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Atril literario. Invitado: JULIÁN PALOMINO


DESTINO

por PEDRO ARTURO SOTO BURITICÁ

Conversando con la vida, le pregunté. Cómo hacer para que me dures mucho tiempo?


Ella me respondió, solamente viveme


Yo le contesté, pero todo lo que se usa se acaba


Ella me replicó,: Y lo que no se usa caduca, se

vence.

Soy solo momentos, a veces con dulce sabor y otras veces con un amargo único .

Deléitate con el recorrido, recoge las bendiciones que te llegan con la lluvia que cae del cielo .

Siempre debes de mantener la humildad de agradecer.

No siempre tienes que ser fuerte, también se vale sentir y respirar tus debilidades .

La felicidad no tiene receta, cada uno la prepara con sus propios ingredientes .

El tanto pensar no te quita las penas del mañana, solamente te roba la alegría del presente.


Debes de soltar a todos los que tengan que irse e indicarles la puerta de salida, y abrir espacio para los que van llegando .


Bendice cada paso que das.

Bendice cada decisión que tomaste.

Bendice lo que eres y en lo que te has convertido.

Bendice a cada persona maravillosa que se ha cruzado en tu camino .

No te enojes, solamente observa, piensa, y te alejas si es necesario.


Siempre mantén la edad bendita en que vivir es soñar.


Eres más de lo que te has permitido ser .

Eres más de lo que te han dicho que eres.

Eres más de lo que te has imaginado.


El verdadero amor no se reduce a lo físico y a lo romántico .

El verdadero amor es la aceptación de lo que el otro es , de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es .


No me dejes pasar por alguien que está viviendo sin ti. Hay historias que deben terminar y momentos que debes de guardar con cariño pero que jamás volverán.

Deja ir, no te aferres y busca siempre lo mejor para ti.


Yo le respondí.

Gracias por las respuestas no esperadas.

Gracias por los días de dolor.

Gracias por los momentos de frustración.

Gracias por las pruebas del camino.

Gracias por todo lo vivido, por lo bueno y por lo no tan bueno.


Gracias por cada experiencia.

Me ha enseñado, me ha hecho más fuerte, me ha mostrado de lo que soy capaz y me permite vivir agradecido, aquí y ahora , viviendo con pasión el presente.


La vida es un camino, vivir es caminar.


REINO

por CAROLINA HIDALGO

Si esto es. Descubrirse ficción. Ella se queda en casa

cocina colaciones o reparte carteles de propaganda.

Una versión de ciudad.

Escribe historias sobre el universo

vórtice tejido para el día que esto sucediera.

Ofrendó la tinta del sentido corazón

soltó el hilo que le lleva a la cueva del Minotauro

para declararse mujer libre. Poeta.

Ha mutado de poemas con un fondo de agua.

No necesitó ser una princesita carnada, en ello,

algo de transparencia.

Soberana, y feliz de tener reino en la fantasía

hermana de los sueños que sólo alcanzan los valientes.

Sueltos los hilos convendría danzar en puntas de dedos

apenas tocar el suelo,

cantar a coro abierto:

¡pureza!

aún saltos de cascada

aún ojos de pantera

la brisa sigue fluida.


AMOR NUESTRO

por LEONARDO RAMÍREZ







Por este amor que viene de los cielos

Santifico tu nombre en cada beso

Construimos nuestro reino

Haciendo nuestra voluntad desde la tierra hasta tu vuelo

Luchamos por el pan de cada día

Perdonamos nuestras ofensas y a quienes intentan ofendernos

Caemos cada día en la tentación

Y nos libramos de la cotianidad

Amén


A

por KARLA JAZMÍN ARANGO

Vienes a recoger la parte de mi boca que te toca y yo digo bandada de pájaros

café derramado

mariposa que lleva un jardín entre las alas.

Símbolos que son portales,

vibraciones que son lenguajes compartidos,

el temblor de tu sonrisa en mi voz

la confesión de mi voz en tu sonrisa.

Y digo "¡Hola!"

" Hace frío"

"Quiero contarte un sueño"

" Todo anda de maravilla"

uso mis palabras más formales

y sin embargo tú escuchas

lo que se esconde detrás del silencio.

Luego escribo profusamente

como si estuviera dibujando tus ojos, sigo sonriendo porque tú,

y te dejo algún poema descuidado.

Abro la puerta y alguien me dice

¿Parece que va a llover verdad?

pero nada importa

porque todo amaneció florecido

y porque sé que vienes a recoger la parte de mi boca que te toca.


AMITIS

por ALEXÁNDER GRANADA RESTREPO, "MATU SALEM"


¡Oh Amitis fragante!

regaste mis jardines

con el agua

fresca y lustral

que corría por tus piernas.

Las flores

-súbditas tuyas-,

con exquisita fragancia

coronaron tu belleza,

trayendo el aroma

húmedo y tempranero

de las montañas

de Ecbatana.

¡Oh Amitis hermosa!

de suave lengua

Elamita

-princesa preciosa,

deseable, de amatista

y cornalina-,

mi reina,

mi favorita,

mi amante eterna.

¿Cuál fue la dicha

de Babel

que conoció tu caminar

y el galanteo cierto

y sonoro

de tus vibrantes caderas?

No quisiera más

en esta noche

-Amitis mujer amada-,

que saborear

tu salobre dulzura,

y recorrer con

mis labios ansiosos,

la diáfana tersura

De tu cuerpo

Ardiente de gozo.

No quisiera más

En esta noche

De encanto

-Amitis sin ti

Está el llanto-,

Que sentir en mi

Lengua abigarrada,

La dulce y sagrada

Miel de las abejas,

Que se escurre

Por tus panales

Al lamer tu fulgor,

Al extrañar tu clamor,

Suave baño

Del primor de tu alma.

¡Oh Amitis de Meda!

Extraña y bella

Pantera

De lapislázuli,

Venida en cofre de oro

De la ciudad

De los siete muros.

¿Cómo vivir lejano

A tu piel,

Sin tu mirada

De almendra,

Sin tu fragante canela?

Aumentas mi deleite

Cuando hablas,

Cuando besas,

Cuando riegas el jardín

-amada mujer de perejil-,

Cuando desnudas

-como la luna en noche

Estrellada-,

tu ser excitado,

humedecido, perturbador,

todo un delirio de amor,

que impregna

las flores con su olor,

y con las lanzas

afiladas

de tus pechos de plata,

haces caer mis hombros

y desvanecer el mentón,

mientras flaquean

las rodillas

cuando amenazas mi cuello

con la espada brillante

de tu malvada cintura.

¡La corona no tiene rey!

¡otro rey ha de nacer!

floreció también la locura.

Fue poseído el rey.

De tus senos

nacieron un día

los dátiles y el palmeral,

y nació también

de tu boca

el rugido enigmático

del león, que aún

resuena en mis entrañas.

Nunca sabré

qué es mejor,

si contemplar el maravilloso

jardín florecido

que brota de tus balcones,

o apretar el tallo

espinoso de tus rosas

que sube en espiral

por tu espalda infinita

-nueva corona de lazurita-,

rasgando mi corazón,

mientras lubrico

los ojos

con lágrimas de emoción.

Siempre tú,

siempre yo,

y en los dos reposa

tu amor y tu encanto.

quién creó tu lozanía,

y qué belleza trajo

el espíritu de tu vida,

pues, con honores,

desde los campos,

desde el palacio,

y las colonias,

fuiste llamada

por todas las flores

-un día-,

como

la diosa de los insectos de Babilonia.


INTENTO

por HELENA RESTREPO

No conozco el silencio

me rodea lo acecho. A veces se come mis palabras las que voy desechando por insulsas.

Le he dicho al silencio que escribo y por eso me gusta conjugarlo: yo silencio, vos silencio... y lo hago mal como el silencio mismo.

Él también sabe de mi amor por los intentos. Lo he dibujado antes con palabras de sus sobras se mira en mi reguero de símbolos no se reconoce pero todo lo permite (o nada, que es igual).


LOS CIELOS SE RASGAN DE NUEVO

por ONÉSIMO VÁSQUEZ POSADA

La tarde con su espeso bálsamo ha perdido su acritud,

vahos de ejidos recién quemados a lo lejos

sudor de peones que huyen hacia los cerros,

monarcas amenazados en la espesura.


Reinas crueles que emergen sacrificando todo a su paso

y el sol que germina iluminando los combatientes en las torres;

cárceles en lontananza hacia las alturas del puente levadizo

ventanales que esconden arcadas e infantes huérfanos,

cuernos de unicornios que pugnan con los envenenadores

(disfrazados de alquimistas en las sombras)


Altanero el caballo galopa en las colinas

hechizado,

venturoso y vasallo

ensangrentado en el latido de los guerreros.


Luego la tropa, los infantes con ojos de ángeles abatidos

en el abismo

del teatro de la batalla;

por fuera del corral verde que gime en el bosque

hacia los campos de la alabanza.


El bien y el mal desafiados frente a nuestro espanto,

sé que seguiremos prisioneros de la fuerza de su encanto

del umbral de la luz hacia los campos sembrados de estrellas.


Los cielos se rasgan de nuevo sobre los impíos

que agotan las viñas,

pantanales que recorremos diariamente en la derrota.

Llanuras transitorias del ensueño

corrientes del rio y de la siembra.

La vigilia atroz antes de la lucha

y los fantasmas de las cosechas aliados del verano.


II


Yo era un infante mas

cruzando los cultivos abrasados de la guerra

maizales yermos con familias de pies oscuros

clamando su jornada en los escaques.

Y como el trigo renace en el pan y en la alegría

yo renacía entre los campos de la cólera

era ingenuo en compañía de aquellos espíritus deleitantes,

y como nubes de los cielos se esfumaron en las hierbas.


Pronto llegara la hora de emigrar

Hacia los caminos en las montañas azules.


Entre la luz y el crepúsculo de lo creado.


MIS TRES LUCEROS

Por NINFA MARÍN ESCUDERO

En el piélago oscuro de mi amarga existencia, tres luceros alumbran con extraño fulgor, ellos dan alegría e ilusión a mi vida y son los que mitigan mis penas y dolor.


Son tres piedras preciosas, de vivos resplandores, pulidas con esmero, talladas con amor y en cofre de ternura guardarlas siempre anhelo, para que no las toque del mundo la traición.


Son flores exquisitas con pétalos de seda, que mi jardín adornan con sus vivos colores y al aspirar de cerca su aroma delicioso, gustosa las contemplo en éxtasis de amores.


Cuando pasen los años y mi espalda se incline y ya no tenga fuerzas para poder luchar, ellas serán mi apoyo y mi bastón amigo y así serenamente a la meta llegar.


EL ABISMO DE LOS RECUERDOS

por JEINER JULIÁN PALOMINO RENTERÍA*

Guardaré tus recuerdos en el oscuro baúl del abismo,

donde se han sumergido los pedazos de mi corazón destrozado.

Me resigno a olvidarte, acepto la amarga verdad,

y con un puñal, me arrancaré las esperanzas de tu regreso.


Cada recuerdo, un eco persistente en mi mente,

como sombras que se aferran a los rincones de mi ser.

Pero sé que debo liberarme de esta prisión de añoranza,

romper las cadenas que me atan a un amor irreparable.


El baúl del abismo oculta la tristeza que me consume,

un refugio oscuro para las lágrimas que han caído sin cesar.


Desgarraré los hilos invisibles que nos unían,

liberaré mi alma de la prisión de tu recuerdo.

Aunque duela, debo alejarme de la esperanza de tu amor.


Y así, con el puñal en mano, hago un pacto con el destino,

despedazando los sueños de un amor imposible.

Desde lo más profundo, arranco la ilusión que me amarraba,

para liberar mi corazón y permitirle latir de nuevo.


Aunque la herida sea profunda y la cicatriz perdure,

sé que la vida me espera con nuevas promesas.

En el abismo de los recuerdos, encontraré fuerza,

y renaceré como un ave fénix, listo para volar hacia un nuevo amanecer.


*Conocido por su nombre de pila, Julián Palomino vino al mundo el 30 de junio de 1983 en el municipio de Pueblo Rico (Risaralda) Colombia.

Avocado a carreras técnicas que poco o nada tienen que ver con la literatura, siempre fue un ávido lector de cuentos, poemas, biografías, temás míticos, místicos o relacionados con las ciencias sociales, los cuales le sirvieron como punto de partida para escribir sus primeras poesías.

En la actualidad aún se encuentra inédito y a la espera de sacar próximamente el que será su primer poemario.



VIDEOS



HOMENAJE A ANDRÉS BARBOSA

por MERCEDES VIVAS BENÍTEZ


FESTIVAL DE POESÍA DE LA HABANA, CUBA

por VALENTINA ROJAS


"CARTA PARA UN PAIS QUE QUIERE SER" DE FREDY YEZZED

por JOHANNA CARVAJAL


"UNA CHICA ROTA QUE TE PEGA LOS PEDAZOS"

(POEMA) DE EMMANUEL ZAVALA

por CAS YELA


SANTERÍA

por MC TIAN



CUENTOS, ENSAYOS & PROSA POÉTICA



ACERCAMIENTOS A LA MALNACIDA

por UMBERTO SENEGAL


1

BEATRICE SALVIONI Y LOS EDITORES

Cuando se reflexiona sobre el progresivo acontecimiento editorial que circunda la publicación de La malnacida, que con certeza crecerá día tras día a lo largo de Latinoamérica, Europa y otros parajes del mundo donde Maddalena y Francesca, niñas protagonistas, se erigirán en arquetipos feministas para una sociedad que requiere de niñas, adolescentes y mujeres maduras con las tipologías humanas de este par de amigas, sin miedos de ningún tipo; en sociedades cuyas raíces políticas dan continuidad a dogmas propios del fascismo mussoliniano años 30, donde ambas protagonistas de la primera novela de Salvioni se mueven, sociedad aturdida por el funesto dictador italiano a la cual pocos se oponían, un lector conocedor de los entramados publicitarios propios de las grandes editoriales para mercantilizar libros y autores, podrá prevenirse contra la novela y la joven escritora. Salvioni tiene 28 años de edad. Diez menos que Françoise Sagan cuando a sus 18 publicó la novela Buenos días, tristeza. Si no entra uno en particularidades de su tejido narrativo, el lenguaje y afectividades que trascienden la historia y cultura italiana, para identificarse con equitativas controversias de las mujeres en cualquier lugar del mundo, el lector puede predisponerse contra tal novela, considerándola otra más de aquellas con que las editoriales abultan el mercado bibliográfico, proyectando expectativas y que luego, dentro de las manipuladas leyes del mercado de libros y autores, se deshinchan solas entre millares de títulos semejantes, saturando ofertas narrativas. Salvioni no imaginaba cuanto viene ocurriéndole a su persuasiva novela: “Quise ambientarla durante el fascismo, no porque el mundo actual no sea suficiente para crear un escenario en el cual se silencie la voz de los más débiles, sino porque creo que distanciar la historia al situarla en un momento tan oscuro de nuestra historia en que nada importaba sino la voz de los “hombres fuertes”, puede iluminar aún mejor las aterradoras similitudes con el presente”. Producto del laborioso trabajo de tres años durante su estadía en la rigurosa Escuela italiana de escritura, Holden, en Turín, fundada por Alessandro Baricco, este es, entre otros, un consolidado factor literario de credibilidad. Beatrice fue estudiante sobresaliente en tal institución. Además del primer premio otorgado a su cuento El vuelo nocturno de las lenguas cortadas. Durante la Feria del Libro de Fráncfort, 2021, treinta y dos editoriales adquirieron los derechos de publicación. “La malnacida cobra tanta vida en estas páginas que casi puedes tocarla. Es el personaje que toda editorial querría tener en su catálogo”, afirmó la editora de Albin Michel. “Autora con talento deslumbrante que te deja atónito desde la primera escena”, dijo L. Kakko. “A esta novela le esperan grandes cosas. La voz de Beatriz Salvioni, salvaje y apasionada, te arrastra como un torrente”. Duygu Muas.


2

BEATRICE, MADDALENA Y FRANCESCA

El reconocimiento de la crítica internacional para con esta novela de la joven monzesi Beatrice Salvioni, no se articula con efímeros fenómenos literarios que, desde la plataforma Wattpad, con frecuencia alzan estridentes, perecederos vuelos mediáticos con numerosas editoriales rondando a Instagram, Amazon, TikTok o determinados blogs y, por ende, a las profusas reacciones del público lector con sus publicaciones, forcejeando entre ellas para imprimir en físico numerosas novelas de recientes autoras.


Ann Todd, con After. Jóvenes escritoras como Ariana Godoy, Joana Marcús, Alex Mírez, Inma Rubiales o Alina Not, novelistas que del ámbito digital al formato en papel, rebotaron con una o más de sus novelas. Estelle Maskame, de 17 años de edad, cuya trilogía Love You se tradujo a más de 10 idiomas. Con su libro Bad boys and Girls, Blair Holden cuantificó más de 100 millones de lectores. Por el contrario, La malnacida, impecable novela de Beatrice Salvioni, exaltada por sectores críticos nada relacionados con cuanto emerge de Wattpad, es fruto del minucioso trabajo literario que se lleva a cabo en la Escuela Holden, institución de escritura ubicada en Plaza Borgo Dora, de Turín. “Cuenta con un modo bastante particular de promover el crecimiento en sus estudiantes. Se enseña con métodos, principios y reglas difíciles de encontrar en otros lugares”. La novela transcurre en Monza. Ellas tres, Salvioni, nacida en 1995 en esta región de Lombardía donde desde niña observaba encantada el ciclo pictórico del gótico tardío lombardo en las paredes de la capilla Teodolinda, ornamentadas con frescos del siglo XV hechos por los Zavattari; Francesca, la narradora, hija de prósperos burgueses de la Lombardía industrial; y su gran amiga Maddalena, niña de clase obrera, audaz y transgresora, discriminada y temida por el insólito influjo que tienen sus palabras y la trayectoria que puede darle a sus injurias, maldiciones o requerimientos, igual que a sus afectos; de verbo facultado para afectar personas o cambiar el rumbo de las circunstancias, las tres son, hoy por hoy, el prodigio editorial de Fráncfort 2021, sin necesitar del propagandístico aval de la plataforma Wattpad cuyos burbujeos de historias y autores son revueltas olas de viento que ascienden y desaparecen, arrastrando libros y autores sobre las crestas de millares de lecturas en sus páginas. Más de 94 millones de historias sobrenadan en tal plataforma. Salvioni, no es secuela de tal formato literario mezclando talento narrativo e imaginación novelesca para catapultar obras y nombres nuevos, hacia millares de lectores dispuestos a comprar sus libros físicos, luego de encontrarlos en el mundo digital. Maddalena, Francesca y Beatriz, se convierten en contemporánea trilogía de sororidad más allá de la época del Duce, ese criminal fascista sosteniendo desde su ideología que “el pueblo debía ser pobre para ser orgulloso”.

3

PARLAMI D-AMORE MARIÚ

¿Hasta dónde una violentada niña de 13 años podría hablarle de amor al brutal fascista que, mientras intenta violarla en una apartada orilla del río Lambro, de Monza, Italia, canturrea lascivo los primeros versos de la romántica canción de los años 30 en Italia, Háblame de amor, Mariú? “Le había metido la cabeza dentro del agua para que se callara, y durante todo ese rato él había estado cantando, con una voz ruda como la de la radio Parlami d,amore, Mariú. Tutta la mia vita sei tu”. Desesperado por introducirle la lengua en sus labios heridos, el alto grado de excitación que experimenta le proporciona un fulminante infarto. Con este traumático recuerdo de Francesca, comienza in medias res la novela de Beatrice. A pesar de su crudeza sexual, esta conmovedora apertura que atrapa lectores de cualquier nacionalidad, no es una escena con escabrosos detalles. Aquí radica una de las fortalezas de la prosa de Salvioni. Este hombre, cuyas acciones son propias de la ideología fascista de cualquier época, quien aparece en el prólogo de la novela La malnacida, debía tener alguna insuficiencia cardíaca o padecer cualquier otra cardiopatía. Mi hipótesis de lector compaginado con la personalidad y poderes de Maddalena, es la de que fue esta quien desencadenó al hombre tal infarto. “No he tenido más remedio que hacerlo”, confiesa a Francesca. Total y efectiva sororidad mientras fluyen las aguas del río Lambro, arrastrando residuos de la ciudad. Las niñas se esfuerzan por ocultar el incómodo cadáver. ¿Pensarán en el amor, Francesca y Maddalena? ¿Creerá cualquiera de ellas, la niña de clase privilegiada o la pequeña siempre segregada, en alguna otra forma de amor que no sea la de este espécimen masculino? Esta canción musitada en voz baja por el sádico fascista, ¿la había escuchado Francesca en su hogar o es primera vez que le babean sus primeros versos? Escrita por los compositores Cesare Andrea Bixio y Ennio Neri. Afirma Salvioni: “En mis historias, a menudo hablo de chicas que hacen cosas imposibles. Tal vez como venganza por las veces que me han dicho que hubiera sido mejor si hubiera nacido niño”. Por sus personajes, esta novela puede encasillarse dentro del bildungsroman, al relatar el proceso de maduración de ambas niñas desde la infancia, narrando detalles individuales, sociales y familiares en el desarrollo de los personajes, su educación, sus características psicológicas, espirituales y culturales. “¡Qué bella eres, y aún más esta noche Mariú! / ¡Brilla una sonrisa de estrellas en tus ojos azules! /Aunque el destino se oponga, mañana llegará. /Hoy estoy cerca de ti, ¿por qué suspiras? / ¡Háblame de amor, Mariú! / ¡Mi vida entera eres tú! /Tus ojos azules brillan, /como dos estrellas centellean…”.


PAISAJES DE LA TRAGICOMEDIA

por ALEIDA TABARES MONTES


(Fragmento de la novela inédita Un blues para Malena)


Es medio día. Salgo en busca de almuerzo. Me detengo con asombro en un puente metálico que atraviesa la avenida. La gente sale de sus oficinas. Gestualidades chaplinescas.


Corbatines, medias veladas, pulcritud. “¡Oh! ¡Limpieza! ¡Sí! para un mundo cagado de horror”. Venga mañana. Lo estamos pensando aún. Confíe en nosotros. Ese proyecto es nuestro. En cada esquina alguien entrega papeles, vende, roba, nadie ve. La ciudad cruje, come, crepita, camina, brama. Más allá van a estafar a alguien. Atiborramiento, caos. ¡Gana más dinero independiente! ¡Vende por catálogo! ¡Manuales para suicidas! No piense, hágase rico. Nos vemos luego. Más nunca. Cada quien busca su pedazo de futuro, o lo arrebata de un manotazo y corre para saciar el hambre y la miseria del momento. Show del apaleamiento de una pobre mujer que llora. Alambradas de púa. Gritos de la jauría sorda. Cada quien hala de aquí, hala de allá. Y así se rompe lo que cada quien espera para sí: Fut-Uro. ¿Quieren saber dónde queda, el Fut-Uro? Exactamente detrás del culo de cada quien, como el perro que mea, muerde la cola y hace un remolino flamenco en el espacio. Dándole vuelta a la hilacha y se fueron para siempre.


—Hola, Miguel Iragorri, ¿como van las cosas? —preguntó uno de mis colegas.

—¡Ah, bien!


No pueden ir peor en este hacinamiento de cubos de basura, cimentado en un delirante individualismo. Y cantar con Artaud: “grotescos cancerberos, hediondos conciliábulos”. Escribo en mi libreta. Intento concluir el artículo, que debo entregar al día siguiente.


Se me anuda la conciencia cuando pienso en ¡Van Gogh! Cómo dibuja y sincretiza el sufrimiento humano, sumergido en la tarea con la firmeza, la paciencia, el amor y la pasión del que sabe lo que busca. Poco le importó que lo admirasen. Quería nuestra complicidad para estar presente en el dibujo de cada minuto. Se agota el dinero, durante una semana ha tomado café y pan. Solo quiere ver sus cuadros en los marcos. Aun viviendo en la miseria, siente una música calma y pura, un impulso irresistible para crear. Pero la máquina despótica del capital no le perdonó la vida al hechicero del color.


—¿Y la máquina social?

—¿Dónde estaban sus cuerpos?

—¡Ah!, pues flagelándose.

—¿Y las mujeres bellas que amó y pintó?

—A ellas tampoco le importaron tus resonancias de iluminado. De genialidad.


Es imposible pensar en el dinero sin cavilar en los suicidados de la sociedad. Esquizoides, utópicos, fracasados, que toda la vida salen a batallar, ¿verdad, don Quijote?


Gracias, gracias. Gracias, amado Van Gogh, por tus centelleos de rocío; por esos cristales de lila desafiante y tus inmensas extensiones de trigo después de la lluvia. Gracias, suicidado, por esa neblina decapitada que se deshace con la verdad tempestuosa de un sol a medio día. Tendremos que cruzar este estallido luchando sin concesiones, desde una subversión a fondo, desdeñando los subterfugios del nihilismo y la fragmentación, entregándonos sin vacilación; un solo hombre, una sola mujer, todo es la suma de todo, todo se comunica con todo, un poco más humildes, acaso también más puros. Firme e inocente la mirada, elevando el nivel de nuestras aspiraciones. Un volver a armonizarnos traspasando la opacidad de las sombras. Hölderlin nos devuelve con sus marejadas eternas un deseo incesante: “Hay mucho que defender, hay que ser fieles”.


Tales son mis elucubraciones sobre los suicidados de la sociedad y el valor del dinero, mientras se instala la asamblea de teatro. Hablan las funcionarias, expertas en gestión cultural. Pues hay que decirlo: “Toda la asamblea estaba presidida por mujeres”. ¡Cómo le habría fascinado a Aristófanes!, el autor de La asamblea de las mujeres.


—Lamentamos que haya más demanda, que oferta —dice una de ellas.

Pido la palabra. Trato de ser muy discreto, dada mi investidura de escritor, dramaturgo y director de teatro.

—Llevo treinta años resistiendo orgullosamente, haciendo teatro todos los días. Pero son muy farragosos los mecanismos de licitación. Bla. Bla. Bla. Bla. Bla. Bla. —Así concluye mi perorata.

Hay que decirlo con gracia, aparece el infaltable delirante. Otro suicidado de la sociedad, que vocifera, rasgándose las vestiduras, rascándose las llagas del resentimiento y la amargura, con su voz entrecortada dice:

—¿Y la pensión? ¿Dónde está la salud y el trabajo digno para los artistas? ¿Dónde estaban ustedes? ¡Señoras!


Se refiere a las doctoras muy bien puestas, con sus caras de manzanas prohibidas, bien alimentadas, perfumadas, refinadas, convenientes, buenos salarios, muy merecidos, no faltaba más.


Se arma el zafarrancho Ese hombre humillado está pidiendo lo que nos es negado. Ese hombre dice la verdad. El Estado nunca ha estado. Como sucede con los y las comediantes, aparece una mujer descollante. Taliana Balcázar, actriz de teatro, de televisión, bailarina, filósofa, según dijo. La sorpresa fue que contuvo la insurrección con una serenata: “Tú me acostumbraste a todas esas cosas”. “Espérame en el cielo corazón”. La atractiva mujer, dueña sin duda de una prodigiosa voz, apacigua los ánimos del insumiso hombre, que en aquel instante encarna todas las violencias, surgidas de esta guerra. Extiende una invitación a unirse al sindicato de actores, directores, artistas. Iniciativa esta, sobre todo de actores y actrices de la farándula.


—¡No era para menos! ¡Aquí nos tratan a todos a las patadas! —le digo a otro director, que está a mi lado.

—Pero no es el tono —me responde.

¡Qué risa! ¡Me río del tono! ¡Me río del tacto! ¡No estoy intacto! ¡Estoy estupefacto! ¡Me muero del enigma! ¡Del concepto!¡Del impacto! ¡Estoy intacto! ¡Oh! ¡La cultura! ¿A quién le importa la cultura? ¿Para qué es la cultura? ¿Qué es la cultura? ¡Oh! ¡Sí, la cultura! Una patada soberana en el culo y ya estamos de súbito al otro lado. Escribo en mi libreta; pero callo y en ese silencio cobarde, me uno al coro de Ismene, que no quiere enterrar a su hermano.


(Publicado originalmente en el portal EL OPINADERO

y reproducido por expresa voluntad de la autora del texto)




LENGUAJE INCIERTO*

por CARLOS ALBERTO AGUDELO ARCILA

HACIA…

Mundo sombrío del cartón al abrigar la vida junto a una casa por construirse. Existir inhumano el plato donde jamás se sirve el pan nuestro de cada día. Todo se torna confuso a falta de palabras para describir el ojo de una aguja y el camello de regreso al espejismo a través del hilo de la metáfora. Deletreo momentos del color rojo del viento y del viento a lomo de cabelleras invisibles y sentidos en el pastizal donde siempre será acontecer sublime el caracol con su eco del azul. Una música suave le impregna al aire rostros sonrientes. Pájaros bulliciosos aletean cercanos al cielo de mi aposento y le dan al aire de mi cuarto un amanecer festivo. En el transcurso de este día el humo del cigarrillo y el palabreo y la leña en el fogón y el tinto y lo anecdótico son relevantes. El filo de una tijera da un salto cuántico y corta el aire del desahuciado. El día brinda paraguas a manos indefensas bajo la lluvia.

LA CASA

… merodea la casa de un hombre y de una mujer con los fantasmas de ellos mismos. En la Casa desnudan la mañana aquella cuando se abrazaron por única vez para luego aparecer la muerte del amor. Casa fija en el camino de acero. Vivienda de lémures. Casa de ceremonias ancestrales. De un momento a otro se esfuma la casa en el cuento. Los fantasmas del abuelo y de la abuela huyen del aguacero real el mismo del cual busca escamparse el escritor surrealista.

LENGUAJE INCIERTO

Miradas en alerta ante el suceder de folios blancos. La palabra se balancea entre lo incoloro y la tinta negra. Algo sucede con el vocablo como caer sobre el papel y divisar el decir sin rumbo. Nada importa ya. El alfabeto juega consigo mismo. Consonantes y vocales lúdicas deliran su idioma y establecen un nuevo devenir a la expresión.

Palabra ideal para no decir algo o dicción a manera de tuerca lista a ser atornillada en el lenguaje incierto.

AHORA

Dos mujeres suben al microbús y sonríen a miles de personas alegres quienes van unidas en sus pensamientos frívolos. Miran a través de las ventanillas miles de personas alegres y las dos mujeres recién subidas en el bus. Pasan y pasan árboles y se bifurcan centellas en los rostros de los viajeros. Silencio en el vehículo. No es necesario decir algo. Ahora es justo auspiciar la lógica de los tulipanes en la carretera la cual conlleva al otro lado de la silueta de un paisaje de iglesias y rezos y promulgadores del bien y el mal.

ALGUIEN

Alguien fuma y a la vez mastica tardes de mascotas sin rumbo. Pasto para el gato negro y galletas antidiabéticas en el hocico del perro blanco y en el esófago de la gallina de huevos de oro. Bebe el hambriento y come el sediento en la taberna El polvo eres. Se oculta el nombre de alguien propenso a departir cuanto es inalcanzable. Alguno va hasta el sótano donde descansa el deseo de quien no revela su identidad. Falta poco para desenmascarar el siglo del sigiloso. Es él… ¿…? Lo duda el niño junto al sereno.

FINAL

Treinta obscuridades y veinticuatro lunas faltan para narrar de forma certera lo invisible. Sombras y lunas sin retóricas de firmamento. Universo de luz y tinieblas en la vasija de agua. Recipiente en la circunferencia de la duración exacta. Puntual el día final en la puerta accesible al vacío sin fondo. Lobreguez cósmica.

*Capítulo de la novela Martes de nunca llegar


CITA

por YANINA CERIANI


Me tiró varios billetes de mil sobre la cama, se vistió y escuché el portazo.


Me sentí una ramera, y lo era. Me dijo la noche anterior, te alquilo un departamento para poder vernos. Y me sentí una golfa, pues claramente lo era. Pero no con él. Con él todo era diferente. Me había enamorado. Nos conocimos por citas clandestinas, ni bien lo vi me gustó inmediatamente y apenas abrió la boca para sonreír dije por dentro, María estás perdida. Él estaba casado desde hacía varios años, su matrimonio no funcionaba, al menos es lo que decía, pero si lo suficiente para seguir juntos y algunos acuerdos económicos. Yo venía del interior y pues necesitaba trabajo urgentemente para sobrevivir en la ciudad. La salida más fácil, pero no la mejor, fue tener citas a cambio de dinero. Fue el trabajo mejor pago, pero el más difícil.


A veces tocaban encuentros con hombres muy mayores y si bien podía decir que no, estos tiraban enormes sumas de dinero en mi cara y yo accedía a una noche de placer con tal de pagar la renta. Todo era dinero, hasta que lo conocí. Caí rendida a sus pies, y él lo sabía, lo percibía, se hacía notorio. Primero fue una noche, luego dos y con el tiempo tres veces a la semana. Yo lo atendía como una verdadera geisha y él se dejaba. Si en ocasiones venía cansado del trabajo, lo desvestía sacándole su traje y lo esperaba en una tina llena de burbujas y con una copa de vino en la mano.


Escuchaba sus confesiones maritales y malestares con su esposa. De alguna manera me sentía su mujer, al menos por ese rato. Poco a poco fue ganándome la ilusión de ser algún día parte de su vida. Pero yo no estaba en sus planes. No de la forma que yo creía o por lo menos que sentía que merecen las mujeres que aman. Una noche le dije que estaba enamorada, fui sincera con él y honesta conmigo misma. Ya no quería seguir en esa posición de tenerlo solo de a ratos. Le confesé mis sentimientos y la idea de formar un proyecto con él. Pero me dijo lo que no quería escuchar, María lo siento, soy un hombre de negocios, y vos sos uno de ellos, la vida es eso, negociar y es lo que hacemos cada noche en este departamento.


Sentí como me partía en mil pedazos. Yo solo era un negocio. Y lo peor de todo es que tenía precio. Pasó el tiempo y tomó la decisión de suspender nuestros encuentros alegando que no quería confundir las cosas y que no estaba dispuesto a renunciar a su familia por mi, puesto que esto le costaría muy caro. Dejamos de vernos. Pasaron dos años y conseguí trabajo en una oficina. Una noche alguien tocó mi puerta, era él. Recurría a mi para contarme que se había divorciado, ella lo había dejado en bancarrota llevándose todo. Mirándome a los ojos me dijo, María, no tengo con quien conversar ni en quien refugiarme.


Hice una pausa y le respondí, ya no tienes dinero, cuando te amé tenias el suficiente pero decidí amarte aun sin no lo tuvieras. Rompiste mi corazón y tuve que rearmar mis fragmentos, fui una ramera y así me lo hiciste sentir. Pues bien, tu ya no tienes dinero para darme y yo ya no tengo amor para darte. Lo siento, negocios son negocios. Cerré la puerta y con esto mi pasado.

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