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Vikingos Berserker, puro coraje alucinante


Se lanzaban a la batalla semidesnudos o cubiertos con simples pieles de animales. Saqueaban y mataban indiscriminadamente, ciegos de furia.


Eran insensibles al dolor y capaces de hacer cosas sobrehumanas. Así eran los berserker vikingos, unos famosos guerreros nórdicos que amedrentaban a sus enemigos y hasta a sus propios compañeros.


No hay un origen etimológico comúnmente aceptado por los expertos. Sin embargo, una posible traducción de berserk podría ser «camisa de oso», siendo berr «oso» y serkr una prenda de vestir similar a una camisa. La otra opción que se baraja es que berr equivalga a «desnudo», por lo que podríamos entender esta palabra como «sin camisa» o «descamisado».


Historia


Monumento al primer rey de Noruega.


Los berserker vikingos están presentes en las sagas y los poemas. Por ejemplo, se menciona que acompañaban siempre a Harald Cabellera Hermosa (unificador y primer rey de Noruega). Los textos nórdicos antiguos los describen de la siguiente manera: «Iban sin cota de malla y actuaban como perros rabiosos y lobos».

Muchos reyes nórdicos tenían una guardia personal formada por berserker. Formaban el hird o séquito del monarca. Hay registros de que miembros de la guardia varega (guardia personal del emperador de Bizancio) celebraban ritos disfrazados con máscaras y pieles de animales.


Para encontrar el origen de la figura del berserk, podemos retroceder hasta el siglo I a.C. El mismísimo Julio César dejó testimonio en su obra De bello Gallico de la existencia de unos guerreros germánicos que acudían a la batalla a pecho descubierto, con las caras pintadas y aullando salvajemente. Esta actitud fue llamada furor teutonicus por los romanos. Como sabemos, los vikingos son un pueblo germánico.



Sin duda, la actitud impredecible y peligrosa de estos combatientes les causó muchos problemas. Socialmente se les consideraba locos, y había leyendas urbanas sobre metamorfosis en lobos. En tiempos cristianos se creía que los berserker se creían poseídos por el diablo. Como tantas tradiciones paganas, tenían los días contados.

En el año 1015, el jarl noruego Eiríkr Hákonarson declaró a los berserker fuera de la ley. Esta resolución fue imitada posteriormente por la ley de Islandia (el gragás), y hacia el siglo XII los berserker ya habían desaparecido. Para entonces ya habían dejado una huella perdurable tanto en la lírica como en la historia.



¿Drogadictos medievales?


Antiguo pintura vikingo que representaba al rey Harad I de Noruega.


Mucho se ha especulado sobre la proverbial fiereza del berserk. La teoría más extendida es que consumían hongos alucinógenos, como la amanita muscaria.


El uso de plantas y hongos para entrar en trance es una práctica milenaria presenta en numerosas culturas, por lo que no resulta nada descabellado.


Otro posible origen de esta bravura era la ingesta de cerveza de beleño negro, una planta alucinógena. También se especula con cerveza contaminada por cornezuelo del centeno, un hongo con compuestos del ácido lisérgico.



Sin embargo, otros académicos atribuyen este comportamiento a la histeria del trastorno de estrés postraumático. Este trastorno es frecuente en veteranos de guerra, y puede desencadenar explosiones de ira.


Recordemos que, en estado de trance, estos hombres no distinguían entre aliados y enemigos. Por ello, sus compañeros guardaban una distancia de seguridad con ellos.


Harald Blåtand, rey de Noruega, bautizado por el monje Poppo.


La furia experimentada por los berserker se conoce como berserkergang. Sucedía no sólo en el fragor de la batalla, sino también en el día a día. Estos guerreros eran capaces de cosas imposibles para los hombres normales.


Por ejemplo, caminaban sobre el fuego y se tragaban brasas al rojo vivo sin mostrar dolor. También se autolesionaban con cortes antes de la batalla.


Existen testimonios de un caso en el algunos de estos guerreros se lanzaron al agua antes de tiempo desde un barco vikingo, pereciendo ahogados.


El berserkergang comenzaba con escalofríos, castañeteo de dientes y temblores. Después, la cara se hinchaba y adquiría un color púrpura.



La cabeza se calentaba mucho, y pronto el berserk estaba aullando como un animal y destrozando todo cuando se encontrara a su alcance.


Ahora bien, cuando este trance pasaba, los guerreros se experimentaban un gran embotamiento de la mente y permanecían débiles durante uno o más días.


Tipos


En la tradición nórdica más antigua, tres eran los animales a los que se rendía culto: el oso, el lobo y el jabalí. Son estos tres los tipos de berserker que podemos encontrar.


Berserker: los guerreros oso


Aunque el berserk es el guerrero vikingo de élite más conocido, en realidad sólo constituye una de las tres tipologías de estos feroces combatientes.


Gritaban como animales salvajes, lanzaban espuma por la boca y mordían el marco de hierro de sus escudos. Su aparición causaba pánico en las filas enemigas.


Como ya hemos comentado anteriormente, los berserker se vestían con pieles de oso. Además, sus cuerpos reposaban sobre pieles de oso cuando eran incinerados. Estos guerreros probablemente rendían un tipo de culto a los osos.



Úlfhéðnar: los guerreros lobo


Los úlfhéðnar (en singular, úlfhéðinn) eran unos berserker que se cubrían con pieles de lobo. y portaban una lanza. Se comportaban como locos, mordiendo sus escudos y haciendo caso omiso al dolor.


Se decía que eran los guerreros de élite de Odín, y son mencionados en sagas como Vatnsdœla, Hrafnsmál y Völsunga. Para una descripción más precisa, podemos rescatar este fragmento del poema Haraldskvæði, pertenenciente a Hrafnsmál:


Hablaré de los berserker, los catadores de sangre, aquellos héroes intrépidos, ¿cómo trataban a los que se vadean en la batalla? Piel de lobo les llaman. Portan escudos sangrientos. De puntas rojas son sus lanzas cuando marchan. Forman un grupo apretado, cerrando filas. El príncipe, en su sabiduría, confía en ellos, en los que cortan los escudos enemigos.

Su sola presencia inspiraba temor a sus enemigos e incluso, eran aislados en su propia comunidad.


Svinfylking: los guerreros jabalí


Para la mitología vikinga, el jabalí era un animal sagrado de los Vanir. Por ejemplo, el dios Freyr poseía al jabalí Gullinburstiand, mientras que Freya tenía a Hildsvíni.


Los guerreros jabalí luchaban en la punta de una formación conocida como svinfylking («cabeza de jabalí»). Esta formación tenía forma de cuña, y dos guerreros formaban el rani u hocico. Los guerreros svinfylking se han calificado de maestros del disfraz, y demostraron tener un gran conocimiento del terreno.



Berserkers famosos



Las sagas nórdicas mencionan a diversos berserker,

normalmente acompañando a un rey para protegerlo.


En ocasiones se les atribuye habilidades sobrenaturales, como Bödvar Bjarki, que podía transformarse en un oso. Era uno de los doce berserker que formaban el hird de Hrolf Kraki.

Otro berserk de renombre es Egil Skallagrimmson, un violento escaldo del siglo XI. Aunque, sin duda, el berserk que más ha trascendido a la historia es el héroe de la batalla de Stamford Bridge.


Un guerrero de más de 2 metros de altura que servía al rey Harald se encaramó a un puente y bloqueó a todo el ejército sajón, matando a decenas de enemigos. Iba armado con un hacha danesa y sin ninguna armadura.


Los vikingos perdieron aquella batalla y el berserk fue abatido, pero su proeza no ha caído en el olvido.



Fuente: BARCO VIKINGO

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