
Esta colección, “Ópalo de fuego”, abre sus puertas a los jóvenes que hoy escriben en el Eje Cafetero, que van de ciudad en ciudad sin encontrar editor.
Para encontrar la salida al laberinto de preguntas, de inquietudes de la primera juventud, hemos de servirnos del hilo delgado del verso, del hilo que parece darle cuerda al corazón, que lo anima, que lo impulsa a emprender el viaje hacia lo desconocido. ¡Todos los rostros caben en la pupila encendida del verso!
Sebastián y Jeily van a contracorriente, ¡elevándose por encima de su voz! Quieren dominar por el recuerdo, quieren estar por fuera de la línea del tiempo y sus ruinas; ellos han escapado al cielo de la Rayuela, cantan en la rama última del árbol. ¡Vivirán siempre en el pulso del aire con el que se encienden las palabras y las flores!
Al leer, al celebrar la conciencia sensitiva que transforma la vida, tendremos, ¡ay, en este libro! Algo de la riqueza de la que hacen gala los escritores de la ciudad, el dominio de la rima y el artilugio, del hechizo que conmueve y lleva a soñar de día, la caja de madera de vocales que, con sus manos, hacen vibrar en el pecho.
Esta colección, “Ópalo de fuego”, abre sus puertas a los jóvenes que hoy escriben en el Eje Cafetero, que van de ciudad en ciudad sin encontrar editor, librería o festival donde puedan proyectar las imágenes interiores que ya, a fuerza de oxigenarse, emergen de este fondo, es decir, de su propia conciencia, del vientre, como la botella que el náufrago lanza al mar en medio del diluvio.
*Editor
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LA CIUDAD DE LAS ESTRELLAS
Sebastián Restrepo Santana
En la ciudad de las estrellas el tiempo ha desaparecido
y el olvido, ¡ah, maldito olvido! Ha sido desterrado.
En la ciudad de las estrellas las alondras cantan sonatas
y los muertos viven.
En la ciudad de las estrellas el odio y el amor se han casado
y la plena luna borda de plata
los rostros de los desdichados.
En la ciudad de las estrellas habitan las palabras mudas
y las caricias invisibles.
En la ciudad de las estrellas ¡Oh, bendita y dulce poeta!
Eres aquel lucero brillante
que ilumina los callejones malevos.
ABISMO
Jeily Giraldo Loaiza
Es la furia que consume mi cuerpo,
un frío que no se va,
un frío aquí dentro,
y mi cabeza es un desastre.
Pensamientos desenfrenados me atan al borde del abismo
y temo,
porque pronto caeré.
HISTORIAS DEL PASADO
Sebastián Restrepo Santana
Hay lugares que, sin importar su aroma,
sin importar su color,
sus sonidos,
cambian el pasado por el presente,
hacen de sus recurrentes lastres
ambientes silenciosos y melancólicos.
Hay lugares en donde lo que fue
ya no será nunca más.
Veo los pasillos solitarios
contando historias,
y evoco sensaciones que ya no son,
en extensas calles y avenidas,
los recuerdos se pierden entre la multitud,
están ahí… ocultos para el futuro,
visibles para el pasado,
y con tendencia a fugarse del presente.
Historias que algún día perecerán
en el abismo del olvido humano
para nunca más
volver a ser contadas.
Escribe: ALAN GONZÁLEZ SALAZAR*

*Nació en Pereira, Risaralda, en 1987. Actor y dramaturgo. Cofundador de la revista Polifonía y del Premio Nacional de Poesía Universitaria El Quijote de Acero Actualmente culmina sus estudios en la licenciatura en Español y Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira. Ha publicado poemas en la Antología poética: Tocando el Viento, Compilación y Selección de Giovanny Gómez. Editor: Corporación Cultural Luna de Locos, 2012; Libro de agua interminable, taller de escritura La caza de las palabras, 2014, Klepsidra Editores; cuentos y ensayos en revistas como Agenda Cultural y Luna de Locos. Es autor de la novela Anónimos.
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