Atril Literario. Invitado: AMÍLCAR OSORIO
- Arcón Cultural
- 2 may
- 14 Min. de lectura
PAISAJE POÉTICO
por CAROLINA HIDALGO

Atrás garganta que miente auxilio del pecho;
si tuviese otra lengua que unió
a los humanos con los cielos;
soy árbol que extiende
los cuatro puntos cardinales
vocablos en estampida:
sí rebelde,
poesía fémina,
inmaterial,
¡Es la verdad! Llamadla.
AMITIS
por ALEXÁNDER GRANADA RESTREPO, "MATU SALEM"

¡Oh Amitis fragante!
Regaste mis jardines
Con el agua
Fresca y lustral
Que corría por tus piernas.
Las flores
-súbditas tuyas-,
Con exquisita fragancia
Coronaron tu belleza,
Trayendo el aroma
Húmedo y tempranero
De las montañas
De Ecbatana.
¡Oh Amitis hermosa!
De suave lengua
Elamita
-princesa preciosa,
Deseable, de amatista
Y cornalina-,
Mi reina,
Mi favorita,
Mi amante eterna.
¿Cuál fue la dicha
De Babel
Que conoció tu caminar
Y el galanteo cierto
Y sonoro
De tus vibrantes caderas?
No quisiera más
En esta noche
-Amitis mujer amada-,
Que saborear
Tu salobre dulzura,
Y recorrer con
Mis labios ansiosos,
La diáfana tersura
De tu cuerpo
Ardiente de gozo.
No quisiera más
En esta noche
De encanto
-Amitis sin ti
Está el llanto-,
Que sentir en mi
Lengua abigarrada,
La dulce y sagrada
Miel de las abejas,
Que se escurre
Por tus panales
Al lamer tu fulgor,
Al extrañar tu clamor,
Suave baño
Del primor de tu alma.
¡Oh Amitis de Meda!
Extraña y bella
Pantera
De lapislázuli,
Venida en cofre de oro
De la ciudad
De los siete muros.
¿Cómo vivir lejano
A tu piel,
Sin tu mirada
De almendra,
Sin tu fragante canela?
Aumentas mi deleite
Cuando hablas,
Cuando besas,
Cuando riegas el jardin
-amada mujer de perejil-,
Cuando desnudas
-como la luna en noche
Estrellada-,
Todo tu ser excitado,
Humedecido, pertubador,
Todo un delirio de amor,
Que impregna
Las flores con su olor,
Y con las lanzas
Afiladas
De tus pechos de plata,
Haces caer mis hombros
Y desvanecer el mentón,
Mientras flaquean
Las rodillas
Cuando amenazas mi cuello
Con la espada postrante
De tu malvada cintura.
¡La corona no tiene rey!
¡otro rey ha de nacer!
Floreció también la locura.
Fue poseído el rey.
De tus senos
Nacieron un día
Los dátiles y el palmeral,
Y nació también
De tu boca
El rugido enigmático
Del león, que aún
Resuena en mis entrañas.
Nunca sabré
Qué es mejor,
Si contemplar el maravilloso
Jardin florecido
Que brota de tus balcones,
O apretar el tallo
Espinoso de tus rosas
Que sube en espiral
Por tu espalda infinita
-nueva corona de lazurita-,
Rasgando mi corazón,
Mientras lubrico
Los ojos
Con lágrimas de emoción.
Siempre tú,
Siempre yo,
Y en los dos reposa
Tu amor y tu encanto.
Quién creó tu lozanía,
Y qué belleza trajo
El espíritu de tu vida,
Pues, con honores,
Desde los campos,
Desde el palacio,
Y las colonias,
Fuiste llamada
Por todas las flores
-un día-,
Como
la diosa de los insectos de Babilonia.
ETERNOS SEREMOS
por ANDREA GABRIELA NIKODEM, "GARDENIA" (ARGENTINA)

Un día cualquiera
golpearás mi puerta,
mis anchas caderas
te recibirán.
Mis canas plateando,
temblorosas manos;
¡ mi débil sonrisa
pronto acudirá !
Habré construido,
desafiando heridas,
malograda vida
que pronto se irá.
Rostros arrugados,
miradas serenas,
¡ lastimeros ojos
que se encontrarán!
Lágrimas alegres,
labios quebradizos;
¡ jazmines celestes
el cielo serán !
Tus frágiles pasos
buscarán mi abrazo,
¡ sentiré mis huesos
crujir y quebrar !
Y en cándidos lazos
hallaré la muerte,
mi corazón fuerte
ella encontrará.
Tocarás mi pelo,
cerrarás mis ojos,
mis violáceos labios
humedecerás.
Lágrimas copiosas,
que te harán más fuerte,
¡ honrarán mi muerte
por siempre jamás !
Partiré volando,
sin que lo percibas,
presurosas alas
se adelantarán...
Te estaré esperando
en un mundo nuevo.
¡ Jóvenes, felices,
eternos seremos;
y tendremos tiempo,
para amarnos más!
TENGO LA EDAD
por PEDRO ARTURO SOTO BURITICÁ

Tengo la edad en que por fin reconozco
que está bien ser imperfecto..
Que no tengo que controlarlo todo.
Que mis emociones no tienen que pedir permiso para salir a pasear.
Que mis lágrimas se pueden asomar a cualquier hora del día.
Tengo la edad en que disfruto mucho más el silencio con una copa de vino, que las palabras vacías de algún conocido.
Tengo la edad en que solo tengo los amigos que necesito y siempre recuerdo aquella frase que reza NO ES LA CANTIDAD, ES LA CALIDAD..
Tengo la edad en que la conciencia me invita a decir siempre la verdad, aunque no sea del agrado de los demás.
Esa edad perfecta donde me levanto de la mesa si no me siento apreciado y valorado.
Donde ya la vestimenta de apariencias no me queda bien, y ahora uso en mi cuerpo, en mi vida, en mi cama y en todo lo que deseo dentro de mi lo que me hace feliz.
Tengo la edad en que solo permito la entrada a mi vida de aquellos que son imperfectos como yo, pero que no me soban en la cara mis defectos.
Tengo la edad perfecta
De no tener miedo
De empezar de cero
De romperme y pegarme
De pintarme del color que me de la gana, aunque no sea del gusto de otras personas.
De estar entre la exuberancia que me da la vida y mi paz .
Así de tranquilo, así de completo , con toda mi armonía, con mi intención conciente para manifestar mis sueños y mis locuras
Hoy y cada día voy a dar lo que quiero recibir, porque todo lo que deseo está dentro de mi,
Tengo la edad ser, hacer y tener todo lo que pueda soñar a partir de una fuente infinita, porque las decisiones que tomo las hago con plena conciencia..
Así de tranquilo, así de completo
Sin tener que dejar de ser para dar y recibir.
JOSEFINA
de YANINA MARÍA CERIANI (ARGENTINA)

Verde Enjaulada
Así me sentía
Vulgar
Exquisita paranoica
Corriente fruta inmadura
Prohibida
Y entre sus rizos dorados
Desde aquel sillón de pana verde oliva
Mirándome
Con los ojos clavados
En mi escote desnudo
Como una esclava a su amo
Así me sentía
Josefina eres mi soplo
Así me decía Heraldo
Mientras besaba mi fragilidad
Yo lo contemplaba a lo lejos
Aturdida entre sollozos
Austera de caricias
Pero una daga mortal
Empalideció mis días
El diario marcaba 1860
Y en aquellas hojas de tinta
Mi nombre aparecía “Josefina ha muerto
sobre un sillón de pana verde oliva”
UN SIGLO YA, RUBÉN DARÍO
por XIMENA GAUTIER GREVE (CHILE)

Qué dilatadas luces y dulzura por tu gloria,
en tus versos, Darío, allí en mi evocación
los recitaba padre en tardes promisorias
ese antaño despertar al mundo y tu oposición
al modo establecido de orden y de memoria
Solamente doce años y ya vas traduciendo
a Teófilo Gautier y su espectral creación
poesía infinita la de aquella dimensión…
Son todas tus palabras que en sueños van creciendo
oleajes de altas mares y senderos de zircón
antiguo Metagalpa, de Metapa y de León
Chile y su mar procrean en tu verbo macizo
nace « Azul » en el puerto, allá en Valparaíso.
Juan Varela alza el velo descubriendo tu esencia
que al mundo poético cambiará sin clemencia.
De Santiago hasta Madrid se apropian de tus versos
recitan por las calles, y en salones dispersos.
Paris te espera y danza su pasión en tus brazos
la lujuria y tristeza del alcohol y el «boulevard»
flores, Venus de Francia, miserias del Parnaso.
En Madrid es bohemia lo que en Londres deambular,
pero la poesía hasta New York te hace llegar
y América te dará terrible espaldarazo,
regresando a Managua empiezas a agonizar.
El siglo veinte sin ti, continuó atormentado
no podía tu sombra liberarnos ni alumbrar,
Darío, ni defender tu pueblo americano
Riquezas no tuviste, tampoco Principados
solo aspiraste a ser de Nicaragüa, el avatar :
Rubén Darío !
CALARCÁ EN VERSOS DE CAFÉ
por JHON JAIRO SALINAS

Calarcá: Eres onírico encanto paisaje verde esmeraldino, Sí. Desde nuestras montañas… brotan danzarinas cascadas, hechizando a propios y extraños…
Tus cafetales son susurro, aroma de suave café, la ternura y belleza de tus mujeres, la hidalguía y gallardía de nuestros hombres, son reflejo de nuestra raza montañera…
Tierra de cultores… en la brisa tenue de una noche calarqueña… en coloridas casas… desmadejamos nuestros versos baudilianos en florido cafetal…
Y así conspirar con nuestros amigos, y escudriñar nuestro pasado, dándonos un abrazo en verso amordazado.
¡Abrazamos el presente!, en bellos arcoiris de tardes alegres y en susurro de versos…
Sobre la brisa tenue gris de la noche… dejamos resbalar una taza de café.
En cafetal mañanero sentimos el trinar de pájaros canarios… En susurros de guadual abrazamos la noche en luna desgajada.
Calarcá ¡eres exuberante! descollando la cordillera, en altiva lanza de guerreros pijaos…
Dejas huella en apacible cielo de su misteriosa montaña Peña Blanca…
Con aroma de café, vas seduciendo amores en versos de Baudilio Y en sonetos de Vidales.
Sus chapoleras van acariciando suavemente sus granos coloraditos, y seduciendo amores de coquetos recolectores.
Calarcá, hermosa y glamorosa dama del paisaje cafetero; albergas en mañanas y tardes, sonoro canto montañero…
La Villa del Cacique se viste de coquetos y majestuosos arrayanes, ocobos y guayacanes…
Sus montañas y quebradas, remansos de la paz olvidada… Son tus calles… Que, de jóvenes, por ellas recorríamos, soñando las mañanas de diosas colegialas.
En las tardes de café develamos nuestros anhelos en amor cafetero…
En mi pueblo amado siento olor a tierra mojada… aroma de guayaba, y sudor de campo montañero…
En lindos cafetines, observamos tus casas de colores refulgentes…
La villa, fundada por hombres cultos: Román María y Segundo Henao… Calarcá sigues siendo pueblo venerado… Tus lindas mujeres, ¡son el jardín de pueblo engalanado…!
En la Villa del Cacique, bajo la sombra en noches de luna llena, tus guaduales susurran con la brisa del río Santo Domingo…
En la Villa del Cacique, en sus cafetines, exploramos tu poesía, en solitaria y humeante taza de café.
Calarcá, te engalanas en traje primaveral, en sus tardes cae la brisa en esmeraldino cafetal.
Con la pluma de poetas calarqueños… Calarcá se viste para siempre en versos montañeros…
TUS FLORES
por HELENA RESTREPO

¡Maldito dulce!, ¿cómo es que sembraste tantas flores en
mi jardín y no vienes a visitarlas?
La tierra es fértil, y mi riego, inevitable.
Tu sol las alimenta a kilómetros de distancia,
como cualquier otro sol.
Pero amenaza una tormenta
—es septiembre—,
todo alrededor parece derrumbarse…
Y las flores, altaneras,
continúan embelleciendo
el pequeño rincón que habitan.
Ven a verlas.
Ninguna flor dura para siempre.
AL CENTRO DE MI CIUDAD, PEREIRA
por JOHANA RODRÍGUEZ SÁNCHEZ*

Tus andenes me contaron de la vida
la vida simple
de palomas y de gentes
me contaron
de tres mundos
abiertos para mí tras cada esquina
Hablaron de lluvias
de atardeceres
Me mostraron
al círculo cromático reunido
a través de tu nombre
Me enseñaron tus andenes
a quererte
Me llevaron
como a hoja
a chocar con nuevos ojos
Ahora es tu bullicio
mi lugar de fugalugar que siempre me sorprende
lugar que me borra los dolores
con sonidos
traspasados de alegría
PASAJE
por AMILCAR OSORIO (QEPD)*

Una muchacha se inclina
sus senos inquietos
sus nalgas desiertas
el tren pasa exhibiendo
sus vagones de carga
la silueta de los hombres
en los techos veloces
recoge la muchacha
algo que ha dejado
caer involuntariamente
una semilla redonda
un anillo un frasco de perfume
las curvas de su cabellera
las barcas en la arena
mecidas por los muchachos
que saltan en los mástiles
el tren es un flautista
corriendo apresurado
a la caída de la tarde
las nubes se ven por la ventana
descansa sus nalgas la muchacha
—los médanos, las barcas—
en donde saltan los muchachos
yergue sus senos agitados
y respira el olor del tren
que viene con el viento vespertino.
*Nació en Santa Rosa de Cabal, Risaralda, Colombia en 1940. En su niñez y juventud residió en Jericó, Antioquia. En 1957 ingresó al seminario San Juan Eudes de Jericó. Se retiró en 1958, y se fue a vivir a Medellín, donde conoció a varios poetas y jóvenes escritores, como Gonzalo Arango, Alberto Escobar Ángel, Guillermo Trujillo, Humberto Navarro y Eduardo Escobar, con quienes fundó en 1958 el nadaísmo, movimiento inicialmente antioqueño, que a partir de la influencia principalmente de los movimientos de vanguardia europeos : el surrealismo, el existencialismo, el futurismo, entre otros, reacciona contra los esquemas y valores culturales, literarios, filosóficos y políticos tradicionales de su país, impuestos por la costumbre y el poder. Este escritor, poeta, pintor, cuentista y novelista, falleció trágicamente en Jericó, Antioquia, Colombia, en 1985, víctima de ahogamiento.Tenía apenas 45 años de edad.
VIDEOS
UNA CARTA RUMBO A GALES
JUAN MANUEL ROCA
EL MONSTRUO QUE VINO DEL RIO
CARLOS ALBERTO RICCHETTI
"MUNDO NUBLADO" (Poema)
LEONARDO RAMÍREZ
HOMENAJE A ANDRÉS BARBOSA
MERCEDES VIVAS BENÍTEZ
LA BRUJERÍA COMO TEMÁTICA DE INVESTIGACIÓN
JOHANNA CARVAJAL ARBOLEDA
CUENTOS, PROSA POÉTICA Y ENSAYOS
EL TORO DE BRONCE
por VALENTINA MONTES

Soñé que era aquel mártir pagano que, en su propio toro de bronce, gritaba su último mugido. Era un grito que, siendo único, salía a tres gargantas: el mugido del toro, el grito de aquel que, aun siendo yo mismo, era otro en el limbo del sueño, y mi propio grito al comprender, recién en un lapso de milisegundos, que estaba acostado en mi cama.
Mi mente… mi mente se unificó en el "yo" del limbo para dar el grito, y entendí que estaba en un somnus in somnus. Fui desafortunado por no haber despertado con la movilidad libre; mi cuerpo no me respondía. Y cuando finalmente comenzó a hacerlo, tras tranquilizarme en el limbo (una lucha eterna que quizás duró cinco minutos), la única sensación que emergió fue el descubrimiento de que un ejército de hormigas marchaba por todo mi cuerpo.
Las extremidades fueron las primeras en percibir cómo, paulatinamente, recuperaba el dinamismo. Una vez que logré moverme y sentarme, en vez de un grito, mi garganta solo se abrió para recibir la bocanada de aire más espeluznante de mi vida.
UMBERTO - CARLOS ALBERTO
por CARLOS ALBERTO AGUDELO ARCILA

Umberto
SILENCIO DEL LUNES en el sendero de la espiga por nacer. Silencio próvido del rocío sobre la flor símbolo del alma. Silencio de semanas en el plato vacío del vagabundo. Silencio en el parque donde el viento trina la tarde del desahuciado. Gritos sin fin desde ventanales de hierba. LUNES DEL SILENCIO el grito se escabulle entre el ramaje de la escoba la basura se entrelaza con maullidos del oriente de la casa de Umberto el escritor sin fin. Umberto reclama para sí silencios y más silencios para llenar la copa y beber el aliento de la majestuosidad del universo. La cama se inunda de cantos asombrosos y ladridos para llevar a la biblioteca donde crecieron los 319 huesos de Mahón. Mahón sube las escalas del infinito no sin antes despedirse y agradecerle al mundo el haber nacido. Ladridos suyos lo despiden se quedan de patas paradas en el cuarto escalón todavía se escucha Padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo de perros. Danos hay nuestro hueso de cada día perdona nuestros ladridos que te ofenden como también nosotros perdonamos a ladridos ofensivos no nos dejes caer en la tentación de no ladrar y líbranos del amo hostil.
Carlos Alberto
LA VID SE aleja tarde arriba. Hombres y mujeres saborean el siglo del canto inusual. La ráfaga de viento se refugia en la hondura del día. Seis ricos pasan el ojo de la guja cientos de camellos cargados con ajonjolí y piedras preciosas y oro de todos los horizontes siguen sus pasos. Tropieza contra su propia sombra la sombra del maullido no se hace esperar salta da contra el paraíso de los gatos. Siete vidas y golpes con las patas traseras llegan al tejado último del pueblo. La vida es así. Todo se diluye en un sermón o en un cuento atómico. Se disuelve la materia viva el crepitar de la hoja a mitad del aire de una novela imposible de entender. Risotada genuina en el establo donde se celebra la misa de los parásitos. Yo no pecador en cada sentido labios abiertos se inundan del trigo de los horizontes. Rubio manantial desperdigado en picos con sed. Una tarde gris se va río abajo la tarde sucumbe en la gota blanda más allá de la piedra donde el solsticio resuelve sus tiempos cortos sus tiempos largos.
Umberto
El crepúsculo más cercano de la tienda de don Vicente interviene en ortodoxias cuando Jesucristo le dice a María Magdalena En verdad te digo que esta misma noche antes que los pájaros del mundo canten me negarás tres veces. De pronto se abre la cortina Por los siglos de los siglos amén. Este viento de sombras en el festín se torna pensamiento escrito en el devenir del casco de buey y la cola de caballo y la espinaca y el perejil y el jengibre y... Festín en las sombras del viento este. Nace la cebolla en la huerta de lo innegable.
Carlos Alberto
Sí. No. Sí extenso como la luz de una luciérnaga perdida en el crepitar de la hoja difunta bajo sombras de pasos que huyen de la sombrilla solitaria bajo la tempestad. No extraviado en la lenteja del plato donde el negro más negro parte en tramos perfectos el sendero de mármoles grabado en espigas de la palabra crucificada a fuego lento. Sí-No en aquella sopa crucificada con la parábola de Mateo 25- 31…
(Publicado originalmente en el portal "LA CRÓNICA DEL QUINDÍO" y
reproducido por expresa voluntad del autor)
CARTA DE UN ESTOICO AL MUNDO
por DIEGO FERNANDO ARIAS CASTELLANOS

Vivimos en una sociedad moderna en la cual se castiga y se juzga al fuerte por lo consiguiente se premia al débil y se celebra su capacidad de caducar tan rápido en la adversidad.Nos encontramos emergidos en una cultura llena de falsos estereotipos,de que solo buscan el método fácil para llegar a su recompensa sin pensar en el proceso si no en el fin,cada día estamos más adentrados en el facilisimo, mostrando la humanidad nostalgia,depresión,la cual no cuenta con el suficiente coraje para salir de su suplir,sin caer en cuestiones de victimizaciones patéticas banales.
Con este texto quiero dejar algo muy claro. ¡Que bellos los tiempos! Cuando los hombres y mujeres en la época de antaño se les notaba el coraje y la gallardía en salir de sus inconvenientes.Que nos afrontaba la vida en este entonces.¿Que nos pasó? ¿Desde cuándo nos convertimos en seres tan vulnerables y sensibles. Me atrevo a manifestar que ese día llegó cuando el hombre dejo de ser hombre y la mujer se convirtió en un producto mercantil. Añoro con el día de que la humanidad vuelva a la bravura del pasado y así consagrar un mejor mañana para nuestros hijos.
ME SORPRENDIO EL AZAR
por ALEIDA TABARES MONTES

Realizaba una terapia para desbloquear mi hálito creativo, mi impulso literario. En los parámetros de esa semana, no podía leer ni una palabra, según la autora de esta aventura, “Julia Camerón, El camino del artista”: Hay que hacer ayunos, pausas, “porque leer también es una adicción”. Visité una exposición en la biblioteca del Banco de la República, lo curioso, si es que ha de serlo, al no detenerme en lo escrito, fotografíe la imagen de una mujer con su gato. Me conecté con su pelo desordenado, su vestido desangelado, la luz intensa que se filtraba por el techo hasta su cabeza, tubos, butacas, jaulas, turbinas, hierros retorcidos.
Una amiga entrañable, me envío un enlace, que también debí posponer. Hago mi vida, “la vida que se encoge o se expande en proporción al coraje que se tenga” (Anais Nin). El esplendor del amanecer me sorprende con una montaña que al mezclarse con la distancia, la neblina, el horizonte del cielo parece un insondable valle. La danza de la cotidianidad: fregar los platos, cocinar, tender la cama, ir al mercado, inventar una receta, dictar clases, caminar, cuidar de mi perra vieja y enferma, hacer ejercicio, hablar por teléfono. ¡Exaltar la creatividad¡ Las manos en la tierra, las manos para recoger flores, las manos en el agua, manos para acariciar, manos para sanar. La lluvia, el sol, el viento, el silencio, la música, un grito allí, una lagartija, un ladrido, una mariposa. La contemplación. De lejos alguien hurga la tierra. Juego a pintar rostros, hago un collage, involucro la foto, al igual que la de una gatica desterritorializada, que irrumpe misteriosamente en mi vida.
Era de la granja vecina, donde hay una guardería canina, y gatos y gallos y gallinas. La dueña apasionada y muy compulsiva, (dicho por ella) con su labor, todas los días llama: Brenda, Mechas, Antonio, Pedro, Regan, Alfonso, Canela, Viejo, Tocineta. Una lora replica el palabreo, a veces no logro identificar quien pronuncia primero. Pero Tocineta huye de aquel lugar, al parecer por el estrés que le producen sus variopintos acompañantes de habitáculo. Frágil, estámbrica, ceremoniosa, dueña de su nuevo reino.
Mis pupilos con capacidades especiales sermonean sobre su desafortunado nombre. Por favor, profe. Tocineta no. Llamémosla Azul, Celeste, Luna, Zéfira, Ámbar. Si, de acuerdo
Después de ese interregno me dispuse a ver el mensaje de mi querida amiga, que siempre envía material de gran interés. Se trata de un podcast de la escritora Carolina Sanín, “Gabriel Vásquez y la prosa Prodigiosa”.
Detrás de esa pantalla alguien escucha. Ella interpela, comunica, desborda gestos, signos y silencios, mientras mueve sus manos, se las pasa por la cabeza, de repente parece rascarse la espalda, sonríe con su bonitura y encantamiento; desgrana palabras cargadas de argumentos resueltos como rocas. Una clase de literatura admirable, donde paso a paso plantea porqué la novela del señor Vásquez es como un sobrevuelo, un tour en termoking por París, una prosa mendaz, mediocre, deshonesta, perezosa, todo por encima, una estafa; exaltada por los medios de comunicación y por la industria editorial; donde percibe oportunismo, impostura, ausencia de desafíos y hasta misoginia. Podrían decir que esto es envidia dice la desfachatada crítica, con su exquisito manejo de la gramática, la sintaxis, el semanálisis; tan seductora, tan llena de atributos; no obstante siempre me había negado a acceder a sus “monólogos”. Para mí un monólogo era otra cosa. Tensión dramática, imprecación, danza, música, sangre, llamas de sangre, con corifeo incluído.
En mi segunda visita a la biblioteca, supe que aquella mujer, que había fotografiado para el collage, era Feliza Bursztyn, en su estudio, hoja de contactos 1970. Archivo fotográfico de Hernán Díaz, Y que el escritor en mención no se había detenido ni siquiera en su nombre, quien en su adolescencia decidió cambiarlo por Feliza con z. “Esa Z como un rayo, que convierte lo lizo en lo feliz…” y tampoco en su apellido Bursztyn, según él, muy difícil de pronunciar. Bursztyn – Versztyn la versión Polaca, qué significa ámbar, piedra quemada. ¡Ahí hubo más sorpresa!, pues así había renombrado a mi nueva e ilustre huésped.
Me emocionó la claridad, el apremio y arrojo de Carolina Sanín para desenmascarar la megalomanía del prestigioso escritor. Un verdadero banquete Diotimesco. Y además me sorprendió el azar.
Comments