El creador del constructivismo, junto a tres de sus ayudantes.
Envía esta crónica: HÉCTOR CARLOS REIS
Teniendo en cuenta que los rusos emigrados a París tras la Revolución se amoldaron a los caminos del arte occidental, podemos considerar a Vladimir Tatlin una de las figuras primeras de la escultura moderna en Rusia, como Malevich lo fue para la pintura.
En realidad, Tatlin también visitó la capital francesa, y se reunió con Picasso en un legendario encuentro en 1914. Él, que había sido pintor, regresó a su país como constructor de relieves y justo desde aquel año, 1914, su producción, muy extensa, tomaría la forma de ensamblajes de metal, madera, yeso, cartón, asfalto y masilla, después convertidos en relieves de esquina suspendidos en el aire.
Su obra
Se han comparado sus obras tempranas con las naturalezas muertas del malagueño, pero las similitudes son engañosas: Tatlin no pretendía restaurar la fisura entre representación y realidad, así que enseguida dejó a un lado cualquier referencia asociativa a botellas, periódicos o guitarras para generar sus relieves directamente a partir de la llamada faktura de los materiales, un término esencial en el arte contemporáneo ruso, de su lenguaje vital y de sus características específicas: peso, solidez, elasticidad, color, brillo…
Quiso buscar los condicionantes de la forma en el material y se dedicó a doblar chapas metálicas, romper cristales, modelar yeso y tensar alambres: exploró, contrastó, compuso y construyó cada uno de esos elementos según sus cualidades naturales.
Imágenes de su magna obra escultórica
La manera en que el que había sido marinero manejó la madera, el alquitrán, los tornillos y nudos parece más relacionada con el arte de un constructor naval que con las técnicas escultóricas tradicionales y se aleja tanto de la pintura transgresora de Picasso como de la fusión entre hombre y máquina de Boccioni.
La manera en que el que había sido marinero manejó la madera, el alquitrán, los tornillos y nudos parece más relacionada con el arte de un constructor naval que con las técnicas escultóricas tradicionales y se aleja tanto de la pintura transgresora de Picasso como de la fusión entre hombre y máquina de Boccioni
Su monumento a la III° Internacional
Rechazaba Tatlin todo vestigio ilusionista y planteaba cada escultura como una entidad perfecta, una estructura completa en sus propios límites. La alternancia de tensiones, curvaturas y anclajes, de superficies brillantes y mates, de distintas cualidades táctiles y de huellas de uso en sus relieves obligan al espectador, como ya apuntó El Lissitzky en una conferencia en 1922, a “reorganizar el sentido visual en función del tacto”.
Tatlin concibió su cultura de los materiales inmersa en la tradición iconoclasta soviética de señales de colores potentes, de páginas de periódico ilustradas y de rótulos de tiendas, en oposición a la tradición ilusionista del arte occidental. Su amigo, el poeta Víctor Jliébnikov, había explorado previamente la presencia física de las palabras frente a su significado semántico.
"Relieve de esquina" (1915)
Sus arcos curvados y elásticos vibran con el ritmo de procesos vitales de crecimiento y crean contrapuntos a la línea blanca y recta venerada por los constructivistas del Injuk (Frente de Izquierda de las Artes), más jóvenes y fascinados por la tecnología.
El trabajo de Tatlin se centró más en la exteriorización de la “constitución interna” de los materiales que en su reforma mediante regla y compás, incluso su máquina voladora Letatlin se basa más en una concepción orgánica y rítmica del vuelo que en una explicación mecánica del mismo. Por eso no podemos calificarlo como artista mecánico: su obra realza las energías biodinámicas de los materiales y sus cualidades estructurales.
¿De qué se trata el constructivismo?
Materiales reales quedan situados en un espacio real, hecho que supone una innovación fundamental. La Guitarra de Picasso y la Botella de Boccioni funcionan en su propio espacio restringido, en el caso de la última, sobre un pedestal.
Pero los relieves de esquina de Tatlin se sostienen sobre un alambre tensado a modo de extrañas máquinas voladoras equilibradas en torno a un núcleo de gravedad: no atraen el espacio sobre sí, sino que dependen de él y no unen el espacio con ningún eje ideal, sino que lo adoptan tal como es. Así, Tatlin se aleja más resueltamente que sus contemporáneos de la tradición de la escultura dispuesta sobre un pedestal.
Autorretrato del artista (1912)
Se convirtió en uno de los primeros artistas en pronunciarse a favor de la Revolución de 1917 y en reorientar su potencial creativo. Su maqueta del Monumento a la Tercera Internacional, presentada a concurso, constituye una formidable utopía a medio camino entre la arquitectura y el aparato, entre el edificio gubernamental, el organismo social y el símbolo de progreso.
El proyecto constaba de una estructura de acero en forma de espiral de unos 300 metros de altura en la que se insertaban un cilindro, un cono y un cubo. Esos tres cuerpos debían albergar el Parlamento, el Ejecutivo y la oficina general de información y propaganda: órganos de decisión reales de la recién nacida República soviética.
Tatlin planeó que cada cuerpo rotase en torno a su eje a distintas velocidades: así, el Parlamento lo haría una vez al año; el Ejecutivo, una vez al mes y la oficina, una vez al día, integrando así la política en un ciclo cósmico superior.
El constructivismo y la propaganda bolchevique
Este atrevido diseño, calificado como irrealizable en su presentación en 1920, anunciaba la reivindicación del arte de participar en la definición de la nueva sociedad.
Semblanza
Activo representante de la vanguardia soviética, defendió que el arte debía integrarse en el conjunto de la producción, disolverse en la vida cotidiana y renunciar a su actividad exclusivamente estética. Su maqueta para el Monumento a la III Internacional se convirtió en el paradigma del nuevo arte.
En Rusia, la revolución de 1917 consiguió por primera vez en la historia identificar la voluntad de construir una sociedad socialista con los cambios perseguidos en el campo artístico por la vanguardia. Era el momento de poner a prueba el arte como factor de transformación social y los vanguardistas aceptaron este reto, asumiendo el protagonismo en la dirección de la nueva política cultural y la dedicación a la docencia artística como forma de educar al pueblo.
Minibiografía
Pero en el seno de la propia izquierda surgieron pronto dos concepciones enfrentadas respecto a la función que debía cumplir el arte. Si para Malevich la investigación artística debía ser ajena a toda contaminación externa, para Tatlin era ineludible su función de servicio hacia la nueva sociedad: el arte debía integrarse en la producción convertido en arquitectura, diseño industrial, carteles, etc.
Los constructivistas, con Tatlin a la cabeza, negaban toda validez del arte como actividad estrictamente estética y exigían su disolución en la vida cotidiana.
"Leningrado" (1936)
Frente a la individualidad creadora, el constructivismo soviético oponía el sentido colectivo de cultura revolucionaria. Frente al arte como pura investigación formal (actividad necesariamente aislada y sin rentabilidad funcional a corto plazo), se requería inmediatez para la resolución de las demandas revolucionarias.
Del juego gratuito y la especulación formal pura como fundamentos esenciales de la investigación plástica, se pasa a la búsqueda de la fusión entre arte y tecnología, que son designados como agentes del cambio social y se integran en una unidad ética y estética.
Tatlin llegaría al constructivismo partiendo del cubismo y el futurismo, a los que despojó de toda referencia al dato real; del cubismo tomó la descomposición de los objetos por planos y del futurismo el interés por el uso de todo tipo de materiales y la estética maquinista. En 1913 había visitado el estudio de Picasso en París, donde tuvo oportunidad de ver las esculturas efímeras, pinturas con añadidos de cartones recortados o plegados que utilizaba para sus análisis cubistas.
Análisis de su obra "Contrarrelieve de esquina" (1914)
La influencia de éstas sería decisiva para la construcción de los Contrarrelieves y Relieves de esquina que realizó en los dos años siguientes. Estos relieves son el resultado de una exploración de los volúmenes en su interacción con el espacio; básicamente están formados por la intersección de planos y líneas con los que se delimitan aberturas o cerramientos, con el objeto de examinar las posibilidades de articulación de los planos entre sí y con el espacio real que los contiene.
Después de la Revolución de Octubre, todo su trabajo estuvo presidido por la idea del artista-constructor dedicado a la elaboración del nuevo mundo.
Otra mirada sobre la corriente creada por Tatlin
Donde mejor pudo plasmar sus ideales constructivos, esa transformación de los elementos de la cultura industrial en volúmenes, planos, colores, superficie y luz, fue en el proyecto para el Monumento a la Tercera Internacional, cuya maqueta presentó en 1920.
Había nacido en Moscú en 1885, falleciendo en su ciudad natal en 1956.
Fuente: MAS DE ARTE / BIOGRAFÍAS Y VIDAS
*Nacido en el barrio de Parque Patricios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Concluida su educación básica, realizó los estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde obtuvo el título de Bachiller Nacionar.
Más adelante, en la Universidad Nacional de Buenos Aires, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, se recibió tanto de procurador y de Abogado.
No conforme con sus logros académicos, publicó colaboraciones en la Revista "Todo es Historia" que dirigía el Doctor Félix Luna (1925 - 2009), en los números de diciembre de 1986, además de enero, febrero y abril de 1987.
Como mejor síntesis el doctor Félix Luna en su revista "Todo es Historia" Nº 235 de diciembre de 1986 para presentarlo, utilizó las siguientes palabras para definir mi método:
"El doctor Héctor Carlos Reis es abogado, pero sus inquietudes exceden en mucho el marco de su profesión.
Ha incursionado en diversos campos de la ciencia y demuestra una notable capacidad para relacionar circunstancias que, siendo aparentemente inconexas, definen procesos de una neta significación. TODO ES HISTORIA ha encargado al doctor Reis la seccción que se inicia en esta edición."
Es autor de novelas, de ensayos, de libros cinematográficos, de relatos cortos sin contar un esmerado estudio del dibujo o la pintura, a las que hasta la fecha se dedica con enorme intensidad.
No obstante, resulta casi imposible resumir la basta obra de un ser humano enamorado del saber, quizás algo introducido dentro de sí mismo pero de vocación o práctica solidaria, cuyos trabajos de manera increíble permanecen en su inmensa mayoría inéditos.
Seguramente la causa resida en esa vieja obstinación de celebrar el arte en privado, pero sin perder jamás la pasión por el debate, la incorporación permanente del saber ni de inculcar la solidaridad, los valores éticos del bien, a forma de una suerte de "método científico" a la hora de concebir y vivir la vida.
En la actualidad, entre otras tareas, Héctor Carlos Reis brinda colaboraciones en este suplemento.
Nota de editor: El director de Diario EL POLITICÓN DE RISARALDA y del suplemento ARCÓN CULTURAL, Carlos Alberto Ricchetti, quiere agradecer y hacer pública la participación tanto voluntaria como gratuita de tan prestigioso intelectual, celebrando poder contar con su enorme amistad).
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