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Ada Falcón: amor, desamor y misticismo



Muy posiblemente, el músico y la cantante
hubieran sido muy felices si no fuera por el vil dinero

Falcones Aída Ada Elsa, su verdadero nombre, era una castaña dorada, alta y bellísima.


Cualquiera habría deseado naufragar en el verde océano de sus ojos que eran la chispa capaz de encender las piras de corazones y cuerpos de jóvenes y viejos.



La blancura de su piel era la nieve de todos los inviernos y el carmín de sus labios la frutilla que coronaba tan apetecible pastel.


Su juventud la condujo cautiva por el camino de la codicia, el deseo vehemente por tenerlo absolutamente ¡todo! lujos, joyas, pieles, autos, dinero, no había límites.



Tenía el hambre voraz, propio de los que crecen en la estrechez de la pobreza, de querer probar todo lo bueno que la vida le había negado.


Cometió el error de pensar que el albor de su existencia sería eterno


Actuando para Radio
"El Mundo" de Buenos Aires

Parecía una estrella Hollywoodense, probó la cima del éxito y no escatimó excentricidades:


Se negaba a tener contacto con su público.


Compró una mansión de tres plantas en la zona residencial de Palermo.


Ostentó voluptuosamente pieles y joyas.



Se secaba el cabello conduciendo su descapotable rojo, a grandes velocidades, desde Palermo hasta Vicente López. Todo su mundo giraba en torno a lo extravagante y continuamente besaba peligrosamente la locura.


Pero… ¿Quién podía juzgarla? ¡Todos lidiamos con algún dolor que solo nosotros conocemos, de maneras que a los demás les resultan inverosímiles!



Su desenfado, su indiscutible talento y su belleza le permitieron abrirse paso en un medio machista. Fue una de las precursoras cancionistas, contemporánea con Azucena Maizani, Rosita Quiroga y Tita Merello entre otras.


Pero… ¿Quién podía juzgarla? ¡Todos lidiamos con algún dolor que solo nosotros conocernos, de maneras que a los demás les resultan inverosímiles!



Su primera grabación data del 15 de julio de 1925 si bien cantaba desde niña. Fueron esos mismos atributos que la colocaron cara a cara con el amor de su vida, el director Francisco Canaro, que la catapultó a la consagración definitiva, con él grabaron alrededor de 180 veces.


Sin embargo, había mucho más que música entre los dos. Por ella Pirincho compuso el vals "Yo no sé que me han hecho tus ojos". Y las mismas mieles del amor fueron su perdición.


El disco que da nombre
al vals que en 1933 le dedicó
Francisco Canaro, su gran amor.

Ada se había repetido innumerables veces que los hombres eran todos iguales, se había convencido a sí misma de que el amor solo existía en las novelas.


Había rechazado propuestas innumerables de tipos bienintencionados porque no quería repetir la historia de su madre tan amada. Pese a tanta cautela había sucumbido casi instantáneamente ante la presencia de Canaro y con él tendrían una escandalosa relación que duraría diez años.

Todos estaban al tanto del idilio y ellos no se esforzaban (porque además no hubiera servido de nada) en disimular.


Pirincho, era el "casi perfecto" caballero, descripto en el famoso tema de la cantautora Ana Cirré, porque el músico-cortejante no era soltero.



Hubo un miembro de su orquesta, que se dedicó a hacer una biografía de Francisco y fue por él que se conocieron dos historias que podrían ser la raíz de las decisiones definitivas, que cambiarán en un giro de ciento ochenta grados la vida de nuestra recordada Ada Falcón:


Después de dedicarle una decena de años de su vida, la hermosa cancionista, quería formar una familia y le pedía al músico que se divorciara y se casara con ella. Francisco estuvo muy bien dispuesto, pero antes de tomar cualquier decisión trascendental, prefirió consultarlo con su abogado. Cuando este le dijo que la mitad de su fortuna iría a parar a manos de su esposa: Marta Gessaume. Abandonó la idea sin más y olvidó inmediatamente todas las promesas que le había hecho a su amante.


Ada Falcón e Ignacio Corcini
(del Film “Ídolos de la Radio”)

Otro suceso fue en un descanso de un ensayo de la orquesta, irrumpió Francesca, (como le decían por su origen francés) legítima esposa de Pirincho.


La cónyuge estaba muy bien informada de las canitas al aire que se venía tirando su marido con la «La emperatriz del tango».


Muy acomodada la halló en las piernas de su esposo, presa de la humillación sacó un revólver de la cartera y amenazó a la cancionista, gritándole todas las verdades que tenía anudadas en la garganta.


Ada salió corriendo ¿aterrada? ¿o tal vez había encontrado nuevamente la vergüenza y la dignidad perdidas hacía una década?


Por fin había caído en cuenta de la realidad: Francisco no estaba dispuesto a dejar a su esposa y si lo hubiera hecho no podrían disfrutar plenamente de su romance al cimentar su felicidad sobre la destrucción de un hogar.



Pocos días después, Ada, abandonó definitivamente la orquesta.


Por si estos motivos fueran escasos, circuló una tercera historia aún más turbia. Esta demoniza a su hermana mayor, Adhelma.


Según versa, esta muchacha también cantaba y aunque llegó al disco, no alcanzó ni por asomo los logros artísticos Ada. Pero habría coincidido en algo más con nuestra diva del gotán, en algo que la afectó superlativamente, pues al parecer, Adhelma también tuvo una relación íntima con Canaro. Lógicamente, al tomar conocimiento Falcón nunca volvió a dirigirles la palabra a ninguno de los dos.



Cuando en la década del cuarenta se retiró del ambiente, vendió su mansión de Palermo, sus dos lujosos vehículos y regaló muchísimo dinero entre sus conocidos. Se mudó a una casa sencilla en las sierras de Córdoba.


Sumidas en la pobreza con su madre recibían ayuda de una orden franciscana y SADAIC le pasaba cada tanto un dinero por sus trabajos.



Ada dijo alguna vez "En plena juventud tuve riquezas y belleza. Tuve una visión maravillosa del Señor y no vacilé un instante en dejarlo todo y recluirme en las sierras con mamita, en un convento franciscano, y vivir con humildad. Desde que nací, dormí junto a mi madre, y su muerte me destrozó".


Después de una exitosa carrera
en cine, radio y televisión, abandonó
para siempre los escenarios

Pirincho Canaro falleció el 14 de diciembre de 1964, más tarde ella dejó deslizar que "durante treinta años cobró otra persona todos mis derechos; fue una venganza de una persona muy poderosa que ya murió, que me dijo que me iba a hacer morir de hambre" seguramente haciendo alusión al hombre que le había roto el corazón.


Cerca de Cosquín, en la localidad de Molinari, se recluyó en el hogar de ancianos de las hermanas de San Camilo al sentir menguar sus fuerzas.


Su casa de Salsipuedes en 2013 se convirtió en "Casona y Museo La Joyita" así la llamaban cuando cantaba de niña. Ahí se exhiben las pertenencias de Ada Falcón.


La emperatriz del tango nació en Buenos Aires el 17 de agosto de 1905 y murió el 4 de enero de 2002 a los 97 años en el hogar de ancianos de la congregación de San Camilo.


Y así termina la semblanza de la "Oxímoron tangó".



UN "HADA" PARA UN CANARIO


"Gozó de fama y de buen dinero

fue degustando el desenfreno

y en escaseces murió olvidada.

Vivió una dicha desventurada,

¡su sepultura fueron sus sueños

que odios y amores le prodigaron!

Hombres muy libres la cortejaban,

más la cordura no fue su fuerte,

quiso la suerte que su desvelo

un desposado lo provocara.

Ya la Francesca viene escuchando,

unos rumores muy bien fundados.

De las mentiras de su Canario,

ya doña Marta se viene hartando.

Y va tramando una emboscada,

que a la altanera será muy cara.

¡Que sorprendido quedó Pirincho,

cuando la esposa damnificada,

tan decidida como ofuscada

saca un revólver contra su amada!

¡Huye aterrada la amante infame

por la francesa bien apremiada!

¿Y quién querría ya desposarla?

si es el escarnio su cruel destino

el que ella misma se fue trazando.

En el olvido ya sé ha ocultado

la que de tanta fama gozara.

¡Pobre, muy pobre, como Mireya

la más mentada, en la miseria

que su imprudencia le ha otorgado.

La que con joyas y pieles caras

tan altanera se pavoneaba

¡Días de gloria que son lejanos

a mil tristezas la subyugaron.

Y en una cama yace cual feto

a sus rodillas muy abrazada,

humedecidos de tanto llanto:

los edredones guardan secretos

¡que ni sospechan los franciscanos!"


Gardenia*, 14 de mayo de 2023



*Gardenia es el nombre de una flor y el seudónimo poético de la autora de esta crónica, cuya composición no tiene nada que envidiarle en belleza.


Escribe: ANDREA GABRIELA NIKODEM**













**Poeta y escritora, oriunda de Gualeguaychú (Entre Ríos), Argentina. Creadora del programa radial "Entre vos y yo", el cual modera en FM Spacio 104.7 de su ciudad natal.

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