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Arcón Cultural

Martín Carrizo, dolor de ausencia tras baquetas


Fue Argentina el país que lo vio nacer y en ese mismo lugar Martín Carrizo dio su última bocanada de aire en la madrugada del 11 de enero. Desde hace siete años el músico padecía de esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad neurodegenerativa que causa la pérdida del control muscular; después de luchar con fuertes dolores

Carrizo falleció a sus 50 años.

Al hablar de música, Carrizo se caracterizó por ser multifacético, fue el compositor y productor de una buena parte de la discografía de su hermana, Cecilia “Caramelito” Carrizo, al mismo tiempo que hizo parte de bandas como A.N.I.M.A.L., y tocó con artistas como Gustavo Cerati y el Indio Solari.


Fue Cecilia, quien dio la noticia de la muerte de Martín a través de su cuenta de Instagram, con una fotografía junto a su hermano cuando eran pequeños escribió: “Decime por favor por dónde sigo. Gracias queridos y queridas por tanto cariño, ayuda y apoyo incondicional. Le hicieron muy bien cada día. Infinitas gracias. Martín falleció hoy 11 de enero a la madrugada. Su amor, su sonrisa, su música queda en nosotrxs para siempre”.

Junto al power trío de heavy metal, A.N.I.M.A.L.


El pasado 3 de enero Carrizo había cumplido 50 años y ese día compartió un texto conmovedor a través de sus redes sociales: “Hoy es mi cumpleaños. La verdad pensé que no pasaba de Navidad pero acá estoy, estoy terminando de trazar un nuevo protocolo para seguir buscando mi cura definitiva. El 2022 me da muchas esperanzas. Sigo latiendo y respirando.”

En varias ocasiones el artista había hablado sobre cómo se sentía con su enfermedad a la que describía como estar en un “infierno”, comparaba su sentir con el estar acostado en el piso mientras que un elefante estaba parado encima de él, sufría de constantes dolores en todo el cuerpo, incluso en las venas, según comentaba.



Además de los dolores, Carrizo luchaba constantemente por no ahogarse, pues le costaba mucho tragar y respirar. En 2020 junto a su hermana viajó a Miami para someterse a un tratamiento, en el que según contaba, recibió unas 5.000 inyecciones aproximadamente, pero no dio resultado así que tuvo que devolverse a Argentina sin dinero y sin ingresos, pues en 2019 su familia inició una campaña para recoger la plata que se necesitaba para el tratamiento, incluso el Indio Solari realizó un concierto benéfico para ayudarle.

Su habitat natural eran los megarecitales en los que participó como en este, saludando la ovación de la multitud.


Entre 1994 y 1997 Martín Carrizo fue baterista de A.N.I.M.A.L. con la que grabó los discos Fin de un mundo enfermo (1994) y El nuevo camino del hombre (1996). Junto a esta banda recorrió una gran parte de Argentina, Sudamérica, Centroamérica y algunas ciudades de Estados Unidos.


En 1997 se retiró de A.N.I.M.A.L. por motivos personales y entre 1995 y 1998 dictó clínicas de batería para, además de enseñar su técnica, promocionar las marcas Mapex, Remo, Zildjian, Nord Lead y Ddrum.



Luego de su salida de A.N.I.M.A.L., tocó junto a Walter Giardino de Rata Blanca en su proyecto como solista: Walter Giardino Temple.


Después, Gustavo Cerati lo convocó para que fuera el baterista en la grabación del álbum Bocanada (1999) y tocó en los 70 shows de este disco que Cerati realizó en Sudamérica, Centroamérica y Estados Unidos.

Tras las baquetas de una de las tres baterías

que debió vender, a fin de costear el tratamiento.


En el 2003 regresó a A.N.I.M.A.L., esta vez además de baterista y compositor, como arreglista, productor técnico de grabación y técnico de mezcla, el resultado fue el álbum Combativo (2004).


Cuatro años más tarde Carrizo comenzó a tocar junto al Indio Solari, participó en los discos El perfume de la tempestad (2010) y Pajaritos, bravos muchachitos (2013).



Luego de tocar en diversos shows con el Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en 2017 se anunció que Carrizo no iba a tocar en el show debido a "una enfermedad que le impedía tocar”.


Meses después se anunció que padecía de esclerosis lateral amiotrófica.


Últimos años


Acompañado del mítico Indio Solari, con quien compartía un verdadero sentimiento de hermandad.


Con raíces en el pop y un paso devastador por A.N.I.M.A.L., el artista fallecido este martes tuvo ductilidad para tocar con Gustavo Cerati, el Indio Solari y Walter Giardino, sostener su propio proyecto y lucir como ingeniero de sonido.


Cuando la música popular contemporánea argentina todavía lamentaba la noticia del fallecimiento de Flavio Etcheto, el pasado jueves, 2022 volvió a golpear fuerte en su estreno con la muerte de Martín Carrizo.




Sucedió en la madrugada del martes, y fue su hermana Cecilia, más conocida por el álter ego que posicionó en sus días de animadora infantil, Caramelito, la que dio a conocer su partida a través de las redes sociales: “Decime, por favor, por dónde sigo”, imploraba la actual panelista del programa televisivo A la tarde.


El baterista cumplió 50 años el pasado 3 de enero, de los cuales los cinco últimos los dedicó a luchar contra la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que padecía.

Mostrando una nota periodística que lo proyectaba como uno de los mejores bateristas de su país.


A pesar de que se trata de una compleja enfermedad degenerativa neuromuscular (era la misma que tuvo Stephen Hawking), Carrizo siempre supo poner su mejor cara y ostentaba una actitud envidiable. Y es que una de sus principales características era su buen humor, así como su disposición para encarar los proyectos más complejos.


Sin embargo, quien no lo conoció personalmente lo recordará a partir de ahora como uno de los mejores bateristas que tuvo el rock argentino. De hecho, esta afección apareció en su vida justo cuando disfrutaba de un estupendo momento artístico como integrante de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, la banda que acompaña al Indio Solari.


Al igual que sus ex compañeros de grupo, el otrora líder de los Redonditos de Ricota utilizó su cuenta en Twitter para despedirse del músico. ”Don Martín pasó por esta dimensión con un espíritu decidido a ser joven siempre”, escribió el icono del rock argentino. “Desde ahí me ayudó a reír más de lo que mi locura me permitía.


Por eso lo recordaré con las palabras que suelto en cada brindis. ¡Gracioso y valiente!”. Si bien Solari y Carrizo se conocían desde la década de los ochenta, cuando coincidieron en un complejo de salas de ensayo del barrio de la Chacarita, la relación profesional entre ambos surgió en 2007.



En ese momento, el Indio lo citó en calidad de ingeniero de grabación para el disco Porco Rex, en donde tocó además las baterías de algunos temas. Luego de invitarlo a tocar en el cierre de su gira de 2008 en La Plata, donde se sentó detrás de los tambores de los cinco últimos temas de sendos shows, el Indio Solari lo incorporó formalmente en su banda.


No sólo se encargó de tocar la batería, sino que también le pidió que volviera a ser su ingeniero de grabación. Haciendo gala de ambos roles, Carrizo participó en el disco El perfume de la tempestad (2010). Lo mismo hizo en el cuarto álbum de la carrera de Solari fuera de los Redondos, Pajaritos, bravos muchachitos (2013).


Durante un momento de expansión, junto a la banda solista liderada por el también malogrado Gustavo Cerati (1959 - 2014).


Tras ser parte de los shows multitudinarios que ofreció el cantante con Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en 2010, siete años más tarde el músico debió abandonar el grupo a causa de su enfermedad. El anuncio lo hizo el propio frontman. En agosto de 2019, en una entrevista que concedió para El Destape Radio, el Indio Solari, a propósito de la campaña que llevó adelante la familia del baterista para recaudar seis millones de pesos para su tratamiento médico, tuvo deferencias para con su antiguo músico: “Es como un hijo mío o un hermano menor, porque lo conozco desde muy chiquito. Ha sido el mejor baterista que hubo acá, en la Argentina, lejos”.


Antes de ingresar en los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, Martín Carrizo se reconcilió en 2003 con Andrés Giménez, líder de A.N.I.M.A.L., y regresó a la banda que lo lanzó al estrellato. De ese reencuentro surgió el disco Combativo, producido por ambos, donde el trío continúa flirteando con el nü metal. Después de la salida del primer baterista de A.N.I.M.A.L., Aníbal Alo, Carrizo vio su oportunidad para entrar a la banda. “Lo hice entrenar a Martín con pesas en los pies, en los brazos y salió un asesino”, se jactó el frontman.



“Ahí empezamos a ensayar con Martín, y fue como que se nos abrió el mar”. En esa época, apareció el segundo álbum del power trío, y el primero grabado por su flamante miembro: Fin de un mundo enfermo (1994), al que le secundó El nuevo camino del hombre (1996).


Luego de ese disco, la relación entre Giménez y Carrizo colapsó: “Nunca terminaron de estar contentos conmigo, y yo cada vez tocaba mejor para A.N.I.M.A.L.”, evocó el baterista. “Son cosas que se fueron sumando. Eso desencadenó mi partida”.


Martín Carrizo fue hermano de la popular exmodelo, actriz, conductora y cantante del público infantil, "Caramelito", de cuyos trabajos también fue productor artístico.


Apenas se enteró de lo sucedido, Walter Giardino lo convocó para que fuera el baterista de su proyecto solista Wálter Giardino Temple. Con el violero de Rata Blanca sólo llegó a tocar en vivo. Al poco tiempo, Gustavo Cerati pateó el tablero cuando convocó a Martín Carrizo para que fuera parte de las grabaciones del álbum con el que comenzó a ponerle fichas a su carrera solista: Bocanada (1999).


Esa decisión echó por el suelo los prejuicios que existen con respecto a los músicos de metal, al tiempo que el músico era el indicado para ese golpe de batería preciso que dialogaba con el paradigma digital. Tanto en el proceso de grabación como en los setenta shows que realizaron para presentarlo, tuvo como compañero a Flavio Etcheto.



“En el momento en que me estaba desvinculando de A.N.I.M.A.L., levanto la cabeza para ver qué sucedía alrededor, y me entero de que Soda Stereo ensayaba para su última gira. Ahí mismo comenzó mi sueño de tocar con Gustavo”, le recordó Carrizo a este diario en 2019. “Los que verdaderamente me conocían sabían que mis raíces eran cien por cien del pop.


Fue como volver a eso, pero potenciado por A.N.I.M.A.L. En un determinado momento me lo crucé en un estudio, y le manifesté mis ganas de tocar con él”. Una vez en el combo, el músico se tornó en un gran soporte. “Se vio desbordado, y dijo: ‘Necesito que alguien se haga cargo de las máquinas’, y ahí, desde atrás de mi batería, levanté la mano. A los diez minutos, tenía armada la NASA”.

Al momento de partir a los Estados Unidos, a fin de mejorar el tratamiento contra la grave enfermedad que padecía.


Un par de años más tarde, Carrizo formó su propio proyecto: Pr3ssion, con el que sacó un disco de larga duración homónimo en 2001 (está colgado en Spotify y en YouTube). La mayoría de las canciones fueron grabadas en shows en vivo, salvo por algunas pocas que se hicieron en el estudio.


Entre ellas destaca “Parte de las reglas”, que tiene como invitado a Gustavo Cerati. A partir de la transición de los noventa a los dos mil, el músico logró desdoblarse entre la ejecución de su instrumento, la producción musical y la faena más técnica del estudio de grabación. Esto ocasionó que sus servicios fueran requeridos por artistas tan diversos y disímiles como Abel Pintos, Zero Kill, Cabezones y Leandro Fresco.


Si bien el artista era muy activo en Instagram, cada posteo acercaba a sus seguidores y amigos a su realidad. Como cuando tuvo que vender sus tres baterías para costear el tratamiento. También utilizó a manera de metáfora la imagen de un elefante parado sobre él para describir cómo se sentía y el dolor que le acompañaba. Sin embargo, el más dramático fue el del día en el que abrazó los 50 años, donde afirmaba que nunca creyó que seguiría estando vivo luego de la Navidad. Más allá de la adversidad. Martín Carrizo deseó en todo momento su sanación: “Sigo queriendo mi recuperación”, dijo quien dejó su tratamiento a comienzos de este año por lo costoso que era.


En su último feed, que data del 3 de enero, afirmó: “El 2022 me da muchas esperanzas”.



Fuente: RADIÓNICA / PÁGINA 12


Análisis, estudio y crítica musical:


MAJO OLMEDO*

* Cantante , Profesora de Música , Counselor , Música * Asistente de Producción * Proteccionista , Directora de A.U.C.A Animalistas Unidos Contra el Abandono * Profesora de Guitarra: E.M.A Escuela - Municipal de Arte * Consultora en Psicologia * Conductora Programa Radio: Navegando en el Nautilus por Radio Fenix 104.1


BILLY DÍAZ *


*Musico , Autor , Compositor , Productor Musical , Profesor de Musica * Asistente de Produccion: SIKBOY RECORD 1985 a 1990 KAAY PRODUCIONES 1980 a 2020 * Produccion Musical: 1980 a 1991 Teatro Municipal General San Martin * Trabajo Produccion de: DEE DEE RAMONES / PERCUSIONISTA STING PENADAS POR LA LEY / COMANDO SUICIDA / FLEMA / CARLOS VARELA / * ALEJO SOLIS * Jefe de Prensa: S.U.C - Sindicato Unico de Cantantes * Profesor Musica: I.M.S - Integral Music School * Profesor Musica: Escuelas Municipales * Musico: Estado Mayor Conjunto / 500 Budas / Lampara y Los Culotes Arrested / Papa Rock / Fresco en Lata / Poxipop / Flema / Larry Zavala * Conductor Programa Radio: Navegando en el Nautilus por Radio Fenix 104.1

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