su estadía con esporádicos viajes a su tierra natal. Se casa a comienzos de 2004 y comienza una búsqueda de trabajo que lo llevará a montar varios proyectos propios con suerte dispar.

Hacia 2006, es convocado y se lo nombra jefe de medios de una campaña política en el municipio de de Calarcá (departamento del Quindío), permitiendole también conocer a las distintas personalidades relevantes de otros partidos políticos.

En los últimos días de campaña, conoce al acordeonista Libaniel Marulanda Velázquez y este, a raíz de un episodio fortuito, descubre la capacidad de Carlos para interpretar tangos, contratándolo de inmediato para actuar el 24 de noviembre en el espectáculo tanguero "Calarcá en el Corazón" y lo invita a formar parte de su conjunto estable: "Los Muchachos de Antes", donde intercala el escenario con figuras de la escena local e internacional como Álvaro León, Ana Patricia Collazos, el bajista Jairez y el desaparecido cantante argentino Roberto Lamas. Si bien nunca se termina por desvincular de Calarcá una vez concluida la campaña, tampoco lo hace con el tango, que también representa para él una salida laboral.

Con una situación económica más holgada y resuelta, por intermedio de un conocido en común, conoce al maestro Jaime Duque López, acompañante de Pepe Aguirre, Armando Moreno, El Caballero Gaucho y Raphael, por citar algunas figuras de renombre, formando el grupo "La Gran Orquesta Típica de Sebastián y Los Muchachos del Cantón", al que luego se agrega ocasionalmente Carlos Alberto "Tito" Moreno en el bajo y hacia mediados de 2.010, el pianista Serafín Nieto León.

Con el tiempo, traba contacto con los artistas locales "Don Tango", "Candelo", Alberto Giraldo, el prestigioso acordeonista Alberto Laverde y a su hijo Juan Diego, tenor, conocido como "La Voz Mayor de Colombia", de quien en forma paulatina también se hace amigo.

Por azar, en una de sus actuaciones musicales al interior de una sede política, donde funcionaba un centro de adultos mayores, conoce a la secretaria del mismo, quien termina por vincularlo de manera definitiva. Tras un corto período, se separan de la dirección principal para constituir el suyo propio.

El "Club Nuestros Queridos Abuelitos", nombre con el que sale a la luz la entidad, el 9 de julio de 2.010, se transformará luego en fundación por sugerencia de Jhon Jairo Salinas, el 22 de noviembre de ese año.

Durante todo el año 2.010, enseñó computación en lo referente al manejo de programas como Draw, Power Point, Word, Internet y su especialidad: Audio y Video, en el Centro Tecnológico Arquitectónico, donde por la calidad de su ejercicio docente, el centro de enseñanza decidió renovarle el contrato, destinándole una nueva cátedra, en provecho de sus altos conocimientos en materia de ciencias sociales: Historia de la Comunicación. Sus recientes conocimientos adquiridos en materia de marketing político, asociados a su formación, lo llevan a asesorar a varios aspirantes a distintos cargos

A mediados del 2013, graba su primer disco solista, “Tango Argentino”, con el acompañamiento musical del prestigioso pianista Carlos Edward Ríos Sánchez, haciendo un registro visual de la confección general del mismo.

Tras ser invitado a presentarse en La Virginia, Risaralda, una semana después, el 8 de diciembre de 2013, fallece su progenitor, motivo que lo lleva a trasladarse a su país natal donde permanecerá durante un lapso de cuarenta días, acompañando a la familia en ese momento de profundo pesar.

Una vez en Buenos Aires, consolida una sólida amistad con el actor, director y productor de cine, Mariano González, haciendo parte del staff actoral de su película inédita de terror “Shembo, EL Esclavo del Mal” donde se vincula con importantes figuras del cine, la televisión, del espectáculo y el deporte argentino.

Aunque comienza a laborar brevemente en el Diario del Otún, renuncia para concentrarse en la creación de un medio virtual independiente, donde prime la pluralidad más allá de lo ideológico para dar cabida a todas las opiniones. Decide llamarlo “Diario El Politicón de Risaralda”, el cual después de numerosas idas y venidas ve la luz por primera vez de manera oficial el 2 de abril de 2014.

Así, logra capturar con el tiempo la preferencia de los referentes políticos del departamento, junto a la de los amantes de la actividad política en general, al recrear una forma de periodismo diferente donde se alternan la cultura, el arte, la opinión, el deporte y la suma del quehacer municipal, regional y nacional.

A su vez, trabaja en calidad de bibliotecario en la Institución Educativa “Manuel Elkin Patarroyo” durante seis meses.

Para 2015, el actor y director teatral, Alonso Marulanda Álvarez, lo invita a hacer parte de la Asociación Teatral “Blanco y Negro”, donde alterna la actuación con la promoción del colectivo en el área de prensa. Durante el “Cuarto Encuentro de Directores de Puesta en Escena”, realizado los primeros días de octubre de 2015, modera casi la totalidad del evento, siendo uno de los autores y el diseñador de la compilación del evento.

Durante el verano, conoce por accidente al periodista deportivo, Rubén Darío Llano Londoño, que lo convoca a hacer parte del staff de su creación radial, “Escenario Deportivo”, siendo su mentor e introductor en esa compleja especialidad de la comunicación, abriéndole a la vez las puertas de entrada a AM 1520 “Antena de los Andes”, emisora donde durante casi un año más se vinculara también al programa de información general “Hablando de Todo un Poco”, moderado por el reconocido locutor e ingeniero de sonido, Armando Serna Suárez.

En 2019 publica su poemario “Mujer de Cal”, el cual presente en la sede del Servicio Nacional de Aprendizaje de Pereira hacia fines de ese año, aunque todavía la mayor parte de su obra, constituida por cuentos, novelas, redacciones, artículos periodísticos y crónicas permanecen todavía inéditas.

En la actualidad, complementa sus múltiples ocupaciones, entregado a sus escritos y actividades periodistas. Junto a elpoliticon.com, desde febrero hasta julio de 2020 se desempeñó como editor del suplemento cultural Magazín Cultural, escribiendo para otros medios virtuales como El Imparcial o Noticia 5 de Bogotá, a los cuáles renunció para crear y dirigir su propio suplemento, ARCÓN CULTURAL, el cual se puede visitar en arconcultural.wixsite.com/colombia

Mientras tanto, continúa participando de recitales o presentaciones ante numerosos públicos seguidores de la "música de Buenos Aires".

2 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page