Fue un poeta expresionista, considerado uno de los poetas más importantes de la literatura croata del siglo XX.
Nació en una familia croata de Drinovci cerca de Grude el 18 de noviembre de 1898, en la familia de Vida y Martin Šimić. Asistió a la escuela primaria en su pueblo natal, y luego a las tres primeras formas de la escuela primaria clásica franciscana en Široki Brijeg. Decidió cambiar de escuela en el cuarto curso y fue a Mostar y luego a Vinkovci.
Primeros trabajos
Su espíritu rebelde le hizo cambiar de nuevo su entorno y así continuó su educación en Zagreb, en la escuela primaria de la ciudad alta. En 1917, comenzó la revista de arte y cultura, Vijavica (Torbellino), lo que lo obligó a dejar la escuela. Fue entonces cuando perdió el apoyo de sus padres y también significó una vida dura dominada por muchas enfermedades.
Después de cuatro números de Vijavica, tomando el ejemplo de la revista alemana Der Sturm, también lanzó otra revista, Juriš (Ataque), que también tuvo una corta vida de solo tres números.
Su ciudad natal a comienzos del pasado siglo.
Siguió escribiendo poemas, críticas literarias y de arte y también traduciendo. En la Facultad de Filosofía conoció a Tatjana Marinić a quien dedicó su única colección, Preobraženja (Metamorfosis) en 1920.
Entre 1918 y 1919, se sumergió en la escritura de poemas durante su estancia en una aldea de Drinovci, Dubrava Majići, en una casa de campo donde creció su madre. Algunas de sus primeras obras expresionistas se crearon aquí, entre las que destacan "Ja pjevam" (Yo canto), "Povratak" (El regreso) y "Ljubav" (Amor).
Declinación física y muerte
Leyendo en uno de los tantos cafés de Zagrev, la capital de Croacia.
Sus modestos ingresos y la dedicación a su obra literaria dejaron huella en su salud, por lo que volvió a Drinovci en diciembre de 1923 y se reconcilió con su padre. Cuando regresó a Zagreb en la primavera de 1924, lanzó su tercer diario, Književnik (Escritor).
En algún momento de 1924, contrajo tuberculosis, por la que recibió tratamiento ese mismo año en un hospital de Dubrovnik, y pasó un tiempo recuperándose en un sanatorio en Cavtat.
Sin embargo, tras su regreso a Zagreb en febrero de 1925, su estado empeoró rápidamente. Murió el 2 de mayo de 1925 en un hospital de Zagreb y fue enterrado en el cementerio de Mirogoj.
Obra
Bosnia - Herzegovina, al actual país balcánico donde vino al mundo, conmemoró su figura en un sello postal.
Šimić no escribió una gran obra literaria durante su vida. Sin embargo, algunos de sus poemas podrían llamarse antológicos, como "Pjesnici" (Poetas), "Veče i ja" (La tarde y yo), "Opomena" (Advertencia), "Ručak siromaha" (La cena del pobre), " Žene pred uredima" (Mujeres frente a oficinas), "Smrt i ja" (La muerte y yo), "Pjesma jednom brijegu" (Poema a una montaña), "Smrt" (Muerte), y algunos otros.
Después de escribir bajo la influencia de Matoš, Kranjčević, Vidrić y Domjanić, arremetió contra los tradicionalistas y comenzó a favorecer una expresión desenfrenada y un espíritu expresionista. En su colección Preobraženja (Metamorfosis), utilizando un verso libre, escribió de forma concisa, rítmica, gnómica y lógica.
También recurría a veces al verso decasílabo y al lamento popular. Sus temas son el hombre, el dolor, la pobreza, las estrellas, Herzegovina, los pobres, la vida y la muerte ("la muerte es algo muy humano").
Monumento al autor.
Cuando se vuelve hacia el hombre le advierte: Ten cuidado de no ir, por pequeño que seas, bajo las estrellas, hombre, (del poema Advertencia). Cuando escribe sobre el misterio y la perseverancia, dice: Nos miramos en silencio. Montaña y hombre. Nunca sabré dónde se encuentran nuestros diferentes significados- (Poema a una montaña).
En sus diarios, Šimić publicó sus ensayos que defendían los principios del expresionismo, que influyeron en su poesía posterior. En particular, sus puntos de vista se basaron en los principios del expresionismo alemán.
Selección poética
Estatua en su honor
Tras su deceso fueron publicadas sus obras escogidas, la compilación de sus obras, prosa y poesía.
A continuación, se transcriben poemas del ciclo Los pobres (Siromasi) en su versión en castellano y dos poesías más.
Los pobres
Los pobres no siempre están pendiendo
entre la vida y la muerte
en cualquier momento puede prevalecer
el invisible peso de la muerte.
En un instante podrían cruzar el límite
y encontrarse de pronto del lado
de la muerte: en la más cercana cercanía.
El sol de los pobres
La pobreza es una fuerte y angustiosa contractura
En ella la vida mantiene su eterna tensión
A los desposeídos les queda sólo un anhelo
el florecimiento sin sol
A través de la pobreza solamente brilla con rojo fervor
único sol de los desposeídos,
el dolor de innumerables heridas eternamente abiertas.
La mirada del pobre
Portada de la edición en español de su libro, Las metamorfosis.
Yo lo sé: se levantan por la mañana y en silencio
se sientan en la cama un rato más.
Permanecen mudos sentados a la mesa mientras comen.
Se sosiegan. Sus brazos permanecen inmóviles:
cruzados sobre los pechos caídos;
por sí sola una mano traza líneas en la mesa.
Sus ojos no miran nunca fijo, hacia delante
Esta gente no espera nada de ningún lado
A sus vidas
todo llega desde afuera
y para someterlos.
La suya es vida de obediencia y temor.
Aquí están sentados ahora.
En nada puede su mirada
hallar reposo
Confundida se extravía
buscando afuera una salida.
El almuerzo del pobre
Unos frente a otros se avergüenzan de estar sentados
delante de un almuerzo tal
y a cada bocado temen estar
devorándose la vida unos a otros.
Al levantarse de la mesa,
silencio y pesadez
El asco que sienten de sí mismos
desfigura sus rostros
y cada cual piensa que es el asesino del otro
y que la sangre que corre por su cuerpo
es sangre de alguien más
(como si se hubieran devorado unos a otros)
Segmento de uno de sus escritos
Los pobres que comen de mediodía en mediodía
El hambre acerca a empujones el mediodía
y desde su interior vacío el cuerpo se queja y gruñe
Pero el mediodía permanece
impávido, lejano
¡Oh calla, cuerpo miserable,
olvida ya la comida
y aliméntate de paciencia!
¡Si al menos el cuerpo pudiera expirar!
A último momento siempre el mediodía trae alivio
y el cuerpo debe prepararse para sufrir y gemir
crucificado entre dos mediodías
¡Oh calla, cuerpo miserable,
olvida ya la comida
y aliméntate de paciencia!
Tumba donde descansan sus restos.
A un pobre
Concíliate con tu destino
No rebases los límites
Cierra las puertas a toda esperanza
todas son puertas al vacío
Concíliate con tu destino.
Tu cuerpo se ha vuelto más delgado
más pálidas las manos
más profundos los ojos
Sin sonido la sangre se evapora de tu corazón
Cuando te paras desnudo frente a la noche
.así delgado transparente y azul.
pareces una enorme flor marchita.
¿Adónde quieres ir, adónde?
¿Acaso crees poder aquí en la tierra
librarte por completo del cuerpo?
El rico te busca por doquier, maravillado
«Se desvanecen como el olor.»
Antigua imagen coloreada de la capital de Croacia.
Post scriptum
Vi la pobreza
y quise cantarla
Pero en cuanto observé más profundamente
enmudecí
vi que
¡la miseria no tiene fin!
¿En qué se convierte, pues, mi canción?
en una mirada, en un suspiro
Todo lo demás para mí queda fuera
imposible de ser cantado
Eso sólo puedo callarlo.
Los cristales de las ventanas en las casas de los pobres
Este nuevo cristal empalideció como el petrificado ojo vacío
de aquel hombre rico que una vez miró hacia adentro.
Los demás .ya viejos. contemplan un mundo cada día más negro.
En su memoria, suelen congregarse escritores y admiradores a llevarle ofrendas florales.
Ljubav siromaha
I.
Alimentamos nuestro amor con nuestra sangre
En un mundo que nos está vedado
al que no hay un solo camino que nos lleve y en el que todas las puertas están cerradas,
nuestro mundo somos nosotros mismos; mi mundo acaba
donde comienza el tuyo
y el tuyo donde comienza mi cuerpo
No tenemos nada excepto el uno al otro
Cada uno de nosotros disfruta del mundo en el otro
y nada nos está dado esperar como no sea nuestro propio amor
Nosotros alimentamos el amor con nuestra sangre
Llegado el día en que nuestro amor beba la última gota de nuestra sangre
y nos veamos pálidos, fríos, feos
ni siquiera amor tendremos
Porque el amor pervive mientras también la sangre arde
Entonces sabremos que también la última llama de nuestra vida
se consumió en la oscuridad de un mundo para nosotros extraño,
de ningún modo vinculado con nosotros.
II.
Mientras ardía nuestra sangre, mientras nos unía el amor
nos sentíamos uno.
un mundo en sí mismo
Hoy ya no existe ese amor y vemos
que nuestro mundo está partido en dos
No hay más caminos de mí hacia ti
Los corazones por siempre clausurados,
sin puertas que se abran ya
En vano quisiera el alma alzarse
sobre alas que no existen más.
El cuerpo y nosotros
Por mis venas corre el veneno que bebí de voluptuosos placeres, en noches de borrachera. Y el veneno corroe. El cuerpo se pudre. Habito mi propio cadáver.
Y el cuerpo me repugna. ¿Cómo podría uno deslindarse de su cuerpo, quedar limpio de él? El cuerpo es una carga, un intruso, podredumbre pura. Con gusto dejaría el mío en cualquier parte y huiría de él, volaría por siempre en libertad.
De este modo vivo con él, en él. Inseparable. ¿Oh quién me mantiene unido a este extraño? El cuerpo: su peso me religa a la tierra y entero me arrastrará a ella, sin descarte.
Junto a la cama una joven mujer sonriéndome. ¿Cómo podría llegar hasta ella solo, sin cuerpo? No puedo desde él. No tengo permitido tocarla.
Mi roce, como el roce de la muerte, esparce destrucción por doquier.
En sueños nos separamos. Pese a todo me desprendí, estoy flotando y quiero volar, dar vueltas por el aire –
Y me despierto: estoy tendido en mi propio cadáver.
Retrato alegórico
La muerte y yo
La muerte no está fuera de mí.
Ella está dentro mío desde el principio:
conmigo crece a cada instante
Un día yo me detengo
mas ella no deja de crecer en mí aunque no llega a traspasarme del todo
sino que alcanza hasta mi extremo. Mi final es su verdadero comienzo:
cuando sigue reinando sola
Fuente: WIKIPEDIA / EL COCODRILO / BLOG CROACIA - CHILE: LETRAS Y CULTURA
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