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Jhon Milton, un poeta de "cabeza redonda"


Fue sin lugar a dudas uno de los poetas ingleses más grandes de todos los tiempos y un celoso defensor apasionado del parlamentarismo, que escribió también distintos ensayos.

 

Se encargó de su educación el puritano Tomás Young, para realizar estudios en el colegio San Pablo y luego en Christ Collage de Cambridge, donde se distinguió en la poesía latina.


En 1631, terminados brillantemente sus estudios, vuelve a la casa paterna. Estudia historia, filosofía, matemáticas y lenguas vivas y muertas.

 

Muere su madre y entonces realiza su sueño de visitar Italia, donde conoció a Galileo. Regresa a Inglaterra convertido en un paladín del puritanismo y combatió la iglesia anglicana y la monarquía.


Adultez


En 1642, se casó con Mary Powell, quien lo abandonó semanas más tarde por su incompatibilidad de caracteres, pero se reconcilió con él en 1645.


Interior de uno de sus primeros libros de poemas

 

Mary Powell murió en 1652. Milton defendió en sus escritos la causa parlamentaria durante la guerra civil entre parlamentarios y leales a la Corona, y en 1649 fue nombrado secretario de Asuntos Exteriores por el gobierno de la Commonwealth.Alrededor de 1652 quedó totalmente ciego y tuvo que realizar su trabajo literario con la ayuda de un secretario.

 

Gracias a la colaboración del poeta Andrew Marvell, pudo continuar con sus responsabilidades políticas hasta la restauración de Carlos II de Inglaterra, en 1660.


 

En 1656 se casó por segunda vez, pero su esposa murió dos años más tarde, al dar a luz una hija que sólo vivió unos meses.En 1660 la restauración de los Dinastía Estuardo le obliga a ocultarse, pero es hallado y encarcelado.

 

Pobre, viejo y ciego halla consuelo en sus amores con la joven Isabel Minshull, que le sirve de ayudante y con quien acaba por casarse en terceras nupcias. Es entonces, con su ayuda que escribe "El Paraíso Perdido" que vende en sólo cinco libras. Aún publica entonces algunos poemas más y una colección de cartas familiares.

 

Trayectoria

 

Apasionado en los debates, durante algún tiempo dejó la poesía para escribir política.

 

Su trayectoria como escritor puede dividirse en tres periodos:El primero, que abarca de 1625 a 1640, corresponde a sus primeras obras, y en él se incluyen los poemas escritos durante sus años de estudiante en Cambridge: la oda La mañana del nacimiento de Cristo (1629), el soneto Sobre Shakespeare (1630), L'Allegro y Il Penseroso (ambos probablemente de 1631), Tiempo (c.1632), Una música solemne (1632-c.1633), Las mascaradas Arcades (1632-c.1634) y Comus (1634), y La elegía Lycidas (1637), que aborda el temor a la muerte prematura y la ambición insatisfecha.



Se aprecia en estas obras un creciente dominio de la estrofa y la estructura, y en ellas aparecen ya imágenes y nombres propios que figurarán también en escritos posteriores.

Su segundo periodo, de 1640 a 1660, estuvo dedicado principalmente a la redacción de ensayos que lo convirtieron en el más hábil polemista de su época. En sus primeros ensayos, Milton atacaba a los obispos y defendía la necesidad de difundir el espíritu de la reforma inglesa.


En la película "El abogado del diablo" (1997) de Taylord Hackford, el actor
Al Pacino que interpreta al demonio se hace llamar John Milton, como una suerte de parodia del poeta religioso.

 

El primero de los ensayos publicados de este segundo periodo fue Reformas de la disciplina de la Iglesia en Inglaterra (1641); mientras que el más exhaustivo y elaborado, en lo que a su argumentación se refiere, fue La razón del gobierno de la Iglesia (1641-1642), que incluye además una importante disgresión en la que Milton habla de su primera infancia, su educación y sus ambiciones.

 

La segunda fase de su preocupación por los problemas políticos y sociales produjo, entre otras obras, la Doctrina y disciplina del divorcio (1643), donde el autor afirma que como el matrimonio se basa en una afinidad intelectual, además de física, debe concederse el divorcio por incompatibilidad de caracteres; y la más famosa de sus obras en prosa, Areopagitica (1644), una encendida defensa de la libertad de expresión.



En su obra Sobre la educación (1644) Milton aboga por un sistema que combine la instrucción clásica, destinada a preparar al estudiante para servir al gobierno de su país, con la formación religiosa.

 

El tercer grupo de ensayos incluye sus escritos para justificar la ejecución de Carlos I.


Durante su mayoría de edad

 

El primero de los comprendidos en este grupo, El ejercicio de la magistratura y el reinado (1649, aborda cuestiones institucionales e incide especialmente en los derechos del pueblo contra los tiranos.En su último grupo de ensayos, entre los que destaca Tratado de poder civil en causas eclesiásticas (1659), ofrece ideas prácticas para reformar el gobierno y se muestra contrario a la existencia de un clero profesional, defendiendo la libertad individual para interpretar las Escrituras de acuerdo con la propia conciencia.


Durante sus años de ensayista y político Milton compuso parte de su gran poema épico: Paraíso perdido, además de 17 sonetos, entre los que figuran Sobre su ceguera (c.1652-1655) y Sobre su esposa muerta (1658).

 

El apogeo de su carrera poética llegó en el periodo comprendido entre 1660 y 1674, cuando completó Paraíso perdido (1667) y compuso además Paraíso recuperado (1671) y el drama poético Samson Agonistes (1671).


Portada de "El paraíso perdido"

El Paraíso perdido está considerada como la obra maestra de Milton, y uno de los grandes poemas de la literatura universal.


En sus doce cantos narra la historia de la caída de Adán en un contexto de drama cósmico y profundas especulaciones.

 

El objetivo del poeta era “justificar el comportamiento de Dios hacia los hombres”.


El poema denota una imaginación desbordante y una abrumadora capacidad intelectual, y el estilo de Milton alcanza en él la máxima fuerza y exaltación.

 

El Paraíso recuperado, que habla de la salvación humana a través de Cristo, es una obra más breve y menor, a pesar de su riqueza y su fuerza.

 

En Samson Agonistes, una tragedia basada en el modelo griego y escrita en parte en verso blanco y en parte en verso coral sin rima y de longitud variable, Milton se basa en la leyenda de Sansón, incluida en el Antiguo Testamento, con el fin de proporcionar a los derrotados puritanos ingleses el valor necesario para triunfar a través del sacrificio.


 

John Milton falleció en Londres el 8 de noviembre de 1674.


Obras


La mañana del nacimiento de Cristo (1629)

Sobre Shakespeare (1630)

L'Allegro (1631)

Il Penseroso (1631)

Tiempo (1632)

Una música solemne (1633)

Arcades (1634)

Comus (1634)

Lycidas (1637)

Reformas de la disciplina de la Iglesia en Inglaterra (1641)

La razón del gobierno de la Iglesia (1641-1642)

Doctrina y disciplina del divorcio (1643)S

amson Agonistes (1671)

Areopagitica (1644)

Sobre la educación (1644)

El ejercicio de la magistratura y el reinado (1649)

Eikonoklastes (1649)

Sobre su ceguera (1655)

Sobre su esposa muerta (1658)

Tratado de poder civil en causas eclesiásticas (1659)

El paraíso perdido (1667)

El paraíso recobrado (1671)



Poemas

 

EL ROSTRO VI DE MI DIFUNTA ESPOSA


El rostro vi de mi difunta esposa,

devuelta, como Alceste, de la muerte,

con que Hércules acrecentó mi suerte,

lívida y rescatada de la fosa.

Mía, incólume, limpia, esplendorosa,

pura y salvada por la ley tan fuerte,

y contemplo su hermoso cuerpo inerte

como el que está en el cielo en que reposa.

De blanco a mí llegó toda vestida,

cubierto el rostro, y alcanzó a mostrarme

que en amor y en bondad resplandecía.

¡Cuánto brillo, reflejo de su vida!

Pero ¡ay! que se inclinó para abrazarme

y desperté y vi en noche vuelto el día.


 

EL PARAÍSO PERDIDO (Fragmento 4)


Súpose al punto en el cielo el acto de odio y desesperación

Consumado por Satán en el Paraíso, y cómo,

Disfrazado de serpiente había seducido a Eva,

Y ésta a su marido, para comer el funesto fruto,

Pues, ¿qué cosa puede ocultarse a la vigilancia

De Dios que lo ve todo, ni engañar su previsión

Que a todo alcanza? Sabio y justo el Señor

En cuanto dispone, no había impedido a Satán

Que tentase el ánimo del Hombre, a quien dotó

De suficiente fuerza y entera libertad para descubrir


Y rechazar las astucias de un enemigo o de un falso amigo.

Que bien conocían nuestros primeros padres,

Y no debieron olvidar jamás la suprema prohibición

De no tocar a aquel fruto, por más que a ello los incitaran,

Pues por desobedecer este mandato,

Incurrieron en tal pena (¿qué menor podían esperarla?)

Y su crimen, por suponer otros varios,

Bien merecía tan triste suerte.

Silenciosos y compadecidos del Hombre,

Se apresuraron a ascender desde el Paraíso

Al Cielo los ángeles custodios.

De aquel suceso colegían lo desventurado que iba a ser,

Y se maravillaban de la sutileza de un enemigo

Que así les había ocultado sus furtivos pasos.

Luego que tan funestas nuevas llegaron a las puertas

Del cielo desde la tierra, contristaron a cuantos las oyeron.

Pintóse esta vez en los semblantes celestiales

Cierta sombría tristeza, que mezclada con un sentimiento

De piedad, no bastaba, sin embargo,

A turbar su bienaventuranza. Rodearon los eternos moradores

A los recién llegados en innumerable multitud,

Para oír y saber todo lo acaecido; y ellos se dirigieron

Al punto hacia el supremo trono, como responsables

Del hecho, a fin de alegar justos descargos

En favor de su extremada vigilancia,

Que fácilmente podían probar; cuando el Omnipotente

Y eterno Padre, desde lo interior de su misteriosa nube,

Y entre truenos hizo así resonar su voz:

"Ángeles aquí reunidos, y vosotros Potestades

Que volvéis de vuestra infructuosa misión,

No os aflijáis ni turbéis por esas novedades de la tierra,

Que aún con el más sincero celo, no habéis podido precaver

Ya os predije no ha mucho tiempo lo que acaba de suceder;

Cuando por primera vez, salido del infierno,

El Tentador atravesó el abismo.

Entonces os anuncié que prevalecerían sus intentos;

Que en breve realizaría su odiosa empresa;

Que el Hombre sería seducido y se perdería,

Dando oídos a la lisonja y crédito a la impostura

Contra su Hacedor. Ninguno de mis decretos ha concurrido

A la necesidad de su caída; no he comunicado

El más leve impulso al albedrío de su voluntad,

Que siempre he dejado libre y puesta en el fiel de su balanza.

Pero al fin ha caído.

¿Qué resta hacer más que dictar

la Mortal sentencia que su transgresión merece,

La muerte a que queda sujeto desde este día?

Presume que la amenaza será vana e ilusoria,

porque no ha Sentido ya el golpe inmediatamente como temía;

Pero en breve verá que el aplazamiento no es perdón,

Lo cual experimentará hoy mismo.

No ha de quedar burlada mi justicia

Como lo ha quedado mi bondad.

Pero, ¿a quién enviaré por juez?

¿A quién sino a ti, Hijo mío,

Que en mi lugar riges el universo,

A ti que ejerces, transmitido por mí,

Todo juicio en los cielos, en la tierra y en los infiernos?

Con esto se persuadirán de que procuro conciliar

La misericordia con la justicia al enviarte a ti,

Amigo del Hombre, mediador suyo,

Designado para servirle de rescate

Y ser voluntariamente su Redentor,

Como estás destinado a convertirte en hombre

Y a ser juez de su humillación."


En sus últimos años perdió completamente la vista y debió dictar sus escritos a una de sus hijas.

 

CUANDO PIENSO CÓMO MI LUZ SE AGOTA


Cuando pienso cómo mi luz se agota

Tan pronto en este oscuro y ancho mundo

Y ese talento que es la muerte esconder

Alojado en mí, inútil;

aunque mi alma se ha inclinado

Para servir así a mi Creador, y presentarle

Mis culpas y ganar su aprecio

¿Qué trabajo el mandaría ya que me negó la luz?

Pregunto afectuosamente.

Pero la paciencia, para prevenir

Ese murmullo, pronto responde: “Dios no necesita

Ni la obra del hombre ni sus dones: quienes mejor

Soporten su leve yugo mejor le sirven. Su mandato

Es noble; miles se apresuran a su llamada

Y recorren tierra y mar sin descanso.

Pero también le sirven quienes solo están de pie y esperan.


Fue un ferviente partidario de Sir Oliver Cronwell (1599 - 1658) creador y gobernante de la efímera república puritana inglesa.

SI LA FE Y EL AMOR QUE NO OS DEJARON


Si la fe y el amor que no os dejaron

dieron el alma a la región alada,

quedó la humilde carga en la morada

de la muerte, que es vida y que os quitaron.

Las obras pías que de vos quedaron

no habéis dejado atrás en tierra helada,

van en la fe, que en plenitud dorada

en pos de un nuevo gozo se entregaron.

El amor las guió, a la fe siguieron

ornando de purpúreos desvaríos

y alas de azur que al alto cielo fueron;

y en la gloria de sus cantares píos,

al juez supremo su pasión rindieron

bebiendo puros e inmortales ríos.



AL SR. CYRIACK SKINNER, SOBRE SU CEGUERA


Tres años ya mis ojos, que se abrieron

a ese mundo exterior sin mancha alguna,

privados de la luz y la fortuna,

se olvidaron de ver lo que antes vieron.

Ya sol, luna y estrellas se perdieron,

hombre y mujer.

Disputa inoportuna:

contra el poder del cielo no hay ninguna

razón, sino bogar donde otros fueron.

¿Y preguntas aun qué me sostiene?

La conciencia de haberlos empleado

en libertad, que es noble causa mía,

de lo que toda Europa hablando viene.

Esto del mundo vano me ha salvado:

ser ciego mas feliz. No hay mejor guía.


Fuente: Artículo: Biografía de John Milton

Autor: Víctor Moreno, María E. Ramírez, Cristian de la Oliva, Estrella Moreno y otros Website: Buscabiografias.com 

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