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Arcón Cultural

John Wayne, un duque jugando a los cowboys


El gran mito e icono de la historia del cine, medía 1,93 metros de altura.

Símbolo por antonomasia del western, traspasa con creces ese distintivo para convertirse en uno de los personajes más queridos por el público cinéfilo estadounidense y una presencia ineludible para todos los amantes del séptimo arte. El Duque nació el 26 de mayo de 1907 en Winterset, Iowa (Estados Unidos). Unos días después fue bautizado con el rimbombante nombre de Marion Michael Morrison.

En su temprana niñez, Marion y sus padres, Clyde y Mary, decidieron trasladarse a California debido al mejor clima que ofrecía para la salud de su padre, quien cambió su profesión de farmacéutico por la de ranchero en la parte sur del soleado Estado.


Jugando fútbol americano en la preparatoria.

En el rancho fue en donde el joven Marion aprendió a dominar con habilidad el arte ecuestre, pues acudía a todas partes montado en su caballo.


Tristemente, la aventura ranchera no le salió bien a Clyde Morrison y éste regresó a sus quehaceres de boticario en la ciudad de Glendale, en donde el mejor compañero de Marion, además de su hermano Robert, fue su perro “Duke” (de ahí viene su apodo aristocrático). Gran aficionado a los deportes, Marion era un buen jugador de fútbol americano y no descuidaba sus estudios.

Después de terminar su etapa en el instituto, acudió a la Universidad de California del Sur en donde prosiguió su carrera deportiva y académica.


En "El Dorado" (1966) de Howard Hawks. Con él, de izquierda a derecha, James Caan, Robert Mitchum (1917 - 1997) y Arthur Hunnicutt (1910 - 1979).

Su fortaleza física (atlético y con una altura superior al 1’90) hizo que el popular actor de westerns Tom Mix se fijase en él y le propusiera actuar como especialista en una de sus películas.


A Marion no le pareció mal la idea y se pasó por los estudios de Hollywood en donde trabajó para la Fox como chico para todo.


Biografía de John Wayne



En el estudio conoció a un joven director que comenzaba a hacerse un nombre en el cine llamado John Ford.

Rápidamente congeniaron y entablaron una duradera amistad que les unió con éxito profesionalmente.


"Rio Lobo" (1970) de Howard Hughes


Ford le consiguió sus primeros papeles de figurante en varias producciones (suyas o de otros), debutando en un papel no acreditado de una película dirigida por Jack Conway que llevaba el título de “Brown Of Harvard” (1926). Después de estos primeros pasos, lo primero que hizo Morrison cuando vio la oportunidad de asentarse como actor fue reconsiderar su nombre auténtico.

Lo de Marion Morrison no le parecía demasiado masculino. Pensó en Tony Morrison, pero tampoco le convenció, así que sus primeras apariciones acabaron acreditadas con el nombre de Duke Morrison.


Se adujo que durante "The Conqueror" (1956), el actor contrajo cáncer al filmar en una zona donde se habrían realizado pruebas nucleares.

Poco después, Ford le recomendó que cambiara lo de Morrison por Wayne. John Wayne fue el nombre adoptado definitivamente. El primer papel protagonista para el Duque llegó de nuevo por mediación de su amigo John Ford, quien le recomendó a Raoul Walsh para intervenir en “La Gran Jornada” (1930).

La película fue un fracaso comercial y Wayne regresó a las películas de serie B pero ahora ya como protagonista de innumerables westerns de escasa calidad.


"La diligencia" (1939) de John Ford



Tras intervenir en cuantiosas cintas del Oeste para diversas productoras, entre ellas Republic, Lone Star, Monogram o Vitagraph, Wayne contó con otra oportunidad para dejar atrás la serie B cuando Ford le requirió para protagonizar “La Diligencia” (1939), la película que hizo de John Wayne, interpretando el personaje de Ringo Kid, una superestrella, estrellato del que nunca se apeó y que le convirtió en un ídolo y referencia de conducta para muchos de sus compatriotas.


Junto a otro grande "de verdad  y con todas las letras": James Stewart (1908 - 1997). Los años 40 y 50 transformaron al desconocido Wayne en uno de los actores más importantes que haya conocido el mundo cultural norteamericano, alcanzando tras su muerte un calificativo de leyenda que se acentuó todavía más con el paso del tiempo.

Asimismo, su capacidad como intérprete fue mejorando progresivamente gracias a las enseñanzas de dos de (entre otros) los más grandes maestros que haya conocido el cine: el citado John Ford y Howard Hawks (por no hablar de Raoul Walsh, Henry Hathaway o William Wellman). Algunas de sus películas más importantes de estas dos décadas fueron “Mando Siniestro” (1940) de Raoul Walsh, “Hombres Intrépidos” de1940 de John Ford o “Siete Pecadores” (1940) de Tay Garnett.


Los duros inicios en el negocio de Hollywood.

Otras fueron: “Piratas Del Mar Caribe” (1942) de Cecil B. De Mille, “La Patrulla Del Coronel Jackson” (1945) de Edward Dmytryk, “Nosotros Fuimos Los Sacrificados” (1945) de John Ford, “Sucedió En El Tren” (1946) de Mervyn LeRoy, “Tres Padrinos” (1948) de Ford, “Fort Apache” (1948) de Ford, “Río Rojo” (1948) de Howard Hawks, “Arenas Sangrientas” (1949) de Allan Dwan, “La Legión Invencible” (1949) de John Ford, “Río Grande” (1950) de nuevo con Ford, “Bullfighter And The Lady” (1951) de Budd Boetticher, “Infierno En Las Nubes” (1951) de Nicholas Ray, “El Hombre Tranquilo” (1952) de John Ford, “Escrito En El Cielo” (1954) de William Wellman, “Callejón Sangriento” (1955), film también dirigido por Wellman con Lauren Bacall como co-protagonista, “Centauros Del Desierto” (1956) de John Ford, “El Bárbaro y La Geisha” (1958), película de John Huston ambientada en el siglo XIX en la que Wayne interpretó al cónsul estadounidense en Japón, Towsend Harris, “Misión De Audaces” (1959) de Ford , o “Rio Bravo” (1959) de Howard Hawks.

Wayne diversificó sus funciones cinematográficas, ya que además de actor se introdujo en tareas de producción con su compañía Wayne-Felowes (que posteriormente se llamó Batjac y en la que se encontraban sus hijos), y a partir de los 60 también dirigió dos películas: “El Álamo” (1960) y “Boinas Verdes” (1968), entre otras.


"El largo camino" (1934) de Robert N. Bradbury

Contrajo matrimonio en tres ocasiones y siempre con mujeres de origen hispano (también mantuvo varios romances, siendo el más sonado el llevado a cabo con Marlene Dietrich en sus años mozos). La primera con Josephine Saenz, hija del cónsul de Panamá, en un enlace entre 1933 hasta 1945. La segunda con la mexicana Esperanza Baur (nacida en 1920), con quien se casó en el año 1946 para divorciarse en 1954. La tercera y última con la peruana Pilar Palette (1928), con quien estuvo casado desde 1954 hasta su muerte, aunque él mantenía una relación con su secretaria Pat Stacey. Tuvo siete hijos, cuatro con Josephine: Michael (nacido en 1934), Mary Antonia (1936), Patrick (1939) y Melinda (1940), y tres con Pilar: Aissa (1956), John Ethan (1962) y Marisa (1966).


Su última aparición pública

El fallecimiento de John Wayne se produjo a causa de cáncer el 11 de junio del año 1979.


Su enfermedad se achacó a su intervención en la película “El Conquistador De Mongolia” (1956), un film cuyo rodaje transcurrió en un espacio anteriormente utilizado para pruebas nucleares. El Duque tenía 72 años. Está enterrado en el Pacific View Memorial Park, de Corona del Mar, Orange County (California).


Fuente: EL CRITICÓN

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