En la campaña de liberación de la Nueva Granada, Simón Bolívar al mando de un ejército libertador, entusiasta pero sin mayor formación militar y carente de recursos de todo tipo, decide buscar el refuerzo de soldados de Inglaterra, a través del
emisario venezolano Luis López Méndez.
En aquel momento, en Inglaterra -después de las guerras napoleónicas y de la decisiva victoria de Waterloo (18 de junio de 1815) que marca el fin del imperio de Napoleón- se encuentran millares de soldados sin oficio y miles de otros ciudadanos en búsqueda de alguna oportunidad. Fue entonces fácil el reclutamiento, aunque Inglaterra, todavía aliada de España, no dio su aval oficial a esta empresa, pero estaba interesada en abrir mercados en el Nuevo Mundo.
Se embarcaron entonces más de 5.000 hombres, entre veteranos de guerra (un tercio) y aventureros ilusionados por una buena paga y atraídos por las múltiples oportunidades que parecía ofrecer este Nuevo Mundo. Eran ingleses, también irlandeses, algunos italianos, alemanes y franceses.
Luis Ceferino López Méndez Núñez y Mesa de Aguilar (Caracas, 1758—Casablanca, 1841), emisario y gestor del desembarco de los soldados ingleses en las tierras de la Nueva Granada.
No fue fácil la llegada de estos soldados a América entre 1817 y 1819. Tuvieron que enfrentar el recelo de los nacionales, los problemas de comunicación por no hablar español, las enfermedades tropicales, las penurias por falta de comida y en ocasiones el pago prometido no se hacía efectivo.
Pero lograron a la postre, intervenir positivamente en la organización militar y en la implementación de tácticas de guerra y manejo de armas, dando así moral a las tropas.
Entre estos legionarios, se destacaron comandantes como James Rooke, O´Leary y Mac Kintosh. James Rook, irlandés, que combatió en Waterloo, participó en la batalla del Pantano de Vargas, donde fue herido en un brazo que debió ser amputado. Proclamó que su patria era la Nueva Granada. Murió a los pocos días.
Daniel O´Leary, irlandés también, acompañó la lucha libertadora desde los llanos venezolanos hasta la Nueva Granada. Fue herido en la batalla del Pantano de Vargas; fue edecán y defensor incondicional de Bolívar desde septiembre de 1817, lo acompañó hasta su muerte y escribió las memorias de las batallas de la Independencia. Murió en Bogotá en 1854.
Homenaje a la Legión Británica, durante los actos del bicentenario colombiano.
John Mac Kintosh inició en Venezuela su participación en las batallas de la Independencia en 1818. Fue luego comandante de la legión en Colombia, y estuvo en las batallas del Pantano de Vargas y de Boyacá.
Llegó al Cauca donde dirigió el batallón Albión y libró las batallas de Pitayo y Jenoy. También participó en la batalla de Pichincha. Se nacionalizó en la nueva nación independiente en 1823 y murió en Bogotá en 1846.
De aquellos legionarios, homenajeados por Bolívar después de la batalla de Boyacá se lee: “Esos soldados liberadores son los que merecen estos laureles”.
Cientos murieron de enfermedades o en los campos de batalla. Algunos se quedaron en nuestro país ejerciendo varios oficios y formando familias.
Los recuerdos y el agradecimiento que merecieron, están principalmente en el Cementerio Inglés de Bogotá, en Paipa y en el puente de Boyacá.
El Cementerio Británico
Daniel O´Leary (1801 - 1854), hizo parte de la "cuota irlandesa" del Imperio Británico, que luchó como un dignísimo y arrojado general durante la guerra de independencia.
Ubicado dentro del Cementerio Central, alberga tumbas de variadas formas y tamaños, cruces celtas, griegas y ortodoxas.
Aquí reposan los restos mortales de los miembros de la Legión Británica.
El camposanto tiene tres zonas: En la primera se ubica la antigua casa administrativa, seguida del patio verde.
Y finalmente la sección de criptas, encerradas tras una reja hecha de antiguas bayonetas y fusiles que pertenecieron a los miembros de esta legión.
Inicialmente y por orden del General Francisco de Paula Santander, los cuerpos fueron enterrados en unos terrenos ubicados en el municipio de Zipaquirá en 1825, pero posteriormente por gestión de William Turner, ministro representante de la corona británica en la Nueva Granada, fueron trasladados al sector de San Diego, hoy la calle 26 con carrera 20.
Según el portal bogota.gov.co, “la tumba más vieja que tiene el Cementerio Británico es la de William Duffin, que fue enterrado el 4 de junio de 1830”. Con el fin de preservar este lugar histórico, no están permitidas las visitas por decisión de la junta que administra el Cementerio.
Fuente: RADIO NACIONAL DE COLOMBIA
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