POESÍA
por EMMA MARULANDA
Ayer pasó el pasado lentamente con su vacilación definitiva sabiéndote infeliz y a la deriva con tus dudas selladas en la frente
ayer pasó el pasado por el puente y se llevó tu libertad cautiva cambiando su silencio en carne viva por tus leves alarmas de inocente
ayer pasó el pasado con su historia y su deshilachada incertidumbre con su huella de espanto y de reproche
fue haciendo del dolor una costumbre sembrando de fracasos tu memoria y dejándote a solas con la noche.
LO QUE NO ESPERAS
por MARCOS FIERO
Un día sabrás lo que se siente, sentirás lo que más duele, te dolera lo que no esperas, esperarás lo que no llega, tu llegarás y no habrá nada, y de la nada haras tu herida, y te herira lo que ignorabas, y no sabrás ignorar lo que te aqueja, y entre tus quejas ya no podrás soportar lo que te mata, te matarán en vida tus mentiras, y no podrás mentir a quien te vea, dirán tus ojos todo lo que sufres, y sufrirás sin paz lo que temias, lo mismo que temí cuando jugabas, y jugará la vida a derribarte, cómo tú derribaste mi fe ciega en ti cuando te amaba. Un día pagarás lo que me hiciste, y yo te miraré y te tendré lastima y tú me miraras y tendrás pena, cuando ya no me inspires nada nada.
MI GRANDIOSO CONSEJERO
por ANDREA GABRIELA NIKODEM, "GARDENIA"
Peleando como Quijote
contra molinos de viento,
he perdido "casi un año"
¡en aras de sueños muertos!
Me negué a la realidad
refugiándome en mi anhelo.
¡Tan inmensa fue mi carga
que sentí morir por dentro!
Fue el poder de la oración
el que me fue sosteniendo
Padre amado ¡No merezco
tu Sobrepujante Aliento!
¡Me has dado todo en la vida:
Amor, bondad, paz, confianza,
fe, sabiduría, esperanza,
y todo en cuanto creo!
Hijos, amigos, hermanos,
ropas, casa y alimento!
Anhelante te he buscado
como buscan los chimuelos
y me he sentido en tus brazos
en tiempo de abatimiento!
Cómo no creer en Tí
mi Grandioso Consejero
¡si has cargado con mis culpas
el lomo de Tu Cordero!
Ven, recoge mis vestigios
y escudríñame por dentro
y susúrrame al oído
¿cuál ha de ser mi sendero?
Y no permitas que nunca
decida sin Tu consejo!
Llévame por el camino
que tejiste con tus Dedos
Mi vida pongo en Tus Manos
y la memoria de mis muertos
Hoy he buscado en Tus Cartas:
vehemente Tu criterio,
¡Gracias te doy Padre Santo
por abrirme el firmamento!
¡Ahora sí volví a la vida
ansiosa de un vuelo nuevo!
ÁNGELES SUDOROSOS DEL OLVIDO
por ONÉSIMO VÁSQUEZ POSADA
Tu y yo estamos condenados como la lluvia
a reencontrarnos bajo cielos moribundos;
en esquinas signadas por la angustia,
sitiados cual fantasmas alucinados de la noche.
Por la ventana sin cortinas
salta el verano hacia el abismo,
se desnuda en riachuelos de lujuria,
es plenitud de éxtasis en su vuelo.
Sobre las calles empapadas de sangre,
gritan a pleno pulmón los abandonados;
bodegón imposible de carne marchita;
complicidad de la tarde con los espectros que huyen.
Nosotros ignoramos el mundo; aturdidos,
embriagados en la droga de piel de los amantes.
La palabra cae sobre mi rostro con su acento efímero,
me desnudo… (aparece mi ser; el niño estremecido)
pero es otra máscara la que vuela; transmuto,
escapo en discursos que fustigan con su látigo breve.
Un hotel barato ampara nuestra cópula,
nos penetramos como fieras anudadas;
ángeles sudorosos del olvido;
delirantes;
condenados a un paraíso en ruinas.
CANTOS DE PASIÓN
por JHON JAIRO SALINAS
Nuestros cuerpos desnudos
se entrelazan
en bendecido placer...
como ánforas chispeantes haciendo luz
en destello anochecer.
Nuestros besos sienten
el aliento del vino
de la pasión prohibida...
Mi boca queda abrumada con sus lácteos pezones.
Mis labios humeantes
se deslizan sobre tu cuerpo,
recorriendo la geografía
del amor profanado...
Tus glúteos blancos y suaves se convierten en copos
de nieve eyaculada.
Tu vientre
surtido como un rosal,
tus piernas
jugueteando como espigas en el bozal,
¡ah!, gimes y gritas
como hiena en lodazal...
¡Ah!, quiero naufragar
en el mar azul de tus ojos, dejándome arrastrar
en la ola de tu santísimo cuerpo.
Las aristas de tus caderas,
-frondosas y plurales-,
van frotando lentas
mi sudoroso cuerpo.
¡Sobre tu pubis
dejo caer mi ancla!
Tu cóncava espalda
deja provocar "un oasis dilatado".
Eres ternura
de ultrajante pasión...
Mis manos seguirán
en busca de tu corazón vibrante...
¡Oh!, mi dama pervertida guardamos nuestro secreto en sábanas blancas.
Nos envolvemos
en estruendosos jadeos
con gran osadía,
crucificando el "infierno con tu piel encendida".
Sé que algún día estarás
en el paraíso bacanal,
O, quizás, sonriendo
en el salón de aquel Lupanar...
HERENCIA
por HELENA RESTREPO
De mi padre me quedó
su porte sencillo y digno,
el tono firme de su voz,
que tantas veces me negó
paraísos verdaderos y falsos,
el amor pobre de caricias
y de corazón pleno,
el desgaste de los intentos
de mostrarme el mundo
a través de sus ojos
para que ningún otro
-tonto como élme
hiciera daño.
Me amó tanto y tan torpemente
sin poder saberlo...
A él también le entregaron
el libro de la vida
con todas las hojas en blanco.
AUTORRETRATO
por ALEJANDRO AZAG
Príncipe soy de palacios y guaridas
soy mi propia luz y la oscuridad
también es mía
de mis manos brotan los ases
y a las brujas quito sus ropajes.
La eterna dama
le otorgó la noche a mi mirada
su danza de siete velos me cubre
y vive en mi espada.
Desde siempre solitario
navego hacia el rojo
de tigre mis ojos
pulverizan soberbios
y lloran junto a los despojados
en este contraste se cumplen mis hados.
Serpentinas espirales son mis cantos
en los que persigo y elaboro rastros...
Toda tempestad que ruge
mi nombre sabe
¡me llamo nadie! de los dioses anclaje!
TAL VEZ
por JUDITH CARTAGENA
Tal vez cuando regreses lento sea tu paso
Vayas más pausado,
Busques más cercanías,
Tal vez ames la humildad,
Tal vez seas más humano
Tal vez cuando regreses
Y adviertas lo que había en tu vida
Aun esperen las rosas machitas
De los detalles olvidados,
En las melodías apagadas
Anheles esa copa de vino no disfrutada
O el abrazo en que se perdió tu alma
Quizás cuando regreses
No haya cánticos en los aires de tu ilusión
Tal vez se haya borrado la huella en el camino que no anduviste
Tal vez se esfume ese amor apostado al viento de tus tempestades
Que silentes robaron tu senda
Tal vez al regreso no haya puentes para cruzar
Ni montañas para escalar.
Tal vez solo sea un soplo de lo que dejaste pasar
Tal vez quieras abrazar y escaseen los alientos
Tal vez tu corazón sediento
Clame la atención no valorada
Tal vez la vida sea solo ser y no tener
Tal vez siempre fue de ese modo
Solo estabas muy ocupado
Y no advertiste la vida.
POEMA
por JORGE ANTONIO SANTACRUZ GÓMEZ
Con este mes llegamos al término del año,
donde las circunstancias y recuerdos
llenan nuestras vidas,
de sentimientos y nostalgias;
con los corazones apretados
y lágrimas en los ojos,
llegan las primeras luces
en los ventanales y hogares,
que anuncian
la llegada de navidad,
a los seres queridos, familiares, como amigos
y conocidos,
han partido hacia aquel
lugar lleno de incógnitas,
a ellos los recordaremos
con amor y admiración.
En estos tiempos
los pequeños minacuros
pegados en el árbol de navidad,
dejan brotar la alegría en el espíritu
y sentimientos en el alma,
llegan los caminantes de lejos, con muchos y bellos regalos,
pero hoy; solo te entrego,
esta humilde rosa.
DOS VIDAS
por ALEXÁNDER GRANADA RESTREPO, "MATU SALEM"
Debajo,
Más abajo
Del agua profunda
De los mares,
Descienden cansadas
Las almas
De los fallecidos,
Que en el suceso
Esplendente
De la muerte,
Han sido
De algún cuerpo
Desgarradas.
Caen las almas
Por las fosas
De María,
Caen en perpetuo
Descenso,
Como si pesaran.
Llegan primero
Hasta los campos oscuros
De las hadas,
Que las esperan
-como esperan a sus novios,
Ansiosas, las amadas-,
Con el sonido acantilado
Y silbado de las flautas,
Y en perfecta sincronía
Les dan la bienvenida.
Siguen bajando
Las almas silenciadas,
Y los trompeteritos de arcabuz
-que crean su propia luz-,
Les iluminan el camino.
En un instante, el silencio
Reclama su destino,
Y la voz de las trompetas
Y la tenue luz
Quedan apagadas.
Inmersas,
Creyéndose sordas,
En un vértigo
Espantoso
Que no oye el eco,
Arremeten su caída.
Caen las almas
En descomunal velocidad
Se caen,
Y el tiempo
-que funge
De fisgón-
No las detecta
Ni las cuenta,
Pues, antes de empezar
Su despedida
-las almas oscuras
Y las virginales-,
Lavaron con salobre
Sus pies -de muchos males-,
Caminando arrepentidas
Por las frescas y bellas
Llanuras mareales.
Llegan pues,
Las almas buenas
Y sensibles,
Las que proponen
Y perciben,
Llegan también
A lo profundo
-vomitadas
Del hastío de este mundo-,
Las almas bisecadas.
Almas que por la
Erosión fluvial
Que trae con turbiedad
El agua espesa
De los males,
Abrieron sus oídos
Sin pudor,
Y por ello
-como en la unción fatal
De un aceite sin amor-,
Fueron en ella
Bañadas.
Pronto,
Se alejan de
Las fosas abisales
Las almas desprendidas.
Van a dormir solas
En el subsuelo de los mares,
En un lugar misterioso
Donde solo se escucha
-como en un sueño-,
El castañeo sublime
E irresistible
De los bivalvos,
Y la voz del asombro
Que pronunció
Desde el comienzo
La boca deslenguada
Del vacío.
Allí,
Yacen las almas
Con el frío implacable
Del océano,
Que les enfría
La frente
Mientras duermen.
Duermen las almas
En su lecho de almas,
Y su lecho
Son aguas rocosas
Que aplacan
Los borbotones de magma
Que braman furiosos
Desde los confines.
En su espalda
-más abajo-,
Se muestra danzante
El caliente Calor
Que emana
El pequeño y pesado sol
Que un día cualquiera
Se tragó la tierra.
He aquí
Que las almas
Ordenadas en tapiz
Crean una nueva infauna,
Una ascética infauna,
Que se alimenta
Solo con los detritos
De la memoria
De las almas amadas.
Y así, pueden dormir
Hasta el último de los días,
Porque en el último de los días
Todas serán llamadas.
Entre tanto,
Se halla tendido
El cuerpo casi fallecido
Que aún pervive
Con el espíritu
En una estancia vegetal.
Se ha ido adelante
Una vida,
La vida razonable
-que solo anida en el alma
De los seres humanos-.
Luego,
Empieza a desprenderse
La otra vida
-el espíritu de la vida-,
Donde se mece
Sabia e inquieta
La vida discernible,
Que es la segunda vida.
Por la muerte,
El espíritu se revienta
Y se abalanza
Como derrubios de vertiente
Que se disparan
Hacia lo alto,
Después de trasegar
Por el frío camino
De los canchales.
A una velocidad aterradora
Se desprende del pensamiento
Del corazón
Y sigue subiendo
Hasta entrar
-como entra curioso
El viento en los
Puquios de Nazca-,
Por los torbellinos
Infinitos y fractales
Del Espíritu de Dios
Que lo espera
Sin reclamo,
Con la música de las alas,
De las arpas y los timbales.
En El Saber,
Los abraza
Con eterna calidez
El Espíritu de Dios,
Prometiéndoles también
La sempiterna luz
De un segundo día
-pletórico y eterno-,
Vestido con la luz
Que no se acaba.
En aquel día,
Los seres humanos
Brindarán exultantes
Con el sagrado vino
-dulce y divino-
Que no embriaga
Ni empalaga,
Y volverán a ser
Como eran antes,
Cuando se reunan
Todas las vidas
-las vidas
De los cielos,
De la tierra
Y de los mares-,
En la Fiesta de los Justos;
Fiesta que será
Recordada
Desde el pasado
Y hasta siempre,
Como La Fiesta
Del Reencuentro.
PADRE DE CORAZÓN
por MONSERRAT ALITZEL VALDIVIA PACHECO, "SELIT VALSET"*
MÉXICO
La candidez de tu mirada, la sencillez de tus palabras, han sido mi fortaleza. Te abro de forma espontánea las puertas de mi corazón, Atesorando en mi interior todas esas enseñanzas y lecciones que me obsequiaste, Así como llevaré en el cofre de mis recuerdos todos esos momentos donde a tu lado fui feliz.
Gracias por siempre preservar mi inocencia y felicidad, soy la más afortunada de tener conmigo a los mejores padres.
Estaré eternamente agradecida con Dios, espero siempre los guarde en bendición. Gracias por darme una magnífica vida, dónde la fortuna más grande es que nunca me falten. Por su paciencia y nobleza, al enseñarme que la abundancia material sobraba, y lo que realmente importaba eran esos momentos, esos pequeños viajes que hacíamos, lo que más disfrutaba no solo era el lugar, amaba mucho tener su compañía.
Estoy dichosa y orgullosa por tener al mejor padre que pude elegir. Lamentablemente no compartimos la misma sangre, pero desde el primer momento supe que serías un magnífico padre de corazón.
El universo nos colocó en el mismo sendero, Un halo de tu huella siempre acompaña mi corazón. Llevo grabada tu dulce voz en mi interior, Padre, prometo cuidar tu atardecer, de la misma forma en que tú cuidaste mi amanecer.
*Nació en Cuernavaca, Morelos. Estudiante en el Centro de Estudios Tecnológico Industrial y de Servicios #44. Escritora y poeta, embajadora de Paz, Embajadora de Valores en Movimiento, Periodista social y cultural de Fundación Gioferlax, Portador de Paz, Gestor cultural de paz, Multiplicador de Paz del Programa de Jóvenes Latinoamericano, Representante del Movimiento Zirinos de la Voz.
Premio Pluma Zafiro 2021.
Conductora del Programa "Un viaje a la Filosofada".
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Presentación de su nuevo libro (2021-12-01)
GERARDO MARÍA GIRALDO PÉREZ*
*El 1 de diciembre de 2021, dentro de la Feria Virtual del Libro de Chile, el poeta jotabero Gerardo María Giraldo Pérez, presentó su libro compuesto íntegramente por poesías en Rima Jotabé, Mis 20 poemas en Rima Jotabé, en la que recitó una selección de los poemas que se incluyen en el poemario.
Mujer y Poesia desde Pasto
RUTH MARGARITA CASTILLO
Escuela de Género de Pasto-Diplomado en Género y VBG. POEMAS LA TRADICIÓN DEL CUY, LA MODERNIDAD Y MIRANDO AL VALLE DE ATRIZ- Red de Mujeres de Nariño.
Mi última palabra (Poema) - JOSÉ FÉLIX CASTRO
OMAIRA SOCORRO BASTIDAS PATIÑO
Justicia (Poema)
MANUEL ROJAS HURTADO
Declamado por su autor, aunque no se considera a sí mismo un poeta, este ingeniero eléctrico es autor del poemario "Presagios", el cual escribió tanto en condiciones como momentos muy difíciles en su vida.
PERPLEJIDAD(Poema)
LUPE CECILIA CASTILLO
POEMA
ELISA TATIANA CASTRILLÓN BURGOS
CUENTOS Y ARTÍCULOS
TIBULEAC Y JOCABED
por UMBERTO SENEGAL
“Necesito estar feliz para escribir libros tristes”, afirma la moldava Tatiana Ţîbuleac. Volver a una escritora en particular. Reincidir en comentarios sobre particularidades del estilo y contenido de su novela El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes (Impedimenta. Colombia, 2021) es contemplar en algún paraje de nuestros sentimientos, inexpresables sortilegios literarios transmitidos desde dicha novela. Rebosante de metáforas. De finos niveles poéticos que equilibran las aristas narrativas de la enfermiza personalidad de Aleksy, el protagonista, con esta obra practiqué otro método de lectura. Otro modo para aproximarme a tales espacios novelísticos. Con el leve fondo de la Gymnopédie 3, de Erik Satie, Jocabed lee en voz alta. “Mi futuro tenía la solemnidad de un cementerio engalanado”. La escucho. “Los ojos de mi madre eran mis historias no contadas”. La escucho, conteniéndome para no danzar con tristeza cada página del libro. “Detrás de la tercera colina salió el sol. Amarillo, redondo, inevitable, como la bombilla de un hospital orientada a los ojos”. Sin acotaciones, aunque me desborde la angustia. Tanta poesía entre la melancolía. Desconozco si hay alguna otra novelista que haya escrito una obra tan trágica, desplegada en verano. La novela de Tatiana se nos transforma para ambos, así leída, en cadenciosa corriente de imágenes, acrecentando su belleza literaria gracias a la entonación, inflexiones de voz y énfasis puesto, por Jocabed, en numerosas frases. Hago el gesto que ambos acordamos, y entonces repite un párrafo. Una frase: “…un sonido tan extraño y, al mismo tiempo, tan conocido que me parecía estar asistiendo a la escritura de un código primario con el que habría podido descifrar cualquier silencio de cualquier mundo”. Ponerle de fondo a la novela, para leerla en otro nivel, Gnossiennes, de Satie. Noctámbulo taller de lectura con tres personas: la autora, la lectora y el receptor. Una conmovedora novela, no solo como objeto de lectura, sino como unidad de diálogo erótico y poético. Sin espacio para nadie más. Así es nuestro mutuo encuentro con la poética narratividad de Tatiana. “Mi madre estaba siempre deslumbrantemente blanca, como si antes de acostarse se quitara la piel y la dejara toda la noche en una bañera de nata”. Bastan un verano y una mujer de ojos verdes, con cáncer terminal, en escenarios rurales y pueblerinos o cerca del mar, para convertir, capítulo tras capítulo, el rencor y el desprecio del personaje en solidaridad y ternura. En labios de Jocabed, la recurrente metaforización que maneja Tatiana me revalida la certeza de haber encontrado una novelista de Europa Oriental que, con su estilo y sus temas, suaviza la fijación que algunos tenemos por narradoras norteamericanas. O francesas. El primer libro de Tatiana: Fábulas modernas (relatos). Su segunda novela: El jardín de vidrio.
DESENTRAÑISMOS
por CARLOS ALBERTO AGUDELO ARCILA
1
Señor, soy tu nada, tu estanque vacío, tu sangre anónima, tu vértigo que roza el pedestal donde te han puesto los embaucados, tu magnificencia es artificio en mi espíritu jadeante. Eres espejo donde no soy visible. Líbrame someterme a la fe en ti, no creas que caigo en la tentación del bien hipócrita, acepta el fracaso que le enrostra este mundo de desventuras. Te exhorto a que cierres la herida que te han propiciado los embaucadores de dogmas, continúa en el atajo de la verdad imposible, examina tu desilusión de no poder salvar a la humanidad. Descrucifícate, no sigas siendo parodia de amor de siglos, hazte redentor de ti mismo. La alegría lleva infinito tiempo sin florecer en el rostro del necesitado, el plato vacío permanece en la mirada agonizante del hambriento, en el paladar de los desesperados, conduélete, no eres digno de tocar mis pies lacerados de tanto ir hacia ninguna parte en busca del sustento de cada día, ni de mirarme a los ojos anegados de desesperanza. Señor de las praderas marchitas, del trigo imposible de sembrar qué haces obstaculizando mis pasos de lunes a domingo. Eres ficción, apártate de mi senda, déjame hacer de cada instante que pasa una oración a la existencia.
2
“Sobre el futuro de la novela, imagina que mientras la gente continúe leyendo novelas, la gente continuará escribiéndolas, o viceversa, a no ser que las revistas con imágenes o las tiras cómicas acaben atrofiando la capacidad del hombre para leer, y que la literatura vuelva a la escritura con imágenes de la cueva neandertal…”, decía William Faulkner. En términos de poesía el futuro está intrínseco en ella misma, cada instante se impregna de sus proezas, de su magia, de su capacidad de despertar asombro. De esta forma la existencia, en toda su contextualización, tiene un lugar asegurado dentro de la poética del mañana.
3
La perfección en la línea sutil del riesgo.
4
Dejar que los demás se revuelquen en su propia grandeza, como lo hace la piara en el lodo.
5
Qué pérdida de tiempo provocar sin ser cretino.
6
Sumergen sus cerebros en el abismo de falta de ideas.
7
Poemas gemelos, de diferentes autores, no clasificables en el plagio, que deben convertirse en teoría reveladora del vibrar armónico.
8
Entre el sexo y una mirada caníbal balancea su deseo.
9
“Historias formidable de amor”, o: Historias formidables de olvido.
10
Me parece abominable, falta de ética, inmoral acariciar una mascota con mis manos “pecadoras”.
11
Santificada sea mi vida a la vuelta de mis imperfecciones genuinas.
12
Observar desde la buhardilla cuanto no ha de suceder.
13
Luego de mirar el muro blanco, donde se posa la paloma blanca bajo el firmamento blanco, compruebo en la página en blanco que no soy inteligente.
14
Qué falta de pudor no escribir la vida en todas sus dimensiones poéticas.
15
Sombra sin fin el hombre de maldad.
16
La obra es espíritu gemelo en un verdadero artista.
17
Prisioneros de sí mismos con traje naranja o de rayas hacia el cadalso de su propia quimera.
18
Es una falta de imaginación aceptar que uno más se queda en un simple resultado de dos.
19
Si no se tiene la capacidad de asombro, jamás podremos responder con inteligencia la pregunta: ¿de qué color es azul?
20
Resultado monstruoso este transcurrir de reflexiones mutiladas.
21
Desde que nacemos NO NOS QUEDA MUCHO TIEMPO DE VIDA, con mayúscula.
22
La economía es rígida, la existencia elástica.
23
Energía de ciertos hombres en la víspera del corto circuito.
EL ESCRITOR COMO SUMA DE VOLUNTADES
por CARLOS ALBERTO VILLEGAS URIBE
Siento y pienso y obro y persisto. Podrían bastar para decirme, para contar estrellas y contarme cielos. Pero no diría todo.
Siento. Mi corazón abre la mañana y acuna sueños y el otro que me habita asoma sus ojos a mi suelo, entonces el paso cotidiano huele a desierto y oigo sinfonías de chicharras que vienen desde lejos. Huelo la mañana y los mañanas sin temor al futuro ni a la patraña. El niño que despierta en mi palabra juega en la calle a la rayuela y atesora memorias de potreros. Esa ensoñación de la infancia recobra símbolos. Soy un niño con canas, con canicas y con ganas de vivir, de extender el hoy, sacarlo a caminar y asolearlo en las calles del asombro. El hoy es niño conmigo y mi palabra titila como si fuera a viajar en un vilano. Suave, tranquila, un tremolar de sueños y sentidos. Palpo, toco, acaricio y los sentidos florecen para saludarte, verbo y canto. Canto también, en la ducha, con conciencia de finitud. Porque nada será mañana, sólo hoy, el hoy de sentir, de extasiarme. De llenarme de sentidos provisorios, de reservorios de presencias que serán imagen, luz, símbolo, vida. Razón de ser y cronotopia personal (espacio tiempo sin distancias). Siento. La voluntad de sentir, una de las esencias de mi poética. Mi poema será, mañana, ensoñación atesorada, consentida, con sentidos, hoy es sólo sentir desde el abismo de la profundidad cotidiana. La palabra en germen desde las sensaciones plenamente vividas.
Soy poeta cuando persisto en la palabra creadora, cuando la cito al encuentro personal y triunfo sobre sus demandas de sentir, de pensar y de obrar y trasciendo en ella, independiente del reconocimiento o de la fama.
Pienso. Y la lógica abre líneas y entre líneas. Se asoma con rostro de abuelo y la lógica paradójica de los eleáticos, los griegos que inventaron al mundo y a los dioses —la multiplicidad de dioses que luego de ser soñados nos soñaron, nos encadenaron a sus formas a sus ritos, a sus míseros cielos y transmigraciones. Pienso y la música de las esferas llega como razón ordenadora. Pienso y la cronotopía (el espacio tiempo) abre los pétalos de su complejidad razonadora en el sujeto, en lo social, en las objetivaciones. Y la rosa de la razón roza la sinrazón, la realidad se vuelve evanescente y se diluye en múltiples planos. La realidad se diluye en ejercicios gnoseológicos, en teoría del desconocimiento. En qués, en quiénes, en cómos, en porqués. La razón que organiza y vigila. Argos mitológico y arquetípico que racionaliza y ordena. Y entonces la poética demanda razones, lógicas, sentidos consistentes, inducciones y deducciones. Y los griegos, con sus mitos y razonamientos se toman la página en blanco para incrementar el simbolismo, la razón que se potencia y estalla en nuevos niveles de significación. “Oh dicha de entender, mayor que la de imaginar o la de sentir”, susurra ahora en mi oído el dios de los misterios teratológicos, para decirlo con las palabras del poeta Elías Mejía, quien también leyó a Borges. Pienso. La pesada belleza del pensamiento, de la bella forma del decir poéticamente. La “technique” poética. El juego cerebral de la forma. Y entonces la razón, la lógica, la deducción cobra su espacio en el poema, lo reclama, con todos los requerimientos y silogismos, sin el vuelo de la imagen, sin sus nirvanas. La voluntad de pensar, otra piedra angular de mi poética y mis obsesiones griegas.
Obro. Y soy. Lo otro es ensoñación y divagaciones. Necesarias para el obrar porque nadie es poeta sin sentir ni pensar, pero lo es aún menos sin obrar. Los poetas son las obras y las obras los poetas. Círculo virtuoso que sólo se hace realidad con el trabajo y la disciplina. Momento del malabar con lo sentido y lo pensado. Horas de trabajo con la palabra. Silencioso momento de la creación. La capacidad de atornillarse al asiento y dialogar con las letras. Tiempo de crear y recrear, de objetivar, revisar y corregir. Tiempo de pulir pero también tiempo del ensayo y el error. El obrar es el laboratorio de la palabra. Obro y soy poeta. Obro y soy autor. Obro y soy artista. Obro y soy. Obro. La voluntad de obrar que exige disciplina como la tercera piedra angular de mi poética personal. Una conquista sobre mí mismo que exige la aventura de empezar. De reconocerme como autor y obrar en consecuencia. Obro y soy en el otro.
Persisto. Y no me diluyo. Persisto y regreso a la jornada del héroe arquetípico. Persisto y me sé viajero de los sueños, el hombre que debe volver a levantarse. Sísifo y su roca que pareciera condena pero es exigencia del ser. Soy cuando siento, soy cuando pienso, soy cuando obro, pero sigo siendo sólo cuando persisto. Pues sólo somos lo que hacemos y persistir en lo que se hace significa sobre todo persistir en el ser. Soy poeta cuando persisto en la palabra creadora, cuando la cito al encuentro personal y triunfo sobre sus demandas de sentir, de pensar y de obrar y trasciendo en ella, independiente del reconocimiento o de la fama. La voluntad de persistir como la cuarta de las piedras angulares que configuran mi poética y (al poeta, al artista, al creador) al escritor como suma de voluntades, no como un ser raptado y sepultado por la caprichosa inspiración, sino como un consciente cultor de la palabra y la imagen, del habla y los lenguajes.
Y detrás de estas cuatro voluntades básicas: la Verdadera Voluntad y el Auténtico Deseo como timoneles de nuestra barcarola antropológica, vital, existencial. El concepto es de otro soñador de mundos paralelos: Michel Ende y su Historia interminable.
Siento y pienso y obro y persisto. Podrían bastar para decirme, para contar estrellas y contarme cielos. Pero no diría todo.
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