Título original
The King and I (Rodgers and Hammerstein's The King and I)
Año
1956
Duración
133 min.
País
Estados Unidos
Dirección
Walter Lang
Guion
Ernest Lehman, Oscar Hammerstein II. Novela: Margaret Landon. Autobiografía: Anna Leonowens
Reparto
Música
Richard Rodgers
Fotografía
Leon Shamroy
Compañías
20th Century Fox
Género
Musical / Romance
Sinopsis
Adaptación de un musical basado en una novela de Margaret Landon. En 1862, Anna Leonowens, una institutriz inglesa, llega al palacio real de Siam para hacerse cargo de la educación de los hijos de un autoritario monarca, quien, cautivado por su gran personalidad, la convierte en su confidente.
Premios
1956: 5 Oscars: Actor (Yul Brynner), bso musical, direcc. artíst., sonido, vestuario color
1956: Globos de Oro: Mejor película y actriz (Kerr) - Comedia o Musical. 4 nom.
1956: Círculo de Críticos de Nueva York: 3 nom., incl. mejor actor (Yul Brynner)
1956: National Board of Review: Top 10 mejores películas y actor (Brynner)
1956: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a Mejor director
1956: Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guión musical
Críticas
"Un delicioso musical, de estimulante belleza visual (...) Brynner obtuvo el Oscar por una interpretación exultante" Miguel Ángel Palomo: Diario El País
"Cada pizca del humor y la vibrante humanidad que fluyeron a través de la tierna historia de la maestra inglesa y el rey inquisitivo se conservan en la obra que Ernest Lehman ha preparado para la pantalla". Bosley Crowther: The New York Times
"Incluso sin la música, esta historia bien escrita sería un espléndido entretenimiento. Pero es la música, esa maravillosa partitura escrita por Rodgers y Hammerstein, lo que hace que esta película sea tan adorada como es". TV Guide
"Demasiado larga, 133 minutos, pero la partitura es estupenda". Dave Kehr: Chicago Tribune
"Una película pictóricamente exquisita, musicalmente emocionante y dramáticamente satisfactoria". Variety Staff: Variety
"Canciones pobres, coreografía justa, guion pobre, fotografía bonita". Time Out
"Walter Lang no hace casi nada por cinematizar el espectáculo, pero no pasa nada; funciona bien como acto de conservación teatral, y en algún extraño nivel la historia, incluso con su abrupto final, sigue teniendo fuerza". Tom Shales: The Washington Post
Fuente: FILMAFFINITY
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