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YANINA MARÍA CERIANI

Crónicas



¡Buenos días mis queridos lectores!, hoy he venido con muchas ganas de compartir con ustedes varios de mis escritos de diversos géneros (cuentos, poemas, microficciones, ensayos, etc) y por supuesto acompañados con mis obras pictóricas que son mi grata compañía a diario. Por fortuna hoy están allí del otro lado, pero muy cerquita mío, para que podamos juntos recorrer este camino de letras y pinturas.


¡Avanti!


“CRÓNICAS”


Me dijiste, Sergio pone el tema "Don't ́ get me wrong" de the Pretenders y salimos hacia rutas argentinas. Matías y yo nos conocíamos desde el segundo grado, yo era quien siempre atajaba todos los puñetazos que propinaban contra Mati. Él frecuentemente era el blanco de burlas por parte de nuestros compañeros de la escuela, que siempre tenían alguna broma de mal gusto pues era algo delicado en su forma de hablar. Y ahí estaba yo, de guardaespaldas para cubrirlo y atajar alguna que otra golpiza. El asunto es que formábamos una dupla algo rara para el común denominador. Él era solitario y algo tímido y yo, por el contrario, era caradura y arrebatado.


Y así crecimos, inseparables. Matías era fotógrafo profesional y trabajaba para una revista, en cambio yo era un escritor independiente. Habíamos decidido emprender un viaje por las rutas argentinas, la idea era celebrar nuestra amistad de 20 años y de paso hacer una crónica de viajes por lugares que iríamos recorriendo. Yo las escribiría y Mati sería quien sacara las fotos. Y así lo hicimos, pusimos “Pretenders”, altavoces, primera y arrancamos hacia el sur.


Yo tomaba acopio de notas sobre los paisajes que íbamos descubriendo, mientras cada tanto cebaba algún que otro mate amargo para que mi compañero no se durmiera en el trayecto. Sergio, qué te parece si esta noche acampamos en las montañas, me dijo, sacamos las carpas, bolsas de dormir y pasamos la noche en este lugar, a la intemperie. El clima estaba ideal, el cielo se veía más azul que nunca y las estrellas parecían más cerca que de costumbre. Hicimos una fogata, sacamos los sándwiches de jamón y queso de la heladera portátil y abrimos unas cervezas negras bien heladas.


Nos pusimos a recordar viejas anécdotas de la escuela y en cómo había transcurrido nuestra secundaria. Te acordás, Sergio, como me cargaban por mi vestimenta, siempre era el blanco de burlas. Sí, Mati, cómo olvidarme si desparramé puñetazos a mansalva con tal de que no te jodieran más. Siempre me defendías, Sergio, no sé cómo hubiera sido mi paso por la escuela si no hubieras estado allí. Tomamos unas cuantas birras demás que comenzaron a surtir efecto en Matías y en un momento me mira fijamente soltando, siempre estuve enamorado de vos, nunca te percataste de esto, tal vez lo disimulé bastante bien para no quebrar nuestra amistad, pero ya no puedo, se me hace cada vez más difícil ocultarlo. Me quedé mudo, no sabía qué decir, estaba en estado de shock, esa confesión no me la esperaba, no estaba preparado para ello.


Él había sido siempre como un hermano para mí y no lo veía de otra manera. Me sentía como parte del juego del efecto dominó, un leve empujón a la ficha inicial provoca una reacción en cadena, logrando que todas las piezas se caigan una a una y yo ahí sentado frente a la fogata sin decir una palabra. Solo atiné a contestar, Matías, no podes hacerme ésto, yo te veo de una forma diferente a la tuya, siento ese amor de amigos, hermandad, no tengo otro tipo de atracción y no puedo corresponderte. Nos quedamos en silencio largo rato, como si todo el universo conspirara para dejarnos en una pausa interminable. De pronto el cielo se volvió completamente negro y las estrellas se veían más pequeñas que las de hacía un rato. Una palabra más y hubiese sido el acabose total de nuestra amistad. Nos fuimos a dormir cada uno en su carpa pensando en lo que había sucedido. Me sentía incómodo y desorientado. Intuía que algo había cambiado.


Definitivamente ahora cada uno tenía diferentes visiones, las expectativas ya no eran las mismas y nos volvimos dos extraños en la ruta. El resto del viaje fue pacífico y nos enfocamos solo en la razón del mismo, hacer las crónicas. Pero para mi ya éstas no tenían el mismo sentido que cuando decidimos emprender el recorrido. Cuando regresamos a la ciudad Matías me dejó en casa y nos despedimos algo distantes. Pasó el tiempo y así los meses. No hubo llamadas, mensajes ni salidas a bares como acostumbrabamos. Una tarde estando en casa recibo una llamada inesperada, era la mamá de Matías diciendo que había ocurrido una tragedia, Mati había fallecido trágicamente en un accidente de auto. Sentí de golpe como todo el mundo se derrumbaba a mis pies, mis piernas se aflojaron y creí desvanecerme.


Mi hermano, mi amigo ya no estaba. No pensé en el viaje, en las salidas, ni siquiera en su confesión, sólo en que ya no tendría a quien defender. Estaba desmoronado. Una semana después fui al cementerio a llevarle flores. Y ahí estaban parados, en su tumba, varios de nuestros ex compañeros de la escuela, quienes lo habían molestado y maltratado en su adolescencia. Estaba indignado. Les dije, ¿a qué vienen acá, quizás para burlar la muerte de Mati?. Las palabras de ellos fueron textuales, “venimos a despedir a un buen tipo, que nos enseñó, aunque tarde aprendimos, que la dignidad se lleva con la frente bien alta sin importar quien eres”.


Y si, así era mi hermano, mi amigo Mati, digno. Él me demostró que el amor se manifiesta de todas las maneras posibles.


Dejé las flores sobre la fría lápida y me fui a casa a transcribir las primeras páginas de las crónicas que habíamos comenzado.


Solté una lágrima, sonó el tecleo de mi vieja máquina Olivetti y en la primera hoja "Veinte años, crónicas de una amistad".


FIN


*Nacida en la ciudad de Rosario en 1971, Yanina estuvo ligada al arte desde niña debido a las influencias de un tío abuelo, pintor reconocido de la ciudad de Rosario, Osvaldo Traficante y a su hijo quien también la apadrina, Marcelo Traficante.Yanina es autodidacta y ha dedicado su vida al arte en forma permanente.


Su capacidad de comunicación va pareja a la proyección y variedad de sus obras literarias como la poesía, el género de distopías, soliloquios, microficciones, etc.


Ha dado muestras de su versatilidad y su pasión por el arte desplegándola en varias expresiones artísticas como la pintura y la fotografía.


Actualmente dirige un taller literario para adultos llamado “Ronda de la palabra, los libros nos hacen libres” y difusión del arte por medio de programas radiales.

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