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Arcón Cultural

Letras: LUZ MARINA CASTILLO y otros

UN POEMA PARA MIS HIJOS

por GERARDO MARÍA GIRALDO PÉREZ, "El Poeta de la Edad de Oro"

















Yo quiero con estos versos

tratar de llegar al corazón de mis hijos.

y convertirlos en esos besos

que en momentos de tristeza sean mi regocijo.

Este poema es un recuerdo

Que le dejaré a mis hijos,

quiero verlos algún día

junticos como hermanitos,

reafirmando sus relaciones

como cuando eran chiquitos,

donde pinten emociones

y no malas intenciones.

Que no haya resentimientos

para disfrutar el momento,

entiendan que soy su padre

amigo y su consejero,

y si ustedes me escuchan

también llegarán a viejos,

porque verlos alegres

es lo que siempre quiero.

Me fascinan sus reuniones

sin pensar en el dinero

el amor entre hermanos

es lo que siempre anhelo

y algún día cuando yo parta

los bendeciré desde el cielo.

Recuerden que ser humilde es la más grande riqueza

y alegría que podemos dar a Dios.

Nuestra palabra es sagrada y de entero cumplimiento

y se auténtica con la firma que es el sello de nuestro pensamiento.

Faltar a ellas es como haber nacido sin consciencia

y pasar al paredón de los bandidos

que gustan de alimentar siempre violencia.

Honrar a Dios y a tus padres es nuestra obligación,

da ricura y sabor a tu existencia,

olvidarlos es maldición que no se cura

con tragos de licor...

sólo tiene el antídoto de la paz y del perdón

que siempre conjugamos al ritmo alegre de una buena canción.

Por muy duro que esté el camino, por Dios santo:

sonrían, que la sonrisa es oración.

Que sus rostros reflejen una excelente actitud en el día a día.

¡Para que riquezas ¡… si no hay salud…

con salud tenemos todo.

Cuando estén enfermos …expresen amor…

es la mejor medicina para el alma.

Y como lo dice el cantante…caminante no hay camino…

se hace camino al andar,

Sigan caminando firmes …que en el andar conocerán su destino.

Dios los bendiga hijos…Dios los bendiga.


CHÉ, ESTAMPA DE GLORIA

por JHON JAIRO SALINAS
















No porque te hayan asesinado se apagó la llamita de la dignidad.

Hoy, más que nunca, tu rayo de luz derrite la infamia, cual dragón esparciendo fuego de gloria libertaria.


Sosteniéndose como el centurión del olimpo, de tus mágicas manos partisanas.

Entre los truenos y los relámpagos de la Sierra Maestra, fluyendo como viento ciclópeo de justicia.


Jamás silenciaron tu voz de gigante, con piel fundida de plomo y sabiduría derrotando granujas de la CIA.

Y no porque te odien,

aunque disimules bajo tierra, sigues siendo un necio...

aunque te escondan

en cementerios, tu voz retumba en bosques y páramos amerindios.


Ché, te encontramos en la lucha furtiva... en la barriada, en las esquinas, en el campo, en la escuela, en el colegio, en la universidad, en la fábrica y en las trincheras de la vida.


Ché, hoy conspiras con el negro, con el mulato, con el indígena, con el campesino, con el mestizo, con el obrero, con la mujer, con el joven y también..

con el niño...


Che, comandante, camarada;

con tu risa de júbilo el tío Sam gime, gime... de rabia

revolcándose en su lecho

de dólares.


Al tío Sam, se le cuaja

la ira en una mueca de terror.

Nicolás, tu gran amigo, escribe este verso en tu honor:


"Y, tu gran cuerpo de metal

sube, se disemina

en las guerrillas, como tábanos, y tu ancho nombre herido por soldados

ilumina la noche americana

como una estrella súbita, caída

en medio de una orgía".


Guevara, tu sigues en las nubes cabalgando en la infinita gloria, con tu sabia

humildad, en la generosidad de tu pueblo, en la lucha estudiantil, en los médicos de tu patria -y la de Martí y de Fidel- exportando el arma más letal, ¡la salud!.


Che Comandante,

hoy brillas en la fina estampa del universo. Estás en la histórica altura del genio de míticos guerreros.


Estás hecho de oro sólido y fundido en el cobre de tu espada libertaria. Y en el más fino diamante.


Che, estás mezclado en la policromía de todas las razas, en espumosa champaña de gloria. En la muchedumbre sedienta de lucha.


Tu voz se conjuga con el canto lírico del Cóndor de los Ándes, y en el rugido del jaguar... en la zafra, en la miel de los besos de los niños latinoamericanos, y en los susurros de bellos cafetales.


Eres esfinge de sangre revolucionaria.

Nunca te derribaron.

Hoy estás vivo en la lucha permanente de tu pueblo latinoamericano.


Che, conmilitante de la vida,

el mundo te sabe de memoria, tu rostro, como ícono del mesías amerindio

Y, tus barbas que claman justicia social.


¡Che! sigues hoy duro como el marfil, serpenteando en la montaña hasta derrocar al tirano.


Firme con tu voz, que ondea en los cañones de la paz.

!!Mande compañero, ordene camarada!!; duro, como fino cristal y fuerte como la roca, pero tierno con su pueblo.


Te vemos cada día como el Ave Fénix;

cada día, como auténtico revoluciónario,

y cada día, en la pureza del niño travieso, como un hombre puro.

Pasas con tu frente en alto e hinchado de gloria, en traje de finos tafiletes.


Dejá que sigan creyendo que éstas dormido...

Entre tanto, con tu camarada y amigo Nicolás, nosotros al unisono también gritamos:


"¡No hay descanso!

¡Salud Guevara!

O, mejor todavía, desde el hondón americano:

Espéranos. Partiremos contigo. Queremos morir para vivir como tu has muerto, para vivir como tu vives, Che Comandante, amigo!".


MI NIÑEZ

por HELENA RESTREPO















Mi niñez fue en las afueras

de una pequeña ciudad.

Yo vivía en la mitad

de una calle sin fronteras.

Fue el tiempo en que las quimeras

me sabían a verdad

y en que la fiel amistad

me dio sus mieles primeras.

La tierra era nuestro juego

o caminar hasta el río

con la lluvia como riego

sin miedo a temblar de frío;

y mi madre era el sosiego,

el calor, el cielo mío.


LA MOSCA

por ALEXÁNDER GRANADA RESTREPO, "MATU SALEM"




















Lo conocí en la cena de un plato de comida putrefacta, que había quedado en la mesa, el día después del aniversario de don Luis y de doña Ramona.

Nos habíamos hecho amigos hacía tres horas, cuando coincidimos tomando las once sobre el excremento de Lucas, el perro de doña Sofía.

Joselo -alias, Moscatell-, era un mosquito muy elegante, nunca comía de más, y siempre limpiaba sus alas de ángel. Tenía un racimo de ojos negros que parecían verlo todo.

hablamos de vernos en el cementerio, en la segunda hora del día, cuando iniciaran las exhumaciones. Lo esperé por más de mil zumbidos de tiempo, antes de empezar a comer. No llegó.

Cuando se llevaron a Lucas, tampoco pude verlo; y en la Plaza del Mercado nadie dio razón de él. No quisiera pensarlo, pero, algo me dice, que Joselo está muerto.


LEGADO DE AMOR

por NINFA MARÍN ESCUDERO















Un indio de recia estirpe

a Dosquebradas llegó,

allí compró su parcela

y de ella se enamoró.


Encontró su compañera

con la bendición de Dios

y con amor y entusiasmo

lucharon siempre los dos.


En lo alto de una colina

una casa construyó,

la llenó de muchachitos

y a todos los educó.


Les leyó filosofía,

Aristóteles, Platón,

les enseñó urbanidad,

geografía y religión.


Les enseñó que en la vida

hay que vivir con honor,

enseñar al que no sabe

y perdonar con amor.


Y ese indio de recia estirpe

que al otro mundo viajó,

nos dejó sus enseñanzas

como legado de amor.


POEMA

por ALAN GONZÁLEZ SALAZAR




















Tomo café en la esquina de la plaza y pierdo peso en el humo. Bajo los párpados imagino el corazón atestado de gente, a punto de partir. En cada golpe de campana la iglesia despide un joven y otro que tenía pólvora en las manos, despide la tarde cada golpe de aire y ceniza.


A esta esquina vienen ancianos y palomas. También ellos fueron a la guerra invadieron la ciudad escribieron su nombre con sangre ajena.


ME HAN VISTO LA CARA

por IBÁN DE JESÚS MARÍN, "GATO 777"















Se mofan y susurran maldiciones, se avergüenzan, asumen su indiferencia, se esconden de mi vista y se ahuyentan, se fastidian, se pregonan y señalan, se persignan, se vanaglorian y se sofistican, cierran sus puertas y ventanas, ponen muros, rejas y alarmas, cámaras, leyes y perros de guardia, se conglomeran para discernir, juzgar, para linchar y depurar, para proteger sus intereses, gatos, enseres y peques; es por eso que estos últimos, ven la paz tras de un fusil cuando crecen, su alegría es pura adrenalina, al apuñalar estampados de camisetas que juegan según sus intereses, se enfrentan por ideas fantasmas sin argumentos ante la muerte, para empezar mienten, piensan que pueden ser reyes mientras sus reinas aprietan sus nalgas cuando estos no aparecen; por esto no hay espacios de interacción, de libertad, no hay tolerancia, no hay respeto, ni quien por una revolución ponga la cara y el pecho. No hay mesas de distensión, ni de diálogo, ni abrazos sinceros, familias completas en el comedor, todos atrapados en las redes, estos también son finos muebles, apariencia que reluce mientras miran, pero no observan más allá de lo que tienen. por eso existe un cielo en la lejanía que todo lo ve con impotencia y un diablo que ahoga por su ceguera, su absurdo comportamiento y mala suerte... cuado vez mi cara, no vez a mis ojos, mientras estos te ven transparente, un gran vacío, sin nada en mente.


UN SOLO QUEDATE QUEDO

por ESPERANZA RAMOS YAÑEZ



















Llovía y una tormenta se presagiaba,

Los vientos huracanados

Hacían mecer las copas de los árboles

Llovía intensamente

Y cada gota tu nombre

Pronunciaba al caer sobre

La tierra ya humedecida

Eran voces de amor

Que suplicaban quédate

Y yo absorta escuchándote…

Pegaba mi rostro a la ventana

Para sentir en él salpicadas

Tus palabras

Y te sentí y te escuché

Y me mojé en ti,

Mi piel permeó…

Cada gota,

Bebiéndote

Embriagándose de tí.

Mi ropa mojada

Te mostraba mi silueta

Te marcaba mis pezones

Dispuestos para tí,

Dispuestos a sentir,

Ellos te reclamaban

Y entre súplica y súplica

De ése quédate, quedo,

Te vi venir

Silencioso y tibio

Así llegaste

Y con una sola caricia

Adiviné lo que podría venir…

Un orgasmo permanente

Prendido a mí.

Me miraste

Y en tus ojos pude percibir

La prueba mágica de un gran amor

Que me hará sucumbir

En aguas profundas

De placer que hoy sentencias para mí

Y ese quédate quedo...

Eternamente ancló mi vida a ti

Y un solo, quédate, fue suficiente

Para volver a sentir.




TROCITO DE CIELO

por LUPE CECILIA CASTILLO














Poeta,

tus troquelados sueños,

canaletes

de un barquito de papel,

capitaneado,

hasta la intersección

donde chasquea

un corto saludo,

y tantas cosas...


Acabamos de despertar

o seguir somnolientos.


Buenas noches

hermoso poeta.


Así, el curso de esas aguas,

sigue.


LEVÁNTATE MUJER, VIVE LA VIDA

por LUZ MARINA CASTILLO VALLECILLA*




















Hoy es tu tiempo mujer, ¡levántate!

¡Han sido siglos de silencio e ignominias!

¡Levántate!

Vive la vida,

que es un viaje lleno de sentido, con espinas y rosas,

de todas las formas tamaños y colores,

que te invitan a soñar, tejiendo un mundo más justo y asertivo,

acompañado de risas y llantos.

Porque ella, es el comienzo de las aventuras de aprender a amar,

para reinventar los mil colores, los sueños de las hadas,

no importa el dolor, la felicidad, los golpes,

desilusiones o amarguras para hallar el horizonte.

Colorea tus anhelos, sin concernir que llegue la muerte y lo arrebate todo.


La vida, mujer, tiene sabor a tierra y a panela,

chicha de maíz curtida en olla de barro o guarapo de caña, prensado en trapiches,

porque los grandes viajes los mueve el afecto, el amor,

una caricia tierna en ese recorrido que haces para decir te amo.


Ese descubrimiento exhaustivo por grandes transitares

no son simples caminos, sino desplazamientos

hacia lo más profundo del ser humano y sus irracionalidades.

Por eso, mujer, no aplaces nunca la marcha de la vida,

vence todos los miedos, ponle alas a tus pies, escala montañas.

Corre praderas, valles y llanuras, sumérgete en las profundidades

a cazar coralinas de matices,

para tejer un collar a la vida.

Desafía la lluvia, el viento y el mismo cielo si lo prefieres.

Vive feliz, sin limitar tus sueños.

Como dijera Vicente Huidobro,

¿Qué sería la vida si no hubieras nacido?

Un planeta sin manto muriéndose de frio.


*Parida bajo la luna de enero frente al majestuoso rio Telembí, en su natal Barbacoas, Departamento de Nariño. Tierra que se niega a dejar porque allí están sembrados: su placenta, ombligo, ancestros y fincados sus recuerdos.


Aunque dice no ser poeta, que solo cuenta historias hechas poesías, ha publicado sus letras en el poemario COACREMAT, en la Antología Fisuras y Cicatrices. Ha plasmado su pensamiento libertario en la Revista Internacional HEURÍSTICA, con el artículo “La paz en la Mirada de una Maestra”. En el periódico La Boletina, los textos Levántate Mujer Vive la Vida, Grita Mujer que eres el Equilibrio Amoroso de la Sociedad, entre otros. Fue una de las ponentes en Guatemala del XI Congreso Internacional de la Sociedad de Historia de la Educación Latinoamericana, Los Caminos de la Guerra y en el libro Historias de las Mujeres en Nariño Tomo III, su voz retumba cual olas del Pacífico, denunciando el abandono de su querida Barbacoas


Ella no se amilana. Es valiente, arrojada a la vida misma con la voz regia, fuerte de su raza. Denuncia por doquier las desventuras del Triángulo de Telembí, explotado desde antaño, las mismas que la han llevado a participar en grandes eventos tales como: el X Coloquio Internacional de Maestras Africanas, Indígenas, Negras y Afrodescendientes, en Kingston (Jamaica); en el XII Festival de Poesía y Narrativa Ibagué en Flor; en el Festival de Poesía desde el Sur del Colectivo Sombrilla. Sus historias también sonaron, cual alegre marimba, en la Cumbre Mundial de Arte y Cultura por la Paz de Colombia y la Mesa de Mujeres, en el marco de los Procesos de Paz.


Declara por donde pasa que no acallará su voz, la del desvalido y mientras Dios le preste la vida, continuará denunciando el abandono al que está sometido su Barbacoas del alma.





Cuentos, ensayos y videos





CANCIONES

por JORGE SANTACRUZ GÓMEZ



MI ÚLTIMA PALABRA (Poema) de José Félix Castro

por OMAIRA BASTIDAS PATIÑO



DECLAMACIÓN

por ALEXANDER VÉLEZ GONZÁLEZ



ALFONSINA, DE ESTE LADO DE LAS COSAS

por CAROLINA HIDALGO



PARTICIPACIÓN EN "LA TERTULIA DE LOS MIÉRCOLES"

por EMMA DELLYS MARULANDA




MICRORRELATO I

por CARLOS ALBERTO AGUDELO ARCILA



I


Los cuentos son historia, mito, ficción y como tal existen para ser leídos durante cierto tiempo, ya sea a través de una página, en algunos folios, en volúmenes extensos.


En este género tradicional acaecen diversas ramificaciones, las cuales, por su contenido, por el punto marginado en el espacio, por el destino en que intervienen sus personajes, por el tiempo paralelo a la realidad, por su misión incierta, por su infraestructura, por su matiz, por su explosiva coexistencia van teniendo nombre muy personal, al grado de parecer distantes unas de otras, hasta vérsele como si fuese un nuevo arquetipo de la narración nutrido de cánones propios. Especie de auto revitalización, ramas de aparente inconexión al encarnar su esencia genuina en supuesta nueva bibliografía. Hablo de una heterogénea perspectiva del cuento, como si esta supuesta dilatación fuese una ficción más, sin serlo.


Entre estas subdivisiones existe el cuento corto o también llamado minicuento, relato corto, cuasi cuentos, hiperbreves, microficciones, cuentos mínimos, relatos bonsái, textículos, relatos pigmeos, relatos vertiginosos (Lo utilizó Lauro Zavala como título de uno de sus libros), ficciones súbitas, cuentos alígeros, cuento fantástico y muchos otros nombres de hermoso relieve, dados según el gusto de sus estudiosos, quienes son artífices de una historiografía subjetiva del arte de escribir narraciones breves. Cabe anotar que a esta literatura vanguardista tratan de abatirla con críticas destructivas, males intencionados con una mofa hiriente hacia el “prosista” del cuento breve. Se sindica a estos audaces de la brevedad de ser incapaces de ejercer la imaginación al circunscribir la palabra en contadas líneas, de pereza mental. Los anteriores sarcasmos se rebaten con el pronunciamiento de Julio Cortázar, uno de los mayores exponentes de la teoría del cuento, maestro del mismo, cuando “comparaba al cuento con una esfera; es algo, decía, que tiene un ciclo perfecto e implacable; algo que empieza y termina satisfactoriamente como la esfera en que ninguna molécula puede estar fuera de sus límites precisos”.


Esta reflexión es aplicable en la minificción en relación al cuento extenso, en el haiku-poesía de 17 sílabas- respecto al poema largo, el aforismo en proporción al ensayo, etc. En conclusión, un cuento no tiene valor de cuento por el solo hecho de ser narrado en episodios inacabables, aburridos, inconsistentes, merecedores de ser lanzados al olvido. En este caso, el auténtico cuento es indiscutible, penetra, recrea, desentraña, se afirma en el vértigo o se mimetiza de cualquier circunstancia. De forma categórica el cuento debe cumplir con la premisa de ser cuento, así de sencillo, de narrar y dejarnos con el asombro a cuestas, no importa si se blinda de extensión o brevedad. Es absurdo y deplorable observar cómo el desdén, contra tan extraordinaria escritura, promueve la no lectura de microrrelatos.


Esta sinopsis no pretende ser un estudio profundo del cuento corto. Existen especialistas de esta materia los cuales tienen años de disertaciones, de reflexión indiscutible, de elementos de juicio concluyentes, a quienes debo respeto y admiración. Para mí, la literatura es lúdica, juego con la noche, con el aire, con la manzana, con la palabra, alucino y escribo el agua, bebo la escritura, en fin, solo invito a leer cuentos cortos en tiempos cortos, para entrar a recrear nuestros sentidos después de la hora exacta de un siglo cualquiera…


Ejemplos de microrrelatos:

JULIO CORTÁZAR

INSTRUCCIONES PARA DAR CUERDA A UN RELOJ


Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan. ¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa"


MAX-AUB

HABLABA Y HABLABA


Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.


Tres versiones de un microrrelato:

Primera versión:

YALAL AL- DIN RUMI

SALOMÓN Y AZRAEL


Un hombre vino muy temprano a presentarse en el palacio del profeta Salomón, con el rostro pálido y los labios descoloridos.

Salomón le preguntó:

-¿Por qué estás en ese estado?

Y el hombre le respondió:

-Azrael, el ángel de la muerte, me ha dirigido una mirada impresionante, llena de cólera. ¡Manda al viento, por favor te lo suplico, que me lleve a la India para poner a salvo mi cuerpo y mi alma!

Salomón mandó, pues, al viento que hiciera lo que pedía el hombre. Y, al día siguiente, el profeta preguntó a Azrael:

-¿Por qué has echado una mirada tan inquietante a ese hombre, que es un fiel? Le has causado tanto miedo que ha abandonado su patria.

Azrael respondió:

-Ha interpretado mal mi mirada. No lo miré con cólera, sino con asombro. Dios, en efecto, me había ordenado que fuese a tomar su vida en la India, y me dije: ¿Cómo podría, a menos que tuviese alas, trasladarse a la India?


Segunda versión:

JEAN COCTEAU

EL GESTO DE LA MUERTE


Un joven jardinero persa dice a su príncipe:

-¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahán.

El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:

-Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?

-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahán esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahán.


Tercera versión:

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

LA MUERTE EN SAMARRA


El criado llega aterrorizado a casa de su amo.

—Señor —dice— he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho una señal de amenaza.

El amo le da un caballo y dinero, y le dice:

—Huye a Samarra.

El criado huye. Esa tarde, temprano, el señor se encuentra la Muerte en el mercado.

—Esta mañana le hiciste a mi criado una señal de amenaza —dice.

—No era de amenaza —responde la Muerte— sino de sorpresa. Porque lo veía ahí, tan lejos de Samarra, y esta misma tarde tengo que recogerlo allá.



DOS MIBONACHIS

por CARLOS ALBERTO VILLEGAS URIBE


Mibonachi para buscar 777.777 veces a Perec


Volver a recorrer 70 calles de París. En busca del gran literato George Perec. Esperando que se produjera la deseada sincronicidad. Término del escritor Jodorowsky para las casualidades. Situaciones que los católicos prefieren denominar Diosidencias. Pero con una restricción oulipiana de búsqueda. En la calle 7 y sus referentes. Y recorriendo 7 veces aquellas calles 7. 7, 27, 37, 47, 57, 67, 77. Especies de espacios signados por números 7. Las calles, modos de empleo, podría llamarse. Una muy singular búsqueda oulipiana por París. Las 777.777 sorpresas que ellas pueden brindarte. Lugar: la Fontaine de Saint Sulpice (café). Desde donde Perec intenta agotar un lugar. Mientras asciendes las interminables escaleras de Villín. Marcando en el ascenso cada séptimo escalón. En una búsqueda frenética del parque Belleville. Desde donde esperas contemplar la torre Eiffel. Las gabarras del Sena pletóricas de turistas. Y brindar por un amigo como prometiste. Para que pueda verla desde tus ojos. Mientras Perec registra meticuloso las rutas parisinas. La ruta 86 va a Saint-Mandé. Finalmente no dobla en la rue Bonaparte. Toma por la rue du Vieux-Colombier. La 63 va a Porte de Muette. La 87 va al Champ-de-Mars. La 70 va a la Place Hayem. La 84 dobla en la rue Bonaparte.

Mibonachi para un encuentro anacrónico entre literatos


Deslizarnos por la escalera de la casa. Hasta alcanzar las profundidades del mundo subatómico. Región donde vibran incesantes las partículas fundamentales. Territorio singular de la teoría de cuerdas. Donde suceden los fenómenos de la cuántica. La superposición, el entrelazamiento entre otras realidades. Como el misterioso, inasible, Bosón de Higgs. Improbable fuente de energía para trenes subatómicos. Los 777 inimaginables trenes donde ellos dialogan. Nos referimos al anacrónico encuentro entre literatos. Entre el inconmensurable argentino Jorge Luis Borges. Y Perec, el obsesivo integrante del Oulipo. Un encuentro sólo posible desde la imaginación. Trenes pletóricos de espejos, tigres y laberintos. De especies de espacios acotados con prolijidad. Donde Borges es el hombre que duerme. Mientras Perec intenta agotar un lugar parisino. Y se suponen innumerables imágenes de París. Entrelazadas con las escaleras de calle Villín. Y los mágicos rincones del Parque Belleville. Desde donde es posible contemplar a París. Ensoñando con historias de la mítica ciudad. Los millones de turistas que la visitan. Las buhardillas que cobijan sueños de gloria. Los artistas creando en la plaza Montmartre. Así como ascensos interminables al Sacre Coure. Desde donde se contempla la torre Eiffel. Mientras las gabarras recorren el río Sena. Ilustrando a los visitantes desde gangosos altoparlantes. Con un catálogo de datos y propósitos.


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