En 1889 el periodista y egiptólogo Charles Edwin Wilbour, que desde hacía unos diez años pasaba todos los inviernos en Egipto a bordo de una dahabiya (embarcación de pasajeros típica del Nilo, con dos velas) que había convertido en su casa y biblioteca, visitó Asuán y sus alrededores.
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Precisamente en Asuán compró en el mercado algunos papiros que habían sido desenterrados en una isla cercana. Wilbour nunca supo de la importancia de estos papiros, que estuvieron guardados en un depósito de París durante casi 50 años después de su fallecimiento.
Tras ser donados por su familia, junto con el resto de sus documentos y cartas, al Museo de Brooklyn, se descubrió que se trataba de los famosos Papiros de Elefantina.
Charles Edwin Wilbour
Pero en esa misma expedición Wilbour se acercó también a otra isla, la de Sehel, situada en el Nilo a unos 3 kilómetros al suroeste de Asuán, antes de la primera catarata del río. En ella hay numerosos yacimientos arqueológicos y un templo, el de Anuket, la diosa egipcia del agua y las cataratas del Nilo. Pero el lugar fue principalmente una cantera de granito utilizada desde muy antiguo y en diferentes épocas.
Por ello existen numerosas inscripciones en las piedras y cantos rodados, dejadas principalmente por trabajadores, pero también por viajeros que comenzaban o finalizaban allí su viaje a Nubia. Algunas narran acontecimientos históricos. Y precisamente Wilbour iba a descubrir una de las más curiosas de todas.
La inscripción se encuentra en un afloramiento rocoso en el extremo sur de la isla, inscrita en un gran bloque de granito natural cuya superficie se preparó cortándola en forma rectangular. Una gran fisura, que ya existía en el momento en que se creo la inscripción, divide la roca en dos partes. Algunas zonas están dañadas, lo que hace ilegibles algunas partes del texto.
Rocas con inscripciones en la isla de Sehel
Está escrita en jeroglíficos dispuestos en 32 columnas. En la parte superior se representan tres deidades; Jnum (el creador, representado con cabeza de carnero), Satet (una diosa, personificación de las inundaciones del Nilo) y Anuket (diosa del agua y las cataratas). Frente a ellos el faraón Zóser les lleva ofrendas.
La inscripción fue traducida por varios estudiosos, siendo el primero Heinrich Kark Brugsch en 1891. No obstante, hoy la versión sobre la que hay más consenso es la de Paul Barguet, director científico del Centro Franco-Egipcio para el Estudio de los templos de Karnak, que la examinó y tradujo en 1953. Hoy se la denomina Estela del Hambre.
Detalle de la inscripción
El texto relata el periodo de siete años de sequía y hambre que tuvieron lugar durante el reinado de este faraón de la tercera dinastía, el constructor de la pirámide escalonada que reinó en torno al 2665-2645 a.C. La sequía empezó en el año 18 de su reinado, causada porque el Nilo no inundaba las tierras de cultivo y por tanto no había cosechas.
El faraón le encarga entonces a su visir Imhotep que investigue donde nace el dios del Nilo, quien se encargaba anualmente de provocar la inundación. Este, tras consultar los archivos en el templo de Toth en Hermópolis, le informa que la crecida del Nilo es obra del dios Jnum, que reside en un manantial sagrado en la isla de Elefantina. Imhotep se desplaza hasta el templo de Jnum en Elefantina y mientras le reza al dios tiene un sueño. En él Jnum se le presenta y le describe sus poderes divinos. Luego le promete al visir hacer que el Nilo vuelva a fluir. Imhotep despierta y anota todo lo que le ha dicho Jnum para contárselo a Zóser.
Yo estaba afligido en mi gran trono, y los que están en el palacio estaban apenados. Mi corazón tenía una gran pena, pues el Nilo no había llegado a tiempo durante siete años. El grano era escaso, las semillas estaban secas, todo lo que se podía comer estaba en escasa cantidad…Entonces me complací en mirar hacia el pasado e interrogué al sacerdote principal, Imhotep. ¿En qué lugar se origina el Nilo?, le pregunté, ¿qué dios descansa allí, para que me secunde?. (Imhotep respondió:) Hay una ciudad en medio del agua; el Nilo la rodea. Su nombre es Elefantina; Jnum está allí.
Ante el relato del visir, el faraón ordena que se restaure el templo de Jnum y que se le vuelvan a realizar ofrendas periódicas. Además, por un decreto le concede el territorio entre Asuán y Tacompso, y una parte de todas las importaciones de Nubia.
Sin embargo, la Estela del Hambre no data del reinado de Zóser, ni siquiera del de ninguno de sus inmediatos sucesores. Los investigadores creen que fue realizada durante la época del reino de los ptolomeos, los gobernantes griegos de Egipto posteriores a Alejandro Magno, entre 332 y 31 a.C.. Es decir, más de 2.300 años después de los hechos que narra.
Medalla de Ptolomeo V.
En concreto pertenecería al reinado de Ptolomeo V (205-180 a.C.), y sus creadores serían los propios sacerdotes del templo de Jnum, que pretendían así justificar su dominio sobre la isla Elefantina y las regiones circundantes. Para ello utilizaron un motivo común en casi todas las culturas de Oriente Próximo, que aparece también en relatos como el de Gilgamesh o en el de José (hijo de Jacob) en la Biblia: la sequía de siete años y el hambre consiguiente.
Por ello durante un tiempo se consideró que la inscripción era una falsificación de los sacerdotes. Hoy algunos egiptólogos creen que los hechos que relata son ciertos, otros opinan que son ficción. En cualquier caso, la estela es importante porque en ella se menciona al faraón por su nombre de Horus, Netjerikhet, lo que permite a los investigadores relacionar aquellos monumentos que solo llevan inscrito este nombre con Zóser.
Vista total de las piedras talladas.
Fuentes
Paul Barguet, La stèle de la famine, à Sehel
M. Lichtheim, The Famine Stela (English translation) / Corpus de textes Rosette
Carsten Peust, Hungersnotstele
Joachim Friedrich Quack, Hungersnotstele | Wikipedia
Videografía
*Escritor, filósofo y poeta teórico, autor del libro "Las Caravanas de Matusalem"
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